|| Capítulo 4 ||
— Él es primo de Jordán, tiene nuestra edad pero vino aquí hace unos años— explica Maia.
Asiento a su comentario porque sé quién es Jordán, no solo es la persona que me salvó cuando caí en la laguna sino que fue uno de los primeros en crear rumores de mi y hacer que todos mis compañeros me alejaran, también es el chico con quien Maia me va a engañar esta noche. La miro indicándole que es hora de irnos, pero ella niega cruzándose de brazo, se que por la mirada que me está dando es una advertencia para que me vaya y no haga un espectáculo, después ella le dice a Raphael que entre rápido porque me estoy por ir y se adentra al restaurante dejándome solo, como si no fuera su novio sino un extraño.
— ¿Quieres un cigarrillo, Simón?
Escuchar mi nombre siendo pronunciado en un tono tan suave que hace que mi piel se erice; no conozco a este chico de nada más que ahora, pero tiene una sonrisa extraña en su rostro al mirarme. Me tiende la cajetilla de cigarro pero no lo acepto y me alejo un paso al ver que se ha acercado.
No quiero hablar con nadie en estos momentos, me encuentro molesto con todo lo que me está sucediendo, entonces noto que ese chico, Raphael, lo ha notado y ha prendido su cigarro mientras coloca su otra mano en el bolsillo de mi pantalón.
— Han dicho que tienes una condición particular— habla Raphael— pero yo no me lo creo. Pero no pierdo nada con preguntar si es verdad.
Dejo escapar algo parecido a una risa mientras coloco mis manos en los bolsillos de mi pantalón, me estoy dando cuenta que solo es un chico curioso y que sabe que por su aspecto hace que me incomode un poco esto.
— ¿Acaso crees que es algo científico?
— En este mundo se puede esperar muchas cosas, no todo se cierra a lo que pueden descubrir los hombres a través de la ciencia— dice Raphael dando una nueva calada— y si creo en el mito de la laguna "Lonehelm".
— Hablas como alguien cercano a mí.
El olor a tabaco entra por mi nariz, pero no hago nada para alejarme a pesar de que me cause desagrado, solo voy a acompañarlo hasta que termine su cigarro y así volver a mi auto, ya que en el sitio que estamos es algo oscuro y temo que este chico sea víctima de algún vandalismo o del mismo asesino profesional que anda suelto. Además antes de manejar tengo que estar tranquilo y no influido por la ira.
— Entonces ¿Es verdad que después de caer a la laguna comenzaste a sentirte extraño? — pregunta.
— Eres muy curioso— respondo riendo— pero no puedo culparte, tienes como primo al que primero que creo rumores sobre mí.
— Oh...— susurra y hace un breve silencio— Entonces ¿Por qué sigues aquí?
— Estoy esperando que termines de fumar, no quiero verte en el noticiero mañana porque fuiste víctima del "Descorazonador".
Veo como el chico sonríe cuando digo aquel apodo del asesino, es una sonrisa extraña pero no presto atención porque siento que solo se trata de la forma de sus labios que hace que al sonreír se vea extraño. Miro hacia la tienda de al frente, el chico sigue fumando y está tarareando una canción que se escucha dentro del restaurante, entonces en un momento siento una respiración cerca de mi cuello, al voltear me sobresalto y hago dos pasos hacia atrás para ver que ese chico, Raphael, está serio pero guiña el ojo indicando que no estaba pensando mal, ese chico se había acercado a mí. Trago con fuerza para mirar hacia todos lados no sabiendo que hacer.
— No te quedes afuera por mucho tiempo, nos vemos.
Huyo de ahí sin esperar alguna respuesta de su parte y camino hacia donde esta mi auto con rapidez sin mirar atrás. No sé qué paso con ese chico y porque se acerco tanto a mí, quizás tomó un poco adentro y al salir el clima le hizo efecto, pero trato de no darle importancia a pesar de que sigo tenso una vez dentro del auto, seco la traspiración de mi frente y cuando miro por un momento el espejo retrovisor me sorprendo que por primera vez desde lo de la laguna puedo ver algo a través de mis ojos, mi propia vida que dura solo segundos pero que nunca en mi existencia voy a poder olvidarlo, porque en mi visión no está ni Maia ni nadie conocido, solo Raphael y yo ¿Pero en que tenemos que ver cuando recién nos conocemos?
Cuando llego a casa me dedico a limpiar el desastre que deje al cocinar y después a comer, ya que por ir por Maia deje todo sin limpiar, después de eso me quedo en el sillón a esperar a que llegue mientras juego en mi celular, aunque no puedo concentrarme cuando mi novia está aun fuera de casa y que sus ojos me dijeron que ella va a engañarme. Al ver que he perdido una vez más dejo el celular y camino de un lado a otro por la casa esperando escuchar la puerta siendo abierta y que mi visión no sea más que una mentira, que nada va a pasar.
— Por favor Maia, no me lastimes mientras estamos en una relación, a pesar de que no me ames.
Miro por la ventana mientras muerdo mi pulgar con impaciencia, no quiero llamarle porque tengo confianza en que va a venir, quiero seguir confiando en que ella no va a hacer nada mientras estamos en una relación, y por un momento pienso, estoy conciente de que esta relación va a terminar y lo acepto, entonces ¿Es amor lo que siento o dependencia porque que es la única que me sigue a mi lado? Es que sigo corriendo a ella a pesar de saber la verdad, sigo a su lado a pesar de saber la verdad.
Escucho como un auto se detiene frente a la casa, presenciando que es el mismo auto que vino a buscar a Maia salgo con rapidez viendo como ella viene bajando sostenida por ambos chicos, entonces al verla vomitar en la vereda me preocupo peor, caminando a largo paso hasta ellos.
— ¿Qué le han hecho?— es lo primero que pregunto— ¡¿Qué le hicieron a mi novia?!
Por un momento veo la sorpresa de Jordán al verme, no sé si es porque se está dando cuenta que no estoy internado como todos piensan o que soy pareja de ella, la chica con la cual iba a tener un encuentro esta noche, pero al ver a sus ojos me doy cuenta de que el sorprendido acá soy yo, porque ella no me iba a engañar esta noche, sino que ambos vienen trayendo encuentros desde hace mucho tiempo.
No trato de hacer nada, no quiero buscar problema, se que tanto él como Maia están borrachos, solo suspiro y vuelvo a mirarlo mientras tratan de tenderme a mi novia a mis brazos, y me sorprendo, me sorprendo que al mirar sus ojos de nuevo veo un accidente automovilístico cuando salgan a la avenida en la siguiente cuadra causando la muerte de Jordán.
— Deberías dejar el auto y pedir un taxi, han bebido mucho— digo mirando al chico y después a Raphael— y puede haber un accidente en ese estado.
Raphael me mira en silencio pero Jordán ríe a mi comentario, burlándose de que estoy tratando de salvarle la vida después de enterarme que es el amante en mi relación. Debería solo dejarlo irse y que se cause el accidente así me deshago de él, pero a la vez soy una persona que no puedo dejarlo ir en ese este estado porque después voy a tener un peso de conciencia que no me va a dejar vivir en paz. Me odio por ser tan compasivo.
Mientras lo veo como el chico se va tambaleando hacia el lugar de conductor tengo abrazada a Maia, observando como aquel chico llama a su primo para que se vaya con él, pero este se niega a subir como si creyera lo que dije y se queda en la vereda en silencio, mirando a todos con atención.
— Simón— dice Maia.
— ¿Si? — pregunto.
— Terminemos esta relación, ya no quiero seguir más a tu lado, he estado saliendo con Jordán por años, a tu espalda— dice ella balbuceante y casi inconsciente— quiero irme con él, no quiero seguir con esta relación, estoy cansada de esto, no te amo, todo fue por trabajo.
No creí que iba a escuchar esas palabras tan rápido, pero por alguna razón me genera paz, me genera tranquilidad saber que este lazo invisible se ha roto, que ella ha dicho las palabras que necesitaba escuchar para saber que es hora de abrir los ojos y aceptar que mis sentimientos no es amor, sino de querer mantenerla al lado por el simple hecho de que es la única que me comprende, quizás ahora todo mejore cuando vayamos cada uno por su lado. La ayudo a sentarse y corro hacia el auto, del lado copiloto, y abro la puerta para agarrar las llaves del auto que Jordán aun no toca y salgo de ahí escuchando como aquel chico reclama mi acción.
— ¡Dame las llaves!
¿Por qué hago esto? No lo sé, con solo pensar que Maia quiere irse con él me hace tener un conflicto emocional pero también actuar así, salvarle su pareja para verla feliz una vez que vayamos por camino separado. Veo como Jordán baja del auto y viene hacia mí, ni siquiera escucha a Raphael o a Maia que le dicen que no haga nada, o no les hace caso, me protejo pero puedo sentir el golpe de su mano en mi cuerpo que me hace doblar.
— No me hagas repetirlo de nuevo, dame las llaves, ya me has trastornado la vida mucho para que sigas así.
— Vas a tener un accidente, estoy tratando de evitarlo.
Pero aquel chico no hace caso, no sé si es porque está borracho pero sigue golpeándome en el piso, pero de todas maneras cubro las llaves en mis manos para que no me las quite. Veo como Raphael trata de alejar a su primo de mi, pero es imposible, entonces un auto pasa por nuestro lado a gran velocidad y tocan bocinas mientras alientan la pelea, y a pesar de que Jordán sigue golpeándome se puede escuchar unos minutos después un ruido como de una explosión, entonces se detiene y miramos hacia la dirección del ruido, desde donde estamos no se puede ver nada pero estamos seguro que hubo un accidente en la avenida, es el accidente que le tocaba pasar a él pero lo evite, le salve la vida.
— ¿Eso fue...?— pregunta Raphael.
Las sirenas de ambulancias o policías no tardan escucharse dando respuesta a lo que ha preguntado el chico, Jordán se aleja y lleva sus manos a su cabeza por lo cual al liberarme de él me siento, dejo las llave a mi lado y limpio mi cara porque siento que de algún lado me sale sangre.
— Raphael, pide un taxi para ambos, les llevaré el auto mañana a la casa de la señora Santiago antes de ir a trabajar— digo suspirando— ¿Está bien?
No me quedo con ellos, solo veo como el chico asiente y guardo las llaves en mi bolsillo para ir hacia Maia y cargarla ya que se ha quedado dormida, entro a la casa para llevarla a la cama de la habitación y la desvisto para que duerma mejor, este va a ser el ultimo día que ambos vamos a estar así de intimo, a partir de mañana ambos hablaremos del tema y terminaremos esta relación ¿Por qué me siento tan tranquilo?
Acaricio su cara con tristeza, ella se ve tan tranquila, ella es hermosa, pero sabía que ambos nunca podríamos estar feliz juntos, y a pesar de que quise forzarlo yo no puedo dar siempre todo en una relación de dos. Me va a doler, la voy a extrañar por estar acostumbrado a ella, voy a quedarme solo después de esto, pero voy a estar bien.
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