6. ¿Y ahora...?.
-¡Aurora!- El grito de Tremeine resonó en el salón.
< Es interesante, intrigante.>
-Colocamos la alerta Amber por las niñas...-
< Aterrador para algunos de ellos.>
-¿No?. Mataste a tu esposa, Harry...- El cañón del arma ya estaba ante sus ojos.
< Dejas de respirar, por un momento>
-No entiendo, que le paso- Los sollozos de Anastasia era lo único audible en el lugar.
< Y la angustia estropea tu juicio>
El Capitán tomo su rostro entre sus manos obligándola a mirarlo- Dinos, donde están, y no tendremos que utilizar brutalidad policiaca.
<Pero el verdadero reto apenas empieza>
-No me siento bien...-Aviso y cerro los por un segundo aturdida, escuchando voces en su cabeza, e imagines que pasaban con rapidez.
<No bajes la guardia>
Ellie y Ally…
Peter…
Phillipp…
Su madre...
<No te dejes vencer>
La varita y el cetro fusionarse en una sola siendo empuñada por...
<Ni por mi>.
¿Hadassa?.
<Ni por nadie más.>
En tan solo segundos Aurora cayo inconsciente en brazos del capitán y la teniente, dejando a todos asombrados y preocupados por su estado.
<O no sobrevivirás...>
………
………….
…………….
<...Han visto las cosas desde el punto de vista de la ahora muy humana princesa Emma, ahora verán las cosas desde el lugar en el que realmente inicio todo, el origen real de Ester De Louis o Hadasa, reina de Encantès.
Esperen un poco, será complicado entender, pero a su debido tiempo lo hará.
Acérquense y miren, como es que esta historia, cambia constantemente, giros y personas que nunca imaginaron ver, llegaran...>
-¡Las atrapare!- Les grito mientras las perseguía por ese bello campo con la grama tan alta, que cubría sus piernas.
-¡No, no lo harás!- Respondió una de las chicas mientras reía y corría feliz por la pradera, disfrutando de los pocos momento felices que aun conservaban.
-¡Oh, sí lo hare!- Grito el chico mientras corría más rápido para atraparlas.
-Oh no- Dijo una de ellas al notarlo más cerca- Creo que nos atrapara, Kayla.
-No, esta vez- La joven sonrió con diversión y direcciono su mano hacia él, un rayo brillante plateado y un poco azulado salió de su mano golpeando al chico tirándolo sobre el suelo- ¡Lo siento, Peter!- Exclamo mientras se alejaba corriendo.
-¡Kayla!- Grito Peter para luego levantarse y correr con más fuerza, hasta adentrarse en el bosque, corrió por un largo rato tratando de encontrarlas atento a todo, pero se vio obligado a detenerse y tomar algo de aire, mientras observaba a todos lados alerta, por el rumbo que sus amigas habían elegido, era el peor bosque del lugar.
Hablar no era una opción, no hay dentro, cualquier sonido, cualquier paso en falso, era una muerte segura.
¿Qué hacer en una situación así?
Era la verdadera pregunta, correr y dejarlas ahí, con un futuro incierto, o buscarlas.
Buscarlas. No podría dejarlas ahí.
Antes de poder dar un solo paso el crujir de las ramas secas sobre el suelo llegaron a su oídos, escucho una pequeña risa y luego vio a alguien correr entre las ramas.
-¿Kayla?...¿Choel?- Pregunto mientras observaba esas figuras moverse entre las plantas, relamió sus labios y avanzo hacia esas plantas- Kayl ¿Eres tu?...¿Kayla?.
Toco las plantas para apartarlas de su camino pero en cuanto tuvo contacto con la planta, esa se enredó a su mano y clavo una espina sobre la palma de su mano, la planta destilo un color verdoso.
Y Choel grito:
-¡Es Darius!-
-¡CORRE!-
El joven príncipe se sobresaltó al escuchar los gritos de pánico de sus amigas, rápidamente corto la planta con una daga y trato de correr pero sorpresivamente algo lo golpe en la cabeza lanzándolo al suelo aturdido.
-¡Peter!-
Era la voz de Kayla.
-Príncipe Peter...-Una figura masculina emergió de la oscuridad del bosque, con una sonrisa siniestra plasmada en sus labios- ¿Dejar a tu novia y amiga en manos de un ser como yo?. Lo creía más valiente.
-¿Dónde están?- Pregunto mientras trataba de levantarse del suelo pero recibió otro golpe en la espalda, regresándolo al suelo.
Al mirar sobre su hombro se encontró con Livi, la fiel seguidora y mano derecha del peor hombre que ha habido en ese mundo, un genuino villano, pero no de cuento de hadas.
Livi era tan parecida a su hermano, pero mil veces más hermosa, era más joven que Darius, con el cabello negro, labios rojos y provocativos, facciones delicadas y definidas, ojos verdes puros como dos esmeraldas, pero era tan bella, incluso mss que Cenicienta o Blanca Nieves.
Pero era pura maldad y locura.
-Hola, Peter- Lo saludo la mujer con una sonrisa cínica- ¿Quieres ver a las chicas?. Míralas…-Levanto su mano, su precioso y algo siniestro anillo relució entre sus dedos, las chicas se elevaron de entre los árboles, gárgolas volaban a su alrededor.
-Kayla…-Murmuró con la mirada fija en ella, preocupado porque Livi la dejara caer y la asesinará como hizo con muchos.
-¡PETER VETE AHORA MISMO!- Le grito Kayla.
-Oh, dulce amor- Se burló aquel hombre- Salva a la damisela en apuros, príncipe. Sálvala.
Aquella sonrisa en su rostro se desvaneció luego de unos segundos, cerro los por unos segundos y al abrirlos Livi ya no estaba ahí, Peter estaba de pie sosteniendo una espada.
-La abuela al rescate ¿No?- Cuestiono para luego observar a su alrededor, las chicas ya no estaban en medio del aire- ¿Y dónde está tu abuela, Peter?.
-Aquí, Darius- La voz fría y escalofriante, del hada oscura más poderosa que ha existido, se escuchó en el oscuro bosque- Y creí que te había quedado claro la última vez…
Darius giro para encararla y con sus poderes elevarse en el aire para estar a la misma altura- Maléfica-
-No, te metas con mi familia- Lo amenazo para luego volar hacia Peter y tomarlo en brazos para sacarlo de ahí.
******
-¿¡En que rayos pensaban?!- Les reclamo Diabal.
-Lo siento- Se disculparon los tres jóvenes.
-Un lo siento, no es suficiente- Dijo Phillip mientras caminaba con una mirada seria que le dirigió a su hijo- Peter, conoces los riesgos de este lugar, de alejarse Del Páramo.
-Pusiste en riesgo a las chicas- Dijo esta vez, el padre de Choel, el hombre que alguna vez estuvo buscando a una mujer con zapatillas de cristal.
-Padre...-Trato de explicarle, pero el la hizo callar con un gesto de manos.
-No vuelvan a hacer algo así- Dijo el hada con los cuernos- Pudieron morir, y explicarle a tu madre que su hijo murió, por ser un tonto…-Miro directamente al muchacho- No será una bonita bienvenida.
-Lo siento, abuela- Se disculpó el chico.
-Me temo que no es suficiente, Peter- Dio un largo suspiro para luego caminar hacia el lago- Es la quita tontería que hacen esta semana. Lo mejor será…-Hizo una breve pausa para luego con algo de pesar darles una triste noticia- Separarlos un tiempo.
-¡¿Qué!?- Pregunto Kayla alterada.
-¡No!- Se quejó Choel mientras se levantaba del tronco en el que se había sentado- No pueden hacernos esto.
-Sí, si podemos- Dijo su padre- Porque somos adultos.
-Pero...-La princesa trato de objetar, pero su padre la sujeto del brazo- Padre…
-Vámonos, Choel- Sentencio con seriedad para luego caminar lejos arrastrando a su hija con él.
Malefica lanzo una esfera verde unos cuantos pasos frente a ellos, la cual abrió un portal que ambos atravesaron en segundos, para luego cerrarse.
-¿A dónde los enviaste?- Kayla camino rápidamente hacia el hada oscura, que simplemente observaba el panorama.
-Kayla…- Peter trato de intervenir para evitar alguna discusión entre las hadas, pero el temperamento de la joven fue mas fuerte.
-No- Sus ojos azules se conectaron con su mirada marrón para luego mirar al hada- ¿A dónde los enviaste?.
-A un lugar seguro- Respondió sin mirar a la novia de su nieto.
-¿Dónde? El Páramo es el único lugar seguro- Frunció el ceño con levedad, al notar el silencio de hada- A menos que…
-Kayla- Maléfica trato de explicarle, antes que enloqueciera e hiciera un escándalo.
-Dijiste que no había un lugar seguro fuera Del Páramo…-Le recordó Kayla, la hada oscura solo suspiro y llevo su mirada al cielo purpura- Nos mentiste.
-No les mentí. Los protegí-
-¿Protegernos?- Arqueo una ceja con ironía- Nos mentiste. Nos ailaste del resto del mundo, de nuestros amigos...-Sus grandes ojos azules empezaron a llenarse de lágrimas- ¿Dónde están los demás? Repunzel, Eugene, Blanca Nieves…-Nombro a algunas de las personas que en su vida fueron realmente importantes y que por ella no veía desde hace mucho- ¿Si, quiera dijiste la verdad sobre mi madre?.
El silencio que se formó en ese bosque, fue mortal, un silencio mortal que fue capaz de romper el corazón de esa joven hada de ojos azules y cabello dorado.
Kayla soltó un mar de lágrimas en ese instante, solo se dejó caer en el césped con las manos sobre un tronco, estaba abrumada, dolida...
Y traicionada.
Por aquella que juro protegerla.
Malefica camino hasta ella y poso su mano en su hombro- Kayla, debes entender…-
-¡No, me toques!- Aparto su mano bruscamente- Me mentiste.
-Es más que eso, Kayla…- Inicio el hada, tratando de buscar una manera leve de explicarle la situación, sin que suene como la más grande escoria del planeta-Es algo complicado…
La joven hada soltó una risa irónica- Complicado…-Repitió con amargura- ¿Fue complicado haberle dicho a una chica de dieciséis que su madre murió? -Se limpió las lágrimas con la palma de su mano para luego levantarse y encararla con una mirada fría- Me pareció que no fue tan complicado para ti, mentirme sobre eso.
-Hice lo correcto. Y ya veo que para ti, esto significo otra cosa, pero fue lo correcto, te protegí, todo este tiempo- Dijo pausadamente- Y…No es momento de rencores, ahora más que nunca Kayla, debes entender que cualquier paso o decisión que tomemos es por el bien de las personas que aún viven.
-¿Y crees que con mentiras, salvaremos a las personas?- Le reclamo enojada- Maléfica, perdimos nuestro hogar ¿Okay?. Lo perdimos desde que Darius, apareció, y destruyo todo lo que amábamos. No hay nada que salvar, ni a nadie…-Negó con levedad mientras mentalmente ya había aceptado la realidad, de su mundo, Darius, gano- El gano. Y gano hace mucho, y pretender que seguimos luchando que podemos ganarle, no nos sirve de nada. El gano, nos derroto.
-Kayla, el no ha ganado- Era cierto, que Darius tenía una ventaja, pero mientras no entrara al Paramo, aun habían esperanzas, y era algo que debía aclararle a Kayla, aunque no lo entendiera- Esto es una batalla, no podemos dejar que estas cosas nos afecten y que el gane la guerra.
-Ya no te creo- Se encogió de hombros- Ya no te creo….-Repitió con una mirada diferente, ya no le importaba nada- Y ya no tiene sentido seguir aquí. Él nos derroto...-Sus manos relucieron con un aura azul.
-Piensa bien las cosas, Kayla- La voz pasiva del príncipe Phillipp le pidió un poco de sensatez.
-Kayla, por favor, no lo hagas...-Peter le rogo que parara.
-Me voy, Pete- Dijo para luego juntar sus manos hacia el centro con esferas en ella, y desaparecer dejando pequeños bastones azules y brillantes.
-¡No! ¡No!- Grito el muchacho alterado y se tiro en el suelo para luego tomar los bastones entre sus manos y verlos desaparecer- Kayla.-Murmuró preocupado para luego mirar a su abuela- ¿A dónde se fue?.
-No...No lo sé, Peter- Respondió aun en shock para luego darle la espalda y caminar hacia el risco y observar el lugar con preocupación- Kayla, no sabes lo que has hecho.
Un gran estruendo se escuchó desde los cielos, el cielo se oscureció con rapidez sobre el Páramo, y la lluvia no tardó en llegar, preocupando al hada y a su fiel compañero.
-Ya inicio- Murmuró Diabal, para luego convertirse en un ave y volar lejos de ahí, buscando un buen refugio, si era un cobarde, pero lo mejor era estar lejos del Páramo cuando las cosas empeoraran.
-¡Diabal…!- Le reclamo Phillip mientras lo observaba alejarse.
-¿Abuela…?- Pregunto Peter confundido, por el extraño cambio en el Páramo, se sentía…Raro- ¿Qué sucede?.
*******
-El castillo de Maléfica- Propuso el encantador príncipe azul, sus ojos estaban posados sobre el mapa antiguo que estaba tendido sobre la mesa y su mano en su rostro rascando aquella barba que raramente había aparecido en su rostro cuando todo eso inicio- Esta desierto, desde hace años. Y es imposible llegar ahí, sino eres un ser mágico...-Señalo un punto más oscuro del mapa apartado entre montañas y plantas venenosas- No hay manera de rodearlo o atravesarlo para llegar al castillo, solo se debe volar para llegar a él.
-Hay se oculta- Dedujo la mujer de cabello rubio, que alguna vez fue una niña que conoció a un conejo blanco.
-No podemos estar seguros- Agrego el hombre con el arco y la flecha y el mechón rojo entre su cabello que ahora lucia muy oscuro- Hay otros puntos, que fueron guaridas de villanos a las que en el mapa se ve de llegar...-Tomo un pincel y lo mojo el pintura roja para luego marcar algunas X, en distintos lugares del mapa- Los calabozos de la Reina Roja, la casa donde creció la Reina Malvada, la cabaña de la bruja come ni…-Guardo silencio para luego mirar a la mujer de cabello oscuro y piel pálida que estaba entre ellos.
-¿Qué ibas a decir, Robín?- Lo interrogo la mujer mientras movía sus dedos inquietamente sobre la madera de la mesa.
-Yo…-Observo a todos para luego suspirar y dejar el pincel aun lado- Vamos, es cierto. Comías niños.
-Soy vegana ahora- Aclaro con cierta molestia- Y aun puedo convertirte en un zorro apestoso, otra vez, Hood.
-Suficiente- Sentencio Alicia seriamente para luego suspirar- Robín, tiene razón. Hay muchos puntos, hay muchos lugares en los que Darius, se puede ocultar.
-Deberíamos dividirnos y buscar en cada lugar- Propuso la mujer de cabello negro como la noche, piel blanca como la nieve y labios rosas como una manzana, que alguna vez la enveneno.
-Para eso necesitaremos más apoyo mágico- Propuso un castaño de cabello no tan largo y buena forma física, un hombre que una vez conoció a una chica de cabello extremadamente largo- Lo mejor sería enviar a las brujas, y hadas que tengamos a la mano.
-¿Quieres asesinar a tu suegra? ¿No?- Lo interrogo con una sonrisa burlona la bruja en la habitación.
-Gwen...- Blanca Nieves llamo la atención de la bruja, con desaprobación por su comentario- No digas esas cosas.
La bruja soltó una risita traviesa propia de las de su especia, una risa tan irrealista e infantil- Lo siento- Se disculpó con burla, Alicia pudo ver la sonrisa de sonriente plasmada en sus labios.
-Señores- Alicia les llamo la atención- Concéntrense.
-¿A quiénes enviamos?- Pregunto Hood.
-Queen- Ofreció Blanca Nieves de inmediato, logrando que todas las miradas interrogantes y confusas fueran hacia la princesa- La convenceré.
-Madre Gothel- Dijo Eugene.
Gwen arqueo una ceja en dirección del ex ladrón- ¿Enviaras a tu suegra a una posible muerte?- Pregunto confusa- ¿No soportas a Gothel? ¿Cierto?.
-Gwen- Dijo esta vez Alicia, llamando la atención de la joven bruja- Cierra la boca.
-¡Úrsula!- Exclamo Gwen- Podríamos traer a Ursula con nosotros.
-¿Fuera del agua?- Interrogo Robín no muy seguro.
-Es una bruja acuática- Dijo Gwen- Sus poderes funcionan fuera del agua, pero no es el mismo efecto.
-No creo que acepte- Dijo el príncipe azul- Debe estar algo ocupada.
-Es cierto…-Agregaron todos con algo de frustración.
-Y que tal, si...-Inicio Alicia mientras pensaba- No enviamos solamente a seres mágicos. A los mejores guerreros, como a Mulan.
-¿Enviar mortales con un hechicero demente que quiere matarnos a todos?- Pregunto el arquero en voz alta- ¿Enloqueciste, mujer?.
-Escucha, zorro- Agrego con un pequeño deje de molestia en la última palabra- Si enviamos a todos los que contienen poderes con él, puede que regresen aquí sin magia. Nos enfrentamos a Darius, un hechicero que tiene poderes tan grandes como los de Hadassa, no saldremos ilesos de esta, señores. Enviar a seres mágicos, solamente sería algo realmente estúpido.
-¿Quieres ir? ¿Cierto?- Le pregunto Blanca Nieves, con una leve sonrisa al conocer que su amiga al igual que Aurora, son fanáticas de las batallas.
-Efectivamente, princesa- Sonrió un poco mientras observaba el mapa e la mesa- Solo debemos esperar a Stephen, para que sepa que haremos y…
Un portal se abrió en medio de la habitación, de él salieron el par de rubios que faltaban ahí, pero no de la manera en la que todos esperaban verlos de nuevo juntos.
-¡Es tan injusto!-
-Choel...-Pronunciaron los adultos asombrados de verla ahí, ese no era el plan, no era el trato.
-Stephen, ¿Por qué la trajiste aquí?- Le pregunto Alicia realmente seria y preocupada por el bienestar de la joven, no era el lugar adecuado para ella.
-Oh no- Gwen llevo sus manos a su rostro frustrada para luego suspirar haciendo que algunos mechones de su cabello que estaban sobre su rostro volaran cómicamente.
-¡No puedes hacernos esto...!- Grito Choel mientras trataba de soltarse del agarre que su padre sostenía en su muñeca sin percatarse de sus acompañantes.
-Suficiente- Sentencio su padre con seriedad enojado por sus actitudes, que el habían contribuido a sus malcriadez, aunque le doliera todos tuvieron razón al decir que no la estaba criando bien- Es suficiente, Choel…..¡Ya basta!- Grito con enojo, solo así logrando que ella guardara silencio por un momento y dejara de pelear con él para liberarse- No quiero escucharte, o no tus berrinches.
-No quiero que me alejes de ellos…-Un par de lágrimas se asomaron en sus grandes ojos azules- No quiero…Son mis amigos.
Su padre se limitó a observarla y soltar su brazo sin nada de cuidado- Estas castigada. Sube al ático-
-¿Qué es este lugar?- Observo las paredes repletas de dibujos en todos lados para luego girar al sentirse observada- ¿Tía Nieves?....¿Eugene? ¿Y ustedes quiénes son? -Miro a Gwen y Robín- ¿Eres Alicia?.
-La misma- Respondió la británica para luego mirar al hombre detrás de la joven- Stephen, ¿Por qué trajiste a tu hija aquí? No es seguro.
-Tampoco era tan seguro allá- Respondió mientras observaba una pequeña cortada en la palma de su mano para luego tomar un trozo de tela de una mesa y envolverlo en la herida aún abierta y sangrante- Choel, ellos son Gwen y Robín Hood.
-¿Eres Robín Hood?- Pregunto mientras observaba al arquero de arriba abajo extrañada- Creí que eras un zorro.
-De hecho, lo soy- Respondió mientras tocaba el mechón rojo en su cabello- Pero es una historia…Extraña.
-Diría, hilarante- Agrego la bruja en la habitación mientras observaba fijamente a la joven, mirada que incomodo un poco a la princesa- Soy Gwen.
-Ahja…-Frunció el ceño un tanto confundida con su presencia- Perdóname, pero…¿A que cuento perteneces?. No recuerdo haber escuchado de alguna princesa llamada “Gwen”…-Observo su vestimenta con algo de disgusto- O una villana.
-Nunca mencionaron mi nombre, me decían...-Sonrió al imaginar la reacción de la joven princesa- Algunos aún me dicen...-Observo a Robín por un segundo- Bruja come niños.
Choel trago saliva con la boca abierta por la impresión y el miedo- Eres...-
-Sí. Lo soy- Aseguro con una sonrisa algo traviesa pero intimidante para algunos- Y recuerdo que las rubias malcriadas sabían exquisitamente bien.
-Amm...¿Papi?- Observo al rey realmente nerviosa.
-Ya basta, Gwen- Le ordeno el esposo de Blanca Nieves.
-Solo juego con la niña, David- Soltó una pequeña risa para luego mirar Stephen- Y bien, príncipe encantador. ¿Por qué traer a la niña aquí?.
-Sino la traía, moriría por hacer estupideces- Le dedico una mirada fría a la chica para luego caminar hacia una mesa en la que había una jarra con agua y servirse- A mí no me escuchara. ¿Blanca, David? Regáñenla.
-Eso estaba por hacer- La pareja camino hacia la joven y ambos la miraron interrogantes.
-¿Qué hiciste, jovencita?- Le pregunto David.
-No, hice nada malo- Se cruzó de brazos ofendida- Papá exagera.
-La última vez, que dijiste eso, rompiste un cuadro del castillo- Le recordó Blanca Nieves- Sera mejor que nos digas que hiciste.
-Salí a pasear con Peter y Kayla...-Empezó a jugar con sus uñas para no tener que ver la mirada que sabía que ellos le iban a dar- En un bosque fuera del Páramo.
-Choel…-La regañaron ambos adultos.
-¿En qué pensabas?- Blanca Nieves negó con desaprobación por sus actos.
-Pudiste morir, ¿Y luego que?- David rasco su barba mientras suspiraba- Fue una gran tontería, Choel.
-No, creí que mi padre ausente apareciera por sermonearme una salida con mis amigos- Observo al hombre con desprecio para luego mirarlos a ellos confundida- Y menos ustedes dos. Maléfica dijo que murieron, todos ustedes...-Miro a Eugene para luego mirar a su alrededor- ¿Esta es la torre donde Madre Gothel encerró a Rapunzel?.
-Lo es- Aseguro Eugene para luego caminar a la joven y observarla asegurándose que no estuviera herida- Veo que no fue tan malo el acto de rebeldía. No pareces estar herida.
-No, no lo está- Dijo Stephen mientras los observaba desde una gran distancia- Pero si está muy enojada.
-Creo, que tengo derecho a estarlo. Mamá murió y tú me dejaste con Maléfica, luego vino Darius y nos dijeron que todos murieron, la tía Aurora está en otra…¿Tierra?- Pregunto confundida para luego tomar asiento en la primera silla que logro ver y suspirar- ¿Qué sucede realmente?- Les pregunto a los adultos.
-Ya sabes que sucede- Le respondió su padre fríamente.
-Se, una parte, Rey de hielo- Se burló para luego rodar los ojos- La parte que Maléfica quiso que viéramos, había una guerra entre hechiceros fuera del Páramo, que arrasó con todo, y no era una lugar seguro.
-¿Eso les dijo, Maléfica?- Interrogo Gwen- Que bueno excusa.
-Así que todo fue una mentira- Dedujo Choel con molestia- Hadas oscuras, son siempre mentirosas.
-Hey, alto ahí- Le advirtió David- Maléfica, no les mintió. Si hay una guerra afuera, y Darius es el responsable.
-Dime, que pasa- Le pidió al notar su seriedad y preocupación.
-Darius, es un hechicero con poderes que quizá exceden los de Hadassa y Maléfica- Le dijo Blanca Nieves- Estamos en peligro, linda….-Camino hacia ella y se agacho frente a la joven princesa que le recordaba tanto a su mejor amiga, que ya había partido hace mucho tiempo- Él quiere matarnos a todos.
-¿Por qué quiere algo así?-
-….No lo sé. Lo siento- Tomo su mano y le dio un leve apretón- Debemos evitar hacer cosas torpes, como lo que hiciste. Darius, quiere matar a todos….A todos los que creo Hadassa.
Choel relamió sus labios para luego mirar a los otros que no había conocido hasta hoy- Ahora entiendo, porque Alicia está aquí. Creí que ella no dejaba Maravilla, por nada, ni nadie.
-Hay personas por las que dejarías todo, niña- Aseguro mientras suspiraba- Y en Maravilla, ya no hay nada para mí.
-¿Acaso…?-
-También fue destruido- El pesar y la nostalgia fue notable en su voz.
-¿Eres la única sobreviviente?- Pregunto con pánico al pensar que quizá ellos no correrían con la misma suerte de Alicia- ¿Vamos a morir? ¿No?.
-¡Choel!- La regaño Blanca Nieves.
-No soy la única sobreviviente, Choel- Le aclaro al notar su miedo- Y nadie moriría, y menos conmigo al mando.
-No sabes si eso sea posible. Podemos morir, ah muerto personas…Mi madre murió-
La mirada de Alicia viajo de la princesa a su padre para luego mirarla a ella de nuevo- Lo escuche… Lo siento mucho, linda-
-Mamá no debió morir- Aseguro con los ojos cristalinos- No es justo, no fue justo. Primero Hadassa le da una vida asquerosa con su madrastra y las hermanas malvadas, y luego permite que ella muera.
Alicia frunció el ceño confundida- ¿Qué no lo sabes?-
-¿Saber, qué?-
-Hadassa falleció antes de que tu madre muriera-
-¿En serio?- Observo a todos pidiendo alguna confirmación a eso, algunos agitaron la cabeza en modo de respuesta- No tenía idea.
-Fue hace mucho- Agrego Alicia- Y esas cosas no estaban sobre su control, Hadassa nos liberó cuando culmino las historias. Ya no nos controla.
-Nos dejó aquí, y estas cosas, eh- Dijo con amargura- Creo que hubiera sido mejor que nunca nos liberara.
-Choel, deberías subir a ver a Rapunzel- Le dijo su padre.
-¿Por qué esta arriba y no aquí?- Pregunto confundida.
-¡Oh, mi dulce princesa!- Una voz emociona se escuchó entre las paredes de la torre, una voz que reconocieron al instante.
-¡Tía Rapunzel!- Exclamo Choel asombrada, se veía diferente realmente diferente, aunque no le asombraba verla bajar con su propio cabello rubio y largo, pero le asombraba el gran bulto en su estómago.
-¡Rapunzel!- Gritaron todos los adultos alterados al verla columpiarse con facilidad con su gran cabello largo hasta llegar al suelo.
-¡¿En qué pensabas, mujer!?- Pregunto un nervioso Robin Hood.
-Estoy bien- Respondió la chica del cabello dorado y ojos verdes, para luego cerrar su mano derecha y hacer que su cabellera de más de seis metros desapareciera solo dejando su cabello a la altura del pecho- No se alteran, van a hacer que me altere- Les advirtió para luego caminar hacia la joven y tomar su rostro entre sus manos y plantarle un beso en la frente- Te vez hermosa como una princesa, pequeña.
-Y veo que ustedes dos….-Observo su vientre abultado para luego mirar a Eugene- Al fin tomaron la decisión, eh.
-Oh, si- Llevo su mano a su vientre con una sonrisa- Vaya idea, la de Eugene. Tener un hijo en medio de una guerra.
-No fue solo mía, según recuerdo- Camino hacia su esposa y le sonrió- ¿Qué demonios hacías columpiando desde las escaleras, amor?.
-Oh, cariño, quería bajar- Palmeo su rostro con cariño para luego tomar una manzana de una canasta y caminar a la mesa con el mapa- No quería perderme de toda la diversión.
-No puedes ir- Le dijo David.
-¿Por qué?- Mordió la manzana para luego arquear una ceja en dirección del príncipe- ¿Por qué estoy embarazada?. David, ni siquiera estar encerrada en una torre me detuvo de obtener lo que quería.
-Sí, y tu gran premio fue este- Robín señalo al ex ladrón- Lo golpeas con un sartén y luego te casas con él. Gran historia para tus hijos.
-Oh, cierra la boca- Le lanzo la manzana para luego tomar el pincel y trazar una línea en el mapa- Lugar equivocado. La mina de los siete enanos está aquí, me sorprende que Blanca Nieves no lo haya visto.
-¿Por qué no subes a descansar?- Le pregunto Eugene.
-Porque no estoy cansada, Eugene- Negó cansada de esa actitud, y atrapo la manzana que Hood estaba por lanzarle para luego morderla y escuchar al pelirrojo quejarse- Y no me provoques, o seré tu ex esposa.
-Ese sería un gran cuento para niños. ¡Oh, claro!- Gwen chasqueo los dedos y apareció una pluma y una hoja para luego empezar a escribir- Vivieron felizmente divorciados, la historia de Rapunzel y Eugene.
-Ja- La embarazada rio secamente.
-Solo trataba de relajar el ambiente- Hizo un pequeño puchero con los labios para luego desaparecer la hoja y la pluma.
-¿Y cuál es el plan? ¿Enviaran a Gwen como sacrificio humano?- Mordió la manzana mientras señala a la bruja.
-Agradece que estas embarazada- Le dijo la bruja con una leve sonrisa.
-¿Es niña…..-Las miradas viajaron a Choel al escuchar su cuestionamiento- O niño?.
-No hay manera de saberlo- Se encogió de hombros con una sonrisa impaciente y algo frustrada por no tener esa información.
-Pero, ¿Qué es lo que sientes?- Observo de manera analítica su vientre- ¿Qué te dice lo que sientes?.
-Me dice, que espere a ver que pasara cuando nazca- Rio al sentir una pequeña patada y luego miro a su esposo- Eugene…-Sonrió emocionada al sentir las patadas en su vientre.
-No puede ser…-Murmuró mientras acariciaba su vientre maravillado con los movimiento del bebe.
-Lo puedo sentir…-
-¿Y qué crees que te dice?- Le pregunto Choel tan emocionada como ellos.
Rapunzel observo a la ojiazul mientras pensaba en una respuesta- Correrá antes de caminar-
Choel rio- Es posible-
-David, Blanca, cuiden a Choel- Les pidió para luego caminar a las escaleras.
-¿A dónde vas?- Le pregunto su hija, quien de inmediato camino hacia él.
-Quédate, aquí- Le ordeno sin ni siquiera mirarla para luego subir las escaleras.
-Hey, Stephen...-Una joven rubia saludo al hombre mientras bajaba las escaleras, a lo que no recibió ni una respuesta, su mirada confusa viajo a su madre- Mami, ¿Qué le sucede? -Al estar en los tres últimos escalones salto de la escaleras divertidamente quedando en frente de…-Ma…-
-¿Alicia, es tu madre?- Interrogo Choel sorprendida.
-¿Quién es ella?- Pregunto la joven hija de Alicia.
La británica suspiro para luego abrazar por los hombros a su hija- Carly, ella es Choel, es hija de Stephen. Choel, ella es mi hija, Carly.
-Hola- Se saludaron, una con más ánimo que la otra.
-Carly, lleva a Choel arriba, para que conozca al resto- Le pidió Alicia a su hija, mientras acariciaba sus hombros.
-Está bien, mamá- Beso su mejilla con cariño para luego mirar a la oji azul- Vamos…-Tomo su brazo sin previo aviso para luego jalar a la princesa a las escaleras- Te van a agradar. O quizás, no...¿Te gustan las fresas? A mí me gustan, ¿Y a ti?...-Ambas rubias desaparecieron en las escaleras mientras Carly bombardeaba de preguntas a Choel
-Oh, pobre chica- Aseguro Gwen al saber lo parlanchina que era la hija de Alicia.
-Hey, tu...-Rapunzel tomo un pequeño frasco de cristal lleno de un líquido transparente y se lo lanzo a la británica, quien lo atrapo sin titubear- Ve con tu hombre.
-¡Shss!- Exclamo alterada y observo las escaleras asegurándose que las chicas no estuvieran cerca- Choel, aún no lo sabe. No digan nada.
-¿Y por qué no sabe qué vas a ser su nueva mami?- Pregunto una Gwen curiosa.
-Se pondrá como Bestia enojado, pero mucho peor- Un suspiro salió de los labios rojos de Blanca Nieves- No se lo tomara nada bien.
-Ella aun no logra superar lo que le paso a su madre- Bajo la mirada en señal de respeto por la trágica muerte de su amiga- Y Stephen fue un necio, y no escucho cuando le dijimos que había consentido mucho a Choel…Hará toda una rabieta, solo para ver enojado a su padre.
-¿En serio, piensas que hará eso?- Pregunto Alicia inquieta con ese pensamiento, sabía que debían decirle en algún momento, pero si esa iba a ser su reacción, no le gustaba imaginarse lo que ocurriría si su relación avanza demasiado, los días no serían buenos.
-Si sus días con Maléfica, la mujer más estricta que eh conocido, no le sirvieron para hacer un cambio de actitud…-David observo con algo de pena al notar la inquietud en sus ojos- El resto de tu vida con Stephan, no será linda.
-...Yo...-Suspiro para luego apartar el cabello de su rostro y darse la vuelta para subir las escaleras- Iré con el…
*****
-¿Qué edad tienes?- Le pregunto a la oji dorada mientras subían las escaleras.
-Creo que la misma que tú. Aquí es raro saber edades- Agrego con una sonrisa para luego detenerse, y abrir la ventana junto a ella.
Choel observo con curiosidad como todo tras la ventana era oscuro, como si hubiera un pasillo ahí, muy extraño realmente, la hija de Alicia entro con tranquilidad para luego extenderle la mano a la princesa.
-¿Vienes?-
Choel tomo su mano y con la ayuda de Carly, logro tocar el suelo, que estaba un tanto alejado de su entrada, la hija de Alicia soltó sus manos y cerro la ventana, mientras silbaba como si fuera uno de los siete enanos trabajando, para luego caminar por el pasillo algo oscuro, pero iluminado con algunas antorchas, Choel observo curiosa el lugar, habían algunas puertas en las paredes, todas estaban selladas, como si contuvieran algo ahí, cierta curiosidad le invadió, pero no la cautivo por completo, hasta que lo escucho.
“Flor que da fulgor con tu brillo fiel……”
-¿Quién canta?- Observo a todos lados tratando de encontrar a la dueña de esa voz.
Carly se detuvo un tanto seria, para luego jalar su mano sin previo aviso y hacerla entrar a una habitación de un empujón, haciéndola caer.
-¡Hey!- Se quejó la princesa desde el suelo.
-Ay, perdona- Se recargo en la puerta luego de haberla cerrado, para luego ofrecerla su mano- Te ayudo-
-Está bien…-Una voz masculina llego a los oídos de ambas rubias, alguien tomo los brazos de la princesa para ayudarla a levantarse- Carly, yo me encargo de Choel.
La princesa se giró de inmediato, sus orbes azules miraron asombrada al chico rubio y apuesto frente a ella, sonriéndole- Vincent…-Abrazo al chico sin darle tiempo de hablar- Estas vivo.
-Lo estoy- Sonrió y hundió su rostro en su cuello, sus dedos se enredaron en su cabello rubio acariciándolo.
-Uhh…-Otra voz llego a los oídos de ambos, para luego girar encontrándose con una morena con el cabello hasta las caderas- El amor es patético.
-Merlina…-Regaño a la morena para luego negar y mirar a su mejor amiga, Choel- Ella es así. Te acostumbraras.
-¿Y la flacucha rubia?- Metió unas uvas a su boca- ¿Quién es?.
-Es la hija de Stephan- Respondió Carly para luego tirarse en el sofá y estirarse- Es la nueva.
-Parece que para Vincent, no- Añadió otra voz desconocida para la princesa.
-Que tal- Saludo a todos los presentes al percatarse que habían más personas ahí- Soy Choel.
-Simón- Un pelirrojo apareció de la nada, frente a Choel, sus cejas bailaron sobre sus ojos verdes divertidamente para luego ofrecerle su mano- A su servicio, princesa. Por si quiere o requiere algo diferente...¿Como una lámpara? -Saco una lámpara de oro adornada con incrustaciones de diamantes.
-¡Hey, tu!- Una neblina purpura viajo por la habitación en segundos, Choel abrió la boca asombrada de ver a una joven morena sobre una alfombra como si montara una tabla de surf- Ladronzuelo…
-De acuerdo, amigos. Es momento de huir- Se despidió con la mano, para luego dar un salto hacia atrás, y correr por todo el lugar, haciendo saltos y piruetas en lugares estratégicos.
-Merlina-
-Si, si…-Acepto con fastidio, sus ojos negros relucieron de un intenso azul, y de inmediato Simón cayó al suelo convertido en…
Zorro.
La joven con la alfombra, navego por el lugar para luego tomar su lámpara y saltar la alfombra con una cálida sonrisa dirigida hacia la rubia.
-Choel, bienvenida- Le dijo cariñosamente para luego dejar la lámpara sobre la alfombra y acariciarla, la alfombra voló por los aires hasta que desapareció de la vista de Choel- Soy Jazlyn.
Choel abrió la boca sorprendida al notar algo interesante en la habitacion. Merlina y Jazlyn, eran exactamente iguales…
*****
La melodía de piano impregnaba el castillo, las teclas eran presionadas con rapidez y agilidad, pero no había nadie ahí sentado que tocara aquellas teclas, el violín flotaba en el medio del aire mientras era tocado por sí solo, ambas melodías contrastaban a la perfección, dándole un aire algo macabro al lugar con esa melodía tan fuerte y grave.
Un portal formados con colores oscuros, como verde y negro se abrió en el pie de las escaleras, de él, Darius y Livi salieron envueltos en una gran aura negra, que poco después se desvaneció.
-¡Como te atreves a hacer eso...!- Le reclamo Livi.
-Cierra la boca, Livi- Camino directamente hacia un escaparate de cristal y saco un botella con Whisky para luego servirse en un vaso y tomar con rapidez-Tengo una gran jaqueca. Y contigo gritando no me ayuda.
La pelinegra camino hacia él y le propino un empujón- ¡Te he dicho mil y un veces, Darius, que jamás me hagas desaparecer!.
Suspiro cansado- Livi...- Estaba cansado, tenía jaqueca, no quería discutir con ella y menos escuchar sus gritos y reclamos infantiles.
-¡No, no, no, Darius!- Exclamo enfadada- ¡No puedes controlar mi vida! ¡No puedes hacerme desaparecer cuando a ti, se te venga en gana…!.
-¡Ya cierra la boca!- Le grito enojado, la pelinegra dio un brinco por el sobresalto pero aun así trato de permanecer firme- Cierra la boca, ya es suficiente con que respires para mi...-Negó irritado para luego empujarla a un lado para pasar- Y debo escucharte cantar, llorar y quejarte y ahora debo aguantar tus gritos...-Negó y se detuvo en las escaleras para luego tomar el puente de su nariz entre sus dedos- ¡¿Quién puso música!?-
Los instrumentos cayeron estrepitosamente al suelo, Livi dio un pequeño salto en su lugar y cubrió sus oídos al escuchar el gran escándalo provocado por la caída de los instrumentos.
-¡Darius!- Exclamo la joven enojada por el repentino arranque de ira, que él le contagio a ella.
-¡No!- Se giró para encararla con molestia- No trates de reclamarme nada, Livi. Este enojo, es tu culpa.
-¿Mía?- Pregunto indignada.
-Tus gritos y quejas, me hacen enojar. ¿Qué no vez que te salve la vida?- Le reclamo para luego negar- Pero como dicen, mientras más hermosa…Mas hueca.
-¡Darius...!- Grito enojada y realmente ofendida para luego tratar de abofetearlo, pero el tomo su muñeca bruscamente evitando aquel golpe.
-Suelta a tu hermana en este instante, Darius- Un mueble de terciopelo rojo que no estaba anteriormente ahí, apareció en el medio de la habitación- Y tu Livi, no trates de abusar de tus derechos como mujer para golpear a tu hermano...-Se quitó los lentes y los dejó sobre su regazo para luego mirarlos seriamente.
-Madre- Ambos la saludaron para luego manteniendo la postura recta en la espalda bajar la mirada avergonzados por su comportamiento.
-Darius, te veo encorvado- Le recrimino su madre, a lo que su hermanita rio entre dientes- Livi, te vez vulgar con esa ropa...-Suspiro con frustración para luego chasquear los dedos en dirección de su hija, haciendo que su ropa cambiara por un vestido negro elegante y sin escotes.
Los hermanos se observaron para luego tragar saliva y mirar a su madre, aguardando el regaño que saben que nunca puede faltar cuando su madre los atrapa discutiendo algo que realmente le molesta.
La mujer jugo con sus lentes sobre su regazo dejándolos en la espera del regaño- Y ahora…¿A qué se debe su pelea?-
-Darius, me...-
-Livi, es una mimada.-
-¡Darius!- Exclamo su hermana ofendida sin tomar en cuenta que gritaba en su oído.
-¡No grites!- Le grito él aturdido por la jaqueca que aumentaba a cada segundo.
-No quiero escuchar más- Ordeno su madre para luego levantarse y caminar por la habitación hacia la biblioteca y regresar el libro que leía momento antes que sus hijos llegaran a casa interrumpiendo su lectura- ¿Dónde estuvieron? Esa jaqueca no se causó solo por los gritos de Livi.
-En un ningún lugar, madre- Respondió Darius, antes que su hermana hablara.
-Mentirme no hará que te salves de algún regaño, hijo- Camino hacia ellos y acaricio el rostro de su hija para luego mirar a su hijo y peinar su cabello oscuro y suave- Solo lograras que me enoje mucho más. ¿Dónde estuvieron?.
-En el bosque- Respondió su hijo para luego apartar sus manos y alejarse de su madre sin dar más información- Iré a descansar -Aviso para luego tratar de subir el primer escalón de las escaleras.
-Estuviste atosigando a las personas que te dije estrictamente que nunca molestaras ¿No?- Pregunto haciendo que se parara en seco- ¿Maléfica? ¿No? ¿O a Madre Gothel?...No, no, no…-Negó con la cabeza para luego mirarlo fijamente- ¿Tratabas de encontrar a Lady Tremeine? ¿No?.
-No te mentiré, esta vez- Se giró con lentitud para mirar a su madre- Trate y me lleve a Livi, conmigo por eso…Pero el nieto de Maléfica, la hija del hada madrina y la hija de Cenicienta, se aparecieron en el bosque. Y bueno, yo…
-Decidiste, molestarlos- Completo la oración por el- ¿No?.
-Con Kayla fuera, el Páramo estaba desprotegido, plante una esmeralda ahí, cuando no lo notaron-
-Ahh, Darius…- Se tomó la nariz estresada- No sé cuántas veces eh de repetirlo. No molestes en el Páramo, es el lugar más seguro y peligroso que hay para ti.
-Puedo derrotar a Maléfica- Dijo serio, se sentía subestimado por su propia madre, como siempre había sucedido- Soy más poderoso que ella…-Soltó con enojo- Soy más poderoso que cualquiera ¡En este asqueroso mundo!.
-Darius, ya basta…-Le ordeno su madre para luego tomarlo del rostro y observar sus ojos con tristeza- No vivas en una mentira, cariño...-Acaricio sus mejillas con los ojos suplicantes- Termina con esto ya, ¿Si?. Termina con esto.
-Madre, no me...-Sus ojos se posaron en el collar que relucía oculto entre la ropa de su madre, con algo de seriedad pero tristeza observo a su hermanita, quien observaba la piedra de su collar iluminarse intensamente, no era capaz de estar solo otra vez, no podía -No, madre- Dijo serio- Se lo que hare...-Aparto sus manos y subió las escaleras en segundos.
Los cuadros colgados en la pared se sacudían con brusquedad, cuando el pasaba frente a ellos, con un simple movimiento de manos pudo hacer que pararan, aun sumido en sus pensamientos con magia abrió las puertas de una habitación para luego entrar y dirigirse de inmediato a una ventana y observar detrás de ella, no pudo observar más allá.
Veía lo que estaba ahí, una ilusión demasiado elaborada para ser real, un ilusión para engañarse asimismo.
Y no sentirse tan loco.
-Escuche todo eso-
Un suspiro pesado escapo de sus labios para luego recargarse en el marco de la ventana- ¿Qué tal tu día?.
-Mejor, que el tuyo- Sus delicadas manos se posaron sobre su hombro apretándolo ligeramente- Escuche todo, ¿Por qué atacaste a unos niños?.
Darius suspiro y tomo su mano para luego girarse y mirarla, tratando de encontrar algo de paz en su mirada, pero no ocurrió.
Desde hace ya tiempo su versión algo retorcida de lo que alguna vez fue su vida, ya no lo reconfortaba, pelear con Livi era costumbre, cuando no recordaba ni una vez haber peleado con su hermana antes, la amabilidad de su esposa, no la aguantaba, cuando sabía bien que su amor, no era así, no era lo que el veía, no era esa ilusión que el mismo formo.
-Sabes, que puedes contarme todo ¿No?- Sus cálidas manos tomaron su rostro, y le dedicaron una sonrisa, se perdió- ¿Qué pasa?.
Sus manos nunca fueron tan cálidas, siempre eran frías, nunca su esposa le sonreía cuando sabía que había hecho algo malo, su voz nunca sono tan dulce como en ese momento.
-Ella, yo…-Se aclaró la garganta y aparto sus manos amablemente, no era ella, pero no querría herir sus sentimientos- Necesito estar solo un rato.
-De acuerdo- Le sonrió y salió de la habitación dejándolo aun peor con sus sentimientos.
-Mi Ella, nunca hubiera estado de acuerdo- Bajo la mirada y apretó los puños- ¿Qué hice mal? ¿Qué hice mal?...-Se recargo en la peinadora y observo su reflejo en los espejos- ¿Qué hice mal? -Gruño y golpeo la mesa con su puño causando una abolladura que desapareció mágicamente luego de unos segundos- ¿Por qué estos poderes nunca hacen lo que yo quiero? -Se preguntó molesto observando el aura negra en sus manos.
Mientras Darius, se hundía cada vez más en su propio sentimiento reprimido y soledad, al otro lado de este ahora no tan hermoso reino, las cosas se estaban poniendo realmente intensas y peligrosas.
-Phillip, entiende, ya no puedo…-Malefica trato de explicarle a su yerno la situación delicada, pero un gran estruendo lo interrumpió, un gran relámpago bailo en el cielo de color violeta, interrumpiendo su habla y dejándolos atentos a todo- Avanza rápido…-Pronuncio inquieta
.
-¡Maléfica, por el amor de Dios!- ¡Piensa en algo rápido!- Grito Phillip alterado.
-¡Ya no puedo hacer nada más, Phillip!- Respiro profundo, junto sus manos frente a su rostro mientras caminaba sobre el césped de un lado a otro nerviosa- No puedo ir por ella, no sé dónde está Phillip. Y sin ella, el Páramo corre un gran riesgo.
-Eres el hada más fuerte y poderosa que ah existido, Maléfica- Camino hacia ella un tanto suplicante- Haz algo.
-Phillip….-Susurro decaída- No puedo hacer nada. Mi magia de hada no se compara a la terrible mezcla de magia de hada y bruja que posee Darius. Cualquier ataque él lo regresara, amplificado y peor con dos tipos de magia diferentes….-La preocupación en su rostro, solo logro que el príncipe o mejor dicho ahora rey, no tuviera ganas de rendirse, el hada se giró y desde la punta del barranco observo el lugar, su hogar, que quizá iba a ser destruido.
-Dices que estamos acabados-
-Tal vez- Respondió con un suspiro- El hechizo para mantenernos protegidos de la magia de Darius, es complicado, Darius contiene magia producida por una hada y una bruja, combinados en un ataque mortal en mano de un demente…Necesito a una bruja poderosa, o una hada dorada, y no existe brujas poderosas que quieren aportar, y la última hada dorada acaba de huir.
-Iré a buscarla- Se ofreció Peter, su padre y su abuela lo miraron sorprendidos y serios- Es mi novia, debo ir por ella. Es mi deber.
-No, Peter-
-No digas tonterías, Peter- Le recrimino su abuela- Afuera no vas a sobrevivir.
-¿Padre?- Lo observo tratando de buscar su apoyo, no aprobación.
-No, Peter- Le dijo seriamente- No es seguro afuera.
-Para Kayla, tampoco- Aseguro conociendo lo distraída que a veces es- Soy un soldado y príncipe, debo dar todo por mi gente. Eso me enseñaron.
-Les dije que no actuaran tan altruistas con el niño- Le reclamo Maléfica frustrada- No vas a ir. Te comerán vivo, Kayla tiene magia resistirá.
-¡No puedo dejarla sola allá afuera!- Exclamo el joven príncipe perdiendo la cordura- Hay otros riesgos para ella, el bosque en un lugar salvaje. Los animales la atacara cuando este distraída, los lobos….Es presa fácil para a un animal, una hadita.
-Él tiene razón- Admitió Maléfica mientras suspiraba- Kayla esta indefensa ante animales.
-Creí que las hadas podrían controlar animales- Phillip un tanto confundido miro a su suegra buscando una explicación- ¿Por qué ahora no?.
-Darius-
-Ese sujeto tiene la culpa de todo- Se sentó sobre una roca y atrapo su cara en sus manos- No podemos dejarlo ir allá ¿O sí?.
-¿Me dejaran?- Pregunto Peter.
-Está en discusión- Agrego el hada- Podríamos, Phillip, pero….No creo que pase el valle encantado por las sirenas.
-Eh lidiado con sirenas, antes- Le recordó el muchacho- Se cómo ignorarlas.
-Su canto, no es fácil de ignorar- Le advirtió Maléfica.
-Se hacerlo- Aseguro decidido- Déjenme ir por Kayla, por favor.
-De acuerdo- Acepto su padre resignado- Solo porque sé que si estuviera con tu madre en esta situación, ya hubiera ido por ella.
-Ve a ahora- Le ordeno Maléfica- Tienes hasta que el sol vuelva a salir. Para traerla, si no están aquí después de eso, será muy tarde.
-De acuerdo- Acepto un tanto inquieto con esas palabras para luego despedirse de su padre y hacer lo mismo con su abuela.
-Usa esto en todo momento- Formo un pequeño collar con una piedra color verde esmeralda y se la coloco- Te protegerá de la magia de algunos seres mágicos. No te hace inmune a las sirenas, porque eres hombre.
-Gracias- Le sonrió con levedad y luego beso su mejilla- Estaré bien.
-Ten muchísimo cuidado. Este lugar ya no es el mismo, Pett, cambio demasiado- Le advirtió algo preocupada.
-Estaré bien- Aseguro el joven príncipe, para luego caminar sobre el pasto en dirección a un gran riesgo, pero haría eso y mucho más por Kayla.
El príncipe Peter caminaba con decisión y valentía a los límites del Páramo, a un lugar desconocido, dispuesto a salvar al amor de su vida. Una actitud inesperada; Pero su valentía, le daba seguridad y confianza, el amor de su vida en peligro le daba fuerza.
Pero abandonaba el Páramo, se iba, con posibilidades de nunca volver a ver a su padre y abuela, dejando el Páramo….
A mi alcance.
-¿Crees que sobreviva?-
-Si encuentra a Kayla antes que Darius la encuentre….Si, si va a vivir-
-Entonces, la vida de Peter…Depende de que encuentre a Kayla-
-Por eso no quería dejarlo ir- Agrego para luego suspirar frustrada y tomar asiento sobre una roca.
Maléfica cerró los ojos tratando de pensar, meditar, y encontrar una buena solución, pero todo lo que sucedía no le dejaba concentrarse, los truenos y relámpagos constantes, las criaturas mágicas chillar desde abajo por el miedo.
La corona…
El cetro…
Sus ojos azules…
Maléfica abrió los ojos, encontrándose con un vacío infinito, empezó a caminar con serenidad y calma, no era pasto, era agua, no sabía que buscaba, pero sabía que debía continuar caminando, podía sentir, a cada paso cada daba, que estaba mucho más cerca de algo….
Familiar….
-¿Mamá?-
Maléfica levanto la mirada, buscando a su pequeña, en un pestañeo Aurora estaba frente a ella, luciendo la corona, desgastada y con diamantes esmeraldas, su cabello se veía sombrio con mechones de un marrón oscuro, su magia estaba mal, su aspecto lo decía.
-Mamá….-Avanzo hacia ella con lágrimas en los ojos, para luego abrazarla con fuerza- Mamá….-
-Oh, mi niña, mi Aurora- Maléfica cerró los ojos mientras acariciaba su cabello para luego tomar su rostro entre sus manos- ¿Por qué te vez así?.
-Mis poderes….Lo siento extraños, diferentes. ¿Qué está pasando en casa, mamá? Por favor, dime-
-Es complicado, mi niña. Pero debes volver a casa, concéntrate, Aurora, sé que puedo traerte de vuelta…..-
-De acuerdo…..-Tomo sus manos entre las suyas, para luego cerrar los ojos y respirar profundo.
-Concéntrate- Le pidió con suavidad.
Auras azules y verdes empezaron a salir de sus cuerpos, destilando en todo el lugar, hasta volverse algo mucho más grande y fuerte.
-Un poco más, Aurora-
La rubia asintió, y frunció el ceño manteniendo sus ojos cerrados, aquella aura verde se convirtió en una gran llama alrededor de ambas, haciendo volar su cabello con fuerza.
El eco de una puerta abrirse resonó en el lugar desconcentrando a Maléfica, el hada oscura abrió sus ojos y pudo un reflejó del castillo plasmada en una pared de esmeraldas, dos niñas aparecieron en su campo de visión, abrió los ojos con sorpresa y observo a su hija con cierta duda.
-Aurora, ¿Si eres tu…?...-Pregunto mientras la miraba fijamente confundida- ¿Por qué ella se siente como tú?.
Aurora la miro con sorpresa y para luego girar su cabeza hacia el reflejo detrás de ellas- ¿Ally?-
Un rayo salió disparado del reflejo, quebrando por completo la pared de esmeraldas, una explosión de sus poderes las obligo a soltarse.
-¡Maléfica!¡Maléfica!- Grito Phillip alterado despertando a su suegra del trance- ¿Quiénes son ellas? -Pregunto mientras miraba a ambas niñas en el pasto verdoso del Páramo.
Maléfica entre abrió sus labios para luego caminar hacia las niñas con lentitud, examinando sus rostros, su cabellera rubia y piel que le recordaron profundamente a Emma, y ese cabello negro y piel blanca, se le hizo tan familiar, frunció el ceño y se agacho junto a las pequeñas para luego apartar el cabello del rostro de Ellie y tomar su mentón.
-Esta niña….Se siente como Aurora- Miro a su yerno, quien frunció el ceño confundido- Se siente como ella.
-¿Cómo es posible?-
-Hay magia en sus venas- Deslizo su dedos sobre sus brazos, sus venas destilaron de verde como una corriente mágica traspasando en ellas- Magia de Aurora…..Mi magia.
-¿Qué quieres decir, Maléfica?- Pregunto el príncipe Phillipp con algo de duda- ¿Es acaso…Hija de Aurora?.
-Se siente como su magia, su aura, es….Similar- Se levantó del suelo y camino observando el cielo, juraba haber sentido otra presencia mágica ahí- Muy similar….-Levanto su mano envuelta en un aura dorada, ambas niñas se elevaron en el aire aun dormidas como años atrás había hecho con Aurora.
Un trueno lleno el Paramo, estremeciendo todo el valle, a cada persona ahí, el cielo se oscurecio, de verde, un intenso verde, y los relámpagos llenaron el lugar.
-Darius- Pronuncio Maléfica, en pocos segundos aquel hechicero malvado apareció levitando frente a ella.
-Maléfica-
Continuara….
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro