Capítulo 9
Miraba para mis costados, todas caras nuevas. Qué horrible sensación cuando eres nuevo en algún lugar, no conoces a nadie, te sentís perdido en ese predio. Veía como los más mayores tomaban apunte, como los más jóvenes hablaban, como algunos lo observaban con total atención. Me era difícil concentrarme, no sabía bien que es lo que tenía que hacer.
Empezar una nueva etapa en la vida... Es complicado. Todos esos sentimientos encontrados, miedo, duda, incertidumbre, vergüenza, estar totalmente desorientado. Ay que horrible. ¿Pero qué le vamos a hacer? La vida pasa y uno la tiene que seguir pateando para delante. Universidad... Es algo tan difícil al principio, pero creo que con el tiempo llegas a acostumbrarte al ritmo que tienes que llevar. ¡Es tan diferente a la secundaria! Todos te dicen que es muy distinto, pero nadie te advierte que es otro mundo. Recuerdo que cuando estaba en secundaria no hacía nada a comparación de esto... Ese día estaba totalmente aterrada, tenía miedo incluso de no encontrar el salón. Pero por suerte conocí a una chica que estaba en las mismas condiciones que yo, y o casualidad ella empezaría a estudiar lo mismo que yo, Arquitectura, no era muy simpática que digamos, pero me hice la amiga solo para que me guiara al salón. Cuando entramos ella se encontró con sus amigas, que parecía que se conocían desde la escuela, y bueh me tuve que sentar sola.
Las primeras materias no fueron muy complicadas que digamos, me sentía un poco perdida por que pedían tal libro, las fotocopias de no sé donde, nos aconsejaban que nos afiliemos a la biblioteca, que visitemos el blog de la carrera, ¡Osh tanta información para el primer día!
- ¿Qué tal tus primeras horas como universitaria? –le preguntó una voz masculina. La rubia se giró a verlo, ya que le estaba dando la espalda.
- ¡Sai! –respondió sonriente, feliz de verlo- ¡Osh ni me lo digas! Es horrible ser universitario.
- Ya te vas a acostumbrar –dijo con una sonrisa marcada en su rostro sentándose en la silla que estaba desocupada frente a ella- ¿Ya te dieron la bibliografía? –ella solo asintió cansada mientras bebía de su jugo- ¿Y pediste los programas?
- ¡¿Programas?! –preguntó aterrada- ¿Qué es eso? No me dijeron nada de eso.
- Son las currículas que vas a cursar en la materia. –comentó mientras le sacaba una galleta de las que la rubia había comprado para comer. Vio como su rostro se tornaba preocupado y decidió hablar antes que le agarre un ataque- No te preocupes yo te ayudaré en lo que necesites Ino. Vamos juntos a pedir eso si quieres.
Gracias al cielo que lo tengo a Sai para mi salvación. Por suerte nuestras carreras estaban en la misma facultad así que tan sola en los horarios de recreo no me iba a sentir ya que en una de esas me lo podía cruzar a él. Con Sai nos llevamos dos años de diferencia de edad, obvio el más grande que yo, por ende el ya se encuentra cursando el tercer año de su carrera de Arte.
El día por fin acabó terminé con la cabeza que me explotaba de tanta información, encima que todavía no me familiarizo con la tomada de apunte. Tengo que ponerme en campaña de aprender. ¿Por qué en la secundaria no te enseñan a tomar apuntes? ¡Te mandan así en bolas prácticamente a la universidad!
- ¿Cómo te fue en tu primer día?
- Bien... cansador –comentó mientras dejaba su bolso sobre el sofá- ¿Y a ti como te fue en tu danza?
- Muy bien –sonrió mientras le dejaba el almuerzo sobre la mesa- Esta noche salgo hija así qué si quieres llamar a Sakura para que te haga compañía.
- Mamá ya soy grande –comentó mientras se sentaba en la silla que rodeaba la mesa- No necesito que nadie me haga compañía. A parte con Sakura ya no me hablo.
- ¡¿Por qué, hija que paso?! –preguntó verdaderamente interesada sentándose para almorzar con su hija- Es verdad que hace mucho noto que ya no se juntan.
- Ay mamá deja de fingir
- ¿De fingir? ¿Qué cosa hija?
- ¡Eso! ¡Qué te intereso! Jamás te interesó saber nada de mí.
- No digas eso –comentó mirándola un poco mal- Siempre te pregunté sobre tus cosas.
- Si... pero solo para chusmear en mi vida, jamás me diste un consejo.
- Ay hija –dijo mientras arrastraba la ultima vocal.- Que carácter que tienes. ¿Y Sai lo viste? Me gusta ese chico para ti, se nota que te quiere –sonrió.
- ¡Mamá! –exaltada la miró mal- ¡Sai es mi amigo! ¡¿Qué cosas dices?!
- ¡¿Ay que tiene?!... La mejores relaciones nacen de una amistad –comentó la madre sonriéndole haciendo que su hija la mire despectivamente- Yo me enamoré de mi amigo, que se convirtió en tu padre.
- Aaaay que lindo ejemplo.
¿Las mejores relaciones nacen de una amistad? Ay que estupideces dice mi madre. Encima se da el tupé de poner el ejemplo de ella y papá. Hermoso, diez. Como el culo terminó todo. Estoy cansada que las personas intenten emparejarme con alguien. ¡Quiero estar sola! ¿No entienden eso?.
Empiezo a sospechar que mi mamá tiene una relación con su profesor de danza. De serlo así me molestaría saberlo. La vi como se arreglaba en el espejo y como salía totalmente perfumada. Me asomé por la ventana y ahí estaba ese... Su profesor de danza abriéndole la puerta ¡¿Qué se hace el caballero?! Lo único que quiere de ella es llevarla a la cama ¡Como todo hombre!
Imbéciles... Empiezo a odiar al sexo masculino. Decidí empezar con la facultad, no quería que me vaya mal. Me puse a leer los textos que tenía para la clase de mañana y me quedé dormida con el libro encima de mí. Cuando me desperté estaba igual que como me había quedado estudiando. El reloj marcaba las siete de la mañana. Fui a la habitación de mi mamá y no estaba ahí... Tomé el desayuno y me fui para la facultad.
- ¿Y tienes compañeros guapos? –preguntó Hinata bebiendo del vaso de vino del restaurante.
- ¡Hinata vos estas con Gaara!
- Si pero eso no quiere decir que me hayan sacado los ojos –comentó divertida la Hyuga.
Ya llevaban como dos años con Gaara, se la veía feliz. De Naruto no volvimos a saber pues se mudó a Osaka con sus padres ya que a Minato, padre de Naruto lo transfirieron para esa provincia. A Hinata se la veía bien, con su nueva carrera Administración y su nuevo novio Gaara. Era un chico medio raro pues no hablaba mucho, pero es de buen corazón. Era obvio que la quería, encima al ser de plata como Hinata, le regaló un viaje a Nagasaki. Los dos se fueron a pasarla bomba en la hermosa ciudad de Nagasaki, mientras que uno se quedó acá aburrida... No pero de verdad, me siento tan feliz por ella, me gusta que se sienta bien. Fue una pena que Naruto haya quedado en el olvido.
- ¿Naruto-kun? –preguntó llamándolo mientras veía que recibía una llamada de su celular- Naruto-kun te llaman por teléfono –tapándose con las sabanas estiró su cuello para ver si su novio salía del baño. Pero al parecer Naruto no la escuchaba y ella atendió la llamada.- ¿Diga?... No, Hinata... ¿Quién habla? ¿Qué?...
- Oye Hinata-chan, ¿sabes que podríamos hacer?, vamos a comer a ese restaurante que te dije, hoy abren –comentaba el rubio mientras salía del baño en bóxer, pero se quedó parado viendo a la Hyuga- ¿Qué haces con mi celular? –Hinata solo lo miró y dejó el celular en la mesita de luz.
- Atendía una llamada, te estuve llamando por qué vi al celular que vibraba.
- ¿Y por qué atendiste?... Lo hubieses dejado que suene –comentó acercándose a ella y sentándose en la cama.
- No sé, lo atendí porque me nació atenderlo. Te llamó una tal Tayuya... ¿Quién era?
- Es una amiga.
- ¿Aaah si? No sabía que salías con tus amigas.
- ¡Qué cosas dices Hinata! –contestó molesto poniéndose de pie y colocándose el pantalón.
- Digo lo que me dijo.
- ¿Qué? –la miró desentendido mientras se abrochaba el jean- ¿Te dijo eso?
- Si... Dijo que la pasaras a buscar mejor a las ocho –comentó una Hyuga totalmente enojada tirándole la almohada en la cabeza- Así que salida con tus amigos y el tarado de Sasuke ¿no?
- ¡No mira Hinata no es lo que estas pensando! –trató de calmarla el rubio tomándola de las manos.
- ¡Suéltame Naruto!
Hinata se puso de pie colocándose una bata para cubrirse, le agarró la remera que se encontraba en el piso y las zapatillas y comenzó a bajar las escaleras, Naruto por su parte la siguió tratando de explicarle pero la chica de ojos perlas solo lo escuchaba y bajaba sin decir una palabra. Hasta que se paró en la puerta.
- ¡Deja de mentir!-se volteó totalmente llena de cólera- ¡Me lo dijo, la escuché!
- ¡Pero está loca no sé ni quien es! –gesticularizó con las manos ya un alterado rubio.
- ¡Ay Naruto me acabas de decir que es una amiga tuya!
- ¡Si pero es una forma de decir! ¡No sé, Sasuke me la encajó una noche porque quería que le haga el aguante con la chica que quería salir! –le explicaba la situación totalmente preocupado por la reacción de su novia.- ¡Habremos estado hablando una hora nada más!
- Ay y vos tan buen amigo también te la agarraste a ella. –comentó comenzando a derramar lagrimas,
- ¡Nooo! –enojado levantó la voz mirándola mal.- ¡Yo no tuve nada con ella! Solo estuve la noche hablando nada más
- Si seguro que te voy a creer que estuvieron hablando nada más. ¡Encima me acabas de decir que estuviste una hora y ahora me saltas que toda la noche!
- ¡Amor yo te amo, nunca te engañaría!–trató de calmarla acercándose a ella y tomándola del rostro.- No quiero otra mujer en mi vida que no seas tú –le secó las lágrimas y le dio un tierno beso en los labios.- Te amo Hinata eres la chica más linda que he visto en mi vida.
- Si claro, bien que a Sakura le dijiste eso antes de que saliéramos –comentó una solloza voz.
- ¡Pero eso fue antes de conocerte! –se defendió soltándola y mirándola preocupado.- Hinata yo te amo, ¡Me cago en Sasuke que me la encajó!
- ¡¿Y por qué le diste tu número entonces?! –le preguntó secándose las lágrimas pero por detrás de esas que secaban seguían saliendo más.
- ¡Por qué... No se Hinata me cayó bien que se yo, me pidió el número y se lo di! –comentó molesto.- ¡Basta ya con esto, no nos vamos a pelear por esa mujer!
- Ja... Si Naruto... Basta...
Hinata le entregó las zapatillas y la remera y le abrió la puerta haciendo que Naruto la mirar sorprendido, la Hyuga desvió la mirada y le señaló la puerta con el dedo índice. En señal de que se retirara de su casa.
- Hinata espera...
- Vete Naruto... No te quiero ver...
- Hina...
- Por favor Naruto –dijo la chica aun llorando interrumpiendo los ruegos del rubio.
- Te llamo más tarde –comentó un entristecido Uzumaki saliendo de la casa de la Hyuga para luego fruncir sus hombres al escuchar cerrarse la puerta con fuerza detrás de él.
Por fin, el fin de semana, tenía tantas cosas que hacer para la facultad. Estos últimos tres meses de universidad han sido muy agotadores, trabajos para entregar miles, maquetas que diseñar, centenares... Encima se me venían los primeros parciales. Los nervios me inundaban en estas alturas. Ahora entiendo por qué cuando Sai-kun empezó la universidad nos habíamos distanciado un poco. A decir verdad la vida universitaria te consume todo el tiempo.
Estaba acomodando mi casa para recibir al grupo de estudio. Habíamos quedado en juntarnos en mi casa para estudiar para el primer parcial que tendría dentro de cuatro semanas ¿Les parece mucho para empezar a estudiar una materia? Pues no se imaginan el libraco gigante que tengo que resumir.
- ¿Con qué unidad empezamos? –preguntó el chico más robusto tomando una galleta que había en plato que Ino había colocado para que comieran.
- ¿Con la cuatro les parece?-propuso la Yamanaka- Es la más larga y la más difícil.
- Como quieran viejo. Ni ganas de estudiar tengo... Que flojera.
- Yo tampoco tengo ganas.
- ¡Ni yo! –exclamó la rubia sirviéndole jugo a ambos- Pero tenemos que hacerlo –se sentó nuevamente en la silla- ¿Shikamaru trajiste el programa?
- Seee acá está –dijo entregándoselo.- Chouji imprimiste las fotocopias que Rin subió al blog.
- ¿Qué Rin? –preguntó Chouji casi devorándose las galletas.
- ¡La profesora de Historia de la Arquitectura! –contestó una Ino molesta.
- Aaah si, si. Pero no las imprimí las tengo en el pendrive por que eran muchos y me iba a costar mucho.
- Ok –dijo la chica levantándose- Voy a buscar mi laptop y lo descargamos ahí.
- ¿Ya se lo dijiste Shikamaru? –preguntó Chouji mirando a la rubia que se alejaba.
- ¿Decirle qué? –preguntó el castaño mirándolo vagamente.
- Para saliiir... Sabes que me gusta, habíamos quedado en el plan.
- Aaah cierto....
- ¿Plan? ¿Qué plan? –preguntó Ino con la computadora en la mano mirando a ambos muchachos que se habían quedado viéndola sin saber que mentira inventarle.
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