Ya habían pasado seis meses desde que dejé a Jimin, desde que me casé con Jisoo, desde que mi vida se volvió un infierno total. Después de casarme fui a la peluquería y me pinte el pelo de rubio, ese era uno de nuestros deseos juntos...

Debido a la ¨condición¨ tampoco podía encontrarme con Hoseok porque ahora mi familia investigaba todo de las personas que me rodeaban y bueno Hoseok está con un omega.

Estos jodidos seis meses han sido una tortura total, luego de la boda mis padres decidieron que sería bueno vivir con ellos para ver crecer el romance, aja si claro, era para mantenerme a la raya y que no me juntará con omegas o betas.

Anduve investigando sobre porque esta extraña tradición y resulta ser que era porque en el pasado, mi clan tenía miembros tanto alfas, betas y omegas. Pero todo se quebró cuando un antepasado alfa se enamoró de un omega y este lo traicionó vendiéndolo a sus enemigos haciendo así que el clan se redujera. Los betas no fueron la excepción porque ellos vendieron a los alfas restantes a los enemigos para que los asesinaran. Los pocos alfas que sobrevivieron, se repoblaron en un lugar lejano, con su propio lema: ¨Los alfas nacieron para el triunfo, nunca permiten pestes en sus generaciones¨

También mis antepasados realizaron un tipo de maldición que decía que todo hijo nacido de mi familia saldría como un alfa. Esa era su as bajo la manga para que no se vuelva a repetir lo que pasó en el pasado.

Luego de esta investigación no me quedó duda de porque eran odiados, pero eso fue en el pasado mas no ahora... nunca más. Empecé la universidad, obviamente en una de alto prestigio y solo de alfas... todas esas feromonas me van a volver loco.

- A-amor... -amor, solo me debería decir Jimin.

- ¿Mh? –no quería mirarla a pesar que estamos casados, yo no duermo en la misma habitación que ella, logré esa ¨victoria¨ con la excusa de que no quería embarazar la tan pronto hasta que cumpla los 25.

- Bu-bueno... mamá nos llama... -para ser una alfa es muy tímida, yo sé que ella está muerta por mi amor pero mi corazón solo era, es y será de Jimin.

- Vale.

- Te-te espero abajo.

- Mh...

Ella no sabía nada sobre Jimin y yo, solo se enteró que se iba a casar conmigo y que iba a ser mantenida por mi familia. Su familia y la mía son muy buenas amigas, recuerdo haberla visto cuando éramos pequeños pero solo eso.

- Yoongi, querido puedes empezar con la oración. –pidió mi madre. Era extraño, desde que me casé siempre hace oraciones como estas cuando vamos a comer.

- Querido Señor... te damos gracias por la comida de este día. Por un día más de vida. –un día más sin él... -Te pedimos muchas bendiciones para todos nosotros. –Te pido que a Jimin le esté yendo mejor y que también encuentre a alguien quien le pueda hacer feliz aunque no sea yo. –Amén...

Byul le ha ido peor que a mí. Ella es joven y estoy segura que no quiere estar con ese alfa diez años mayor que ella. Me contó que sus amigas fueron a hablar con el chico omega y le dijeron todo, quedó destrozado el pobre tipo.

- A-amor. – ¡Por Dios deja de llamarme así!

- ¿Qué? –ya faltaba poco para terminar mi plato, solo quiero irme. Ahora siempre la pasaba con Byul. No quería dejarla sola.

- Que-quería saber si-si quisieras ir a dar un paseo.

- No lo lamento, tengo un trabajo de la universidad y tengo que hacerlo. –A diferencia de ti, yo estudio.

- Oh... -mi padre me miró con enojo pero era la verdad, era un trabajo importante y no podía postergarlo.

- Tranquila bebé, Yoongi te llevará después a comer. -¿Hay otro Yoongi? Si lo hay, por favor que tomé este horrible puesto y me dejé ir con Jimin.

- Ok. –me levanté junto a Byul y salimos. Nosotros siempre terminamos temprano y juntos de comer porque ninguno de los dos quería permanecer con esos felinos de mala muerte. Jisoo es una gata de puro linaje... pobre de ella por estar en esta familia.

Extraño esos días... en donde solo estaba con Jimin y mis verdaderos amigos...