Capitulo Ocho
Capítulo 8
POV MÉRIDA.
Las semanas habían pasado bastante ajetreadas al menos para mí, entre las clases con Regulus y el castigo con Sirius era terminar las clases e ir con los hermanos Black. Ya estábamos en noviembre y tenía pinta de ser igual, lo bueno de estas semanas es que había estado socializando con Sirius. Al menos podíamos charlar civilizadamente lo que me permitió conocerlos más, ya no me resultaba tan molesto como antes. Habíamos hecho como si nada con lo sucedido esa noches, y con el menor de los Black nos habíamos vuelto muy amigos.
Me estaba dirigiendo a la clase de pociones, el profesor Slughorn me había concedido la sala de pociones, ya que era su favorita, para darle clases a Regulus.
La sala estaba ocupada por el menor de los Black, de metro noventa, mirándome con sus ojos verdes penetrantes. Su mirada era fría, todavía no me había acostumbrado a ella...
—Hola— sonreí dejando mis libros sobre la mesa la cual ya estaba preparada con los ingredientes y el caldero para la poción : Amortentia.
—Hola — en su rostro se dibujó una sonrisa orgullosa, igual que la de Sirius.
No podía creer que Regulus Arcturus Black estuviera sonriendo.
—Veo que has sido un alumno responsable e hiciste el pergamino. — sonreí mientras tomaba el pergamino y lo miraba orgullosa. — Esta poción es la más complicada de tu año, pero creo que lo vas a conseguir — acomode un rodete desordenado de mi cabello y prendí el mechero para calentar el caldero para la poción.
Regulus procedió a seguir las instrucciones que yo le había notado, en los libros había muchas trampas y eso no me gustaba. Cuando menos me lo esperaba ambos nos miramos fijamente a la vez que la sala se inundó con el aroma de poción.
Regulus me miró y se sonrojó bajando la mirada, eso me pareció extraño pero no dije nada al respecto.
— Por hoy hemos acabado, buen trabajo Black — le sonreí nuevamente a lo que Regulus no me miró a los ojos y se rascó la nuca nervioso.
Me despedí con un adiós mientras me encaminaba a mí castigo el cual solo era supervisado al final del castigo por Mcgonagall, ya que tenía cosas que hacer como "jefa de casa".
A unos escasos pasos de la sala de Transformación escuché la risa de Sirius y de una chica. Eso hizo que se me agarrara una sensación extraña en el pecho.
Cuando llegué la puerta estaba abierta y Sirius estaba tonteando con Marlene justo cuando ella lo iba a besar, grité:
—¡Aguamenti! — empapando los a ambos. La rubia me miró con odio — Había que limpiar el olor a zorra que desprendes, largate/ andate— si las miradas matasen estaría muerta.
Marlene quiso refugiarse en Sirius pero hizo algo que me sorprendió.
—Vete —su mirada estaba fija en mí, pero eso no evitó que la levantara de su regazo, empujándola hacia el exterior de la sala.
Salió refunfuñando de allí y cerró la puerta estrepitosamente, así fue como quedamos solos.
Acorte la distancia a paso lento.
—Hueles a perro mojado — olfatee a su alrededor recibiendo de su parte aquella mirada que recibí esa noche.
— Y esta escena de... ¿Celos? ¿A qué se debe? — su sonrisa ladeada me puso nerviosa.
—¿Celos? Ja... Lo que no quiero es que el aula se impregne del olor a zorra...— me callé unos segundos— digo Marlene — desvíe la mirada, pero su mano me obligó a mirarlo de nuevo, a mirarlos a sus ojos grises, y con su dedo pulgar rozó mi labio inferior, fije mi mirada en sus ojos pero los de él estaban centrados en mis labios inconscientemente humedecí mis labios y soltó un suspiro que hizo erizar mi piel.
Aparte de una la cabeza y me senté en mi pupitre.Tenía tareas que hacer.
—Eres un incordio Mérida Potter...— arrastró la silla y se dejó caer sobre ella.
La puerta se abrió. Me dirigí al salón de baile, necesitaba despejarme.
—Y tú eres un imbécil Sirius Orión Black—Dije en un susurró saliendo de allí—.
POV RILEY.
Estaba bastante estresada. No paraba de entrenar apenas tenía un respiro para pasar con Mer o con las chicas. Lo bueno es que el partido de la final sería en unos días.
Me coloqué el traje de quidditch después de la última clase, agarré a Lynx y besé la cabeza de Acua. La estaba dejando de lado, pero James me quitaba todo el tiempo.
En Beauxbatons solo entrenabamos dos o tres veces a la semana.
Salí tan rápido que me topé con alguien, como siempre.
—Perdón... — Proseguí mi camino.
—Necesitas un respiro, Ry — me fijé de quién se trataba y resulta que era Remus.
—La final está cerca, no podemos perder, no a estas alturas. — me giré para marcharme.
—Primero es tu salud — agarró mi muñeca y me dirigió en sentido contrario.
—Para Remus— intenté frenar con los pies pero tenía fuerza. — James me va a matar, nos va a matar. —Atravesamos el cuadro de la señora gorda.
—Que se atreva. — me quitó la escoba y la subió a su cuarto.
Respire hondo e intenté relajarme, pero era imposible. Estaba nerviosa, mi primo me iba a matar y después a Lupin.
—No te muerdas las uñas— agarró mi mano. —Vamos a las cocinas.
—Pero...
—Shhh...Cuéntame cosas que hacías en Bruselas... Aparte de jugar al quidditch.
—Pues había una sala en la que había un piano, mientras Mer bailaba yo ponía la música— me tendió una chocolatina.
La acepte pero no tenía hambre así que me la guardé para después.
—Te voy a mostrar un sitio — se levantó de una.
Salimos de las cocinas y pasamos la sala común de Slytherin. Regulus estaba en la puerta hablando con unos amigos.
Me saludo con un movimiento leve de cabeza, le devolví el gesto.
—Alohomora... — susurró apuntando con su varita a la puerta.
Se abrió para nosotros, introduciéndonos de inmediato.
—La puerta estaba abierta, ¿Entendido Ry?
Asentí sonriendo.
—Lumos...— alumbre con mi varita y encontré el interruptor.
La sala era precisosa, había un gran piano en la sala, situado enfrente de una gran cristalera en la que se podía ver todo el lago negro.
A la derecha había una chimenea, una mesa de madera y un sofá.
En el lado izquierdo había una hilera de pupitres amontonados.
La habitación era de piedra, haciendo su estancia más fría de lo habitual, pero me encantaba.
—¡Me encanta! — chillé, segundos después lo abracé.
Me acerqué corriendo como una niña pequeña al piano, lo desempolvé y subí la tapa.
Mis dedos se deslizaron sobre las notas sin tocar nada, eran suaves.
—Venga, deleitame con tu magia —lo miré y ambos sonreímos.
Empecé a tocar nota por nota la canción del lago de los Cisnes, una de mis preferidas, y obvio que la favorita de mi melliza.
La cabeza empezó a dolerme, ese dolor intenso que no se iba, pero seguí tocando. Necesitaba tocar y sacarlo todo fuera, la canción tomó un rumbo diferente. El rumbo de mis sentimientos.
Las lágrimas corrían por mis mejillas, el dolor de cabeza seguía, las teclas no las veía. Me había derrumbado, otra vez, odiaba el no poder manejar mis emociones, que cada vez que realizaba algo el recuerdo de mis padres invadía mi mente.
Unos brazos me rodearon, Lupin me abrazó sin decir nada. Me aferré a sus brazos y terminé de sacar mi mal estar.
POV MÉRIDA.
Allí estaba en mi sitio, mi lugar, mi paz, la danza era una de las pocas cosas que me calmaba, me hacía entrar en razón y básicamente no actuar impulsivamente.
Estaba bailando sin música, necesitaba ahogarme en mis pensamientos, hasta que sentí unos pasos que hacían crujir la madera, tenía los ojos cerrados pero ya sabía que Remus no era, tenía un buen oído, reconocía las pisadas.
Termine de hacer mi giro y dirigí mi vista fría a aquellos ojos, que te desnudaban hasta el alma con tan solo una mirada. Estaba claro que eso jamás lo admitiría en voz alta.
—¿Se te perdió algo...o mejor dicho alguien?—dije mirándolo fríamente—si vienes a molestar Sirius, vete no tengo tiempo para lidiar contigo, ya bastante que acabamos de terminar el castigo.—
—Voy a ignorar tu ataque sin sentido. — su típica sonrisa decoró su rostro— Mer, realmente bailas muy bien, pareces que en cualquier momento te despegas del suelo y vas a volar, ¿sabes que necesitan un acto de apertura para el baile de navidad?—finalizó.
Mis mejillas se tornaron de un color carmesí, odiaba el efecto que solo los Black tenían en mí —Gracias Canuto...—baje mi mirada—No tenía ni idea sobre el acto, pero no creo que sea lo más adecuado bailar sola. Seria muchas miradas sobre mi nuca, además sería muy imprudente ir y sugerir...—.
Se acercó a mí y me extendió su mano, a lo que acto seguido lo mire muy extrañada.
—Sirius Orión Black ¿Bailas?— no cabía en mi asombro— ¿Y no me dijiste?, creo que te hubiera tolerado un poquito más—dije golpeando juguetonamente su brazo mientras ambos soltamos una risa.
—Si, bailo—extendió su mano, la cual tomó y con un movimiento de su varita encendió el tocadiscos, poniendo aquella canción de Christina Perri—.
Procedimos a juntar nuestras manos y dejarnos llevar por cada nota. Parecía que teníamos algún tipo de coreografía armada, que teníamos los pasos incrustados en nuestras mentes, nuestras miradas no se depegaban, al finalizar la última notaba escuchamos unos aplausos que hicieron que nos desconectaran de nuestro mundo.
Me di media vuelta por donde provenían los aplausos, eran mi pelirroja favorita y aquel castaño el cual podía llamar mejor amigo.
—¡¿Qué fue eso?! —Chilló Lily de la emoción.
—¡Que fantástico!—chilló un segundo después que la pelirroja, como si se hubieran leído la mente.
Los cuatro empezamos a reír, no quería dar explicaciones porque ni yo sabía que había pasado, Canuto me miró por última vez y se retiró de aquel salón.
Lily dijo que necesitaba ir a buscar unos libros antes de que cerrase la biblioteca y Remus se me quedó mirando con aquella mirada de "Vamos a la cocina y me explicas que fue eso"
Tome mis cosas y nos encaminamos a las cocinas, mi pulso seguía alterado, no se que fue todo eso y me frustraba, siempre tenía todo bajo control...
Una vez llegamos a la cocina nos sentamos en los mesones, los elfos me sirvieron una taza de té y a Remus le dieron un chocolate.
—Sabía que Sirius bailaba pero nunca bailó con nadie, ni siquiera en los bailes de navidad—dijo eso para después darle un mordisco a su chocolate.
—No se Rem... es tan exasperante... y tiene tantos cambios de humor que ni yo sé, además él está con otras chicas no le intereso, ni él me interesa a mí—dije desviando la mirada de mi taza de té.
—Suenas como si quisieras convencerte de algo Mer...—dice mirándome a los ojos—Sirius está raro contigo, y no se si es porque no le das ni la hora o quizás..
Antes de que terminara la frase lo corte—Callate ni lo pienses, cambiando de tema—pause y tomé un sorbo de té—¿Que es eso de que te vas a la madrugada y vuelves antes de que salga el sol?—pregunté curiosa porque lo había estado observando estas últimas semanas—.
Vi como sus hombros se tentaron y abrió sus ojos, casi se ahoga con su chocolate salte del mesón y le di unas palmadas en la espalda. Sabía que me iba a evadir el tema y lo hizo.
—No..No..No es nada.. solo salgo a caminar—su nerviosismo era notable—.
—Okey..—Vi como se alivio, pero sabía exactamente que me estaba mintiendo e iba a tener que averiguarlo por mi cuenta—.
—No sabía que Ry tocará el piano...
—¿Lo ha tocado? ¿Después de tanto tiempo?
Remus mordió su chocolatina asintiendo.
Que Riley tocara el piano era señal de que algo no andaba bien... La última vez que lo tocó fue en Bélgica…
N/A: 💛Janna🦡 & Lu💚🐍
Hola bebes les habla 🌟Lu🌟 por 1era vez jejeje
¿Qué les va pareciendo la historia? (Se q siempre preguntamos pero queremos escuchar todo tipo de opinión)
¿Les gustaría alguna escena 😏? (O prefieren que sea más family friendly jajajaja, tenemos mucha imaginación 😳)
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Muchas gracias por todo el apoyo y amor que le dan a la historia, lxs amamos❤
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