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24. El Plan Suicida.

-¿Debemos llevar armas?- Le pregunto a su cuñada.

-Vi lobos abajo, pero estaban encadenados- Comento la castaña- Pero aun creo que debemos llevarlas. No sabemos que pase abajo.

-Por eso....-Inicio Bastian- Pondremos reglas, la primera, es...-Los miro a cada uno para luego fijar su mirada en el otro hombre ahí- Tú te quedas atrás.

-¿Por qué?-

-Porque eres humano y eres más propenso a morir- Respondió el rey sacándole una risita a las mujeres.

-Oh, muy gracioso-

-Dice la verdad, Adam- Dijo Aurora- Eres humano, nosotros no. Tú puedes morir, nosotros no.....-Abrió las puertas de la biblioteca para luego entrar.

-Eso es discriminación- Se quejó el hombre desde atrás.

-Quizás- Dijo su cuñada para luego caminar hacia el librero y subir las escaleras, observo los libros y tomo el libro de la última vez, abriendo el pasadizo- Voìla-

-¿Por qué esta hasta arriba?- Cuestionó la pelirroja ligeramente disgustada con eso.

-No te quejes y sube- Dijo su hermana para luego entrar al pasadizo.

-Se ve muy oscuro- Menciono Anastasia- ¿Si trajeron las linternas? ¿No?.

-Aquí están- Adam saco una de la mochila para luego entregarle una linterna a su esposa y colgar la mochila de su hombro.

-¡No olviden el agua!- Grito Denise desde adentro.

-¿Por qué tanta insistencia con el agua?- Cuestiono Aurora mientras subía las escaleras para luego entrar al túnel- ¡Esta muy oscuro!.

-¿Le da miedo la oscuridad?- Pregunto Adam.

-No lo sé- Respondió Bastian.

-¡Suban ya!- Gritaron ambas mujeres desde adentro.

-Lo hare yo- Anastasia subió las escaleras para luego entrar- ¿Por qué es tan pequeño?.

-No lo sé, quizá aquí Emma jugaba al escondite en mil ochocientos, ¡Yo que sé!-

-Alguien está de malas- Menciono Aurora mientras gateaba detrás de la castaña- ¿Estas en tus días, amiga?.

Denise se giró para mirarla- ¿Qué rayos ocurre contigo?-

-Solo era un chiste- Aclaro Aurora.

-Aurora, mejor mantente callada- Le pidió Bastian.

-No me digas que hacer, no eres mi esposo- Le respondió el hada oscura.

-¡Demonios, Aurora! ¡No me hagas perder la paciencia aquí!-

-¡Dejen de gritar!- Exclamo Anastasia enojada- No quiero escuchar sus discusiones aquí abajo, ¿Les quedo claro?.

-Solo avancen. Este lugar es muy incómodo- Mencionó el oji azul disgustado, todos avanzaron en silencio hasta que finalmente Denise y Aurora cayeron al suelo torpemente.

-¿Están bien?- Pregunto la pelirroja.

-Olvide que eran cinco minutos del túnel pequeño- Menciono Denise mientras se levantaba.

-Me hubiera servido esa información antes- Menciono la rubia mientras se levantaba y observaba la oscuridad infinita del lugar- Esta muy oscuro....-Frunció el ceño para luego utilizar sus poderes para encender las antorchas en el lugar, iluminándolo por completo.

Denise levanto las cejas ligeramente sorprendida, Anastasia, Bastian y Adam salieron del túnel, para dedicarse un par de segundos para contemplarlo, un tanto maravillados y sorprendidos.

-Por aquí- Les indico Denise mientras caminaban, al instante los demás la siguieron- Es un camino largo....¿Trajeron suficiente, agua?.

****

Tan solo había pasados unos quince minutos, desde que habían bajado, las cosas arriba no habían cambiado demasiado, ahí arriba, lo único diferente es que Mattie y Allegra ahora dormían tranquilamente junto con Ellie y Ally; Y por supuesto, Peter ahora caminaba por la habitacion aprovechando que su madre no estaba para regañarlo.

-Peter, siéntate- Le ordeno Plument- Acaban de herirte y caminas como si nada hubiera pasado. Te harás daño.

-Estaré bien, Plument- Pronuncio mientras se paraba frente a la ventana para observar tras ella con una mirada seria- ¿Cómo estarán abajo?.

-Están bien, despreocúpate- Le aseguro Lumiere, tratando de no preocupar al muchacho, pero él estaba realmente preocupado, no sabía que podía esperarles abajo.

-¿Qué creen que este pasando con Emma ahora?- Pregunto Chips mientras miraba a la mujer curioso.

-¿Está muerta? ¿No?- Pregunto Sadrine- No creo que este haciendo mucho.

-No está muerta, está dormida- Aseguro Kayla- Quizá, este soñando...Sus ojos se mueven debajo de sus parpados.

-Está soñando- Aseguró Tictoc mientras la observa con el ceño fruncido- Lo está.

-¿Un buen sueño, o un mal sueño?- Pregunto Belinda.

-No hay manera de saberlo- Dijo la futura hada madrina con un suspiro- Solo esperemos que no sea otra treta de Darius para matarla.

" Caminar por la pradera se había vuelto su pasatiempo, desde hace ya tanto tiempo, los humanos estaban muy retrasados para su tiempo, era algo que ella ya sabía, pero vivir en el mundo de cuentos de hadas y en maravilla, que gracias a Alicia y su ingenió estaban muy avanzados en maneras que los humanos jamás imaginarían, Emma no tenía maneras de distraerse, ahora debía vivir como una humana cualquiera, no como la princesa, y no podía si quiera volver a su reino.

Ya había tratado, el primer ministro que ahora se autoproclamo rey, la hecho pidiéndole que se llevara sus dones malvados lejos del reino que la había olvidado. Luego de eso, no quería volver a casa, ni al mundo de cuentos de hadas, ni al castillo que ella considero en algún momento su hogar, se había instalados en un pequeño pueblo llamado Leinebergland, con montañas rodeándole, para su suerte, o quizá no, a su llegada ahí, como siempre llamo la atención de los hombres, en especial por ser una mujer soltera, pero para evitar algún tipo de conflicto con las mujeres de la aldea que ya empezaban a mirarla con desprecio, hizo aparecer su anillo en su dedo y decir que estaba casada, y que su esposo trabajaba lejos.

Funciono, con algunos al menos, pero con todos. Con el tiempo se ganó una reputación muy fea, algunas mujeres la desacreditaron como una mujerzuela, le dolió pero fue lo suficientemente madura como para olvidarlo y tener más razones para quedarse en su pequeña cabaña, lejos de todos.

Luego llegaron otros rumores aún más extraños, que hizo que se ganara el miedo y odio de más de uno en la aldea, parece que alguien alguna vez la vio limpiar con magia en su hogar, ya que ahora todos la veían y huían de ella, por las acusaciones de ser una "bruja".

Su vida, no era tan buena. Ahora estaba completamente sola, y debía lidiar con todas esas acusaciones.

Luego de una caminata relajante, por la pradera, tomo sus cosas y algo de dinero, para dirigirse a la aldea montando su caballo, necesitaba algunas cosas, y sabía que no podía usar magia o levantaría más sospechas, entre los aldeanos, y lo último que quería es ser descubierta.

Al llegar al pueblo bajo de su caballo con elegancia y lo amarro, para evitar que huyera, las miradas y los murmullos no tardaron en llegar a ella, pero aun así Emma continuo con la frente en el alto e hizo sus compras lo mas rapido posible, para luego dirigirse a la librería del pueblo, y visitar a los únicos que podían considerar realmente sus amigos.

-¡Señor Grimm!- Exclamo Emma al llegar al lugar, no quería causarle un infarto por llegar de improviso- ¡Soy Emma...!.

Una risita infanitl, gritos y vidrio quebrarse llego a los oídos de la rubia obligándola a observar hacia arriba tratando de encontrar el origen es todo ese escándalo.

-¡Niños...!-

Tres pequeños traviesos bajaron las escaleras corriendo, Emma se cruzó de brazos mientras negaba y los observaba ocultarse.

-No le hagan esas cosas a su abuelo- Les recrimino la mujer con una leve risa para luego dirigirse a las escaleras encontrándose con un señor cansado sentado en ellas- ¿Mucho trabajo, Sr. Grimm?.

-Demasiado, niña- Respondió cansado.

Emma subió los escalones y llego hasta el, para ayudarle a llegar abajo, y sentarlo en una silla, el Sr. Jacob Grimm era muy mayor como para estar soportando las travesuras de sus nietos, algo que ellos aún no parecían notar del todo.

-Estos niños, parecen engendrados por Maléfica- Menciono con enojo mientras los observaba con seriedad a lo que los niños rieron.

Emma rio mientras le servía agua- No debe ser tan mala, Sr. Grimm- Le entrego el vaso y tomo los libros sobre la mesa para luego regresarlos a su lugar.

-Claro, cariño. Porque vienes de Servie, y allá las personas creen mucho en esos cuentos ¿No es así?- Cuestiono con un ligero tono burlón- Ahora, vas a decirme que viste a Maléfica rondar en el bosque cerca de tu casa cuando eras una niña....

-Búrlese, Sr. Grimm, no hare que le hable de mi infancia- Una sonrisa se formó en sus labios para luego girarse y mirarlo- ¿Comió algo esta mañana, Sr. Grimm?.

-De hecho, no....Eh estado escribiendo toda la mañana-

Emma suspiro y camino hacia la canasta con lo que ella había comprado, para luego entregarle un pan y leche- Coma algo, Sr. Grimm-

-¿Por qué no me preparas un chocolate, pequeño?- Le pidió amablemente y tomo su brazo cariñosamente, para él, Emma era como su hija.

-¡Sí!- Exclamo uno de los pequeños.

-¡Haz chocolate!-

-No, por supuesto que no- Negó con la cabeza sacándole un suspiro a todos- El chocolate le da mucha energía a todos los Grimm, en esta familia. Me niego a darles más energía de la que ya tienen.

-Bueno, linda...-Palmeo el asiento junto a el- Dame, una idea loca para una buena historia. Por favor, que no sea sobre romance.

-Pero creí que le gustaba el romance-

-Me gustaba, me gustaba- Recalco mientras agitaba su dedo en el aire- No después, de.....-Observo la foto de su esposa difunta a unos metros y suspiro.

Emma siguió su mirada y para luego tomar su hombro- Coma, me encargare de los niños un rato. Y limpiare el desastre que hicieron arriba, por usted ¿De acuerdo?.

-Gracias, cariño-

Emma sonrió y beso su mejilla unos segundos- De acuerdo, pequeños monstruos del otro lado....Vengan conmigo, hay que darle algo de paz a su abuelo- Tomo las manos de los niños y subió las escaleras escuchando como los pequeños relataban su travesura del día.

Al llegar arriba limpiaron y recogieron todo lo que los pequeños habían tirado, y con cuidado recogió los trozos de vidrio roto que estaban en todo el suelo.

-¿Emma....?-

-¿Si, Sophie?-

-¿Por qué el abuelo Wilhelm, nunca sale de su habitacion?-

-Bueno, el abuelo Wilhelm, niños...- Se agacho frente a ellos y observo sus caritas- Es una persona cerrada, y no le gusta estar entre personas, ¿Okay?.

-¿Por qué?-

-Hay personas así, cariño. Más de las que crees- Acaricio su cabello para luego levantarse- Busquen sus libros, hojas y lápices recibirán unas lecciones ahora.

Los pequeños asintieron para luego subir las escaleras con rapidez, en busca de todo lo que les pidió la mujer. Emma suspiro y camino hasta el final del pasillo, mientras aprovechaba esa soledad para hacer aparecer una taza con un te burbujeando de color purpura, respiro profundo al estar frente a una puerta y la golpeo con su puño.

-¿Sr. Grimm? Soy Emma. Le traje un té, ¿Puedo pasar?-

-El Sr. Grimm, era mi padre, Emma....-La puerta e abrió luego de unos segundos dejando ver a un hombre alto y ligeramente encorvado- Luces más joven.

-Y usted igual-

-Eso es mentira...-Se giró para regresar a la mesa en la que trabajaba- Deja el té, y puedes retirarte. O contarme sobre los insultos más resaltantes de tu día.

-No quiero pensar en eso- Camino hacia él y dejo la taza aun lado- ¿Cómo se siente hoy?...-Le pregunto y fijo su mirada en lo que escribía y dibujaba- ¿Soy yo?.

-Eres la cosa más impresionante que eh visto en años, Emma- Respondió mientras le hacía pequeños detalles en sus facciones al dibujo- Te veo, Emma e imagino la elegancia de una princesa, la humildad de Cenicienta, la dulzura de Blanca Nieves, la valentía de Rapunzel, y la inocencia de la princesa dormida.....-Giro su cabeza para mirarla- Veo eso y más. Y aun trato de saber, ¿Por qué?.

-Porque sus princesas tienen las mismas características que muchos seres humanos poseen- Sonrió levemente y se encogió de hombros- Sr. Grimm, no es que no esté de acuerdo con su trabajo, pero escribió lo que debía escribir, no se esfuerce por escribir una obra innovadora como las de William S. Usted hizo un gran trabajo con los cuentos de los hermanos Grimm, no es necesario que se esfuerce, por escribir una obra como Hamblet....No es necesario.

-Emma, no escrito nada tan bueno en años. Muchos años, quiero escribir una obra que los niños puedan leer con papá y mamá y dejen un gran impacto en el mundo, algo nuevo....Único-

-Son cuentos son únicos-

-¿No vez cuantas adaptaciones hay?- Cuestiono con el ceño fruncido- Los cuentos de hadas para niños, fueron buenos y lo seguirán siendo, pero quiero algo más...Y para eso necesito inspiración, y sé a dónde ir para encontrarla.

-¿Piensa viajar en este estado? Sr. Grimm está muy enfermo, no puede viajar asi, el viaje lo matara-

-No si tengo una buena enfermera.....¿Vendrias conmigo, Emma?-

-No creo que a sus hijos les agrade saber que ira de viaje con la bruja del pueblo-

-¡Patrañas!- Exclamo dándole un leve golpe a la mesa- ¿Y tú crees esas tonterías Emma? No eres bruja....

-Lo se....-

-Ven conmigo. Me da igual lo que digan mis hijos, yo crio a sus hijos...No pueden decirme nada cuando yo hago su trabajo-

-Lo lamento, Sr. Grimm pero no acompañare a ningún lado. No está en condiciones de seguir estos sueños descabellados-

-Sal de mi vista, niña- Tomo la hoja en la que había dibujado a Emma, para luego arrugarla y lanzarla hacia la ventana.

-De acuerdo. Tome su té, por favor- Le pidió para luego salir...."

*****

-¿Cuánta falta?- Pregunto Adam un tanto harto de caminar y no llegar a ningún lugar.

-Más de lo que crees...¿Saben nadar, cierto?- Los miro un segundo mientras caminaba.

-¿Nadar?- Pregunto su gemela- ¿Por qué preguntas.

-Porque cuando menos lo notemos caeremos en agua- Les advirtió la castaña.

-¿De qué hablas exactamente?- Pregunto Aurora intrigada.

-Solo tengan mucho cuidado de en donde pisan-

   Los demás intercambiaron miradas de confusión y algo de preocupación por la advertencia de la arqueóloga, pero aun así continuaron caminando. Aurora se detuvo en seco y frunció el ceño mientras observaba hacia atrás, juraba haber escuchado algo, una voz quizá....

-Vuelvan....-

-¡Chicos!- Exclamo la princesa mientras observaba el pasillo que dejaban atrás con seriedad.

-¿Aurora?- Bastian se acercó a ella junto a la pelirroja y el castaño- ¿Sucede algo?.

-Escuche algo-

-¿Qué escuchaste?- Le pregunto la pelirroja mientras trataba de seguir su mirada, pero no encontró nada alarmante.

-Una voz.....-Menciono la rubia con el ceño fruncido- Dijo....."Vuelvan".

-No escuchamos nada- Dijo Adam ganándose la atención de la rubia.

-Yo sí. Sonaba.....Era familiar, como....Mi mamá- Agrego con el ceño fruncido y se giró para mirarlos- ¿No me creen? ¿Cierto?.

-Quizá, sea Darius tratando de molestarte- Le dijo Bastian mientas tomaba su hombro- Ya vámonos, Aurora.

   La princesa asintió y continuo caminando junto a ellos, con la mirada en el suelo, estaba completamente segura, sabía que escucho algo, la escucho....

A su mamá.

-Vuelvan....-

     Aurora se detuvo y giro para mirar el pasillo otra vez, sabía que había escuchado algo y sabía que era la voz de su mamá. Se mordió el labio levemente y observo todo el pasillo minuciosamente, para luego mirar a sus amigos, su boca se abrió ligeramente sorprendida y preocupada, de no verlos cerca.

La habían dejado.

-Genial, Aurora. Ahora estas perdida- Suspiro con pesadez y avanzo un paso, pero se detuvo al instante al escucharlo otra vez.

-Aurora....-

-¿Mamá?- Preguntó al aire su mirada se fijó en las antorchas que ella misma había encendido al llegar ahí, estas estaban reluciendo de una manera diferente- ¿Mamá...?- Murmuró y se acercó a la antorcha observándola fijamente.

De un segundo a otro el fuego se extendió en toda la pared haciéndola retroceder, se giró y observo la pared detrás de ella cubierta de fuego, para luego alejarse corriendo de ahí, pero por cada pasadizo ocurría lo mismos, todos estaban llenos de fuego.

Observo con desespero como el fuego se expandía en cada rincón, dejándola sin una salida, de pronto entro a un pasillo sin salda, para cuando quiso salir de ahí el fuego ya había alcanzado por completo el lugar, Aurora se apegó a la pared y se dejó caer en el suelo cubriéndose el rostro, desesperada.

*****

-Aurora, vamos, reacciona....-Bastian tomo sus hombros preocupado y la sacudió tratando de hacerla reaccionar pero sus parpados aún estaban cerrados- ¡Demonios, Aurora...! ¡Reacciona!.

-¿Qué demonios le pasa?- Pregunto Anastasia con nervios.

-¿Qué tiene, Aurora?- Pregunto Adam alterado.

-Darius- Dijo Denise con preocupación y observo a su alrededor notando como las antorchas a su alrededor flameaban fuertemente- Darius lo provoca, ¡Miren las antorchas!.....

Anastasia y Adam se giraron mientras miraban las antorchas con seriedad y nervios, aun escuchando los intentos fallidos de Bastian en despertar a la princesa. Anastasia rápidamente abrió la mochila y saco una de las botellas con agua, para luego abrirla y vaciarla sobre la princesa, Aurora abrió los ojos de golpe y se tambaleo un poco, con una respiración sofocada.

-¡Por Dios!- Exclamo Adam ligeramente nerviosa- ¿Estas bien?.

-¿Aurora?- Denise la observo tratado de averiguar su estado, no lucia nada bien.

-Me quemaba....-Tartamudeo asustada y miro a Bastian de la misma manera- Todos se quemaban, todos murieron...Pero yo no podía morir.....-Pronuncio con horror y se tomó los brazos aun sintiendo el fuego acabar con su cuerpo.

-Está bien, no fue real- Bestias la abrazo y acaricio su cabello- Estamos bien, estas bien....

Las gemelas y Adam suspiraron seriamente mientras miraban a la rubia con preocupación. Denise bajo la mirada y algunos viejos recuerdos de su última expedición vinieron a su mente, era como ver a Aurora, eran las mismas palabras, la misma visión.....

"El fuego los alcanzaba y todos morían menos, yo...."

"Eso no pasara, Sasha..."

Las cosas estaban tomando el mismo rumbo que su última expedición.

Una mueca seria se formó en su rostro, para luego negar y apartar esos pensamientos de su cabeza. Observo a Aurora muy abrumada en brazos de Bastian, a su hermana y su cuñado mirando con preocupación a la oji azul.

No podían distraerse, Darius sabia de su plan, sabía que irían a la bóveda.

No podían parar, no ahora.

-Tenemos que irnos, ahora- Dijo con un tono serio, ganándose las miradas de todos- Darius lo sabe, debemos apresurarnos.

Las chicas asintieron un tanto nerviosas, para luego todos mirarse entre sí y avanzar. Ya estaban ahí, y no había vuelta atrás.

Todos caminaron por el pasillo tensos, y alertas a cualquier cosa que pudiera ocurrir, si a Aurora la ataco en su mente, quizá su próxima jugada sea atacarlos físicamente.

Caminaron por varios minutos en completa paz y armonía, como si Darius quisiera convencerlos de que los dejaría en paz, por el resto de su viaje, que solo había sido una advertencia para Aurora. Algo que ninguno estaba dispuesto a creer, no después de ver lo que le provoco a los chicos, a Aurora y por supuesto como casi mato a Emma.

Sabían que era un ser completamente cruel.

-Jamás te pregunte....-Camino hacia su gemela ganándose su atención- ¿Por qué viniste aquí?....Y como encontraste el pasadizo.

Denise suspiro pesadamente- Fue una casualidad, y mi curiosidad-

-¿Seguiste a mamá hasta aquí?-

-No, no, no....-Negó y se mordió el labio- Yo vi los planos del castillo y vi que había una puerta en el librero, la abrí y luego se cerró cuando entre.

-Ahja.....-Menciono con ironía- Denise, vamos ¿Qué paso realmente?.

-Eso fue lo que paso- Paro de caminar y la miro incrédula- Vamos, Anastasia no puedes pensar que todo lo que digo es una mentira.

-Denise, me mentiste, me ocultas cosas y aun me mientes.....-Negó para luego continuar caminando- No finjas, que no lo haces.

-¡Bien!- Exclamo- Te miento.

-Ya lo sé- Respondió con normalidad, y doblo para continuar el único camino que estaba visible.

-Anastasia,....-Camino detrás de ella pero se detuvo al ver que el pasillo no continuaba, y su hermana ya no estaba ahí- ¿Annie?....-Camino por el pasillo buscando alguna puerta secreta o algo que ella no notara- ¡Anastasia!....-Se giró alterada dispuesta a salir de ese pasillo, pero noto como de un segundo a otro, no tenía una salida.

Estaba atrapada.

-No por favor, no por favor....-Tanteo las paredes buscando algún interruptor oculto entre los ladrillos, algo que le ayudara a salir, pero no encontró nada.

Grito en su lugar y observo a su alrededor para luego dejarse caer en el suelo y negar preocupada.

-Anastasia-

******

"-¡Mamá...!-"

-Se valiente, Lindy. Se muy valiente, debes saber que no todo es lo que parece en este mundo, en estos mundos, hay magia en todas partes....-

-¿Mami...?-"

Belinda abrió los ojos con calma, despertando de sus recuerdos, el recuerdo de su madre agonizando, un largo suspiro salió de sus labios para luego removerse en el sofá, buscando una mejor posición, pero al final no encontró una mejor.

Se levantó y observo a todos dormir pacíficamente, como si hace horas no hubieran bajado personas sacrificando sus vidas, tratando de encontrar una manera de salvar la vida de Emma, oh y salvar al mundo.

Belinda negó, para luego caminar en silencio hacia el baño en la habitacion, su pie tropezó con un sofá, sus pierna flaquearon unos segundos y casi cayó al suelo, para evitar el estrepito al caer se sostuvo del marco, inclinándose....

Le dolió.

Un dolor en su caja torácica la ataco, sacándole un leve quejido, respiro y tomo la perilla de la puerta entre sus manos para luego entrar, cerró la puerta haciendo una mueca, para luego mirarse en el espejo. Algo definitivamente no andaba bien, tomo los tirantes de su vestido y los bajo un poco hasta el nivel de los senos, y su mirada se tornó a una ligeramente asustada y confundida, al ver la incisión pequeña, fruncio el ceño y se acerco a el espejo tratando de ver mucho mejor, continuaba hacia abajo, llevo una de sus manos a su espalda y deshizo el ligero nudo de su vestido al estilo corsé, para luego dejarlo caer más.

Sus labios se entre abrieron con ligeros nervios y confusión total, su mirada se extendió a la incisión desde su vientre extenderse hacia arriba y llegar hasta el esternón, parecía una fisura superficial, solo un leve rose entre su piel y algún objeto afilado, pero realmente le dolía.

Era una fisura muy parecida a la de Kayla y Peter, no tan grande como la que ellos ahora tienen en sus cuerpos, pero está ahí.

Sus dedos trazaron la incisión desde el punto de inicio siguiendo sus movimientos, con cada toque sentí un ligero dolor y punzada en su piel. ¿Cómo era posible esto?. Tenía las mismas cortadas que Kayla, iniciaban en el mismo punto, terminaban en el mismo punto, la línea seguía la misma forma, recta y luego en zipzap, recta y luego se quebraba levemente hacia una dirección y continuaba.

-¿Cómo me paso esto?-

Rápidamente subió su vestido, y volvió a hacer el nudo sin mucha presicion, dejado el vestido ligeramente suelto, para luego salir de ahí, y buscar entre todos los dormilones a la única persona que la podría ayudar.

Unos segundos después su ojos se toparon con un castaño que dormía con gran tranquilidad, en el sofá junto a la ventana, camino hacia el al instante y lo sacudió ligeramente tratando de despertarlo.

Chips gruño entre sueños y se removió en el sofá- ¿Qué quieres?-

-Oye, debo mostrarte algo. Ven conmigo-

Chips abrió los ojos y arqueo una ceja mientras la miraba para luego rascar su nuca- ¿Lindy?-

-¿Qué?-

-Puedo ver tu sostén- Le aviso con una mirada embarazosa por la situación.

Belinda observo su ropa para luego mirarlo sin tomarle importancia- ¿Viste la cortada en Kayla y Peter?-

-Si, en Peter, nada más- Aclaro para luego bostezar- ¿Y eso que tiene que ver?.

Mira esto se inclinó hacia el bajando levemente la tela mostrando un poco la cortada, Chips arqueo una ceja incomodo con el hecho de que bajara un poco su vestido, pero luego su mirada se fijó por completo en la cortada que sobresalía entre la tela. Se sentó al instante y se acercó a su pecho observando la cortada, para luego mirar a Peter un segundo.

-¿Y es más larga?-

-Mucho más-

-¿Qué tan larga?-

-Debes verlo- Le aseguro para luego recuperar su postura- ¿Chips? Por favor....

El muchacho suspiro y se levantó tomando algunos algodones y la botella con agua oxigena, para luego hacerle un gesto con la cabeza indicándole que salieran de ahí.

*****

    "Habían pasado semanas, meses, mucho tiempo realmente desde el Sr. Wilhelm Grimm, había decidido viajar nuevamente para encontrar más inspiración, para un nuevo libro, una nueva aventura literaria de los hermanos Grimm.

   Su viaje en tren fue largo, muy largo, cada día enviaba una carta diferente, que llegaba días después, pero quería contarles de cada detalle de su viaje a su familia, y sobre todo a esa pequeña rubia ligeramente molesta, pero sabía que se moría de los nervios por él, en especial estar con un montón de extraños entro país.

   Con el tiempo Wilhelm dejo de recibir respuestas, de Jacob, de sus nietos, y de Emma, primero fueron unos días, luego semanas, y un luego un mes. No pudo resistir más de dos y se vio obligado a regresar a casa, podía sentir que algo malo pasaba.

    El camino de vuelta en una carreta, fue sombrío, el pueblo, donde había vivido tantos años, vacacionados y disfrutado, lucia como un desierto, o aun peor un cementerio. Las personas lloraban en cada puerta lamento alguna muerte, los ministros estaban en muchos hogares dirigiendo los funerales

  "¿Qué había pasado con su hogar?" Se preguntó Wilhelm Grimm.

  Al estar frente a su hogar, lo primero ante su panorama fueron sus nietos, sus inquietos nietos, que jamás en la vida había visto sentados sin hacer nada, o molestarse entre o a otros. Ahora solo estaban sentados al pie de la escalera con la mirada bajo, corrió lo más rapido que sus viejas piernas le permitieron y llego hasta los pequeños.

-Niños...-Se agacho ante ellos y se apartó su sombrero, observando sus caritas tristes, ojos llorosos y nariz mocosa- ¿Qué pasa?.

-El abuelo...El abuelo...-Tartamudeo la más pequeña, siendo la única de ellos capaz de explicar lo que pasaba- El abuelo Jacob...Muere...

   Wilhelm Grimm, se levantó dejando sus cosas ahí y corrió dentro de la casa en la que había vivido por años, lo primero ante sus ojos fue su sobrina, y sus hijos ahí.

-Chicos...-

-¿Papá?- Pregunto su hijo con gran sorpresa de verlo ahí- ¿Qué haces aquí?.

-No me respondieron por cuarenta días, me preocupe- Menciono el hombre con seriedad y camino hacia su sobrina- Jennifer ¿Y tu padre?.

La mujer no pudo evitar sollozar antes de dar su respuesta- Arriba-

-¿Solo?-

-No- Respondió su sobrina con enojo- Esa bruja esta con él.

   Wilhelm se dirigió a las escaleras y las subió, todo estaba sombrío arriba, se topó con un escritorio con hojas llenas de polvo, tomo las hojas y las soplo encontrándose con el libro que Jacob había tratado de terminar por mucho tiempo, solo tenía unas pocas páginas extras de las que tenía antes de partir de ahí.

  La preocupación se adueñó de sus expresiones faciales, y continúo por el largo pasillo, hasta llegar a la habitacion de su hermano, lo único que alcanzaba a escuchar eran sollozos pequeños y una voz cantar con suavidad, unas respiraciones débiles...

-Jacob...-Pronuncio con dolor al verlo acostado en una cama, con los ojos cerrados, notaba que con cada segundo que pasaba le costaba mucho más contener el aire en sus pulmones, Emma estaba junto a él sosteniendo su mano mientras lloraba y cantaba levemente tratando de mantenerlo despierto- Hermano, ¿Qué te paso?- Camino hacia ellos y se agacho junto a Emma observando a su hermano tendido en la cama- Jacob, estoy aquí...Jacob...

Jacob cerro su boca un segundo, trago saliva y la volvió a abrir respirando con fuerza- Wilhelm....-Se escuchó como un pequeño y débil murmullo que ambos alcanzaron a escuchar.

-Sí, aquí estoy. Aquí estoy, viejo testarudo- Menciono tratando de sacarle alguna risa, Emma le cedió su mano y el le dio un leve apretón.

-No, no hagas eso....-Le pidió con debilidad- Wilhelm, estoy muriendo. No hagas que mis manos dejen de tener valor antes de morir.

-Las manos de un Grimm, siempre tendrán valor. Nadie podría escribir mejor que nosotros, innovamos a millones de mentes, Jacob...Ese es nuestro legado- Unas lágrimas bajaron por su rostro al escuchar su débil respiración y sentir como ya no eras capaz de apretar su mano- Jacob, Jacob...No quiero que te vayas, pero no quiero que sufras más, y no hay nada humanamente que pueda hacer para salvarte, pero quiero que recuerdes, que si mi mejor historia fuera sobre mi hermano, me convertiría en un hada, en un brujo, o en un hechicero para revertir este día, y evitar que esto te pasara-

-Wilhelm...Este es nuestro felices para siempre, si la literatura de fantasia, murió hace mucho...La mejor parte se queda con ustedes, plasmada en cada fibra de Emma- Murmuro la últimas palabras al perder sus fuerza, dio una última respiración y la poca presión que ejercía en la mano de su hermano se desvaneció.

   La mano que escribió millones de relatos fantásticos de Jacob Grimm, cayó sobre la cama, sus dedos arrugados, pero aun manteniendo la posición que había tenido por años en ella, la posición de un escritor sosteniendo su pluma apunto de hacer magia con tinta, un papel y su ingenio.

-Jacob...- Las lágrimas se apoderaron de los ojos del gemelo- Jacob...-Pronuncio por última vez dejando caer su cabeza sobre la cama para llorar junto al cuerpo de su hermano, su mejor amigo.

   Las lágrimas brotaron sin cesar del rostro de Emma, un fuerte sollozo se escapó de sus labios mientras veía a Jacob Grimm, segundos después de su último aliento.

Se había ido...

  La sensación de perder a un ser querido para Emma, era algo que muy poco experimento, de donde venía las personas no morir con frecuencia, y menos después de que sus dones cambiaran el destino de todos, si alguien moría o estaba por hacerlo, Emma lo evitaba...

  Pero no era capaz, no podía acceder a sus poderes, su decisión de quebrarlos, quebró su poco control sobre ellos, ahora no podía si quiera sentirlos...

  Su mirada en poco tiempo se tornó borrosa, todo a su alrededor se veía distorsionado, pestaño un par de veces, pero ahora todo Jacob Grimm, se iluminaba envuelto en partículas doradas.

  Emma se levantó de la silla y retrocedió observando a Jacob sorprendida, su mirada viajo hasta sus manos, partículas doradas en ella.

-¿Qué...?-

   Al instante todo empezó a distorsionarse, como si de un golpe todo se distorsionara incluyendo ella, todo de un momento a otro se llenó de partículas doradas, Emma cerró los ojos con debilidad y al abrirlos, Jacob abrió la boca recuperando el aliento al instante.

  ¿Acaso había...Retrocedido?.

-¿Emma?- Wilhelm se levantó de su lugar, observando a la rubia con confusión, para luego mirar a Jacob, su mirada viajo de vuelta a ella- Tus manos...Brillan.

¡Ay no...!."

Continuara...

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