El siguiente en bajar fue Lemy, el unico varón de la familia.
Su actitud era más ruda en comparación a sus demás hermanas.

- BUENAAAS! COMO ESTÁÁÁN?

- Lemy... no grites - le dijo Lupa aún cabeceando.

- Vamos! Tienes que comenzar el día con más animo - dijo mientras se sentaba junto a Lupa.
Sin reparo, le sacó su café y tomó un sorbo para probar... claro que lo escupió de inmediato.

- Agh! Esto sabe horrible! como es que les gusta esta cosa!? - exclamó.

- es porque no es para niños Lemy, deberias comerte tu cereal y ya - dijo Lyra.

- y como Lupa puede tomarlo? - replicó.

- es porque ella ya esta acostumbrada a tomarlo - contestó Lyra.

- esta bien, me comeré el cereal, no es como si que pudiera comer algo más - dijo mientras se comía el cereal ya tibio.

La siguente en bajar fue Leia, quien fué a toda velocidad contra Loan:

- Loan!!! Como pudiste romper el espejo del baño!!! Ahora jamás sabré si voy bien arreglada a la escuela!
Lo hiciste a proposito, verdad!? - exclamaba Leia.

- fue un accidente, n-no fué mi intención romperlo - respondió.

- pues esto te saldrá caro! Dame diez dolares para poder comprar un espejo de bolsillo - dijo extendiendo su mano hacia Loan.

- pero solo me queda lo que me dío papá de mesada...

Leia se acercó a ella y le suzurró en el oido:
- si no me das el dinero, le contaré a  papá sobre el paquete que trajo el cartero a nombre de "LujuriaLoud".

Loan se puso muy roja por la vergüenza. No tuvo más remedio que sacar un billete de veinte dolares ya que no tenía cambio y se lo dió a Leia, la cual se fué muy contenta a comerse su cereal.

- Leia, que le dijiste a Loan!? Devuelvele su dinero! - dijo Lacy molesta.

- No! No me dijo nada! es solo un dinero que le debía - dijo Loan nerviosa.

De improviso, se escuchaba el crugir de las escaleras.
Sabian que era su padre quien bajaba.

Todas escuchaban expectantes cada paso desde el living hasta el comedor.

Y ahi estaba el, Lincoln Loud, con su caracteristico cabello blanco y una inmensa sonrisa, a pesar de todo el barullo de la casa.

En los brazos llevaba a sus ultimas dos hijas; Lizy, las cual sentó junto a sus hermanos menores, y la bebé Lulú, que se la dejaba encargada a Liena.

La pequeña Lizy jugaba siempre con una lagartija de peluche. Nunca se separaba de ella, ni siquiera para comer.

Loan había preparó la mamadera y se la pasó a Liena para asi darle de comer a Lulú.

Lincoln se dirigió hacia Loan y le tomó de los hombros:

- Hija, olvidaste preparar tu desayuno otra vez. Esta bien que te preocupen tus hermanas, pero ve por ti tambien.

- S-s-sí p-p-papá... lo s-siento - Loan solamente tartamudeó por los nervios, no pudo hacer nada ante la aplastante amabilidad de su padre.

Mientras Loan se sentaba, Lincoln fué a la cocina a prepararle el desayuno. Ella solo miraba desde su asiento, sin poder decir nada.
Un delicioso olor a huevos con tocino inundó el comedor.

Ante esto, Leia solo miraba a Loan, envidiosa por el buen trato que tenía:

- No es justo! Por que a Loan siempre la concienten tanto!? - se quejó Leia

- y acaso a ti no? - respondio Lacy - En vez de estarte quejando, podrias darle las gracias a Loan por prepararte el desayuno.

- ja! Que novedad, cereal con leche y tostadas. - Lemy se unía a la discusión.

- pero chicos, alla afuera hay miles de niños que agradecerian tener un rico desayuno como este. Sean un poco más considerados - dijo Liby.

- Eso es verdad! - dijo el padre - aunque nuestra situacion no es la mejor, debemos ser agradecidos con lo que tenemos. Además, esta es mi forma de agradecerle a Loan todo lo que siempre hace por la familia.

- y es más de lo que se ve a simple vista, Loan realmente hace mucho por todos - añadió Liena.

Eran ya las siete treintaicinco de la mañana cuando todos se habian reunido por fin a desayunar.