El Dios y la ciencia de Jonathan Edwards
Jonathan Edwards era un hombre creyente y su frase "Fire and brimstone" (fuego y azufre por su traducción), quedó marcada en sus escritos como un símbolo del tormento por el que pasaban los pecadores. A pesar de su creencia en Dios, también era un hombre de ciencia y razón.
Desde temprana edad se vio rodeado de religiosos devotas, una referencia que se ve en toda su literatura. Desde joven era conocido por su brillantez, pues además de su idioma natal, también hablaba latín y griego.
Su devoción logró que lo convirtieran en pastor de una congregación en Massachusetts; sin embargo, su inusual modo de pensar logró que poco tiempo después le quitaran el cargo. Su trabajo más famoso es "Sinners in the hands of and angry God" (Los pecadores en manos de un Dios enojado), es un sermón cargado de emociones y lógica que causo, en su tiempo, un periodo de historia social, al presentar a un Dios omnipotente y severo. Esto lo puso en foco como persona de alto grado de persuasión para la sociedad. Lo que llevó a la sociedad a un nuevo despertar religioso.
Fuente:
Libro - "Prentice Hall Literature"
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