Capitulo [1]
(...)
Todo un infierno tiene un comienzo, el mío en particular comenzó en el momento en que asesiné al Carnicero de Tokio y me vi al borde de la muerte tras nuestra batalla. Al menos, eso pensaba hasta que escuché su frase que se grabó en mi memoria desde entonces: "mi sucesor ha llegado", siendo una pequeña pista de lo que me esperaba. Lo que vino a continuación fue algo que podría considerarse un milagro, incluso en este mundo lleno de Quirks especiales como el de mi enfermera de la U.A, cuya habilidad de sanación era más que extraordinaria. De una manera que escapa de mi comprensión había superado a la muerte y comencé a sanar como si tuviera los mejores Quirks de regeneración en la palma de mi mano.
Aunque no dudo que existan Quirks que ayuden en la regeneración, tal como mencionó AFO en su batalla con mi maestro, Toshinori-sensei, nada en el mundo, ni siquiera la medicina moderna que tenemos y los dones más poderosos, podrían haber regenerado más de cuatro órganos que me fueron destruidos por el ataque del Carnicero. Incluso, no era necesario ser médico para darse cuenta de que mi médula espinal estaba destrozada, ya que no podía mover ni siquiera las piernas; mis intestinos estaban perforados y la hemorragia amenazaba con cobrarse mi vida en cuestión de minutos,o incluso menos. Supongo que mis demás órganos, incluido mis pulmones, también estaban fallando. Prácticamente no había salvación. Sin embargo, ahora sentía cada centímetro de mi cuerpo regenerándose a niveles que nunca había experimentado antes; cada vez me sentía con más energía, más activo, como si el sudor frío de la muerte se hubiera esfumado, remplazado por un alivio que nunca creí posible experimentar.
Lo más curioso que pude notar es que, mientras yo me regeneraba, el carnicero poco a poco perdía fuerzas hasta caer súbitamente de rodillas frente a mí. De la misma forma en la que lo observaba, seguía estando al borde de la muerte, tal como esperaba.
Por otro lado, a pesar de estar al borde de la muerte, para mi desgracia, la maldita sonrisa que apareció cuando lo llevé a ese estado no desaparecía. Por el contrario, parecía más feliz conforme transcurrían los eventos. Como si lo que nos estaba sucediendo era algo que de alguna forma retorcida él esperaba con ansias.
—¿Qué se siente? —preguntó el carnicero mientras su voz se debilitaba por las heridas— Dime... ¿qué se siente escapar de la dulce muerte? Cuando lo experimenté, créeme, no hay sensación igual...
Mientras tanto, yo aún no podía salir del shock que me provocaba este giro de eventos. Mi mente y lógica parecían estar atrofiadas, y solo experimentaba un pánico que me llevaba a una taquicardia por el estrés que estaba sufriendo.
—¿Qué me hiciste? —dije con voz entrecortada, aún recostado en el frío concreto mientras recuperaba mi capacidad para caminar— ¡Maldito monstruo! ¿Por qué me estoy regenerando?
Después de decirme eso, el carnicero rió levemente, como si mi pregunta fuera estúpida.
—¿Acaso no ves? Esa es tu recompensa por matarme...
Al escuchar sus palabras, solo podía observar cómo era cuestión de tiempo para que muriera, ya que la hemorragia que le provocaba era evidente al ver su boca sangrar. Sus palabras solo lograban confundirme aún más.
—¡Maldito! ¿Por qué me está sucediendo esto? Debería estar muerto, no es…— exclamé, con un tono de incredulidad en mi voz.
Después de eso, en cuestión de segundos, pude sentarme con normalidad mientras él me observaba fijamente, resistiendo un poco a la muerte, para mi sorpresa.
Al final, tenía razón.
—Si tanto quieres saber... creo que podemos retrasar un poco mi muerte, joven sucesor— dijo con un tono más serio que nunca.
Lo que no esperaba era que, por primera vez desde nuestra batalla, él adoptara un semblante serio. Sin perder tiempo, rápidamente me tomó por sorpresa y con su mano desnuda la posó sobre mi rostro. De repente, una luz brillante se asomó en mis ojos y, de un momento a otro, todo se oscureció.
(...)
No supe cuánto tiempo pasó desde que ese maldito me hizo perder la conciencia con su truco con la mano. Solo pude despertar en el suelo de una habitación o sala extraña. Era como si estuviera en un lugar del Siglo XIX, con adornos europeos que solía ver en fotografías representativas en mis libros de historia. El tapiz cubría cada centímetro de las paredes, y también había muebles antiguos que parecían sumamente costosos, como si me hubiera infiltrado en la parte más lujosa de la mansión de mi compañera, Yaoyorozu-san. Lo extraño es que no parecía haber ventanas que me indicaran si era de día o de noche, y los relojes mostraban una hora inusual con números desconocidos para mí.
—¿Te sorprende? Supongo que no. En mi mundo, esto es lo más lujoso a lo que podemos aspirar desde que nacemos…
De repente, la voz del carnicero resonó en el lugar, obligándome a girar con cautela hacia atrás de mi posición, donde efectivamente, él estaba. Lo extraño fue darme cuenta de que estaba sentado en un lujoso sillón, bebiendo una especie de té mientras me observaba con firmeza.
Cuando terminó de beber, prosiguió con lo que aparentemente quería decirme.
—¡Bienvenido a mi palacio mental! Todo devorador tiene uno, y es nuestro refugio cuando necesitamos mantener nuestra cordura intacta si el hambre nos domina… —dijo con entusiasmo.
El cambio de roles, de enemigos a anfitrión de su extraño lugar, me desconcertaba cada vez más. Era como si estuviera frente a una persona completamente diferente.
—Por cierto, no hay necesidad de pelear. Soy un monstruo irremediable que ha asesinado a cientos de miles de personas durante mi vida. Has ganado, y finalmente pagaré por mis pecados con la muerte, de alguna manera u otra —dijo con despreocupación, dejando su taza de té en la mesa frente a él y poniéndose de pie.
Aun cuando él aseguraba que no habría conflictos entre nosotros en este lugar, me acerqué con cautela. Debía averiguar sus intenciones, a pesar de que parecía que estaba en total desventaja.
—¿Qué quieres? ¿Por qué me enviaste a tu palacio mental? —pregunté desconfiado— ¿Qué me hiciste?
—¿No es obvio? Estaba muriendo porque fuiste el único que logró acabar conmigo desde que me convertí en devorador cuando era joven —respondió acercándose a mí— Quieres respuestas, y como eres el chico que me liberó de mi sufrimiento, te tuve en consideración y te envié a mi palacio mental. El tiempo aquí es diferente al del mundo real. Un día aquí equivale a 10 minutos en el mundo real. Pero como mi tiempo es limitado, podríamos pasar un par de horas para discutir las dudas que tengas...
Me encontraba en una situación que escapaba a mi comprensión y, a estas alturas, a pesar de estar frente a un monstruo como él, no podía evitar querer respuestas. Después de todo, él iba a morir y yo no tenía nada que perder.
—¡Bien! ¿Qué me ha pasado? ¿Por qué sigo vivo?
Por un momento, ante mi pregunta, él pareció reflexionar, como si estuviera formulando la respuesta. No tardó mucho en contarme lo que finalmente quería saber.
—Verás, cuando me llevaste al borde de la muerte, te convertiste en el siguiente devorador de almas, tal como yo me convertí cuando era más joven...
"¿Qué tontería está diciendo?" Esa fue la pregunta que resonó en mi mente al escuchar su respuesta.
—¡Espera! ¡Eso es imposible! Quiero decir, tú solo eres un humano con Quirk. No creo que al matarte obtenga tu don...
Entonces, elevó la voz.
—¡Error! ¡No veas esto desde la lógica de tu mundo! ¿Acaso no escuchaste? Soy de otro mundo, y vine aquí abriendo a la fuerza una especie de telón, o puerta entre nuestros mundos. No fue sencillo, pero llegué y me encontré con la grata sorpresa de un mundo asombroso, repleto de tecnología y confort. En mi caso, provengo de un mundo llamado Sera, donde nosotros, los devoradores de almas, estamos en la cima de la cadena alimenticia. Nos alimentamos de las almas de todas las especies que existen en el mundo, incluyendo la humana. Ahora, eres uno de nosotros...
Inicialmente, me negaba a creerlo. Parecía como si un enfermo mental hubiera inventado un nombre de un mundo imaginario, intentando convencerme de que ahora me había convertido en un ser monstruoso como él.
—¿Qué? ¡Es imposible! ¡Eres simplemente un asesino que ha acabado con cientos de vidas en este país! ¡Esa es la razón por la que tuve que acabar contigo! —reclamé con dureza ante el individuo que tenía delante.
Él cruzó los brazos, mirándome con escepticismo.
—Te guste o no, chico, ahora eres un Devorador de Almas, uno de los seres más peligrosos en Sera. Aunque, parece que también lo eres en este mundo, ya que, por lo que he visto, no cuentan con caballeros heróicos decentes en tu reino, ni con la magia avanzada que abunda en mi mundo, o con brujas poderosas. Elementos que le hubiera ayudado a este mundo a enfrentarnos. Solo los héroes más poderosos, como tú, podrían haberme plantado cara. Sin embargo, ahora veo que posiblemente me habría deshecho de la mayoría por mi cuenta, aunque esa heroína de un reino llamado Estados Unidos parecía ser una rival formidable, dado el poder que mis víctimas aseguraban que me derrotaría. Antes de conocerte, quizás otros devoradores habrían disfrutado devorándola en mi lugar, o yo mismo, pero quién sabe….Quizás tu puedas en el futuro—explicó el carnicero mientras se paseaba de un lado a otro.
Cada palabra que pronunciaba hacía tambalear mi incredulidad. Su firmeza y la manera en que se expresaba hacían surgir dudas sobre la veracidad de sus palabras. Lo peor de todo, es que vez me estaba inclinando a creerle.
—¡Espera! ¿Hay más?
—Sí, ¡desde luego que sí! Aunque seamos pocos, eso no significa que seamos débiles. Somos exactamente nueve, y como era de esperarse, no nos llevamos nada bien entre nosotros. Por lo tanto, te sugiero que tengas cuidado cuando empieces a cazar……—me miró fijamente—No tardarán en cruzar por la misma puerta que yo, y cuando lleguen, no dudarán en alimentarse de todos en este mundo. Incluyendo a los que más amas…
(...)
Mientras tanto, en el reino de los vestigios que estaba dentro de una parte del alma de Izuku gracias a su Quirk heredado, el pánico abundaba. Nana Shimura, quien estaba sentada en el extremo de la mesa junto con los anteriores portadores, estaba al borde del pánico al no sentir la conciencia de Izuku, a pesar de que milagrosamente parecía haberse curado al matar a ese asesino.
—¿Qué pasó con el chico? Se supone que hemos ganado…—comentó con preocupación Yoichi Shigaraki.
—Esto no me está gustando—respondió Nana Shimura, igualmente preocupada.
El único que se mantenía positivo ante esta situación era Daigoro Banjo, quien no podía ocultar su emoción al ver que su Quirk había sido vital para la caída del carnicero de Tokio.
—Debemos darle crédito al chico Midoriya—comentó con orgullo el portador de los látigos negros— El ganó la batalla contra ese hijo de perra.
—¡Eso no importa, Banjo-san!—respondió Nana, frustrada—.Debemos estar atentos para ver si Midoriya-san responde... Es como si su conciencia fuera tomada repentinamente.
Así, la incertidumbre sobre el destino de Izuku se apoderó del lugar.
(...)
A estas alturas todavía me negaba a creerle a este hombre, incluso cuando sus palabras me parecían cada vez más convincentes.
—
¡No! ¡Me niego a creer que voy a convertirme en un monstruo! —afirmé con agresividad en mi voz— Tú simplemente usaste un truco para sanarme, eso es todo...
Fue entonces que se acercó a mí de manera que parecía bastante molesto.
—Simplemente estás negando la verdad y en especial lo evidente, idiota. Eres igual que yo... —finalizó chasqueando los dedos y refunduñando.
De repente, como si intentara demostrar un punto, hizo algo que modificó la realidad del lugar, transportándonos a una granja con extensos pastizales que se perdían en el horizonte. Frente a nosotros se alzaba una casa rústica con su propio establo, y parecía haber personas llevando a cabo sus actividades diarias. El viento era agradable, trayendo consigo una brisa que refrescaba el ambiente, lo que hacía aún más ameno el lugar.
En cuanto a las personas que aparecían allí, parecían formar una familia.
—La ventaja de un palacio mental como el nuestro es que nos permite explorar nuestros recuerdos más antiguos, especialmente los buenos, y obtener cierto consuelo de lo que nos fue arrebatado. Esa es la antigua tradición de los devoradores de almas —explicó mientras dirigía una mirada penetrante hacia las personas de este "recuerdo"—. Ahora mismo te encuentras en uno de mis antiguos recuerdos…
En cierta manera, no pude evitar preguntarle sobre este recuerdo.
—¿Quiénes son ellos?
—Mi familia—señaló a las personas que estaban frente a nosotros—. Mi nombre antes de convertirme en devorador era Noir Stardia, ahora me llamo Fate. La rubia que está sosteniendo el canasto era mi hermana Luna, el mocoso que ayudaba a sacar agua del pozo era mi hermano menor Stan, y estos dos viejos sentados en el pórtico eran mis padres….
A medida que señalaba y explicaba su familia, me daba cuenta de que parecían una familia muy feliz y cálida. Era como si nada en el mundo les importara más que vivir sus vidas de ese modo.
—El que ves cortando la madera era yo a mis 17 años—dijo señalándose así mismo en el recuerdo, quien estaba ubicado cerca del pórtico—. Creo que eres más joven que yo en ese sentido cuando me sucedió.…
—Creo que sí….—contesté nerviosamente—....Creo que todos parecían felices en tu recuerdo….
Entonces respondió seriamente.
—Lo éramos—se cruzó de brazos mientras observaba con atención a su familia—. Éramos de un reino pacífico y con un rey muy justo en los impuestos. Vivíamos cerca de una villa que limitaba con la frontera de un reino vecino, y todos eran amables cada vez que la visitábamos. Al menos así era, hasta que meses después de este recuerdo, el reino vecino comenzó una guerra contra el nuestro para arrebatarnos el territorio donde estaba ubicado nuestro hogar. La guerra se extendió durante semanas y muchos pueblos cercanos fueron arrasados por las batallas y los soldados enemigos. Hasta entonces, seguíamos manteniendo el ánimo, pensando que el conflicto sería corto y que nuestro reino saldría victorioso….¡Que idiotas fuimos!.....—habló con un evidente cambio de humor que se me hacía familiar.
A este sentimiento de cometer errores, yo lo llamaría una frustración reflejada en ira. Aunque suene tonto, esos son los únicos recuerdos que tengo de mi padre y así reacciono cuando pienso en él.
Sin previo aviso, chasqueó los dedos nuevamente para cambiar a otro recuerdo que Fate quería mostrarme. Ahora estábamos cerca de una mesa de comedor, al parecer dentro del hogar rústico de su familia. Parecían estar en una cena de noche, con todos los miembros que él me mostró, excepto una nueva invitada que era una hermosa mujer rubia y que aparentemente era una comerciante, ya que traía una mochila llena de artículos para comerciar.
Fate no tardó mucho en interrumpir mis pensamientos.
—Se llamaba Iris, y se suponía que era una hermosa comerciante que vino a pasar la noche en nuestro hogar. Con su carisma nos convenció rápidamente para aceptarla en nuestra casa y, con ciertos contratiempos, se quedó unos días más de lo esperado. Como ves en el recuerdo, mi estúpido yo se enamoró de ella...—dijo señalándose a su versión más joven y enamorada que miraba con interés a Iris—. Incluso solíamos pasear por el bosque para conocernos mejor.
Como era de esperarse, chasqueó los dedos nuevamente para cambiar de escena en sus recuerdos y ahora todo cambió para mostrar a dos jóvenes tomados de la mano en un hermoso bosque. Era como si estuviera presente en una novela romántica, como muchas de mis compañeras dicen haber visto.
—Lo juro, ella parecía ser la única mujer que pude haber amado, a pesar de ser unos años mayor. Ella realmente te hacía sentir especial, podía manipular tus sentidos y confundir tu mente—dijo Fate señalándola—. En algún momento, creí que si hacía todo lo que ella quería, podría ganarme su corazón y eso hice…
Luego, chasqueó los dedos y vimos una escena donde Iris junto a Fate estaban escondidos bajo unos arbustos, cerca de un cuartel militar lleno de caballeros con armaduras y banderas del reino del que probablemente era Fate.
—Noir, eres un amor, ¿lo sabías?—dijo Iris en el recuerdo, coqueteando al guiñarle el ojo—. Tu favor no se olvidará, lo juro…
Tal como esperaba, el Fate joven se sonrojó ante la respuesta de ella.
Mientras tanto, el Fate adulto parecía leer mi mente, ya que no tardó en seguir explicándome.
—Lo que no sabía en ese momento es que de hecho mi reino estaba ganando la guerra, y había planes para invadir al reino invasor y arrebatarle un territorio que nos pertenecía como nación desde hace 200 años antes de mi nacimiento. El otro reino, desesperado, hizo un pacto con el diablo y a través de contactos, contrató a un mercenario que ayudaría al ejército enemigo a ganar la guerra a cambio de una cuantiosa recompensa. Ya te imaginarás quién era el mercenario…—dijo Fate mientras apretaba las manos con furia.
—Ella… es la mercenaria—afirme en shock.
—Sí. Conmigo tuvo toda la información que necesitaba y en menos de una semana, el ejército enemigo supo en qué zonas abrir nuevos frentes y toda la autoridad del territorio que querían conquistar fue masacrada, incluido el Duque que nos gobernaba y su familia. En cuanto a mi familia, no tuvimos más opción que tratar de huir al sur del reino para salvaguardarnos y… por desgracia, invité a Iris a irse con nosotros al sur…—su mirada se tornó sombría.
Chasqueó los dedos nuevamente, pero esta vez la ira que sentía parecía ser incontrolable.
Luego mostró una escena de sus recuerdos que me horrorizó por completo. Las paredes de la cálida y rústica casa se habían teñido de rojo. Presencié cómo el joven Fate había entrado a la sala común de su casa para encontrarse con casi toda su familia muerta frente a sus ojos. Y aún más, observé cómo Iris, con sus ojos rojos, una risa maniática y el comportamiento de un monstruo desnudo y caníbal, extraía a través de la carne de los cadáveres de su familia pequeñas bolas blancas de energía para luego devorarlas rápidamente, como si se tratara de un animal hambriento. La única que parecía estar con vida era su hermana, quien parecía estar desmayada cerca de la cocina.
El joven Fate no parecía intentar huir, paralizado por el shock al presenciar la masacre de su familia.
—Lo siento, Noir…—dijo Iris dándose cuenta de su presencia, desnuda y cubierta de la sangre de quien había sido el hermano menor de él—. Ojalá hubiera podido fingir esa farsa más tiempo… pero el hambre que me atormentaba desde que acepté el trabajo de ese gordo de mierda del rey me superó… Lo siento… tenía que comer—dijo ella, lamiéndose los dedos manchados de sangre—. Espero que lo entiendas…
—¡¿Cómo pudiste?! ¡Mi familia…!—gritó en la más pura desesperación y desilusión.
Lo peor de todo era que ella parecía disfrutar la desesperación que emanaba de él.
—¡Sus almas eran puras… o lo eran… ya no importa! Es una lástima. Todavía los cuatro me suplicaron que viajara con ustedes… ¡Idiotas! ¿Quién demonios viajaría con un devorador de almas? En serio, tu familia es estúpida. Supongo que pueden servir como ejemplo de por qué no se debe confiar en extraños, ¿no es así? Jajaja.
Fue entonces cuando el joven Fate, con lágrimas surcando su rostro, desenfundó la vieja espada de su padre y la apuntó hacia ella. Mientras tanto, ella parecía aceptar el desafío del joven para proteger a la única hermana que le quedaba con vida, todo ello con una sonrisa sádica y unos ojos de depredador fijos en él.
—Aléjate de mi hermana —respondió él con severidad.
Ahora, el Fate adulto comenzó a explicar de nuevo.
—Así como tú, defendí a los que amaba de un devorador de almas. En este caso, protegí a mi hermana mayor de una devoradora de almas a la que amé en su momento. Debo admitir que ella me masacró como yo lo hice contigo….y ahora me doy cuenta que yo perdí y ella también perdió por una simple cosa…
Lo que le ocurrió al joven Fate fue tal como esperaba, y, de alguna forma, aún con heridas graves y una espada rota, logró atravesar el pecho de la devoradora. Los roles se invirtieron cuando él, furioso, la apuñaló varias veces antes de acabar con su vida.
—....La arrogancia. La arrogancia es lo que más caracteriza a los devoradores de almas. Ese fue su fin, este es mi fin, y será el tuyo si no superas nuestra mayor debilidad...
Al final, el joven Fate yacía tendido en el suelo, llorando por todo lo sucedido, aún aferrando la espada rota con la que había acabado con Iris, mientras los cuerpos de su familia permanecían frente a él. Un espectáculo que seguramente dejará una marca imborrable en mis recuerdos... Aunque aún quedaban preguntas sin respuesta.
—¿Por qué me muestras esto? —inquirí con firmeza—. Si bien compartimos similitudes y también lamento la muerte de tu familia. Pero no soy un bastardo genocida de mierda…Como tú…
Aún no puedo creer que diga ese tipo de groserías desde que inició todo, pero poco a poco me he ido acostumbrando, todo gracias a odiar a este tipo, aun cuando logré empatizar con él un poco debido a su pasado. Por otro lado, curiosamente él no parecía negar lo que era, a pesar de su triste historia.
—Lo sé... desde la muerte de mi familia y desde me convertí, no he tomado las mejores decisiones y seguramente pagaré mis pecados cuando finalmente muera en tu mundo. Solo espero que con lo que estoy mostrando, entiendas a lo que te vas a enfrentar y aceptes tu destino, niño. Además, no he terminado de mostrarte la parte más importante, lo que va a definirte para siempre: tu hambre.
—¿Que?
De repente, una sensación fuerte surgió en mi estómago y luego continuó el crujir del hambre que se hizo presente en mi interior. Al mismo tiempo, el estómago del joven Fate rugía con la misma intensidad que el mío. Fue como si ambos hubiéramos experimentado una sensación familiar.
Fue en ese momento cuando Fate me miró directamente, observando cómo me retorcía lentamente y me doblaba hacia el suelo debido a lo que estaba sucediendo en mi maldito cuerpo.
—¿Sabías que en mi mundo existe un dicho? Verás, la gente suele decir: 'Nunca dejes que el rugido de tu estómago resuene, porque atraerás al devorador de almas'. Es un dicho tonto, pero con algo de verdad…
Esta sensación se intensificó a medida que pasaban los segundos y ahora, lo que yo consideraba normal, era el hambre. No era solo una leve sensación, como la que uno experimenta cada mañana, sino una intensa, infernal y maldita necesidad de alimentarse que hacía crujir de forma infernal mi estómago. Además, una intensa sed también me invadía. Lo peor de todo era ver al joven Fate experimentando lo mismo, observando cómo su estómago crujía al igual que el mío.
—… Para nosotros, el hecho de que tu estómago crujiera es tu primera señal de que debes alimentarte. En este caso, no me di cuenta de que Iris me había herido gravemente hasta que me había curado por completo y experimentado la misma hambre que ahora te atormenta a ti…
¡Maldición! Mi estómago seguía crujiendo. Está maldita cosa aún me estaba sucediendo, esta sensación me obligaba cada vez más a inclinarme para poder mantener la poca compostura que aún conservaba.
—¡Haz que pare! …..
Al final, fue él quien me miró con gran condescendencia. La misma mirada que me lanzaba todo el maldito mundo cuando me decían que era Quirkless.
Cómo odiaba eso. Aunque lo que más detestaba, además de eso, era la posibilidad de que todo lo que me decía fuera real y realmente me estuviera convirtiendo en él. No ayudaba la infinita desesperación que sentía al no poder controlar ese malestar y ese maldito apetito que me hacía desear estar muerto, ya que resultaba insoportable.
—No se puede, idiota. Eso mismo pensaba yo en ese momento, quería que se detuviera. Pero somos lo que somos, y tienes que aceptarlo. Esta maldita condición que tenemos los devoradores con el tiempo nos dará habilidades poderosas, posibilidades infinitas, riquezas inimaginables, poder casi ilimitado. Pero todo tiene un costo —respondió seriamente ante la mirada de odio que le dirigía—. Debes saciar tu maldita hambre…
Sin previo aviso, la hermana de Fate despertó, devastada por la muerte de su familia pero aliviada al ver a su hermano con vida. No puedo imaginar el sufrimiento que ha experimentado al presenciar esta tragedia, y no la culpo por aferrarse al último familiar que le queda.
—¡Noir, estás vivo! —exclamó feliz al verlo con vida y abrazarlo repentinamente, para luego llorar en su hombro— Nuestros papás están...
Luego, el estómago de Fate comenzó a crujir cada vez más fuerte. La atmósfera se vio perturbada por el hambre que lo dominaba.
Después de secarse las lágrimas y recobrar la compostura, miró a su hermano y no pudo evitar preguntar:
—Veo que tienes hambre, ¿no es así, Noir?......
Hasta este punto, ya intuía lo que iba a pasar. Solo no quería creerlo.
—No me digas que tú…..—dije mientras mis ojos trataban de negar la realidad de lo que estaba pasando— Tu….
—Si, tenía hambre en ese momento—dijo mientras evitaba mirar de nuevo lo que iba a pasar a continuación— Nuestra maldición siempre necesita un pago, y el haberme salvado la vida requería a cambio otra alma humana. Mi primera víctima fue ella, quien sería el alma más pura que una doncella de su edad podría tener…..
Como si ella no lo esperara, Fate actuó como un hermano amoroso y la abrazó con fuerza...
—¡No! —exclamé con fuerza, mientras seguía consciente de que todo era solo un recuerdo...me sentí patético.
—No tienes idea de lo poderosa que es el hambre en nosotros. Sé que puedo sonar redundante, pero es la verdad. Cuando uno está en inanición o cerca de ella, no puede distinguir entre amigos, familia, amores o enemigos. A tus ojos, todos son o serán comida. Serán un alimento que te ayudará a salir de ese estado. Esto te ocurrirá una y otra y otra vez. En un ciclo infinito de miseria sin fin.
De repente, los rugidos animales comenzaron.
—¿Noir? —dijo ella confundida por el repentino cambio de humor de su hermano.
Finalmente, la pesadilla comenzó con él atacando a su presa de forma horrible, un acto que prefiero no describir. Era como si un depredador del reino animal estuviese devorando a una pobre gacela. Solo pude cerrar los ojos y taparme los oídos, pero nada funcionaba; solo escuchaba los gritos de la hermana, mientras mi maldita hambre o apetito aumentaba segundo a segundo.
—Al final, la terminé devorando, y desde entonces no recuerdo mucho, pues una vez que nuestra inanición inicia, nada puede pararla. Esa etapa es la que estás atravesando y no puedes hacer nada... —dijo Fate mientras chasqueaba los dedos, y regresamos al mismo lugar donde comenzamos.
La única diferencia era que yo estaba en el suelo, mientras él comenzó a mirarme con interés. En este punto, no tenía dudas de que estaba en apuros, y el hambre solo me hacía desear morir. Ni siquiera podía formular un insulto hacia Fate para que dejara de mirarme de esa forma.
Todavía podía sentir mis labios sangrar mientras intentaba distraer mi mente de este infierno que estaba sufriendo.
—¡Eres patético! ¡Eres un Devorador de Almas! ¡Acéptalo y alimentate! Resistirlo solo empeorará las cosas...
Solo quería dejarle claro que aún era fuerte, que, a pesar de todo, él solo era un desgraciado de mierda que no podría vencerme espiritualmente.
—¡Un héroe jamás se rinde! ¡Me he roto el maldito brazo un millón de veces! Puedo resistir mi hambre, solo comeré comida...
Obviamente, mi declaración lo sacó de sus casillas.
—¿Qué no has entendido de mi triste y patética historia? Eres un devorador y comes almas y ¡punto! —me espetó con furia en su voz— ¡Es más!...
No me gustó el tono con el que terminó esto, especialmente porque parecía haber tenido una idea.
Después, su sonrisa sádica me destrozó.
—Creo que mi deber como tu antecesor es darte tu primera comida... Resulta curioso que siendo nativo de la tierra no encontré nada de maná en tu cuerpo, pero sí la capacidad de que más de una alma orbitara cerca de la tuya. Cuando eres un Devorador, intuyes o ves esas cosas... y creo que prácticamente tienes comida flotando alrededor de ti.
¿Los portadores?.....¡Mierda! Son almas….Al verme en este problema, trate de negar la realidad como siempre.
—¿Qué demonios estás diciendo? Ellos no tienen nada que ver... yo jamás les haría daño. Eres un idiota si piensas lo contrario...
Lo peor de todo es que mis palabras solo lograron emocionarlo.
—¡Eso lo veremos!
Fue entonces cuando, sin pensarlo, me dio una patada que me lanzó volando inexplicablemente fuera de su habitación o palacio mental. De alguna manera, terminé rápidamente en lo que parecía ser el reino de los vestigios, tal como lo recordaba cuando había sido convocado allí para hablar con ellos.
No me costó levantarme después del fuerte sacudón que me dio este tipo, y me encontré de pie frente a los anteriores portadores de mi Quirk. Parecían más que confundidos por la forma en que aparecí, y, peor aún, yo no fui invitado por ellos para estar allí.
—¿Izuku? ¿Qué demonios haces aquí? —exclamó Nana Shimura al verme de esa manera— ¿Dónde estabas?
Hasta el día de hoy, sospecho que ella intuía que algo estaba mal, especialmente porque aún me sostenía el estómago sintiendo el infierno que me estaba consumiendo. De hecho, ella no era la única, ya que aparentemente los demás también sospechaban al igual que ella de mí.
No los culpo, y parte de mí habría deseado que reaccionaran rápidamente para detenerme y matarme desde adentro. Lástima que no lo hayan hecho…
—Yo….
…..Porque desde que Fate apareció en la sala del reino de los vestigios, el destino de todos ellos estaba sellado. Nada podía evitar que él me alentará a saciar el hambre que sentía.
—¿No es obvio? Ustedes serán el alimento de este chico —dijo como si anunciara el banquete de un restaurante, con una despreocupada manera de decir esas palabras— ¿No vas a probar, Izuku?
—¡Tú! ¡Maldito carnicero! —exclamó Bajo al ver que ese idiota se infiltró en el reino de los vestigios— ¿Qué haces aquí?
—¿Izuku? ¿Qué es esto? ¿Por qué estás con él? —preguntó un portador cuya cara se volvía cada vez más borrosa.
Luego, todo se volvió más borroso, con los portadores poniéndose a la defensiva…
—Yo no les haré daño…
¡No voy a caer! ¡TENGO QUE EVITAR QUE DAÑE A LOS ANTERIORES PORTADORES! ¿Caer? ¿Caer sobre qué? ¿Proteger? ¡Por favor! ¡Ellos son los anteriores portadores! ¡Se enfrentaron a Bakugo! AFO debería estar orgulloso de ellos al ser sus antecesores… ¡Espera! ¿Qué estaba diciendo? No sé… ¿Por qué Fate-san los está provocando?... Porque parece que se está… no, creo que se está fragmentando en… ¿qué? Creo que tengo hambre…
—¿Por qué me ven así? Solo quiero hablar con ustedes... —una sonrisa se formó en mi cara—. ¡Solo quiero protegerlos!
¡Un momento! ¿Por qué me están atacando? ¡Yo soy su elegido! ¡Me traicionaron!... ¡Qué fácil fue esquivarlos! … ¡Es más! Les quitaré sus poderes… ¡Así verán para que no me traicionen!
—¿Por qué esas caras? ¿Sus poderes no funcionan?... ¿Sabías que eres muy linda, señorita Nana? —dije mostrando mi sonrisa más positiva.
¿Por qué me miran asustados? ¡Yo soy su elegido! ¡Deberían respetarme a mí!... ¡Nunca supe que Nana-san fuera tan linda!... ¿Por qué ella me está rogando piedad? Solo quiero jugar… y solo necesito esa cosa blanca y luminosa que está en su pecho.
—¡Oh, vamos! ¡Solo estoy jugando! —dije sonriente…
Después de eso, mi mente parecía nublada. Más que nada, solitaria. ¿Por qué oigo solo gritos? … ¿Por qué tengo la cosa blanca y luminosa de Banjo en mi boca?... ¿Eso es sangre?
¿No sabía que la sangre fuera de color oscuro? ¿Los vestigios pueden sangrar?
.....Todo se nubla de nuevo......¿Porque esas cosas luminosas saben tan deliciosas?......
¿Por qué de repente estoy en el estacionamiento?.....¿Acaso volví?....El cuerpo de ese desgraciado está en el piso.
¿Por qué aún tengo hambre?
¿Porque tengo a las dos únicas mujeres que he llegado a amar en secreto en mi solitaria y puta vida tendidas en el suelo?
Continuará….
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