Capítulo 9

NARRADOR OMNISCIENTE

Las mellizas no habían parado en semanas, con los estudios, entrenamientos, uniéndose con sus compañeras de cuarto y con los chicos.

 A Riley y Remus les cayó una buena bronca por parte de James. No podía tolerar que ella faltará a un solo entrenamiento, ella era imprescindible en el equipo.

El tercer lunes de diciembre, a la hora de la comida, Dumbledore decidió anunciar algo importante y muy esperado para muchos alumnos de Hogwarts.

—Alumnos de Hogwarts, me complace anunciar que el próximo viernes será el Baile de Navidad. También recordar que la final de Quidditch será antes del baile. — Miró a todos por encima de sus gafas y continuó— Los jefes de casa les darán una clase para el baile. 

Se alejó del pedestal y comenzaron los murmullos.

Unos chicos de Ravenclaw se acercaron a la mesa de las hermanas, pero con las miradas de James, Sirius y Remus, salieron espantados.

Ambas mellizas les dieron una mirada de enojo. Los tres apartaron la vista como si no hubieran hecho nada.

—Idiotas...— dijo Riley.

—Tarados...— continuó Mérida.

La última clase era la de transformaciones. Hoy sería una clase bastante diferente ya que iba a ser una clase de baile.

Las cuatro amigas comenzaron a hablar y reír mientras caminaban al aula.

—¡Buenas tardes!— las clase estaba cambiada, todas las mesas habían desaparecido y las sillas estaban colocadas una al lado de la otra.— Hoy procederé a enseñarles  los pasos para el baile. ¿Algún voluntario?

Ninguno se atrevía así que fue ella quién eligió.

—Señor Black...— tendió la mano.

Los amigos comenzaron a reír y palmear su espalda. (Dar golpes en la espalda o brazo)

Se levantó sin ganas y se acercó a la profesora. Posó una mano en su cintura y con la otra le agarró la mano.

Las risas y los murmullos estaban presentes en toda el aula.

Al cabo de un rato la profesora Mcgonagall hablo.

—Formen parejas y pónganse a practicar con sus respectivas parejas— se alejó y comenzó a observar cómo los alumnos se iban juntando.

James no dudó en ir con Lily. Era su mejor oportunidad para pedirle que fuera al baile con él.

Remus y Riley se miraron, encogiéndose de hombros. Sonrieron y se juntaron en el centro de la sala.

Mérida y Sirius quedaron solos y ninguno pensaba bailar con el otro.

Mcgonagall se percató de la pareja restante que no se querían ni mirar. Se acercó y les dijo:

— Si no van a bailar, lo harán en su próximo castigo...— ambos bufaron —¡Perfecto!— exclamó y se marchó a corregir a los demás alumnos.

Pasó la hora y media de clase y comenzaron a marcharse.

—Mérida y Sirius acérquense aquí. Riley tú también. — Mcgonagall se acercó a su mesa.

Los tres se quedaron mirando.
 
James y Remus al ver que no iban se pararon en la puerta.

—Señorito Potter y señorito Lupin, pueden marchar— Se miraron con extrañeza entre sí, agarraron sus maletines y continuaron su camino.

—¿Qué ocurre, Profesora Mcgonagall? — inquirió Riley

—No es nada. Solo quería pedirles que abran el baile de navidad. 

—Pero somos tres... — Habló Mérida.

— Lo sé, Riley tocará el piano, y ustedes dos abrirán el baile.

—¿Qué? — el asombro de Riley era notable. — Creo que no soy la persona adecuada para eso.

—¡Venga ya, Ry! Eres la persona más adecuada para eso — Mérida pasó el brazo por encima de sus hombros.

—Lo siento, pero de momento tengo que rechazar su propuesta, profesora... — contestó cabizbaja.

—Está bien. Entonces una chica de Slytherin tocará el violín.

El resto de la tarde las chicas lo pasaron juntas, hablando de todo un poco.

Lily le contó cómo James le pidió ir al baile y cómo cambió su cara cuando le dijo que no y empezó a reír, haciéndole entender que solo estaba bromeando con él y que si sería su pareja.

Estaban en el patio y muchos chicos se acercaban para pedirles ir al baile, a lo que ellas respondían riendo y rechazando a los chicos  amablemente.

Riley estaba bastante convencida de que iría con Wyatt, pero como todos los chicos les pedían salir, fue un momento incómodo al principio, pero gracias a sus amigas se tornó divertido.

Por detrás de las chicas apareció Frank Longbottom tapando los ojos de Alice.

— Frank... — su risa retumbó en los oídos de todos los presentes.

El joven Longbottom dio la vuelta y se arrodilló delante de Alice.

—Alice Lufking ¿Harías el honor de venir conmigo al baile de navidad?

—Sería todo un honor — la Gryffindor sonrió y Frank la levantó en el aire dándole vueltas.

Una vez se había marchado las amigas indagaron el por qué tanta confianza. Lufking contó que habían quedado después de clase para hacer las tareas y ya había mucha más confianza.

Riley estaba dándole vueltas al asunto de tocar el piano. Solamente la tocaba con personas de confianza.

—Riley — la voz de Wyatt la sacó de sus pensamientos— 
¿Podemos hablar un momento?

Asintiendo se levantó y siguió al Hufflepuff.

—Hola Wyatt... — Riley estaba  nerviosa, la presencia del castaño la ponía en ese estado.

—Hola Ry... — sonrió y se rascó la nuca nervioso— puede sonar muy directo o incluso precipitado, pero ¿Te gustaría acompañarme al baile, como mi pareja? 

—Por supuesto que sí, Wyatt Scamander. Sería un gran placer — ambos sonriendo y el hufflepuff depositó un beso en la mano de Riley, quien se puso roja como un tomate.

Se despidieron y la leona de ojos miel se reunió de nuevo con sus amigas.

La tarde transcurrió bastante rápida. Hoy era el día de descanso de Riley y pudo pasarlo con sus amigas.

La hora de la cena estuvieron hablando sobre temas triviales y el baile. Todos estaban deseando que llegara el día.

A la mañana siguiente las mellizas se levantaron de buen humor, y las clases fueron bastante apagadas, ya que se avecinan las vacaciones de Navidad.

Los dolores de cabeza de las chicas se habían apaciguado por lo que le restaron importancia.

Aunque aún tenían un asunto pendiente, la conversación de Albus y Minerva, sobre el tema de sus padres. Era un asunto un tanto peliagudo y ninguna se sentía lo suficientemente capacitada como para recordar a sus padres.

Pero ahora estaban más centradas en el baile, estaba a la vuelta de la esquina. Mer estaba segura de que quería abrir el baile, sería un honor, pero bailar con Sirius la ponía de los nervios.

Por el contrario Ry, no quería decepcionar a la jefa de casa, Mcgonagall, pero necesitaba un buen motivo para tocar delante de todos.

Ahora ningún chico era capaz de acercarse a ninguna de las mellizas, incluso Ry no había vuelto a ver a Wyatt, y eso les hizo sospechar de su primo James y tomar cartas en el asunto.

—Ry esto es raro— dijo Mérida mientras caminaban a su sala común.— Anoche teníamos a un montón de chicos preguntándonos si seríamos sus parejas y ahora es como si nos tuvieran miedo — ambas se miraron a los ojos. 

Eran tan diferentes y parecidas a la vez. A simple vista se podría decir que su comportamiento y actitud era igual pero necesitarías más tiempo para ver que eran muy diferentes.

—Ni idea Mer— suspiró atravesando el cuadro hacia la sala común, donde todos los chicos se quedaron mirando.

Eso solamente duró unos segundos, porque James lanzó una mirada al grupo haciendo que se dieran la vuelta.

Sus miradas conectaron entre sí y después la desviaron hacia James.

—¡Fuera todos! ¡Ya! — era la primera vez que Riley levantaba la voz. 

Todos marcharon pero Mer se percató de que su primo y Sirius querían escabullirse.

—¡Tú no Remus!  ¡Canuto, tú menos aún! — gritó Mérida señalándolos con el dedo.

Lupin intentó salir con el  grupo de chicos pero Ry lo vio.

— ¡Cornamenta siéntate! — sentenció la de ojos miel.

Los tres chicos obedientemente se sentaron y se miraron entre sí con miedo, Remus tomó la palabra.

—Yo no tengo nada que ver con estos — los señaló y levantó ambas manos en signo de inocencia.

—Traidor —masculló James entre dientes.

—¿Que hicieron? — Riley estaba algo alterada — se supone que tendría que ir con Wyatt y no se me acerca porque me tiene miedo ¡¿Que  has hecho James Charles Potter?! — incluso de su pelo corto se podía ver la ira que emanaba.

—Relájate chispa— Mer no sabía porqué estaba así, ella así nunca se enojaba de esa manera. — Ve a buscar a Wyatt, yo me encargo. — colocó una mano encima de su hombro y la mayor respiro profundamente para relajarse.

—Lo siento no debí de gritarles así, aunque se pasaron de la raya— respondió un poco más relajada.

Riley llevaba muchas cosas encima, el incidente con el chico de Ravenclaw dos veces, la final del partido de quidditch, el baile... Y esto último fue la gota que colmó el vaso.

Mérida se quedó sola con ellos. Había encontrado un pergamino justo al entrar a la sala a uno de los chicos  se le había caído el bendito pergamino, ahora sí tenía pruebas. Alzó el bendito papel mostrándolo.

Los muchachos tragaron saliva.

— Fue idea de cornamenta, como fiel amigo solo ayudé.— Sirius levantó las manos a modo de rendición.

—¡Canuto! — gritó James y lo miró con enojo y odio. — Puedo explicarlo...—miró a su prima— Yo solo quería protegerlas, no querían que se abalanzaron sobre ustedes como si fueran un premio. — se rascó la nuca y acomodo sus gafas— se supone que irían juntas, Ry y tú al baile de mañana pero... Canuto no tiene pareja...  — James salió huyendo de la sala común de Gryffindor.

—¡James te voy a matar! — gritó canuto antes de que pudiese hablar el mismo Mérida lo interrumpió.

—No necesito a un hombre para ir al baile, aparte no te sientas obligado Sirius. Seguro que ya sabes a quién invitar... Yo no quiero ser la que elijas por descarte. De todas formas tenemos que abrir el baile solamente, más luego podrás ir con tu respectiva "pareja..."— hizo comillas con los dedos al decir la última palabra. Su voz estaba apagada, sin saber el motivo.

Se dirigió a su dormitorio dejando así a Black más confundido de lo que ya estaba.

Lo que Mer no sabía es que Sirius quería invitarla a ella al baile, por eso había ayudado a James para quitar del medio a la " competencia".

Riley se fue en busca de Wyatt, al que no encontró por ningún lado.

Estaba enfadada con su primo por lo que decidió volver a la habitación con las chicas.

La de pelo corto estaba sentada en su cama con las piernas cruzadas y Acua en el medio. Estaba cabreada así que decidió ponerse a dibujar, aprovechando que enseguida sería su cumpleaños y el de su melliza para hacerle un retrato como uno de los regalos que ya tenía pensados.
Mientras que Mérida se limitaba a acariciar a su halcón, e ignorar al mundo exterior intentando ordenar sus ideas. 

—¿Y esas caras tan largas? — Preguntó Lily al ver la cara de las mellizas. Alice llegó segundos después de la pelirroja.

—James...— musitaron ambas a la vez, como si se hubieran leído la mente.

—El baile es dentro de dos días... ¡Vamos a comprar los vestidos!— Evans chilló dejando sordas a las chicas, quienes respondieron con risas.

Llevaban el uniforme, así que se cambiaron de ropa para el frío que se estaba instalado en Inglaterra.

Riley's Outfit

Mérida's Outfit

Lily's Outfit

Lily's Outfit

Una vez listas salieron de Hogwarts, ese día los profesores hicieron una excepción para que los alumnos fueran a comprar sus vestidos y trajes para el baile.

Estuvieron mirando vestidos en diversas  tiendas, después de un largo día cada una se fue satisfecha con su prenda.

Una vez en el castillo guardaron todo lo que habían comprado.

POV MÉRIDA

Permanecí con la ropa puesta, ya estaba calentita, y como era ya de tarde se permitía estar con ropa que no fuese el uniforme. 

Mi cabeza estaba echa un lío, y agradecí la salida con las chicas.

El escándalo que montaron los chicos fue lo peor de todo, espantando a todo Hogwarts. Fue lo más patético que hicieron, aunque amaba sus bromas, pero se habían excedido.

Mi hermana y yo éramos guapas, no me lo tenía creído, pero era la verdad. Solo hay que ver a James, los genes Potter llevan el mando.

Recordé que dejé el libro de Regulus en la sala de pociones, así que avise a las chicas que me ausentaría un momento.

Justo al llegar un grupo de Serpientes salieron de su sala común.

Sonrieron con malicia y se acercaron a mí.

"Muy astuta, Mérida a ver cómo sales de esta" —Maldecí internamente.

Eran las hermanas Black y Lucius Malfoy. Cuando quise darme la vuelta unas manos huesudas con uñas largas atraparon mi brazo lastimándome.  

Saqué mi varita para atacar a Bellatrix Black, quién aún sujetaba mi brazo, pero Lucius fue rápido y me quitó de las manos.

Quise refugiarme en Andrómeda y Narcissa, se largaron de las mazmorras.

—Me parece que nuestra Leona se perdió en el territorio de las Serpientes. — sonrió cínicamente, la mayor de las Black.

Lucius tomó mi mentón con su varita, sonriendo, y lo miré con odio.

—Suéltenme, ya me iba de todas formas. — intenté forcejear el brazo pero me clavó las uñas y silencie mi grito ahogado, no quería parecer débil.

—¿Porque lo haríamos? Queremos divertirnos — me miró de arriba a abajo con deseo.

Me dio tanto asco que le escupí en la cara, claramente muy poco femenina e impulsivo. Quién se creía que era.

Justo en ese momento visualice a Regulus. Mi salvación.

Su mirada se veía llena de ira cuando conecto sus ojos verdes con los míos. Su paso aceleró y tomó la muñeca Bella haciendo que esta se asuste ante su toque.

Lucius levantó la mirada con miedo. 

¿Le tenía miedo a Regulus?

—No la vuelvan a tocar. — dijo entre dientes, quitándole mi varita de las manos a Malfoy, devolviéndome la misma sin mirarme.

Les dio una mirada la cual ellos entendieron perfectamente y se largaron hacia el interior de la sala común.

Su mirada había cambiado, ahora mostraba preocupación. 

—Mer... ¿Estás bien?— tomo mi brazo donde Bellatrix clavó sus uñas. — Discúlpame, de verdad, son unos animales.

—Regulus... no es culpa tuya, tranquilo — me sonrojé cuando volvió a mirarme con aquellos ojos verdes. Dios mio... entre Sirius y Regulus me estaban volviendo loca. —Gracias por ayudarme, podrías a ver pasado de largo, ahora tendrás problemas con los de tu casa...

—No te preocupes por ello, vamos te acompaño al baño para limpiar esa sangre. No creo que con uñas pudieras hacer algo así.

No respondí y fuimos a los baños de las chicas, ambos entramos ya que estaba vacío. 

Me acerqué al lavamos y Regulus prendió el agua y me  arremango el cardigan, junto a mi camisa que estaba debajo,  para mojar un poco.

No pude evitar soltar un gemido de dolor al desinfectarle la herida, ardía demasiado.

—Perdón— saco una venda del botiquín que había en el baño y la puso en mi brazo.

Y allí estaba yo observando cada uno de sus movimientos.

—Gracias...

—Vamos te acompaño a tu sala común, por las dudas. — dijo  serio, sin mirarme, caminando hacia la puerta.

—Tengo que ir a la sala de pociones y recuperar tu libro...

—Yo lo recojo a la vuelta.

Asentí y fuimos los dos en silencio por el castillo hasta llegar a las escaleras movedizas, las cuales estaba subiendo cuando la voz del menor de los Black me detuvo.

—Mer...— me di la vuelta ante su llamado y nuestros ojos conectaron, baje los escalones que había subido quedando a su altura. —¿Puedo preguntarte algo? — dijo mirando con las manos en los bolsillos y mirando al suelo.

—Claro — dije directamente.

Nervioso tomó una bocanada de aire y me preguntó:

—¿Te gustaría ir al baile de navidad conmigo? — mostró su sonrisa tan encantadora y tierna.

Sonreí y me crucé de brazos mirando a aquellos ojos verdes.

—¿No le tienes miedo a mí primo y a tu hermano? Digo porque amenazaron a todo Hogwarts — ambos reímos y él negó con la cabeza. —Entonces me encantaría Regulus Arcturus Black  — me sonrojé mirando mis pies. —De todas formas tengo que abrir el baile con tu hermano, espero que no te moleste.

Tomo mi mano derecha y como todo un caballero beso el dorso de mi mano, con su mirada fija en mí, poniéndome nerviosa.

—Sería un placer Señorita Potter correr el riesgo de sufrir las amenazas de James,  llevarla al baile y que los demás se mueran de envidia. La estaré esperando al final de la gran escalera antes de entrar al Gran Comedor — ambos sonreímos y negué con la cabeza, dándome la vuelta para dirigirme a mí sala común. —Adiós Regulus.

—Adiós Mérida.

Y ambos nos fuimos a nuestras respectivas salas comunes.

POV RILEY

Mérida se había ido, así que decidí ir a buscar de nuevo a Wyatt, quería contarle que tenía un vestido para el baile.

James se había pasado y los chicos también. Pero la tarde con las chicas fue lo mejor sin duda. 

Estuvimos probandonos un montón de vestidos y riéndonos como nunca.

Recorriendo los pasillos del castillo doble una esquina y me encontré a una chica abalanzándose sobre un castaño besándolo de imprevisto.

No pude evitar sonreír, mientras negaba con la cabeza. 

Al pasar por el costado mi buen humor se desvaneció.

—¿Wyatt...? — mi estómago se revolvió.

—Ry... — se separó de la chica Hufflepuff cómo pudo. Ella parecía una larpa. Su asombro era notable.

Me giré, decidida a salir corriendo de allí, pero su mano me detuvo.

—Espera, te lo puedo explicar... No es lo que parece...

—¡Sueltame Wyatt! — empuñé mi varita apuntando a su garganta.

—Wyatt déjala, es una estúpida Leona. Ella no pinta nada aquí.

—Eso es, tres son multitud... — las lágrimas amenazaban con salir pero no iba a llorar.

—¡Callate Candace! — Gritó, haciendo que la chica se silenciara.

No bajé la varita y tampoco afloje su agarre. Sabía que le estaba haciendo daño pese a que no soltó ningún quejido, pero me daba igual.

Él también me lo había hecho.

—¿Qué está pasando aquí? — la voz de James se hizo presente.

—Nada. Aquí no hay nada que valga la pena — Los dejé allí solos. Tampoco espere a James, pero sabía que venía detrás.

—Ry... — hice caso omiso— Riley... — se detuvo, sus pies no se escuchan. — ¡Riley!

Me paré en seco, y dejé que me alcanzara.

—Cuéntame qué acaba de ocurrir.

Aún estaba de espalda a mí primo, no quería verlo, no quería ver a nadie.

—O me cuentas lo que acaba de pasar, o te juro que lo golpeó.

—Haz lo que quieras, ya me da igual. 

Continúe mi camino, no tenía rumbo fijo pero mis pies siguieron caminando sin parar.
 
No se porque me había puesto celosa. 

Solamente éramos amigos. 

Pensaba que lo conocía bien, pero resulta que no todos vamos con la verdad por delante.

James ya no me seguía y lo agradecí.  

Un chico salió de una puerta, la cual se quedó entornada.

Había un pequeño gimnasio, no dude en entrar.

Necesitaba desahogarme. En unas horas era el baile y mi humor era de perros.

Encendí con un movimiento rápido de varita y me quedé lo más cómoda posible, quitándome las protecciones de quidditch.

Solamente me dejé los guantes, no tenía vendas así que improvisé. No era la primera vez que me desahogaba de esta forma.

Me acerqué al saco de boxeo y lo comencé a golpear sin parar. Las lágrimas cayeron por mi rostro, mientras mis puños seguían impactando.

Me tiré al suelo y me hice un ovillo.

 Mis nudillos tenían sangre pero me daba igual, ahora mismo todo me daba igual.

No se el tiempo que estuve sentada al lado del saco de boxeo, pero tenía que ir a prepararme para el baile.

Agarré mis cosas y salí por la puerta.

Ya era tarde, no había nadie en los pasillos. Cosa que agradecí

Mis manos estaban muy lastimadas, me dolían.

Abrí el grifo, e inunde mis manos bajo el agua fría, cosa que agradecí. Limpie mi rostro y finalmente cure mis heridas.

Salí del baño y me crucé con Peter.

—Hola Riley —levanté la mirada hacia él ¿estaba preocupando?—¿Estás bien?

—Ajam...— sonreí forzosamente.

—Si necesitas hablar de algo, aquí me tienes ¿Si?

—Gracias Peter— continué mi camino pero su voz me detuvo.

—Riley, quería preguntarte una cosa— giré mirándolo a la cara —No sé si tendrás pareja para el baile...— se rascó la nuca nervioso — ¿Te gustaría venir al baile conmigo? — soltó todo el aire que había retenido.

Su cara de nerviosismo me hizo sonreír.

—Está bien, iré al baile contigo — respondí y me dirigí a la sala común.

No pensaba ir con Wyatt. No después de lo que había hecho…

N/A: Janna💛🦡 & Lu💚🐍

¡¡¡Holiis bebés!!!

DADLE MUCHO AMOR A ESTE CAPÍTULO EMPIEZA LO BUENO 😍😏

¿Que os parece la historia hasta ahora?🤩😍

¿Que opinas sobre lo que han echo los chicos?😡😰😰

¿Y Wyatt? 😱😱

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Lu_ferraro y Jannahufflepuff_hp

Os amamos 😍😍😍😍

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