Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. La niña maldita

Tres chicos llegaron esa misma semana a Italia. No tardaron ni dos días en enviar a alguien para resolver el problema del lobo solitario.

-Hallo*- dijo la chica del grupo en alemán -Soy Marian, encantada.

-Ciao*- saludó el chico de la manada -Yo soy Marco.

Este había ido a recogerlos y llevarlos a la manada, ya que no serían capaces de llegar por si solos o tardarían en hacerlo. La chica era la misma con la que su Alpha habló por teléfono y la reconoció por su tono de voz. Una vez que ya estaban todos reunidos en la sala, tres cazadores y tres lobos, comenzaron con el tema en cuestión.

-Me temo que el lobo ya no está en la manada y ha huido a otro lugar- dijo el Alpha directo.

-De todas formas, tenemos que asegurarnos- contestó la chica seria -Además, habrá más de ellos, así que limpiaremos todo por vosotros.

Esas palabras pusieron alerta a los otros dos lobos de la sala, menos a su Alpha, pues este ya conocía como era la forma de actuar de los cazadores. Se la había dicho alguien hace tiempo y hasta había llegado a verla. Los cazadores no dejaban que sus sentimientos o emociones interfirieran en su trabajo. No tenían piedad con sus enemigos y acababan con todos ellos como si nada, incluso aunque hubiera más lobos que cazadores. Se les conocía por ser crueles, violentos y sanguinarios.

-Bien- dijo el chico rubio serio.

Era mejor tenerlos de su lado que hacerlos sus enemigos, por lo que tenía que evitar conflictos con ellos. Después de todo, tenían un acuerdo donde decía que los cazadores ayudarían a los lobos, siempre y cuando, estos también lo hicieran, aunque había más ventajas para los cazadores que para ellos. En realidad, lo único que hacia ese acuerdo era garantizar la vida de esos lobos. La manada no sobreviviría si entrase en guerra con los cazadores, por lo que aceptar estar bajo su mando era la única opción y la más segura.

-¡Maaka!- llamó Milo -Aya no deja de molestarme- se quejó el chico.

La chica le tiraba papelitos desde el otro lado de la mesa.

-Me aburro- contestó la chica.

-Pues molesta a otra persona- dijo Milo esquivando los papeles.

-¿Por qué no quedamos esta tarde?- sugirió Lena -Para hacer algo divertido.

-¡Sí!- dijo animado el pelirrojo.

Las cosas seguían tranquilas, aunque los lobos no dejaban de vigilar a la chica bruja.

-Por mi vale- dijo Akala, pues no tenía nada mejor que hacer.

-Genial- dijo la castaña.

-Yo también me apunto- intervino Thiago, quien se levantó de su mesa y se sentó en la otra.

-Thiago- se quejó la castaña.

-¿No puedo ir?- dijo poniendo carita de cachorro.

-Vaaale- dijo la chica apartando la mirada de él.

El rubio sonrió feliz por conseguir lo que quería y después miró a Aya desconfiado. No se fiaba de dejar a Lena sola con esa chica, aunque fuera acompañada de Kai.

-Qué raro que hayas accedido a quedar esta tarde- dijo Milo a su hermana cuando caminaban por el pasillo.

-Tengo tiempo libre- contestó ella -Así que no me importaría salir hoy.

-Te estás volviendo una blanda- dijo el castaño sacándole la lengua.

-Solo necesito despejarme- dijo ella devolviéndole el gesto -He estado pensando cómo solucionar lo de Aya con los lobos y la única solución que se me ocurre es pasar desapercibidos.

-¿Cómo adolescentes normales?- preguntó el chico deteniéndose.

-Sí, algo así- dijo la rubia haciendo lo mismo -No se cuánto aguantará esta tranquilidad, pero por ahora tenemos que convencer a los lobos de que Aya no supone un peligro para ellos o la manada.

-Si confían en ella, no sospecharán de nosotros- dijo Milo intentando comprender.

-No la tendrán en la mira- dijo Akala -Para nosotros es fácil hacernos invisibles, pero no para ella. Nosotros hemos sido entrenados como cazadores y ella no. Su entrenamiento fue diferente, ya que ella es diferente- dijo un poco sombría.

-¿Es porque los problemas le persiguen?- dijo el chico sin entender del todo.

-Sí, ella es un imán para eso- contestó la chica -Cada vez que hace algo, un problema aparece.

-No lo entiendo- dijo el chico perdido.

-¿Sabes cómo se la conoce?- dijo Akala refiriéndose a Aya.

-La niña maldita- dijo Milo -Escuché a otros referirse a ella con eso- dijo recordando cosas de Alemania que rápidamente desechó, ya que no eran recuerdos agradables.

-Así es, La niña maldita- dijo la rubia -Su maldición, a donde quiera que vaya, solo conocerá el caos y la destrucción.

-¿Entonces es una bomba que puede explotar en cualquier momento?- dijo el chico entendiendo un poco y alarmándose.

-Por eso, cuando se trata de ella, hay que evitar o solucionar los problemas, porque sino van a más- explicó Akala sin responder directamente a la pregunta.

-No me gusta- dijo Milo dándose cuenta que con ella estarían en peligro.

-Milo- dijo su hermana seria -No tiene a nadie, ni hogar, ni familia.

-Pero...- dijo el chico.

-Tú me tienes a mi- dijo la rubia -Dime ¿que hubiera pasado si yo no estuviera?

Milo se quedó callado, pues tenía razón. Él no estaría ahora ahí sino fuera por ella.

-Milo, no quiero que sientas pena de ella, no quiere que la compadezcan, pero ponte en su lugar- dijo la rubia con un tono suave -Intenta comprender cómo se siente.

-Empatía- dijo el chico resumiendo las últimas palabras de su hermana.

-Sí- contestó ella -Empatía.

Las clases iban a empezar ya, por lo que los dos hermanos se dieron prisa en llegar a las suyas. En una de las esquinas del pasillo, se encontraba Aya apoyada en la pared, quien había escuchado todo.

-¡Aquí!- gritó Lena a Aya y los hermanos Winter.

Kai y Thiago estaban con ella sentados en una mesa.

-Hola- saludó Milo.

-¿Qué vais a pedir?- preguntó Kai.

-Batido- dijo la castaña sonriendo.

-Yo también quiero otro- dijo Aya.

-¿Batido para todos?- preguntó Thiago.

-Yo pediré otra cosa- dijo Akala.

Al final todos pidieron batidos, menos Thiago y Akala.

-Bueno ¿qué planes hay?- preguntó la rubia.

-Pues podemos ver una película o pasear por el pueblo- contestó la castaña.

-¿Tienes coche?- preguntó Akala a Thiago.

-Sí ¿por?- dijo el chico curioso.

-Porque tengo una idea- dijo sonriendo la cazadora.

Después de terminar, todos se montaron en los coches. Se repartieron tres y tres en cada coche. Los lobos de la manada en uno y los demás en el otro.

-Solo sígueme- dijo Akala de ventanilla a ventanilla.

Thiago hizo caso a Akala y la siguió en su coche. Al final los dos coches llegaron a la playa.

-Genial- dijo Lena emocionada -Lástima que no tengamos bañadores.

-La próxima vez los traeremos- dijo Kai igual de emocionado que la castaña.

Los dos lobos salieron corriendo para ver el agua más de cerca.

-Esto, Aya- dijo Milo acercándose a ella.

-No quiero escuchar lo que me tengas que decir- dijo la chica de pelo azul sabiendo que sería una disculpa -Solo, déjalo.

-Empecemos de nuevo- dijo extendiendo la mano.

La chica miró un rato la mano y después al chico, pero al final accedió y se la estrechó.

-Bien- dijo con una leve sonrisa.

-No sabía que conducías- dijo Thiago a Akala, quienes se quedaron solos viendo como los otros estaban en la orilla.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí- contestó ella caminando hacia los demás.

Thiago la siguió y se sentaron sobre la arena.

-¿Aún sigues pensando que no eres mi hermana?- preguntó el rubio.

-Pensé que dejamos eso claro- dijo la chica mirándolo un poco molesta.

-No hasta que te des cuenta- dijo el chico lobo -Yo sé que eres mi hermana.

-¿Y qué harás?- preguntó Akala -Si fuera tu hermana ¿me raptarías y me llevarías a la fuerza contigo? Tengo una vida y no puedes venir y decir soy tu hermano, deja todo y vente conmigo.

-No te puedo obligar, pero buscaría una solución para que pudiéramos volver a estar juntos, como una familia- dijo el rubio.

-No dejaré a Milo solo, nunca- dijo la chica mirando a su hermano desde lejos.

-Él también podría venir- dijo Thiago mirándola.

La chica giró su cabeza y lo miró. Contempló su ojos miel y vió que todo lo decía de corazón, que los dos se fueran con él.

-No es tan fácil- dijo la chica mirando al suelo y sonriendo triste.

-Bueno- dijo el rubio levantándose y estirándose -No tiene por que ser ahora, pero en un futuro cercano- dijo para bajarle tensión al asunto -Vamos con los demás- dijo tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.

-Está bien- dijo aceptando la ayuda.

. . . . . . . . . .

Hallo* -> Hola
Ciao* -> Hola

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro