Pasaron un par de días, donde los chicos italianos buscaban a Akira y éste solo se escondía. Mientras, la manada investigaba y vigilaba a los italianos.

-Hoy tampoco has podido dormir- le dijo Milo a su hermana cuando desayunaba.

El chico ya sabía de las pesadillas y estaba preocupado.

-Lo único que veo son cuerpos sin vida de lobos y cazadores- dijo la chica -Siempre en escenarios diferentes.

-Todavía sigo buscando- dijo Aya a la chica -Pero no encuentro nada.

La chica solo asintió un poco cansada. Recogío sus cosas y esperó a que terminaran para ir al instituto.

-Eso es todo- dijo el profesor terminando la clase.

La hora del descanso empezó, Milo y Aya se sentaron en la mesa a esperar a los demás.

-Hola- saludó Thiago sentándose junto con Kai y Lena.

Lo mismo hicieron Nico y los suyos cuando llegaron.

-¿Por qué os sentais aquí?- dijo digustado Thiago.

-¿Porque son nuestros amigos?- dijo obvio Nico.

-Parece que os peleais por Akala- dijo Lena perdiéndose en sus pensamientos.

-Lena, sabes que no es por eso- dijo el pelirrojo bajándola de la nube.

-Lo sé- dijo la castaña -Pero sería super guay que fuera una pelea por amor.

-¿Dónde está Akala?- preguntó Thiago dándose cuenta de que no había llegado todavía.

"-El instituto- dijo la rubia mirando a su alrededor -Es otra pesadilla.

La chica se levantó y salió de su clase. Cuandó llegó a los pasillos había sangre por las paredes. Siguió el rastro hasta llegar a la cafetería.

-¿Sangre?- dijo mirando sus manos -¿Y un arma?

Al levantar la mirada vio a Milo delante de ella. En ese momento, su cuerpo no respondió y su mano con el arma se alzó, apuntando al chico.

-No- dijo intentando tomar el control -Nooo.

El disparó sonó y la chica vio morir otra vez a su hermano."

Akala se despertó agitada y nerviosa. Miraba a su alrededor mientras intentaba calmarse.

-Esto es la realidad- se dijo a sí misma -No es una pesadilla.

Se levantó corriendo y se dirigió a la cafetería. Cuando entró, llamó la atención de todo el mundo, pero no le importó. Vio a su hermano sentado en una mesa y fue directa a él.

-Milo- dijo la rubia abrazándolo.

-¿Maaka?- preguntó su hermano confuso y preocupado.

-¿Akala está bien?- preguntó Thiago viendo que la chica podría colapsar en cualquier momento.

-¿Qué pasó?- preguntó Nico levantándose hacia la chica y sujetándola.

-¿Pero qué...- dijo Enzo viendo la imagen demacrada de Akala.

-¿No parece que acaba de ser atropellada por un camión?- dijo la pelirroja mirándola.

-Parece que vio a un fantasma- dijo Kai mirándola.

-Necesitas descansar- dijo Nico ayudándola junto con Milo.

-Vamos- dijo Aya guiándolos.

Toda la cafetería se había quedado en silencio por la escena. La mayoria curiosos por saber qué le había pasado a la chica. Marco y Luka fueron minutos después.

-¿Cómo que no puede dormir?- preguntó el rubio.

-La bruja entró en sus sueños- le explicó Aya.

-Maaka- llamó Milo a su hermana quien estaba tumbada con los ojos cerrados.

-Estoy despierta- le dijo tranquilizándolo.

-¿Qué ves en esos sueños?- preguntó Nico a la rubia.

-Lobos y cazadores muertos- dijo abriendo los ojos y mirándolo -El último en morir siempre es Milo.

-Está jugando con tu mente- dijo el rubio.

-Lo sé- dijo la rubia -Lo peor es que estoy llegando a mi límite, me cuesta distinguir la realidad.

-Está agotada y no puede dormir- le dijo Aya al chico -Tiene pesadillas cada vez que lo hace.

-¿Está bien Akala?- preguntó Marco entrando apresurado.

-¿Qué pasó?- dijo Luka.

-La bruja le hizo algo- les dijo Nico -No puede dormir porque tiene pesadillas.

-Voy a volver a casa y encontrar una cura lo más rápido que pueda- dijo Aya.

-Te llevo- se ofreció Marco.

-Aquí teneis las llaves- dijo Akala dándoselas.

-Tenemos que volver a clases- dijo Milo preocupado por su hermana.

-Está bien, vayamos- dijo la rubia levantándose.

-¿Estarás bien?- preguntó Nico ayudándola.

-No te preocupes- dijo la cazadora -He pasado por cosas peores.

-Pero eran físicas, no psicológicas- dijo Luka mirándola.

-Lo soportaré- dijo la rubia intentando tranquilizarlos.

"-Otra vez no- dijo mirando a su alrededor -Volví a dormirme.

Esta vez no se movió, se quedó quieta en el sitio esperando a que pasase todo.

-Si no vas tú, él irá a ti- escuchó decir a alguien.

Allí estaba Enzo en la puerta. De un momento a otro, el chico estaba delante de ella y agarrándola del cuello.

-Él morirá delante de ti- le susurró al oído -Los lobos traidores deben morir.

-No- dijo la rubia cerrando los ojos -No es real, no es real- se repetía a sí misma.

-Aquí está- dijo Thiago arrastrando a Milo y tirándolo al suelo.

Akala abrió los ojos para mirar a los dos chicos que habían entrado. Enzo la miró y sonrió satisfecho.

-Despideté de él- dijo cuando le dio la orden a Thiago para matarlo."

-Nooo- dijo mirando a su alrededor.

La chica se levantó al ver la clase vacia. No sabía si todavía estaba en la pesadilla.

-Necesito salir de aquí- dijo dirigiéndose a la salida de la clase.

-¿Dónde está Akala?- preguntó Marco a Milo cuando lo vio en la entrada del instituto.

-No lo sé- dijo el castaño -Todavía no ha salido.

El chico llevaba esperando a su hermana un rato, pues las clases ya habían terminado. Los lobos de la manada escucharon lo que dijeron y algunos miraron el edificio esperando a que apareciese la rubia.

-Vuestra alumna modelo estaba durmiendo en clase- dijo la pelirroja sonriendo por saber que no era tan perfecta como decían.

-¿Y si colapsó?- dijo Thiago cuando escucho a la chica -Hoy no se sentía bien- dijo preocupado.

-¿Estaba dormida?- dijo Milo alarmado.

-Sí- le contestó Tala cambiando su cara a una seria.

-Maldición- dijo el castaño corriendo al edificio siendo seguido por los demás.

Enzo, quien se había adelantado cuando escuchó que la rubia no había salido, caminaba tranquilo por los pasillos buscándola.

-Ahí estás- dijo cuando la vio.

La chica alzó la mirada al escuchar al moreno.

-Tú- dijo la rubia cansada de las pesadillas -Otra vez tú- dijo cambiando a un tono enfadado.

La chica se acercó al chico y lo agarró con las dos manos por el cuello de la camiseta estampándolo contra la pared.

-No puedo más con esto- le dijo la chica con la cabeza agachada sin mirarle a la cara -No puedo seguir así, por favor, detente ya- le dijo temblando y a punto de colapsar.

-No entiendo...- dijo el moreno confuso y sin moverse del sitio.

-¡Maaka!- llamó su hermano corriendo por el pasillo antes de que la chica se desmayara en los brazos de Enzo.

-¿Está bien?- preguntó Thiago quien corría detrás del castaño llegando hasta donde estaba el moreno con la rubia.

-Tengo que llevarla con Aya- dijo Milo examinándola preocupado por su condición, mientras llegaban Nico y los otros por el mismo pasillo.

-¡Lo que necesita es un médico!- gritó el rubio histérico al castaño cuando revisó a la chica -¿Qué es lo que puede hacer esa chica que un médico no? Es solo una niña, no una especialista en el campo de medicina.

Milo lo fulminó con la mirada por hablar así de la chica bruja, pues fue ella quien salvó a Lena la última vez.

-Ella sabe qué hacer- dijo el castaño frunciendo el ceño mientras intentaba cargar a su hermana con ayuda de Nico.

-Vamos- dijo Marco -Os llevaré en el coche- dijo apresurado.

-Déjame que la lleve- le dijo Luka a Milo cambiándose con él.

Los dos chicos de la manada se quedaron en el pasillo sin saber muy bien qué había ocurrido. No entendían que le pasaba a la chica y por qué tenía que ser Aya quien la viera.

-Muévete- le ordenó Enzo caminando por donde se habían ido los otros chicos -No pienso quedarme aquí sin saber que fue todo eso- dijo serio.

-Sí- dijo el rubio reaccionando y siguiéndolo.

-Esto servirá por ahora- dijo Aya con prisa llevando una botellita de cristal.

La chica bruja le pasó la botellita, en la que había trabajado cuando regresó, a Milo y éste se la dio a Akala, quien seguía inconsciente.

-Es parecida a la que le dieron a Lena- explicó la chica al castaño -Detendrá las pesadillas por el momento, pero tengo que trabajar en una que anule los efectos de la magia.

-Bien- dijo Milo confiando totalmente en la chica.

-Date prisa- dijo Nico preocupado por la rubia.

-Voy a ello- dijo la chica mirando al rubio y a los otros chicos antes de irse a buscar lo que necesitaba.