|| Capítulo 2 ||
Cerca del mediodía quedo solo en la carnicería, Jace, el hermano mayor de Maia ha tenido que irse para ir a sus clases en la universidad, pronto va a llegar su otro hermano y tendré que escuchar todos sus desahogos familiares y como yo, novio de su única hermana e hija mujer debería estar haciendo algo más que trabajar en el grupo familiar, dejando en claro que ella puede dejarme en cualquier momento y mi puesto aquí dejara de existir también. Pero he encontrado la manera de ignorarlo, así que solo me basta suspirar mientras calculo cuanto tiempo me queda para su llegada.
— Aquí está el vuelto, gracias por la compra.
Cuando se marcha la ultima cliente camino hasta donde tengo mi bebida y un paquete de galletas, aún tengo hambre desde esta mañana que no pude desayunar, y a pesar de que el paquete de galleta está quedando vacía no logra saciar el hambre que tengo, pero creo que es porque mis emociones están jugándome en contra.
Mi madre solía decir que era tan reprimido con mis emociones que buscaba refugio en algo como la comida o otra cuestión, a pesar de que después de aquel accidente ninguna comida logra saciar mi apetito, como si nunca pudiera estar satisfecho, pero a veces pienso que quizás necesite ayuda médica para ver qué sucede conmigo, puede que todo se trate de un problema orgánico.
<< ¡Ultima noticias sobre el cuerpo encontrado cerca de la laguna Lonehelm y el supuesto asesino apodado "Descorazonador!">>
Acomodo mis lentes y miro hacia el televisor donde el noticiero informativo de la ciudad muestra como un reportero está en un bosque, es en la laguna que no quiero recordar, está contando más detalles del cuerpo encontrado está mañana, algo que escuche en la radio antes de llegar. Algo nervioso miro toda la tienda, no hay cliente así que escucho con atención lo que aquel hombre está diciendo.
Hace años, desde que apareció ese asesino profesional, todos sus casos comenzaron a volverse popular, no solo porque el asesino solo saca el corazón de la víctima de una manera rápida sin importar el desastre que deja alrededor, si no que las victimas no tienen relación con nada, son solo personas de cualquier género, de cualquier edad que lamentablemente tienen la desdicha de cruzarse con aquella persona desquiciada. Eso llevo a que la ciudad lo apodara "Descorazonador" pero no solo por sus actos, si no el mito que hay en la laguna "Lonehelm", la laguna de la cual tuve la mala suerte de caer en mi niñez. Con ello llevó a que muchas personas comenzaran a seguir a aquella persona, yendo a la laguna para hacer rituales o solo pedir un deseo, creyendo que el asesino por no ser encontrado después de años, no fuera más que algo mágico de ese lugar.
<< Otra vez el corazón de la victima ha sido arrancado de una manera despiadada ¡Por favor, no vengan de noche a estos lados, es peligroso! Estaremos informando los avances. >>
— Descorazonador— susurro.
Cada vez que digo aquella palabra mi cuerpo se eriza y puedo sentirme como comienzo a transpirar, no porque un asesino esta por las calles, libre y preparado para su siguiente ataque, sino porque hace años tengo en la cabeza aquel mito de la laguna que resuena en mi mente. Desde que toda mi vida cambio, esto es como hacer que mi pasado vuelva a ser puesto frente a mi cada vez que quiero olvidarlo, y a pesar de que he tratado de averiguar la razón de porque puedo ver la vida de las personas al mirarle a los ojos, porque es algo que no puede pasar, algo que en este mundo no debería existir, no hay respuesta a mi sorpresiva condición.
"¿Realidad? El mundo ha sido creado hace millones de años, ni siquiera sabemos ni el cuarto de lo que sucede en este mundo. No sabemos que es lógico y que es ilógico, en este mundo pueden suceder miles de cosas extrañas que solo pocas personas pueden presenciar, como tú, Simón."
Mamá solía decirme aquellas palabras muchas veces, ella siempre fue creyente en que en este mundo no solo se cerraba en lo científico o en algo que la religión imponía, ella siempre fue muy creyente de que había mucho más que nadie podía ver, y mi padre también, por eso cuando dije que lo que me estaba pasando ellos me comprendieron y trataron de buscar personas que me ayudaran, personas que se dedicaban a la rama de la "magia", pero siempre fue lo mismo, nadie sabía responder o no querían responder.
Una vez que conocí a Maia, que comenzamos a salir, tuve muchas confrontaciones con mi familia por mis trabajos estafando personas, comenzamos a alejarnos y ya no he vuelto a verle desde hace años, ni a hablarles, y aunque los extraños, sigo ignorando el hecho de que puedo comunicarme y decirles que tenían razón, yo no debería usar esto para el beneficio económico mío y de mi pareja.
"Hambre"
Suspiro mientras trago con fuerza, ha vuelto el hambre y de seguro que está vez se trata porque recordé a mi familia, miro como el paquete de galleta está vacío así que vuelvo a suspirar, no es mi día. Me levanto de donde estoy sentado para comenzar a cortar pedazos de carne para reponer en el exhibidor, pero antes de sentirme cansado de esto que no me gusta hace que mi boca se llene de saliva al ver lo que estoy haciendo. Si esta carne estuviera cocinada con una buena salsa sabría rico, podría cocinarle eso a Maia está noche, pero también pienso por un momento sobre como seria su sabor crudo, puede ser una buena opción.
— Simón, mira lo que haces, vas a cometer un accidente.
Me sobresalto al escuchar la voz de aquel chico, apago la máquina para mirarlo, Alexander es un chico de piel azabache y alto, muy guapo también, siempre es amable aunque conmigo no muestra expresiones en su cara como lo hace con lo demás, solo es serio y me habla solo para ordenarme o sacarme de mis pensamientos como ahora, rara vez hablamos de otro tema. En sus ojos, cuando me dejaba verlos hace tiempo, ya que toda la familia evitan mirarme desde años, vi que nunca iba a agradarle porque yo no tenía la situación económica para mantener a Maia.
— Si, lo tengo controlado.
— Bien, ve a anotar si falta o no esto en el refrigerio de allá atrás, me haré cargo de esto— me dice entregando un papel.
Cuando mi hora de trabajo termina camino hasta la tienda de al lado y compro un poco de mercadería, hay una anciano cerca de aquí a la cual siempre le llevo una bolsa para que pueda alimentar a las personas que viven con él; lo conozco desde que vivo trabajando en este lugar. Lo conocí por casualidad cuando aún podía salir de casa y podía venir a comprar algo de carne, pero su hijo enfermo tuvo que dedicarse a él completamente ajustando su economía a lo más barato.
Les ayudo cada vez que puedo y siempre trato de informarme mirando a sus ojos si toda su situación está bien, pero cada vez que los miro todo es algo nebuloso. Ayer cuando vi sus ojos vi que todo iba bien, él es un poco mayor pero su situación es buena, es saludable, así que hoy puede que me quede un rato para hablar y saber cómo van los tratamientos del chico.
Al llegar a la puerta de la casa veo que hay un papel ahí, informa que la familia se ha ido a un hospital, confundido trato de preguntarle a los vecinos, pero todos dicen lo mismo, Magnus, al hombre que visito todos los días, se descompensó ayer, y él y su hijo fueron trasladada a un hospital. Preocupado voy a la dirección de este hospital porque no logro entender del todo la situación, yo ayer estuve ahí al dejarle mercadería y Magnus se veía en buen estado, cuando me fui y mire sus ojos no tenía nada ¿Acaso mi visión está fallando?
— Hola, me dijeron que Magnus y Ragnor Bane fueron traídos ayer a este lugar— le digo a la chica detrás del mostrador— me gustaría tener información.
— Dígame su nombre, por favor
— Simón Lewis, soy cercano a los dos, soy un familiar lejano que se encarga de cuidarlos— miento.
Aunque me gustaría ser familiar, ya que he estado muy lejos de mi familia y me he acercado todos este tiempo, se que nunca podía suceder. No soy familiar de los Bane.
— Espere un momento.
No sé cuanto he esperado por una respuesta, estoy caminando en círculos mientras veo como aquella mujer que me dijo que espere habla por teléfono o atiende otras personas después de haber vuelto a una habitación, estoy comenzando a pensar muchas cosas y no sé qué hacer, no entiendo que ha sucedido, en que falló mi visión ayer, si todo estaba bien, si al mirarlo a los ojos por última vez todo estaba bien, tendría que haberme dado cuenta que algo estaba mal con solo verle. Pero no había nada fuera de lo común, y a pesar de que no se qué ha sucedido me siento culpable, como si yo fuera culpable.
Miro el reloj, ha pasado ya una hora desde mi consulta y aun no me dicen nada, suspiro y vuelvo a ponerme en la fila para poder obtener una respuesta, mientras avanzo lo único que puedo hacer es pellizcar las palmas de mi mano, secar la traspirando de mi frente y suplicar que todo esté bien.
— Hola de nuevo, llevo una hora esperando información sobre mis familiares que fueron internados ayer ¿Puede decirme que sucede? — pregunto una vez siendo mi turno.
— ¿Puede decirme los nombres de los pacientes?
Estoy molesto, muy molesto con esta chica que lo único que obtengo al mirarla a los ojos es el desprecio que tiene por cada una de las personas que vienen a este lugar, ni siquiera sé porque ha trabajado aquí pero lo que sus ojos transmiten no es agradable.
— Magnus y Ragnor Bane— digo tratando de no sonar brusco.
— Ah sí, Ragnor Bane acaba de fallecer por el estado de su enfermedad y Magnus Bane ha fallecido el día de ayer— informa la chica de mala manera.
— ¿Por qué falleció?
— No puedo decirle esa información, si quiere pida un turno para hablar con el doctor que estuvo de turno ayer, aunque el doctor viene dos días a la semana— informa la chica como si supiera aquello de memoria— los turnos se sacan el mismo día, tiene que venir a las seis de la mañana a formar fila, a las siete y media ya se comienzan a dar los turnos.
Sin responderle me voy de ahí, trago con fuerza una vez que he salido del hospital porque no quiero llorar, y aunque me duele la situación tengo que ser fuerte y averiguar lo que ha sucedido con estas dos personas y conmigo, ayer al mirar sus ojos, todo estaba bien pero ahora todo ha fallado ¿Y si es mi culpa? Llevo mi mano a mi pecho porque me duele esta situación.
Mientras camino al estacionamiento siento como alguien me está siguiendo, al mirar hacia atrás veo que no hay nada pero la sensación está ahí, al mirar de reojo puedo ver una sombra, pero al mirar de nuevo no hay nadie, creo que mis comportamientos están comenzando a empeorar, necesito un medico que me diga que sucede. Al entrar al auto dejo escapar un suspiro y me dejo llorar por un momento, pero no dura por mucho tiempo ya que Maia me ha enviado un mensaje y me ha interrumpido este momento que tenía para mí.
<< Ven a casa, tenemos que hablar >>
No es un mensaje largo, no hay nada amable de su parte, pero me molesta que no pueda tratarme bien como yo si suelo hacerlo.
— ¿Hasta dónde llega mi paciencia?
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