Ya han pasado cerca de seis meses desde que ingresé a la universidad, fue duro al principio pero pude acostumbrarme. Iba por el centro de la ciudad cuando recordé que una compañera me dijo que aquí vivía **** Me contó que también trabajaba medio tiempo en Mc Donalds. Tengo hambre ahora...

Anduve por las transitadas calles de Florida, buscando el dichoso local, aún no olvidaba a Yoongi pero ahora que él está casado tendré que seguir adelante. No perdí el contacto con mis amigos y mi familia, casi todos los días me escriben y me llenan de alegría. Recuerdo cuando Yugyeom volvió a Corea para visitar a su familia, tuve que planificar una fiesta junto a otro compañero... en resumen fue jodido. No quería estar en una fiesta en donde no estaba a gusto... obvio mis padres me reclamaron que porque no quería ir, pero era mi vida así que se jodan. Inventé una excusa para no ir y lo logré, solo quería quedarme en mi casa y dormir...

Aunque igualmente, él se quedó por un mes así que ese fue mi peor mes. No lo sé pero al ver que triunfo estando lejos y yo no haber logrado nada, creo que eso me dolió mucho. Me sentía demasiado inferior a él, después de todo fue su culpa o tal vez mía tener mi complejo de inferioridad.

- ¿Debe ser aquí? –Pensaba mientras ingresaba al enorme establecimiento de comida rápida. Entonces lo visualicé, estaba en el mostrador con su uniforme tomando pedidos de otros clientes. Mi corazón... no revoloteo.

- Bienve-ve...

- Hola, buenas tardes me da el combo dos, por favor para servir. –Traté de actuar como si no lo conociera y funcionó. No ha cambiado en nada.

- Ah –sí-sí claro. Serían... $15 –Se lo veía muy nervioso, yo solo continué ahí riéndome por dentro de sus acciones.

- A-aquí está –Me entregó mi orden y me fui a mi asiento, no sin antes...

- Has crecido muy bien. ¿Quieres comer conmigo? –sonreí.

- Ah, sí. En media hora ter-termino.

- Valee, te espero.

Comí tranquilamente de mis papas grandes y mi gaseosa, sentía clarito su mirada puesta en mí en todo momento, no se esperaba verme aquí. El tiempo paso volando, cuando sentí como alguien me puso su mano en mi hombro derecho.

- Hola... Jimin.

- Hola Hyunjin. –No ha cambiado en casi nada. - Bueno, ¿A dónde quieres ir?

- Ah... vayamos al café de la esquina.

El trayecto fue corto y silencioso, al ingresar al local, tomé asiento y él me preguntó que iba a ordenar. Yo solo quise un chocolate caliente con crema y chispas. Él pidió un americano.

- ¿Por qué estás aquí? –Vaya, que pregunta para iniciar la conversación. En serio sigue tan tontito como hace tres años.

- Me mudé acá con una beca y ahora estudio en la Universidad.

- Guau, eso es increíble. Me-me encanta lo que has hecho con tu cabello.

Cierto, apenas llegué a Florida lo primero que hice fue cortarme el pelo y donarlo, acto seguido me lo pinté de rojo.

- Muchas gracias Hyunjin. –Hablamos de muchas cosas, y nos pusimos al corriente con nuestras vidas, yo también empecé a trabajar en una cafetería cercana así que nos sorprendimos de porque no nos habíamos encontrado antes, hasta estudiamos la misma facultad en la misma universidad.

No nos dimos cuenta cuando ya se hizo de noche y él como todo un alfa, fue a dejarme a mi dormitorio, no sin antes darnos nuestros números.

- Por cierto Jimin, ese collar está muy bonito. ¿Quién tiene la otra mitad?

- ¿Este? Pues... -mi amado. –Lo compré en el aeropuerto, solo compré el negro porque era el más cool. –dije con una sonrisa.

¿No les he contado? Él era mi antiguo amor que tampoco se dio porque se fue al extranjero, nunca fuimos nada pero hubo química. Ahora nos volvimos a encontrar...