51. Un nuevo comienzo
Cuatro personas se encontraban en una sala. Dos de ellas esperando respuestas de las otras dos.
-Ese día, las chicas decidieron quedar para salir y los chicos hicimos lo mismo- contó Thiago a las tres personas presentes -Lena fue con Akala y Aya, mientras que yo fui con Milo y Kai.
-¿Los demás no fueron?- preguntó Ian a su hijo.
-No- respondió éste.
-¿Qué pasó después?- preguntó Laín para que continuara.
-Después de un tiempo apareció Akala con Aya, pero Lena no iba con ellas- explicó el chico -Lena había desaparecido, así que fuimos a buscarla al edificio que ahora está derrumbado y por el camino avisé a Enzo.
-Los demás ya lo habreis leído en los documentos- dijo el chico moreno mirando a su padre.
-Sí, pero hay partes que no entiendo, falta información- dijo el hombre.
-No sabemos que pasó cuando Milo y Akala estaban juntos y después se separaron- dijo Thiago -Solo sabemos que Akala se encontraba dentro del edificio para cuando llegamos y Milo no hablará por ahora.
-Ya lo hemos visto- dijo Ian recordando el estado del chico y lo que les dijo el doctor.
-Uno de los cazadores que llegaron depués de que ocurriera eso, golpeó a Milo, así que estabamos preocupados por él, no podíamos dejarlo allí sabiendo lo que le hacían- volvió a hablar el chico rubio conteniendo su rabia al recordar al cazador de ojos azules -Aunque no le preguntase en ese momento si quería venir con nosotros.
-¿Volverá con ellos?- preguntó Enzo a los dos hombres -¿Lo llevareis de vuelta?- dijo mirándolos.
Thiago también giró su cabeza hacia los dos hombres al escuchar las palabras del moreno.
-No, no lo haremos- dijo el padre de Thiago.
-Seguramente ya esté curado, así que desde hoy se irá a vivir con vosotros- dijo Lain mirando al chico rubio quien se sorpredió por las palabras que dijo el antiguo Alfa.
-¿Cómo te sientes?- preguntó el doctor a Milo.
Los únicos que entraron con el doctor fueron Thiago, Enzo y los padres de ellos dos. Los demás esperaban afuera.
-¿Milo?- preguntó Thiago esperando a que hablara.
El chico castaño miró al rubio y asintió despacio indicando que ya estaba bien.
-De acuerdo- dijo el doctor satisfecho por la rápida recuperación -Por si acaso no dejeis que haga grandes esfuerzos, ya que han pasado pocos días desde que se curó- les dijo a Ian y Thiago.
-Muchas gracias- dijo el hombre rubio despidiéndose del doctor.
-Te llevaremos a nuestra casa- dijo con voz suave Thiago -Vamos- dijo tendiéndole la mano.
El chico dudó un poco al principio, pero luego la acepto. Al salir, se encontró con los demás chicos, pero no les dijo nada.
-Nos vemos- dijo Lena un poco preocupada y despidiéndose con la mano.
-Mejórate pronto- le animó Kai viéndolo irse.
-Esta es nuestra casa- presentó Thiago a Milo -Y esta será tu habitación- dijo abriendo una puerta.
Milo entró y la miró, era sencilla y no había muchas cosas, lo justo y necesario.
-Era la antigua habitación de mi hermana pequeña- dijo el chico rubio nostálgico.
Una cama, una mesa, una silla, un armario... Milo se dirigió a este último mueble y lo abrió.
-Te buscaremos ropa para ponerte- dijo el rubio observando lo que hacía el chico -Mientras te conseguiré ropa, le preguntaré a Kai y buscaré en mi armario, seguro encuentro algo que te esté.
-Papel- dijo Milo hablando por primera vez en voz baja desde que entró en la casa.
-Sí- dijo Thiago escuchando lo que dijo con su oído de lobo y apresurándose a conseguirlo -Aquí, toma.
Milo agarró el lápiz y escribió en el papel lo que necesitaba. Luego se lo dio al rubio.
-"Pedirle a Marian y Mason mi ropa"- leyó Thiago -"Pero no decirles a los demás que yo lo pedí".
El rubio miró a Milo y este solo asintió, haciendo entender que eso era todo.
-De acuerdo- dijo el rubio asintiendo.
-Hey chicos- llamó Ian apareciendo en la puerta -¿Qué tal si salimos un rato?- preguntó a los dos chicos.
-Pero papá- dijo Thiago a punto de quejarse.
Milo avanzó dejando al otro chico con las palabras a medias.
-Él se viene- dijo Ian señalando a Milo.
El rubio no le quedó otra que seguirlos.
-¡Bien, vamos los tres juntos!- dijo el hombre feliz.
Ya fuera, los tres se encontraban sentados en una mesa de una cafeteria del pueblo.
-Se que puede ser difícil, pero dale tiempo para que sanes- dijo Ian mirando su bebida tranquilamente -Thiago y yo también pasamos por eso y fue duro hasta que lo aceptamos.
-Papá- dijo el chico rubio.
-Necesita soltarlo, o por lo menos, sentirse identificado con otro caso para saber que lo entienden y no está solo- dijo mirando al castaño y sonriéndole -Puedes contar con nosotros, te apoyaremos en lo que necesites.
Milo miró un momento al hombre que le mostraba una cálida sonrisa y bajó la mirada.
-Gracias- dijo el chico con un tono bajo, pero audible para las dos personas que estaban con él.
Después de pasar un día tranquilo por el pueblo y volver a casa, Thiago dejó a Milo en su nueva habitación y se dirigió a la antigua casa de Milo.
-¿Quién es?- preguntó un chico al otro lado de la puerta.
-Beta de la manada Silver Moon- dijo con voz clara y fuerte -Tengo un mensaje para Marian y Mason.
-Sí, soy yo- dijo el chico al otro lado de la puerta abriéndola -¡Marian! ¡Te buscan!- gritó de pronto el castaño.
-¡Ya voy!- dijo la chica castaña de la última vez.
-Vengo en secreto de parte de Milo, necesito que vengais a la manada y traigais sus cosas- dijo el chico lobo a los dos hermanos cazadores -Pero los demás no deben saberlo.
-Bien, mañana por la mañana estaremos allí- dijo la chica asintiendo.
-Entonces eso es todo- dijo el rubio girándose para marcharse.
-¿Se encuentra bien?- preguntó la chica cazadora al Beta de la manada antes de que se fuera -¿Milo está bien?- preguntó de nuevo.
-Ya no tiene rastro de golpes o heridas, pero todavía la echa de menos- dijo sin mirar a los dos chicos que se encontraban en la puerta -Mañana podeis verlo- dijo continuando su camino.
El rubio se saltaría las clases mañana, era su último año en el instituto, así que no pasaba nada por faltar varios días. Llevaría a los dos cazadores con Milo para que le dieran sus cosas y después se centraría en hacer sentir mejor al chico y su recuperación.
-De alguna forma compensará lo que no pude hacer por mi hermana- dijo Thiago.
-"No fue tu culpa, no te odies a ti mismo"- dijo su lobo por los pensamientos negativos del chico -"No uses a Milo para compensar ese error cuando no fue tuyo".
-Lo sé, no debo de proyectar a mi hermana en Milo- dijo el chico -Pero de alguna forma pienso en lo que le pasó a Akala y algo me dice que se lo debo, no que se lo debo, sino que lo cuide por ella.
-"Cuidarlo como si fuera tu familia"- dijo su lobo -"Porque está solo y no tiene a nadie".
-Como si fuera el tesoro de alguien muy preciado para mi- dijo Thiago pensando en la chica rubia.
-"Compartes algunas emociones con ella"- dijo el lobo en un tono muy bajo y cortando la conversación.
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