-Busquemos hoy a ese lobo- dijo Milo inquieto -No me sentiré seguro hasta que lo encontremos.

El día anterior, los tres chicos no encontraron nada, por lo que volvieron a casa. Tanto la bruja como el lobo habían desaparecido sin dejar rastro.

-Yo no quiero hacer nada hoy- dijo Aya acomodándose en el sitio.

-Tenemos que aprovechar que no tenemos clases para expulsar al lobo de este territorio- dijo el castaño intentando hacer entrar en razón a la chica de pelo azul.

-No todos los días tienes el día libre- dijo la chica refiriéndose a que era el primer día de la semana y no había clases por el incendio -No siempre ocurren estas cosas, así que voy a aprovechar mi bonito día para quedarme aquí.

-Yo lo buscaré después- dijo Akala interviniendo en la conversación de los dos chicos -Sé cómo es ese lobo, así que será fácil para mi reconocerlo.

-Pero podemos ayudarte- dijo Milo preocupado mirando a la chica rubia.

-Iré sola- dijo la chica seria -Será más rápido si voy yo.

-Ya está decidido- dijo Aya mirando a Milo y recibiendo una mirada molesta por parte de él.

-No estoy de acuerdo- se quejó el castaño.

-Aunque no estés de acuerdo, es lo que ha decidido Akala- le dijo la chica bruja -Ella es la que manda.

El chico lobo paseaba por los alrededores en su forma humana, pues no quería llamar la atención. En ese lugar no había ningún lobo solitario además de él, por lo que no podía pasearse libremente en su forma de lobo. Llevaba una capucha para cubrir su pelo, era lo único que tenía para poder pasar desapercibido mientras exploraba el territorio.

-Es mejor en mi forma de lobo- dijo el chico cansado de andar a dos piernas -Es más rápido con mis cuatro patas y mi hocico- dijo un poco molesto.

Cuando llegó la hora de la comida, Akala se preparó para salir y se despidió de los chicos.

-Comed sin mi, volveré tarde- dijo saliendo por la puerta.

-¿Estará bien?- dijo Milo preocupado.

-Fue una de las mejores en la escuela- dijo Aya recordando el pasado -Lo estará.

Akala fue al pueblo y esperó a que apareciera el chico. Estaba segura de que lo encontraría allí, pues necesitaba comida, así que se dirigió al lugar donde lo vio por primera vez.

-Ahora solo tengo que esperar- dijo la rubia desde una posición oculta pero con una buena y amplia visión.

En ese momento, sonó su teléfono, la chica miró la pantalla y después descolgó.

-Hallo, meine liebe prämie*- escuchó Akala al teléfono.

-Marian- dijo la rubia -Estoy un poco ocupada.

-Oh, vamos- dijo la chica al otro lado del teléfono -Si fuera así, no me habría respondido la llamada.

-Es algo urgente, pero si es necesario puedo acabarlo en un segundo- dijo la chica loba.

-Entonces a que esperar para terminarlo- dijo la cazadora.

-No quiero acabar con una vida sin más, necesito saber qué quiere o qué busca, conseguir información- le dijo a la castaña.

-Está bien- dijo Marian -Solo llamé para ver cómo estabas y para informarte de que el acuerdo no está listo- le dijo a la rubia -Tardaran todavía en prepararlo.

-Ya me lo esperaba- dijo Akala -Pero gracias por informarme.

-Bien, te dejo con lo que sea que estés haciendo- dijo la castaña despidiéndose -Suerte y tened cuidado- dijo refiriéndose a Milo y Aya también.

Al terminar la llamada, Akala vio a un chico encapuchado caminado relajado y tranquilo por la calle, por lo que salió de su escondite y se dirigió a él. El chico se dio cuenta y alzó la mirada.

-Nos vemos de nuevo- dijo el chico saludando a la chica.

-Sabía que te encontraría aquí- dijo Akala.

-¿Me estabas esperando?- preguntó el chico con una leve sonrisa.

-Tenemos que hablar- dijo la chica girándose y caminando hacia alguna parte.

-Bien- dijo el chico siguiéndola.

Los dos se encontraban comiendo, Akala invitó al chico ya que no tenía dinero.

-Si quieres permanecer aquí, tienes que pasar desapercibido- dijo Akala directa -No dejes que la manada sepa de ti.

-¿Me estas diciendo que me puedo quedar?- preguntó el chico extrañado.

-En realidad no quiero que te quedes, pero sé que no me harás caso- dijo la chica -Así que te estoy proponiendo un trato.

-¿Qué trato?- preguntó el chico interesado.

-En primer lugar, te ayudo a ocultarte de la manada y en segundo, te ayudo a encontrar a la persona que buscas- dijo Akala.

-¿Y que ganas tú?- preguntó el chico.

-Seguridad, la manada no sabe de mi- dijo la chica -¿Aceptas?

-Está bien- dijo el chico -Pero buscaré yo solo, no necesito ayuda.

-De acuerdo- dijo la rubia sonriendo satisfecha.

-Akira- dijo el chico presentándose -Me llamo Akira.

-Yo Akala- dijo la chica de vuelta -Y vamos a teñir tu pelo, así no tendrás que llevar esa capucha todo el día.

-Te sigo- dijo el chico dejándose llevar.

Los dos compraron un tinte de color negro y las cosas para echarlo, después fueron a un baño público. Akala retiró el pelo blanco de la cara del chico y vio que sus ojos eran rojos.

-Eres un lobo albino- dijo la rubia recogiendo el pelo para tintarlo.

-¿Sorprendida?- dijo el chico.

-No he visto muchos como tú- dijo la chica -Ninguno para ser sincera.

-El pelo me tapa los ojos, por lo que no creo que sean un problema- dijo Akira.

-Ahora entiendo por qué prefieres tu forma de lobo- dijo Akala mientras echaba el tinte.

-¿Tienes novio?- preguntó el chico cambiando totalmente de tema.

-No necesitas saber eso- contestó la rubia cortante.

-Oh, eres una chica difícil- dijo Akira con una sonrisa.

Cuando Akala ya había terminado de tintarle el pelo, el chico se miró en el espejo. El pelo que antes era de color blanco, lucía ahora de un color negro.

-No quedó mal- dijo Akira -Aunque me veo raro.

-Eso será suficiente por ahora- dijo la rubia -¿No te molesta que el pelo te llegue por los hombros y los ojos?

-Para nada- dijo el chico -Estoy acostumbrado a que sea siempre así.

-Bien, entonces será mejor que regrese a casa- dijo Akala.

-¿Cómo contacto contigo si lo necesito?- preguntó Akira antes de que la rubia se marchara.

-No creo que sea muy complicado para ti encontrarme- dijo la chica mirándolo -Eres un lobo después de todo y tus sentidos son más sensibles que los lobos de la manada.

-Tienes razón, veo que te has dado cuenta- dijo el chico sonriendo -Después de todo, he vivido mi vida más como lobo que como persona.

-Me marcho- dijo Akala dejando al chico.

En ese momento, pasaba Thiago por allí y reconoció a la chica, vio como la rubia se alejaba de un chico que no conocía. Nunca lo había visto antes, por lo que se extraño y lo miró con curiosidad estudiándolo. Desconfiaba de aquel chico, pero no tenía tiempo para detenerse, pues tenía que volver a la manada.

-¡Maaka!- dijo Milo cuando la vio llegar.

-Hola- saludó al llegar.

-¿Cómo fue?- preguntó Aya tumbada en el sofá.

-Lo encontré y llegamos a un acuerdo- dijo la rubia.

-¿No podemos deshacernos de él?- preguntó el castaño molesto.

-Mientras la manada no nos encuentre, no me importa que esté aquí- dijo Akala -Pero si nos pone en peligro, no dudaré en acabar con él.

-Bien- dijo Milo de acuerdo con la decisión de su hermana.

-¿Vemos una peli?- sugirió Aya cambiando de tema -Mañana no hay clases, así que no tenemos que despertarnos temprano.

-Voy a hacer palomitas- dijo la rubia dirigiéndose a la cocina.

-Eso es un sí- dijo Milo buscando el mando de la tele para poner la peli.

Mientras tanto, en Italia, el Alpha de la manada estaba dejando las cosas organizadas para su ausencia durante unos días.

-È tutto pronto*- dijo el chico mirando a los otros dos que estaban con él.

-Va bene, andiamo*- dijo uno de los dos chicos, el moreno.

-Andiamo a cercare quel maledetto lupo*- dijo el otro chico, el castaño.

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Hallo, meine liebe prämie* -> Hola, mi querida prima

È tutto pronto* -> Ya está todo listo

Va bene, andiamo* -> Está bien, vamos

Andiamo a cercare quel maledetto lupo* -> Vamos a buscar a ese maldito lobo