Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

V ⚛ El plan comienza a fallar ⚛

Bajaba las escaleras a paso lento, la ducha me había servido bastante para volver un poco a la vida después de todos los tragos de anoche.

Y los besos, Johnson, acuérdate de los besos...

Barrí la mirada por todo el lugar encontrando vasos por doquier, botellas vacías en la barra de la cocina y en algunas mesas de la sala, por suerte y ya no había personas en la casa, bueno, a excepción de Donovan que estaba tirado en el sofá con una bolsa de papas fritas en el pecho y una de las manos colgando hacia el piso.

Llegué a su lado y sin importarme despertarlo tiré del cojín que usaba como almohada, de inmediato se despertó soltando un par de maldiciones y al sentir la bolsa sobre su regazo empezó a comer las papas que quedaban. Todo sin abrir los ojos.

—¿Qué hora es? —preguntó adormilado.

—La 1:15 de la tarde —respondí después de ver la hora en mi reloj.

Tomé una copia de las llaves de la casa y abrí la puerta para marcharme pero apenas salí la voz de Donovan me detuvo.

—¿A dónde vas?

—Iré a almorzar en casa de los padres de Thomas.

—Yo quiero ir, deja me baño y me voy con... —no había terminado de hablar cuando ya había cerrado la puerta. Lo conocía bien y sabía que esa era su treta para librarse de limpiar la casa y de que yo lo ayudara cuando volviéramos.

Y le tocaría hacerlo solo porque ya la noche anterior le había dejado claro que yo no iba a limpiar su desastre, literalmente.

Subí a mi auto y de inmediato lo puse en marcha. La casa de los padres de Thomas no estaba muy lejos, quizás a unos diez o quince minutos, todo dependiendo del tráfico. Antes me detuve en una pastelería a comprar una tarta de arándanos, sabía que era la favorita de Lilly, la madre de Thomas, pues recordaba muy bien cuando iba de visita con mi madre y ella solía prepararla para el postre.

Cuando estacioné en la acera la puerta de la casa se abrió de inmediato dejando ver a una mujer alta y flaca, de cabello casi grisáceo por la edad; pero aún así muy elegante cómo solía serlo desde que mi madre la conoció.

—Querido, ya estaba empezando a creer que no vendrías. Pasa por favor, que se enfriará aún más la comida. —luego de estrecharme entre sus brazos se hizo a un lado dándome paso.

Le entregué la tarta y complacida la dejó en el comedor junto a lo demás preparado.

En el sofá de la sala estaba mi mejor amigo junto a Roger, su padre. Estaban entretenidos viendo a Aaron Judge  hacer un home run en el séptimo inning cuando de pronto la TV se apagó. Era Lilly quien había sido la responsable.

—Vamos a la mesa, luego terminan de ver el juego —los hombres se levantaron de mala gana e hicieron lo que ella pedía.

Nada había cambiado aquí, salvo el color de las paredes. De resto el ambiente seguía siendo como en mi infancia, acogedor, familiar.

Tomé asiento al lado de Thomas, a mi derecha en el extremo de la mesa estaba su padre y frente a mí, su madre. El almuerzo fue ameno y bastante entretenido con la conversación con los padres de mi amigo. Hacía tanto que no disfrutaba de esto, antes solo era yo; sentado en la barra de la cocina o en el sofá frente a la televisión, solo, y ahora se siente como volver al pasado a dónde todo era un poco mejor.

—¿Qué te hizo volver a casa después de dos años fuera? —preguntó Lilly intrigada, la tarde anterior solo me había visto de pasada cuando traje a su hijo del aeropuerto, por eso habíamos quedado de almorzar juntos hoy para ponernos al día de todo.

—Lo echaron de la universidad —se apresuró a responder mi amigo, causándoles sorpresa tanto a Lilly como  Roger.

—A mí nadie me echó, yo me fui solito. —aclaré. —Pero sí, tuve cierto problemita y para evitar seguir pasando malos ratos preferí pedir cambio a otra universidad.

—Podrías ir a la misma universidad que Thomas —sugirió Roger.

—Podría ser, no lo sé, yo lo decidiré luego

—¿Y Donovan por qué no vino contigo? Tengo semanas que no le veo.

—Quedó limpiando la casa, Anita hoy no podía y se ha ofrecido a hacerlo él. —menti.

No le iba a decir que lo dejé a propósito para que se hiciera cargo del desastre que él mismo provocó. Aunque su mirada orgullosa me hacía saber que se había creído mis palabras. Para ella, él se había vuelto su consentido después de que Thomas y yo nos fuéramos a la universidad, era entendible que después de tener a dos muchachos relativamente tranquilos, quisiera quedar lidiando de vez en cuando con el más revoltoso.

—Es tan considerado de su parte hacer eso. —alabó de forma orgullosa.

—Sí... muy considerado él —se burló Thomas, pues él había estado en la fiesta y se imaginaba el caos que había quedado después.

Cuando terminamos de almorzar mi amigo me arrastró hacia su patio trasero hasta dejarnos caer en unas reposeras bajo un frondoso árbol que proveía de sombra.

—Conocí a una chica en la fiesta. —alcé una ceja, aunque realmente no me sorprendía —Cuando estábamos en el patio entré por un nuevo vaso de vodka y a la salida me choqué con ella.

Supongo que eso fue en el momento en que se desapareció y yo me fui a mi habitación.

»Conversamos e intercambiamos números, hemos estado hablando toda la mañana; es una chica muy interesante y según me ha dicho, lleva pocos días acá desde que se mudó.

—Yo besé a la vecina. —esta vez el que alzó una ceja fue él —Bueno, no sé donde vive exactamente, pero Donovan dice que es nuestra vecina.

—¿Qué pasó con eso de no ligarte a nadie en esa fiesta porque no sabías que tipo de loca sería?

—El alcohol me hizo olvidar mis palabras. —fue todo lo que dije pues no vi necesario contarle todo el cuento.

Aunque ahora que pensaba en ello con más detenimiento, puede que no haya sido una buena idea dejarme llevar por mis impulsos. Se supone que la chica está enamorada/encaprichada con mi primo y yo no debería meterme, aunque él se empeñe en decir que ella no le interesa siento que no debería hacerlo.

—¿En que piensas? —dejé a un lado la maraña de pensamientos que azotaban mi cabeza y volví a prestarle atención al chico a mi lado.

—En qué haré los próximos días. ¿Crees que deba conseguir un empleo?

—No necesitas un trabajo, te recuerdo que parpadeas y ya tienes dinero acumulandose en tu cuenta.

—Quizás, pero necesito saber como gastar mi tiempo mientras estoy aquí. Ni siquiera sé ha acabado el día y ya estoy pensando en qué hacer mañana, y no es porque tenga muchos planes es porque de hecho no tengo ninguno.

La noche cayó y mi visita en casa de los Backer se terminó, me despedí de los tres y volví a mi auto para conducir de regreso a casa. Las calles solitarias me permitieron llegar rápido y cuando entré a casa conseguí el lugar limpio, como si no hubiese habido una fiesta la noche anterior. Subí las escaleras de dos en dos pero cuando llegué a la cima me detuve abruptamente al oír gemidos provenientes de la habitación de Donovan.

Como mismo subí, bajé y salí a dar una vuelta por los alrededores. La noche estaba fresca, perfecta para una caminata.

Las calles estaban casi solas, a excepción de unas cuantas personas que entraban a sus casas, unas con las luces encendidas y otras ya totalmente a oscuras. Caminé sin rumbo alguno durante un buen rato y cuando empecé a sentirme cansado decidí volver sobre mis pasos. Estaba a nada de llegar nuevamente a casa cuando vi a alguien intentando subirse a uno de los árboles que había cerca.

Quizás sería un vagabundo sin hogar. Aunque se veía bastante arreglado como para serlo.

A medida de que me iba acercando me di cuenta de que era una chica la que se subía, y para cuando llegué al pie del árbol ya ésta tenía varios minutos que se había escondido entre las ramas. Alcé la mirada localizandola por sobre mi cabeza y siguiendo su postura desde mi lugar; vi que veía a la ventana de la habitación de Donovan.

A él y a una chica casi desnudos.

Me fue fácil deducir quien era, además las palabras de Donovan «No muerde pero sí me observa desde un árbol » me hicieron confirmarlo.

—Ya es hora, Venus, supéralo —sus palabras aunque fueron bajas igual fueron audibles para mí.

Que feo debe ser tener sentimientos por alguien y que no sean correspondidos.

—Acosar a las personas es malo, ¿sabes? —por lo visto yo no era alguien de iniciar una charla de manera normal, por lo menos no con ella, porque siempre la agarraba desprevenida y soltaba lo primero que se me pasaba por la mente.

Se asustó porque en un rápido giro perdió el equilibrio y me cayó encima.

»Y caerles encima desde un árbol es doloroso. —dije mientras la apartaba de mí.

—¿¡Estás loco!? —se puso de pie en un salto —¡Pude haberme roto algo!

¿Ella? ¡Pero si fui yo el que se llevó el impacto de su caída! Suertudo sería de no tener aunque sea un dedo roto.

—Por suerte estas bien, pero creo que a mí sí me rompiste una costilla —como pude me levanté y al estirarme sentí una punzada en el costado.  —¿Sigues en tu plan de acosadora?

—No, solo estaba viendo un nido que había en esa rama —señaló el lugar por encima de nosotros —quería saber si ya nacieron los pajaritos.

¡Pequeña mentirosa! Ya es la segunda vez que cree que puede engañarme.

—Yo tengo pajarito que tal vez te guste, si quieres te lo muestro.

Ay, mi querido Pepe el loro ¿todavía seguirá vivo? Es que hace años se me fue volando y solo me quedó una foto suya.

Me había acercado a ella dejándola sin escapatoria entre el árbol y yo. De nuevo me acerqué sin ser conciente de que lo hacía.

—Estás loco si crees que voy a querer ver tu... eso —seguí la dirección que su dedo señalaba y me encontré con que estaba apuntando a mi entrepierna.

Una carcajada salió de mí por lo espontaneo de sus palabras. Terminé de eliminar el espacio que nos separaba y acerqué mis labios hasta casi rozar los suyos.

—Yo hablaba de un ave de verdad. —sonreí, pero esta vez sin burla alguna en mi gesto –Aunque si quieres verme la polla de nuevo, yo no me quejo.

Que buena impresión le dejé para que piense que cuando le hablaba de un pajarito me refería a mi polla. A eso yo no lo llamaría de esa forma porque el diminutivo no le queda.

—Vamos, te acompaño hasta tu casa. —me separé y esperé a que decidiera empezar a caminar.

El trayecto estaba siendo silencioso, ella iba con la vista al frente mientras que yo de vez en cuando le echaba miradas de reojo, fue en una de esas miradas que me percaté cómo cruzaba los brazos por sobre su pecho, tratando de cubrirse de la vista de los demás. En este caso, mía.

Puedo controlar mis palabras y pensamientos... la mayoría de las veces, lo juro. Pero con ella junto a mí es como si a mi cerebro y boca les dieran rienda suelta para soltar chorradas.

Y un ejemplo de eso fueron mis siguientes palabras:

—No creí que ver a una chica usando un brasier con ese tipo de muñequitos me pusiera tanto. —ella se había detenido y yo imité su acción. Al parecer ya habíamos llegado a su casa, y me di cuenta que desde que llegué siempre he paso frente a ella porque a casi una cuadra más allá he estado viviendo los últimos días.

—Tienes cara de que te gusta todo aquello que tenga una vagina entre sus piernas.

Una supuesta "verdad" de forma burlona. Aunque no es del todo cierto porque suelo ser bastante selectivo con las personas a las que me acerco.

—Puede ser. —quise hacerle creer que tenía razón antes de dejarla roja como un tomate recordándole una situación en particular —Pero nada me pone tanto como encontrar a una chica con un bóxer mío entre sus manos. Que casualidad que esa chica esté justo frente a mí, ¿no crees?.

Parpadeó un par de veces antes de separarse y dar la vuelta para empezar a caminar hacia su casa.

Creo que le fundí el cerebro con esa respuesta porque no me respondió como esperaba que lo hiciera.

La tomé de la muñeca para evitar que pudiera alejarse más, tiré de ella y terminé por acortar la distancia entre nosotros para por fin dejarme llevar por el impulso que venía manteniendo a raya desde hace minutos atrás.

Para volver a besarla.

—Tenía que hacerlo nuevamente. —me separé y empecé a caminar de regreso a casa de mis tíos. Había avanzado varios metros cuando cuando por sobre el hombro la vi todavía en el mismo lugar.

Se me está empezando a ir de las manos mi plan de hacer que Donovan reconozca que ella le gusta, porque es diferente decir que me ligaré a la chica para ponerlo celoso; pero en mi plan no estaba por ningún lado andarla besando a menos que él estuviera presente.

Eso en el caso de que ella pudiera corresponderme, claro.


.

NOTA: holis✌ espero que les haya gustado el capi número 5 de esto.

Por cierto, de una les advierto que los pensamientos de Alan son algo muy diferente a sus acciones, ya deben irse dando cuenta de que por momentos está como que "no puedes ligartela en serio, eso no es parte del plan" y luego está de "al carajo el plan, solo besala"

Por si se llegan a desesperar nada más.

Un beso grandote 💋
Att: Oriana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro