Capítulo Veinticinco
Capitulo 25
Especial Mérida
Mis ojos se abrieron abruptamente al ver cómo alguien entraba por la puerta y el amanecer no amenazaba con aparecer pronto, mire a mi costado y Wood ya no estaba allí me alerte haciendo que mis músculos se tensaran, pero al ver la sombra de un metro noventa y su melena que caia como cascada sobre su rostro me relaje inconscientemente. Sus pasos se acercaron cuidadosamente, ya que desconocía que yo estuviese despierta hasta quedar a los pies de la cama, sentándose delicadamente sobre ella sin aplastar mis pies y posando una mano sobre ellos.
—¿Te desperté?—Dijo y seguramente con una sonrisa arrogante pero la escasa luz no me permitia apreciarlo.
—No voy a decirte que no, si si—dije levemente riendo.—¿Qué haces aquí?
—Quería ver si estabas bien...no podía dormir..
—Sirius Black preocupándose por alguien que no es él mismo, eso es nuevo—Dije cruzando ambos brazos sobre mi pecho, escuchando su risa resonar en mis oídos.
—Muy chistosa, pero ya veo que estas bien así que me retiro—Dijo poniéndose de pie, acto repentino que mi cuerpo se abalanzó y lo tomo por la muñeca impidiendo que se fuera ganandome una mirada curiosa, la poca luz que nos rodeaba me permitió ver aquellos ojos grises.
—N-no te vayas, ¿Te molesta quedarte y dormir aquí conmigo?—dije algo avergonzada— Pomfrey solo vendrá después del desayuno...no te castigaran..claramente si quieres también—Mi agarre se aflojo y volví a acomodarme sobre la camilla.
Se acercó hasta a mí, se quito lo zapatos y la camisa dejando su torso desnudo aquellas cicatrices seguían adornando su piel de porcelana, en nuestro silencio nos acomodamos en la cama de espaldas, donde se notaba nuestra lejanía en tan poco espacio de separación, para luego ambos al mismo tiempo darnos vuelta encarando al otro donde nuestros rostros se encontraron su brazo rodeó mi cintura y me acerco hacia su cuerpo, enviándome miles de señales nerviosas para luego apagarlas.
Me sentía a salvo entre sus brazos.
Apoye mi rostro en su pecho donde podía oír su respiración tranquila, sus pulsaciones las cuales iban a mil por hora, mis dedos recorrieron su brazo desnudo como si estuvieran tocando a la estatua más frágil que hayan podido apreciar.
—Mer—Susurro mi nombre con su voz ronca.
—Mmm–Respondí.
—Hoy pensé que te perdía...Pensé que no volvería a escuchar...—Su declaración me sorprendió.
—Jamás te voy a dejar de molestar con mi encantadora voz Canuto—Dije y ambos reímos levemente.—Y-yo le di una carta a Ry..
—No tienes porque decirme Mer.
—Quiero hacerlo—Declaré— Tú sabes que me cuesta mucho expresar lo que siento a veces y..yo—tomé aire y lo exhale— Sufrí mucho tiempo, por parte de mis padres, más mi madre pero eso creo que no importa, yo no siempre fui fría y tan despegada con Ry, eramos carne y uña—mis dedos seguían haciéndole cariños a Sirius en su brazo— Y yo lo veía a El, y cuando mi madre lo descubrio me comenzó a decir "No le digas a Riley, porque ella es buena y por eso no lo ve" o cosas así, y me aterra ponerme vulnerable frente a otras personas al igual que hacerles daño ¿Porqué soy la única que lo ve?—Su brazo me apretó más contra él—
—Mer, no eres mala, eres la persona más buena y adorable que he conocido, aunque con un carácter podrido, no eres mala y no quiero que lo pienses ¿Okey?—Dijo para luego besar mi cabellera.
Su calor y su tacto hizo que me relajará, mis ojos pesaron y nuevamente caí rendida ante los brazos de morfeo.
La luz solar invadía la enfermería haciendo que mis ojos se molestaran y se abrieran pesadamente, encontrándome abrazada a un cuerpo caliente que se encontraba dormido aún, me removi un poco para poder acomodarme pero Sirius me aprisiona más contra su cuerpo apoyando su cabeza en mi pecho.
—Cinco minutos más—Dijo con su voz ronca, su cabello alborotado me llamaba, pose mis manos y comencé a acariciar su cabello.
—Tontito debemos irnos—Dije haciendo que este se moviera un poco y nuestros rostros se encontraran. —Buenos días.
Sus ojos viajaron a mi cuerpo para luego caer en mis labios y por último en mis ojos—Buenos días—Dijo con su voz ronca que endulzaban mis oídos.—Te traere el uniforme así podremos ir a desayunar ¿Sí?
Me limité a asentir mientras observaba como se alejaba de mi para cambiarse, y lo observaba como sus músculos de la espalda se tensaban y podía ver sus cicatrices.
(Cursiva)
Seria lindo dejar marca de tus uñas Mer.
—Ya terminaste de comerme con la mirada—dijo con su sonrisa coqueta haciéndome sonrojar, se acerco a mí y beso mi mejilla, dejándome allí.
Me quede esperando unos minutos hasta que se abrieron las puertas nuevamente dejando ver a mi pelinegro.
(Cursiva)
No es tuyo Mer.
Me tendió el uniforme y procedí a cambiarme sin antes echarle una mirada para que se alejara un poco y poder cambiarme, al finalizar, me dirigí hacia los utensilios de madame pomfrey y encontré un cepillo de dientes nuevo, el cual no dude tomarlo y dirigirme al lavabo, procediendo a lavarme los dientes.
—¿Vamos?—Dijo Sirius mirandome a lo cual me limité a sonreirle y caminar a la par de él hasta el Gran Comedor.
Al abrirse las puertas pude visualizar a una grupo de Ravenclaw cubiertos de algo verde no pude evitar reírme, para luego mis ojos viajar a mi hermana que venia a un paso apresurado hacía mí para envolverme en sus brazos.
—¿Cómo estas? ¿Te duele algo?—Mi hermana me invadió de preguntas donde su rostro reflejaba la misma preocupación—¿Estás Bien?
—Estoy mejor Ry—Rompi nuestro abrazo para ver su rostro, y brindarle una sonrisa, mientras dirigi una de mis manos para acariciar la suya para otorgarle la sensación de tranquilidad.
—Está perfecta—Espetó el pelinegro a mi lado mientras posaba uno de sus brazos sobre mis hombros delante del Comedor, ganándonos varias miradas curiosas ante el gesto—¿Cómo no iba a estarlo si estaba conmigo?
Puse los ojos en blanco ante el comentario de Sirius para luego darle una sonrisa ladeada a mi melliza, Nos dirigimos al sitio de la mesa donde nuestros amigos se encontraban, para sentarme junto al castaño como hacia de costumbre que rápidamente me tendió una taza de café.
—¿Como te encuentras?—Remus espeto mientras me tendia la taza, mire a todos los del grupo que esperaban atentamente a mi respuesta.
—Ahora estoy mejor—Sonrei tiernamente haciendo que estos inconscientemente soltaran un peso de sus hombros y se relajaran ante la respuesta.
—No sabes como estaba Canuto anoche, todo histérico—Dijo James ganándose una mirada asesina y algo sonrojada del mencionado, dirigí mi rostro hacia él que se había sentado junto a mi y eleve una de mis cejas mientras llevaba la taza de café hacia mis labios para sentir aquel líquido que despertaba cada centímetro de mi cuerpo.
—No es verdad—Contestó casi en susurro mientras le daba un mordisco a su tostada, haciendo reír a los demás.
La hora del desayuno había transcurrido bastante rápido para mi agrado y la verdad que tener clase con Hufflepuff no me apetecía demasiado, bufé ante la orden de los jefes de casa quienes nos indicaban que la hora de clases estaba a punto de comenzar, el pelinegro espero atentamente junto a mi hasta que decidí ponerme de pie para encamibarme a la clase, el castaño nos esperaba impacientemente en la puerta del Comedor otorgando una de sus miradas en las cuales nos decía.
—Estamos a pocos minutos de empezar la clase...Con ustedes nunca puedo llegar antes—Lunático recalco mientras miraba su reloj de bolsillo y caminaba apresuradamente, haciendo que rieramos.
—Se dan cuenta que Remus y Lily son muy parecidos, de personalidad, es como si Lily fuera la versión masculina de Remus—Dije divertidamente.
—Esa imagen de que me gusta Remus con cabellera Pelirroja me da asco—Dijo James haciendo que mi risa resonara justo en la puerta de la clase, ganandome miradas curiosas de parte de los Hufflepuffs.
Mis ojos viajaron por los lugares, hasta recaer en mi melliza quien esperaba tiernamente en su sitio, mire al ojigris y luego a ella nuevamente, mis pasos se dirigieron hacía la mesa para tomar asiento junto a ella, delicadamente dirigí mi mano hacia la de ella para hacerle entender que estaba allí, aunque me esperaba miles de preguntas en aquel momento donde buscaban respuesta sobre todo, no lo hizo sino que permaneció dibujando en su cuaderno sin prestar atención alguna.
Riley podía decir todo y al mismo tiempo nada con sus dibujos, era un misterio lo que su subconsciente quería decir pareciera que quería gritar miles de cosas y expresar lo que sentía con palabras lo plasmaba en dibujos, era algo sorprendente y maravilloso.
Mis ojos vagaron por el salón encontrándome con unos ojos azules que miraban atentamente a mi melliza, lo mire amenazadoramente captando rápidamente su atención, haciendo que desviará la mirada. Tenia una especie de dominación con mi mirada, muy pocos me mantenían la mirada, era algo que me subía el Ego.
La clase transcurrió lentamente dejándo mi cerebro saturado de información, me puse de pie llevando mis manos a mi falda para acomodarme que esta no estuviera fuera de lugar, al mismo tiempo mirando de reojo que la Hufflepuff Candace saliera última del salón al igual que yo, justo cuando estaba por salir la intercepte y la mire medianamente desde abajo.
—Escuchame bien, porque espero no tener que volver a repetirte—Dije amenazadoramente, haciendo que esta abriera sus ojos de par en par—A mi hermana más te vale que ni la mires mal, ni le hables...ni te acerques, porque aunque ella no te diga nada ni haga nada...yo si lo haré, y la verdad no me importa alguna sanción ¿Está claro?—Esta asintió nerviosamente con la cabeza y salio a paso acelerado del salón.
Acto seguido me di media vuelta dispuesta a salir y me encontré con Graham Wood mirandome sorprendido, haciendo que me asustara.
—Si que le haces honor a tu reputación de Beauxbatons—Dijo sonriendo ladeadamente, ganándose una sonrisa mía en forma de afirmación.
—Nos vemos Wood—Sentencie alejandome del salón hasta dar con mi grupo, que hablaba desanimadamente respecto a un trabajo.
Maldeci hacia mis adentro ya que nunca me atrasaba con alguna tarea, y recordé que debía hacerla lo antes posible si quería hacerlo bien.
—Deberiamos hacerlo todos juntos—Dijo Sirius sacándome de mis pensamientos, ganándose que pusiera los ojos en blancos algo que no paso por alto ante sus ojos, gananfome una mirada seria.
—Tú lo único que quieres es copiar algún trabajo—Dije de forma burlona, haciendo que este bufara y los demás rieran, mis ojos viajaron de Sirius a Lily y James que estaban muy juntos, me dio mucha ternura que al fin la pelirroja aceptara sus sentimientos aunque fueran por mi primo..
Vi a Regulus a lo lejos que caminaba nerviosamente como si le estuviera por agarrar un ataque de pánico, mire a todos quienes se dirigían al Comedor y les avise.
—Ya regreso ¿Sí? Iré a buscar unas cosas—Estos asintieron y siguieron su camino para poder almorzar, mis pasos se dirigieron hacía el menor de los Black, que me miro sorprendido, sus ojos verdes estaban inyectados en lagrimas que amenazaban con salir de allí, tome su antebrazo que hizo un gesto de molestia, y lo guie hacia el primer salón vacío que pude visualizar, su respiración era irregular su cuerpo temblaba, cerré la puerta detrás de él y me di la vuelta.
Sus manos temblaban y de sus labios no salía ninguna palabra, rápidamente me acerque y lo abracé haciendo que este me correspondiera a los segundos, su rostro se apoyo sobre mi hombro y sollozo en silencio, mis manos viajaron hacia su cabello y lo acariciaron, me rompió el alma verlo de aquella manera tan vulnerable.
—Ey ey cuéntame que pasa porfavor—Dije sin despegarme de aquel abrazo ya que sabia que lo necesitaba.
—Me converti en un monstruo Mer—Dijo en un susurro tembloroso.
—No lo eres no digas eso Reg eres un chico maravilloso, ser un Black no te define—Respondí ante su afirmación erronea.—Tú eres Regulus, un niño inteligente que dice ser frío y malvado, que actúa como los demás Slytherin solamente para encajar, que juega al Quidditch de punta madre, que canta canciones hermosas, que es malisimo en pociones—me burle haciendo que este riera sobre mi hombro— Que solamente quiere ser normal y no vivir con sus padres...y que tiene un hermano que me saca de quicio.
Se separó de mí y me miro tiernamente pasando una de sus mangas por su rostro intentando eliminar cada rastro de dolor que poseía en su cuerpo, volviendo nuevamente a su fachada de Slytherin.
—Porfavor ten cuidado, trata de no acercarte demasiado a las mazmorras, y dile a tu hermana que también tenga cuidado por donde mete sus narices, no podría tolerar si algo te pasa por mi culpa—Finalizo aquello dandome un beso en mi cabellera y salió de allí sin poder darle alguna respuesta alguna, dejándome anonadada ante su declaración, tome mis cosas y me dirigí a paso acelerado hacia la salida esperando poder encontrarlo y exigirle que me explicara pero no encontré a nadie, me resigne y me dirigí al Comedor, mi estomago rugia del hambre.
Entre al comedor para encontrar a mis amigos y a mi hermana discutiendo aun sobre el trabajo, tome asiento junto a la pelirroja y sin decir nada me dispuse a comer cuando esta se me acerco y me susurró.
—Te apuesto 20 Galeones a que no puedes hacer que Sirius haga su propia tarea—Mi rostro se giró hacia ella mientras terminaba de masticar mi almuerzo y levante una ceja, tome el vaso de agua y cuando termine aquello le tendi la mano.
—Oh Evans vas a perder—Sentencie, me giré hacia mi otro extremo y tome a Sirius del brazo y sin previo aviso lo tire para salir del Gran Comedor, sin antes poder oír a Lily decir.
—Después me lo agradecerán.—Sali del Comedor arrastrando a Sirius para dirigirnos a la biblioteca, debía ganar aquella apuesta.
Cuando llegamos a la biblioteca, no deje que dijera nada y entre a paso acelerado haciendo resonar mis pies sobre la madera vieja, el olor a libro inundó mis fosas nasales dandome una sensación de comodidad y tranquilidad, visualice una mesa alejada y cuando me detyve en seco su cuerpo chocó contra el mio, sentí su respiración sobre mi oreja y una risa ronca hizo presencia.
—Estas de broma si piensas que voy a hacer el trabajo.—Dijo casi en un susurro haciendo que me pusiera nerviosa y rodeará rápidamente la mesa dejando caer mi bolso sobre la silla, para luego sentarme sobre la mesa y responder.
—Vamos Sirius es solo un trabajo y no es tan complicado es copiar lo que están en los libros en un pergamino—Dije, cuando este sin despegar su mirada de mi, llevo ambas manos hacia sus bolsillos y comenzó a caminar a un paso lento hacia mí, acto que no pase desapercibido y rápidamente me puse de pie dirigiéndome a la sección que necesitábamos para realizar aquel pergamino.
Mis ojos viajaron por la biblioteca hasta dar con los libros, me puse en puntito de pies para alcanzarlos mis dedos rozaron la tapa dura de los mismos para luego recaer todo su peso sobre mis manos. Dirigí mis pies hacia la mesa donde yacía Sirius recostado en una de las sillas mientras jugaba con un mechón de su sedoso cabello. Deje caer los libros y este paso su acción llevando su mirada gris hacía los libros y después a mí para luego darme una sonrisa ladeada.
—No estarás pensado que realmente haré el trabajo—Dijo apoyando su dedo índice sobre los libros, volví a sentarme sobre la mesa dejando mis piernas colgando y tome uno de los libros y lo abrí en una página.
—Va tienes que copiar solamente eso en el pergamino, ya te hice una parte del trabajo—Dije para luego tomar mi pluma y una hoja de pergamino, y él otro libro que había tomado para empezar mi trabajo, tenía una extraña manía con sentarme en la mesa y en las sillas no, mi madre y Ry siempre me regañaban por aquella actitud, comencé a leer el libro y plasmar mis ideas sobre el pergamino deje llevar mis manos a través del pensamiento repentino que se generaba en mi cabeza cada vez que debía explayarme a través de un papel, se me resultaba tan fácil el escribirlo y tan agonizante hablarlo que por eso solía escribir lo que sentía o pensaba.
De reojo pude ver como Sirius se ponía de pie y caminaba enfrente de la mesa para luego apoyar su espalda sobre el librero, levante mi vista para verlo.
—Ya casi termino y tú no has hecho nada—Dije frustrada mientras pasaba mi mirada del pergamino hacia el, comenzó a acercarse hacía mí de una manera dominante, volví mi vista al libro intentando no demostrarle que estaba nerviosa o que él tenía aquel efecto en mí, poso ambas manos a mis costados, se agacho a mi altura y suspiro, nuestra cercanía era nula.
—¿Por qué tanto empeño en que haga esta tarea? Creo que nunca habías estado tan preocupada por que yo haga algo—Dijo casi en un susurro ronco.
Levante mi mirada para encararlo no quería verme vulnerable—Lily hizo una apuesta conmigo de que si lograba hacer que hicieras por ti solo la tarea me daría 20 galeones—Dije mirándolo directamente a los ojos, él era de las pocas personas que podía mantenerme la mirada sin desviarla, una sonrisa ladeada se asomo entre sus labios, cuando caí en cuenta que el estaba entre mis piernas y nuestra cercanía rompía todo aquello del espacio personal.
Poso sus manos sobre mis piernas y acarició suavemente con sus dedos, mi respiración comenzaba a agitarse ante el tacto de él y un calor empezaba a recorrer mi cuerpo, abruptamente me acerco más a él haciendo que nuestras narices se rozaran.
—¿Y qué es lo que gano yo?—Dijo con su voz ronca y su mirada gris se oscureció, sus manos seguían firmes en mis muslos.
—¿Por qué deberías ganar algo?
—Porque me estas usando, y nadie me usa..—Dijo subiendo más sus manos por mis piernas haciendo que tragara en seco.
—Eres tan soberbio.
—Mmh
—Y narcicista, pretendes que todas estén a tus pies y detrás de tí—Dije intentando sonar segura.
—¿Y que más?—Dijo haciéndose más espacio entre mis piernas mientras sus manos viajaban casi debajo de mí falda pero sin osar a hacer aquel acto tan indecoroso.
—Egocéntrico—Dije pero parecía más un suspiro.
Mi pecho subía y bajaba con pesadez y mi respiración pareció cortarse al ver como se acercaba a mí cuello su nariz rozó mi cuello y aquel acto parecía tortuoso, y en un momento de cordura de mi garganta salió.
—Sirius—Sonó más una suplica haciendo que este suspirara pesadamente sobre mi cuello.
—Sigue—Se acercó a mí oído y susurro con su voz ronca
—Debo irme—Dije casi en susurro, haciendo que este me mirara, despegara una de sus manos de mis piernas y la llevara hacia mi cabello, dejándolo detrás de mí oreja y dijera.
—¿Es lo que quieres? ¿O Lo que tu orgullo dice que hagas Mérida?—Su voz envió señales nerviosas por toda mi columna haciendo que al mismo tiempo mi piel se erizara.
Decidí bajarme de la mesa mientras su mano que yacía en mi pierna se deslizaba sobre esta dejándose caer al costado de Sirius, estábamos a diferente altura pero la distancia era nula, mis ojos vagaron de arriba a abajo atraves de su persona y pude visualizar accidentalmente el problema que tenia entre sus pantalones, trague en seco y tome mis cosas para salir de allí rápidamente, mi cordura no podría mantenerse mucho más tiempo si seguía junto a él, colgué el bolso sobre mi hombro lo mire y justo antes de que pudiera decirme algo me acerque a su oído, poniéndome de punta de pies y mi parte osada salió.
—Si haces el pergamino discutiremos lo que ganes—Me aleje de allí sin mirarle y salí a toda prisa de allí, atravese los pasillos secretos del castillo para acortar distancia, para llegar a la sala común donde me encontraría solamente mi primo y mis amigos charlando animadamente.
—Hey—Dijo Lily con una sonrisa, mientras seguía en el suelo junto a James intentando hacer el trabajo, me deje caer en el sillón y saque mis cosas para seguir con el trabajo.
Una persona se sentó junto a mí, su aroma a chocolate y leña inundó mis fosas nasales por lo que no tuve que mirarlo para saber quien era y justo cuando iba a hablar una persona entro por el cuadro de la señora Gorda, no me limité a mirar y procedí a seguir con lo mío.
—Canuto—Las risas de James, Peter y Remus se hicieron resonar entre la sala—Parece que te hubieran lanzado un hechizo de endurecimiento—Mis ojos se abrieron de par en par pero no levante la mirada—¿Quien fue la maravillosa mujer que te drjo así? Nunca antes visto que te dejaran así.
El color carmesí llegó a mis mejillas, procedí a juntar mis cosas disimuladamente y dejar la sala para reírme en el dormitorio.
—Mer—Pude sentir todas las miradas sobre mí.
—¿A dónde vas?–Me llamo Remus
—Emm necesito ir a mi dormitorio, Sí eso..—Dije para ir subiendo las escaleras rápidamente, mientras unos pasos me seguían detrás. Pose mi mano sobre el pomo de mi dormitorio y la gire para poder entrar, detrás de mí venía Lily y cuando la puerta termino de cerrarse explote de la risa.
Lily me miro extrañada, para luego abrir los ojos de par en par y echarse a reír conmigo.
—Fuiste tú—Dijo entre risas y yo asentí con la cabeza repetidamente sin dejar de reír, mi estomago empezó a doler por tanta risa, aquella sensación se me hacía ajena había pasado un largo tiempo desde la última vez que me reí así, una vez que nos calmamos Lily tenia enrojecido su rostro, se llevó su dedo índice hacía el rostro para eliminar aquella lagrima a causa de la risa y ambas suspiramos para luego recobrar el aire perdido.
—Mérida Aragot Potter No puedo creerlo, como lo vas a dejar así a Canuto por Merlín—Dijo esta a lo que me dí la vuelta mientras terminaba de colocarme el pijama que consistía en la camiseta de Sirius que me quedaba holgadoy unos shorts negros.—¿Y eso no es de Sirius?
—Primero que nada no te hagas la santa que muchas veces dejaste a mi primo así—Haciendo que esta abriera sus ojos de par en par y antes que dijera algo seguí—Y si..es la camiseta de Sirius, ¿Donde esta Alice? Hace varias noches no duerme aquí.
—Creo que lleva varias noches durmiendo con Frank, ya sabes—Dijo elevando ambas cejas haciéndome sonreír mientras negaba con la cabeza.—Debo irme con James, volveré para dormir ¿Sí?
Me limité a asentir y esta salio por la puerta, lleve ambos brazos sobre mi cabeza, entrelace mis dedos y comencé a balancear mi torso para los lados haciendo que cada burbuja de aire que había quedado acumulado entre mis vertebras explotara.
De pronto el sonido del pomo de la puerta, haciendo rechinar los engranajes de la misma dando a entender que alguien iba a entrar al dormitorio hizo que me diese vuelta encontrándome a mi melliza entrar con un aire cargado de cansancio, le sonreí en gesto de saludo y esta comenzó a desvestirse para colocarse el pijama.
—Mer ¿Que tal el trabajo?—Dijo está haciendo que me ruborizara al instante ya que mi cerebro repetia las imágenes y los hechos más de una vez.
—¿El qué?—Mi cerebro ante la presión reaccionó erróneamente, mirándola confundida a mi hermana, maldeci internamente—Ah, sí, fuimos a hacer el trabajo es verdad...Pues ¡Bien, bien!—Dije nerviosamente mientras analizaba miles de formas de escapar y rascaba mi cabeza ante el nerviosismo—¡Ahora tengo que irme!—Dije girando el pomo rápidamente y saliendo de allí tomando mi varita y sin permitirle que hablara.
Mis pies corrieron por las escaleras, para llegar a la Sala común donde estaban los de 6to y 7mo año descansando, maldije en el momento que salí en pijama pero no me importo nada, escuche algunos silbidos y procedí a atravesar el cuadro de la señora Gorda, mis pies tocaban el frío piso de piedra del castillo mandando señales de la estupidez que había cometido, mis pasos parecían tener algún rumbo alguno, cuando no era así cuando caí en cuenta que estaba yendo a la torre de astronomía, la madera hizo un leve ruido ante el peso de mi pasos y me acerque al balcón donde me brindaba una hermosa vista de un cielo estrellado. La brisa fría golpeaba mi cuerpo, permitiendo respirar aquel aire tan puro, cerré mis ojos e inconscientemente sonreí. Unos pasos resonaron detrás de mi, me giré rápidamente empuñando mi varita.
—Deberías bajar la guardia en algún momento—Dijo Remus acercándose a mí con su pijama puesto.
—¿Me seguiste?—Indague confundida.
—No, solamente que te vi salir corriendo de la sala común y le di un par de golpes a los de 7mo año por chiflarte y luego supuse que estabas aquí —Dijo este mientras se acercaba hacia mí dejando ver el moretón que tenia en el pomulo izquierdo, acto que me acerque a él.
—Eres un idiota, se defenderme sola ¿sabes?—Dije pasando mi dedo pulgar por su rostro.
—James y Sirius están igual....aunque los de 7mo están peores—Dijo haciendo que bufara y este sonriera—Deberiamos regresar a la sala Común o a Dormir.
Acto seguido fuimos ambos a la Sala común nuevamente dejando ver a Sirius en el sofá con sus nudillos ensangrentados, Remus asintió con la cabeza y nos dejó solos, me acerque y tome asiento junto a Sirius quien me miraba curioso, tome su mano abruptamente para analizar sus heridas.
—Si Canuto es tu camiseta, y eres un idiota por pelearte—Dije sin mirarlo.
—No tendrían porque chiflarte—Dijo enojado sacándome la mano, a lo que enojada volví a tomarla.
—Gracias pero se defenderme, no te rompiste la mano de milagro—dije acariciando inconscientemente su mano con mi dedo pulgar, lo mire a los ojos y procedí a ponerme de pie—Descansa Canuto—Bese su mejilla y me dirigí a mi dormitorio para encontrarme a mis amigas y a mi hermana durmiendo profundamente, deje mi cuerpo caer sobre mi cama y me abracé a mi misma dejando que el Aroma a Sirius inundara mis fosas nasales, para luego caer en un sueño profundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro