El silencio que habia en el baño se interrumpia a momentos por el goteo de la ducha.
Loan secaba su cabello con fuerza porque sabía que por mucho que se lo arreglara, siempre se desordenaba.

Un sonido volvió a romper el silencio en el baño, pero esta vez no era el agua, fue la voz de una chica:

"Vaya Loan, si que te ves muy hermosa hoy~"

La pobre miró en todas las direcciones, con la toalla bien agarrada y con los nervios de punta.

Cualquiera habria pensado que tal vez era una de sus hermanas que despertó temprano y queria jugarle una broma a Loan, pero no se trataba de eso.

- Que es lo que quieres!? Ya te dije que no queria saber más de ti! - gritó Loan mientras temblaba y seguia mirando a todas partes, como buscando a alguien.

- no digas eso, tú me necesitas para tener una vida normal.
Sabes que no es sano para tí estar encerrada todo el dia sin hacer contacto con nadie. - dijo aquella voz.

En aquel silencio, se escuchó un toquido desde el espejo, como si fuera una puerta. Loan ya sabía lo que iba a pasar.
Lo unico que podía hacer fue reunir todo su valor y mirar fijamente el espejo.

Cada vez que miraba su reflejo, su imagen empezaba a cambiar. Ya no era Loan la que se reflejaba, era una hermosa chica rubia de cabello corto y una blusa celeste, piel cuidada y expresión coqueta.
La chica se quedaba mirandola fijamente:

- A estas alturas ya deberias de aceptar quien soy. Soy la persona que tu anhelas ser - dijo con una enorme sonrisa en la cara.

- yo no quiero eso... no quiero estar con gente que solo le voy a interesar por mi apariencia. Quiero tener amigos normales pero no de esa forma! - respondió Loan temblando.

 y en serio crees que conseguiras eso quedandote en casa? Estas siendo muy ingenua y egoista.
Por un momento piensa en tus hermanas y en tu padre. Ellos solo quieren lo mejor para tí y tu solo quieres encerrarte en tu mundo - dijo su reflejo.

- Se mejor que nadie lo que hace mi familia por mi... pero tampoco conseguire nada si me convierto en algo que no quiero - los ojos de Loan empezaban a humedecerse. Ella no quería llorar, pero la situación la estaba superando en todo aspecto.

- y en serio crees que es mejor que dejes las cosas como están? Teniendo una vida de hermitaña y alejada de la sociedad? sigh... me pregunto que pensaria tu madre si te viera en este momento. - dijo con una maliciosa sonrisa.

- CALLATE! TU NO SABES NADA DE MI MAMÁ!! - Loan gritó cegada por la tristeza y la rabia mientras le lanzaba un jabón al espejo, trizandolo por completo. Escapó corriendo del baño,  pero tropezó con sus pies y cayó al suelo del pasillo.

Todo su animo se vió mermado de inmediato...
Solo se quedó en el suelo, agachando su cabeza, arqueando sus brazos y cerrando sus ojos mientras sus lagrimas recorrian sus mejillas.

En aquel oscuro pasillo, con cientos de puertas cerradas, Loan se sentía más sola que nunca...