Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Cinco


Neus no deja de molestarme mientras acabamos de comer. Es incapaz de callarse y menciona varias veces lo que acaba de ocurrir y en la forma en la que el amigo del futuro príncipe ha estado pendiente de mí.

Está emocionada y se le nota, no se esperaba que nos ocurriese algo así, aunque si soy sincera, yo tampoco. No es que sea muy común tener que salvarle la vida a gente que no conozco en mis vacaciones, ni tampoco es que me apetezca.

Como la conozco, y sé que va a seguir así durante un largo tiempo, pido la cuenta de forma rápida para macharnos lo antes posible.

Si no lo hago, es más que posible que se haga notar de nuevo y volvamos a encontrarnos con ellos dos.

—Eres una aburrida cuando quieres —protesta Neus una vez que estamos en la calle—. Si quisieras, James te habría dado su número. No tengo dudas. Es más, ¿por qué no volvemos a pedírselo?

—Tú misma lo has dicho, si quisiera —remarco y le guiño un ojo para que vea que no le doy importancia—, pero no quiero.

—¿Cómo que no? —pregunta, incrédula—. ¡Es James Watson!

—Como si fuera el príncipe... —Ella pone los ojos en blanco con mi pequeña broma, no le hace gracia, pero a mí mucha—. No hay para tanto.

—A veces me sorprende tu capacidad para no alterarte por cosas así —comenta muy seria—. ¿Segura que no te interesa? Sé que no lo conoces ni sabes nada de él, pero guapo es un rato...

Sí, eso no lo voy a negar, me ha parecido muy atractivo. Me he dado cuenta de ello cuando no dejaba de mirarme, había estado muy pendiente de mí, lo que había vuelto la situación un tanto extraña. Había sido hasta un poco incómoda, por lo que había acabado haciendo lo mismo, observarlo fijándome en lo que no decían sus palabras y en lo que revelaban sus gestos.

Eso sí, lo que más me ha llamado la atención de James son sus ojos; de un azul precioso, casi resplandeciente e irreal.

Su mirada es atrapante.

—La belleza no lo es todo, Neus —niego con una sonrisa—. Sabes que no es lo que busco en un hombre, que solo es un complemento.

—Sí, ya, pero será que Oriol es feo... —comenta con rapidez y me guiña un ojo, adora mencionarlo para chincharme—. Te sientes atraída por los hombres guapos.

—¿Y quién no? —rebato—. Es lo más normal cuando la testosterona, estrógenos y la progesterona entran en acción. Y si ya hay contacto físico de algún modo la oxitocina⁴ te nubla la razón y...

—Odio tus tecnicismos —me interrumpe—. Nunca entiendo nada. Habla en un idioma que entienda.

—Son hormonas, te he explicado muchas veces lo que hacen y provocan, pero nunca me escuchas.

Con el paso de los años he aprendido que no es que no me escuche, siempre lo hace, es solo que le gusta hacerse notar de ese modo, reconozco que he sido bastante pesada con algunos temas y nunca se ha quejado.

—Lo que sea, volvamos a lo importante, ¿por qué no has querido tener su teléfono?

—Nunca más lo voy a ver, no hay para tanto. —Me encojo de hombros para hacerle ver que me da igual—. Además, te lo acabo de decir, a mí me atraen más otras cosas.

—Sí, la inteligencia, eres sapiosexual⁵ o te sientes muy identificada con eso —repite casi de forma mecánica, lo hemos hablado varias veces—. James es muy listo, ¿lo sabías?

—¿Ahora eres su nueva mejor amiga que abogas por él?

—No, pero siempre se ha dicho que lo es, y se ha hablado mucho de James en prensa, sobre todo con el revuelo que generó Sebastian cuando dejó su carrera y esas cosas...

—Sinceramente, no me interesa —digo con mucha sinceridad y Neus entrecierra un poco los ojos al escucharme, pero no se sorprende—. ¿Seguimos con el turismo?

Aprovechamos las pocas horas de sol que quedan, algo de lo que no me he acostumbrado en los días que llevo aquí, aunque creo que tampoco me haría a la idea de que a las once de la noche aún sea de día como ocurre en otros meses, para visitar todo aquello que consideramos que es mejor ver con luz.

Una vez que ya ha oscurecido, aunque mi cuerpo ni lo nota ya que no son más de las seis de la tarde, y el frío empieza a ser muy notorio, Neus y yo regresamos al hotel.

—¿Salimos esta noche? —pregunta mientras cenamos en el restaurante del hotel—, pero con tranquilidad.

—Tu frase junta es imposible —me burlo con una sonrisa—. ¿Cuándo hemos salido con tranquilidad?

—¿Te refieres a la de veces que me has dicho que no porque tenías que estudiar? —rebate de inmediato y me guiña un ojo—. Esas veces cuentan, ¿no?

—No, porque esas veces los apuntes han sido mi cita perfecta —contesto con el mismo tono bromista—. Hablo la de las ocasiones en las que íbamos supuestamente solo a tomar algo, esas veces en las que teníamos que madrugar o estar frescas al día siguiente...

—Y acabábamos dándolo todo encima de un podium en una discoteca —acaba por mí y ambas nos reímos. Son buenos recuerdos—. Los nórdicos no entienden la buena fiesta, ¿o no?

—¿Solo los nórdicos?

Más de una vez lo habíamos comentado cuando habíamos ido de viaje, la fiesta en otros países es... sosa. Todos los lugares cerraban pronto y no te daba tiempo de desayunar al volver, como solíamos hacer Neus y yo. Tampoco es que seamos el mejor ejemplo, siempre que habíamos salido, algo que empezó de forma seria a los dieciocho, acabábamos viendo el amanecer y nos acostábamos como muy pronto a las siete de la mañana.

Después de hablar un poco de lo que podíamos hacer e investigar en Google, decidimos ir a tomar unas copas a uno de los bares más conocidos de Estocolmo donde entablamos conversaciones casuales con varios suecos que no pasan de un par de coqueteos inocentes.

A Neus le interesan más las mujeres, aunque no hace feos a nada, y a mí... a mí ninguno me llama lo suficiente la atención.

Al día siguiente seguimos la ruta que habíamos planeado la noche anterior para acabar de ver todo lo que queríamos de la ciudad. Había sitios que se nos quedarían en el tintero, sobre todo los que implicaban coger el coche ya que estaba un poco alejado, pero mañana volvíamos a Barcelona y no queríamos cansarnos mucho.

Todo parece ir bien y con calma, a excepción de los comentarios de mi amiga que recuerda lo que había pasado el día anterior, hasta que volvemos a vernos.

Esto debe ser una broma. Una de muy mal gusto.

¡El destino te adora! —exclama en catalán Neus mirándome de forma soñadora—. Nos los hemos encontrado de nuevo.

Me parece sospechoso...

—Déjate de tonterías y aprovecha para hablar más con James, ya te está mirando fijamente.

Neus no tarda en empezar una conversación con Sebastian y cuando me mete a mí, diciendo que no creo en las casualidades, no me callo: no, no creo en ellas.

Ni tampoco en el destino. Todo lo que obtienes en la vida es porque te lo ganas con esfuerzo y acabas teniendo una recompensa.

Lo único que no es tangible es la suerte, eso no se puede controlar.

El futuro príncipe empieza a dar unas explicaciones que ni he pedido, lo que me hace pensar en una de las frases preferidas de mi padre que siempre decía cuando Pau y yo éramos pequeños e intentábamos engañarlo con algo: " Excusatio non petita, accusatio manifesta⁶".

¿No se da cuenta de que acaba de confirmar lo que creía? Esto no ha sido una casualidad, nos han estado buscando.

Él parece que no le da importancia y cuando empieza a alabar a su amigo sé por dónde van los tiros; es como Neus, quiere que conozca mejor a James.

Y no sé cómo me sienta eso.

—Las leyes en Europa son algo distinta, ¿no? —Miro directamente a James y me fijo aún mejor en sus facciones. Por la forma en la que lleva arreglada la barba y el cabello es una persona responsable y pulcra. Y de nuevo sus ojos me llaman la atención, aunque están un poco ocultos tras unas gafas que ayer no llevaba. No me disgustan, le dan un toque elitista y moderno—. Sobre todo el sistema legal en sí.

James casi no parpadea y centra su atención en mí y, como ayer, me siento un poco incómoda y abrumada.

¿Por qué me mira con tal intensidad?

El que me contesta es Sebastian, que sigue vendiéndolo como si se tratase de un bolso Kate Spade último modelo que debo comprar antes de que se agote.

Mira, te seré sincera —me habla Neus en catalán para que no nos entiendan—. Voy a dejarte sola, me inventaré una excusa para marcharme.

—Neus, ni se te ocurra.

—¡Le encantas! Se emboba mirándote, aprovecha. Habla un poco con él, no te arrepentirás.

—Me vas a deber una.

—Quizá va a ser al revés...

Como no voy a hacer que cambie de idea, tomo el control de la situación y soy directa con James, proponiéndole ir a tomar un café, o como dicen en Suecia, el Fika⁷. Eso sí, dejo que sea él quien que elija el sitio y guíe, no deja de vivir aquí y yo estoy de paso.

Al principio hay un poco de incomodidad, él no parece tener muy claro lo que quiere decir, y se equivoca más de una vez en un intento de sacar tema.

Da por hecho cosas que no son, o que son muy generales, lo que demuestra que no sabe mucho de España.

Me sorprende que me escuche con interés todo lo que le cuento, porque hasta a mí misma me ha parecido un tostón, y me pregunta de forma más concreta por Barcelona y qué elegiría típico de ahí.

No voy a negar que me gusta esto, que esté tan atento y pendiente de mí.

Tiene pequeños gestos que me están sorprendiendo, la forma en la que me invita con la mirada a que siga hablando, lo caballeroso que es dejándome entrar antes en la cafetería y sugiriéndome lo que puedo probar, explicándome de qué están hechos.

—Yo invito.

Alzo una ceja y reprimo una sonrisa, no, no va a hacerlo. Odio que lo hagan, lo evito siempre que puedo.

Intenta convencerme de que quiere pagarme lo que he pedido, pero aprovecho sus dudas para ser yo la que le invite a él.

Eso también me ha gustado, que quisiera pagar lo mío, aunque ha llegado tarde, me hace pensar que no es agarrado con el dinero, algo que me gusta en la gente.

Una vez que nos sentamos, noto a la perfección lo nervioso que está, le intimido.

James no reprime un bufido de impresión cuando hablo de mi trabajo y al seguir la conversación se equivoca de nuevo: generaliza.

Es divertido que sus nervios le hagan decir tantas tonterías, debe estar torturándose por dentro pensando que ha quedado como un idiota.

Sé que intenta disimularlos, pero para mí son muy evidentes, al igual que sus expresiones y la forma en la que después de decir algo se arrepiente, sus ojos se entrecierran de inmediato casi como si se castigase a sí mismo.

Aunque eso no es una excusa para mí, soy clara, odio los tópicos y que se generalice con las cosas y le pruebo mi punto, a él no le gustaría que lo tratase de inculto e ignorante como una gran parte de la población de su país.

A partir de aquí voy de un tema a otro, hablo de mi música preferida, los libros que más me gustan y hasta menciono la última película que fui a ver al cine.

Lo estoy haciendo queriendo, necesito ver cómo me responde a según qué cosas. Incluso podría decirse que lo estoy poniendo a prueba mencionando temas que muchas personas no sabrían responder.

Así aprendo de él que le gusta el arte contemporáneo, que estuvo becado en Harvard y fue de los mejores de su promoción, lo que no es poco, y que es más que capaz de mantener una conversación seria.

Me gusta esto que estoy viendo de James. Es inteligente y culto, con un bagaje de conocimientos amplio y variado.

—En realidad, no debería estar en Estocolmo —explico con total naturalidad sin apartar mi mirada de la suya. Me siento cómoda hablando, por lo que no me reprimo—. Ha sido más como un viaje sorpresa de Neus, como un premio y descanso a todo mi esfuerzo.

—Porque has acabado tu especialidad, ¿no? —pregunta recordando lo que he mencionado de pasada hace un tiempo.

Otro punto positivo para James, me escucha.

—Sí, y bueno, el hospital en el que trabajo me han dado vacaciones, tampoco me podían decir que no, tenía guardias acumuladas y muchísimas horas... Trabajo también en Barcelona, he nacido ahí y adoro mi ciudad.

—Es bonita.

—¿Has estado? —Me acomodo mejor en el sofá en el que estoy y sonrío, nunca me cansaré de escuchar lo preciosa que es.

—Una vez, para la última gira de Sebastian.

—¿Y bien?

—No pude ver mucho, la agenda era muy apretada... —se excusa y se quita las gafas en un gesto nervioso.

—¡Traición! —exclamo con una carcajada—. Barcelona se merece tu tiempo, tienes que volver, te encantará. Confía en mí, es indescriptible.

—No digo que no, pero ahora mi sitio está en Estocolmo, al menos durante mucho tiempo. No creo que pueda visitar otro país —asegura con mucha convicción—. La boda de Sebastian será en breve, y entre tú y yo, no es que él sea muy responsable. Es más que capaz de hacer algo que no debe cuando no estoy.

Me encantaría seguir hablando con él, pero cuando por enésima vez mi móvil vibra con un mensaje de Neus, sé que tengo que irme. He estado ignorándola porque me sentía muy a gusto con él. Sin embargo, cuando me fijo en la hora que es sé que no puedo alargo más.

El tiempo ha pasado muy rápido, hemos estado más de una hora hablando sin darnos cuenta.

—Toma, apunta tu número. —Le doy mi móvil con total confianza mientras me pongo la bufanda—. Tengo que irme, Neus ya me está reclamando. Ha sido un placer, James. —Me muerdo el labio y añado con una gran sonrisa—. No deberías estar nervioso, me lo he pasado muy bien contigo.

Me despido de él con un beso en la mejilla y me marcho poniendo el gps en el teléfono para llegar a la ubicación que me ha enviado Neus.

Tardo unos diez minutos aproximadamente y antes de que pueda saludarla, me avasalla.

—¿Y bien?

—Tenías razón —admito porque no me sirve de nada mentir—. James es... interesante.

Más que eso diría. Tengo curiosidad por él y eso es lo mejor que podía pasar. No sé si estoy errada, pero estoy segura de que cuando no esté nervioso me sorprenderá aún más.

—¿Solo interesante? ¡Cuéntame todo!

—Es inteligente, mucho —remarco—. Ha sabido seguirme el ritmo en todo momento y ya sabes que suelo divagar queriendo.

—Te había dicho que lo es mucho...

—Le intimido, ¿sabes? Ha estado nervioso casi todo el tiempo, ha dicho cada burrada... —rememoro—. Casi lo mato un par de veces, lo hubiese hecho si hubiera soltado lo de toro, paella y olé.

—¿Lo volverás a ver? ¿Esta noche? —sugiere con un guiño—. Ya sabes... Podemos tener intimidad en la suite en la que estamos.

—No, y no creo. Esta noche es para nosotras, nuestra última noche en Estocolmo. Hay que disfrutarla.

—¡Mireia! —protesta de forma exagerada—. ¿Se quedará así? ¿En serio?

Buena pregunta, ¿probablemente? Ni yo sé responder. Por el momento sí. Lo bueno si es breve, dos veces bueno.

—Tengo su número de teléfono...

—¿Y por qué no le hablas ahora mismo? Quedad para esta noche, hazme feliz.

—¿Qué gracia tendría eso? Ninguna. No estoy desesperada...

—Espera —me pide frunciendo el ceño como si acabase de entenderme—. Has dicho que tú tienes su número, ¿y él?

—Estaba tan nervioso que no me lo ha pedido.

—¡Mireia!

—¿Qué? —Me hago la inocente—. Hablaré con él... eventualmente. No me mires así —pido—. Por lo que hemos hablado está muy centrado en su vida en Estocolmo, y yo tengo la mía en Barcelona. El amor de mi vida es la medicina.

—En estos momentos te odio...

—No, no lo haces. ¿Volvemos al hotel?

Ella entrelaza su brazo con el mío y mientras andamos no puedo dejar de pensar en lo azules que son los ojos de James.





PROGESTERONA, TESTOSTERONA, ESTRÓGENOS Y OXITOCINA: Hormonas humanas (no me pondré a decir qué hacen haha).

SAPIOSEXUAL: Persona que se siente atraída sexualmente por la inteligencia. 

 EXCUSATIO NON PETITA, ACUSSATIO MANIFESTA:  Es una locución latina de origen medieval. La traducción literal es 'excusa no pedida, acusación manifiesta'.​ Significa que todo aquel que se disculpa de una falta sin que nadie le haya pedido tales disculpas se está señalando como autor de la falta

FIKA: Se conoce como "fika" a la pausa del café en Suecia, un aspecto cultural sueco que también se refiere al ritual de tomar el café por la tarde en Suecia, similar a la hora del té de los ingleses



¡Holi! Aquí un nuevo capítulo, yo ya shippeo mucho hahaha

Últimamente estoy muy ocupada, por eso no subo tanto como podría, pero siempre tendréis cap, no os preocupéis por eso, no abandono proyectos.

En las pautas tenía mucho más contenido, pero si lo ponía el capítulo quedaba excesivamente largo, así que para el siguiente haha.

¿Os gustó?

Muchos besos xx



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro