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Capítulo 27

Han pasado seis meses desde que Lucas y Ariel tomaron la decisión de vivir juntos, y la vida ha sido maravillosa. Su hogar está lleno de armonía, amor y pasión. Juntos, han creado un espacio donde se sienten felices y plenos.

Desde que se mudaron juntos, han compartido muchas experiencias emocionantes. Una de ellas fue la compra de un automóvil que les brinda la libertad de moverse por la ciudad y explorar nuevos lugares. Han disfrutado de largos viajes en carretera, aventuras improvisadas y escapadas románticas en su nuevo vehículo.

Además, han estado ocupados haciendo frente a las responsabilidades financieras que conlleva tener un hogar, pagando el crédito del departamento de Lucas, que tiene una ubicación privilegiada en la ciudad.

Aunque han tenido que trabajar duro y administrar sus finanzas con responsabilidad, se sienten orgullosos del hogar que han creado juntos, aprendido a apoyarse mutuamente en los momentos difíciles y a celebrar los logros.

Sin embargo, no todo fue color de rosa, ya que en varias ocasiones tuvieron que enfrentar comentarios despectivos y burlas por mostrar su amor en la oficina. Las crueles palabras y chistes sobre temas homosexuales hicieron que Lucas comprendiera las humillaciones y sufrimientos por los que Ariel había pasado, y que ahora compartía con ella.

Una vez que las habladurías y comentarios despectivos habían cesado, Lucas se sintió listo para dar el siguiente paso y vivir libremente con la mujer que había elegido como su compañera, lo que significaba contarle a su familia sobre su relación.

La familia de Lucas ya sabía que él estaba viviendo con su novia Ariel, además que habían pasado algunos fines de semana visitándolos, sin embargo, era importante que supieran la verdad sobre la orientación sexual de Ariel por boca de ellos mismos, para evitar que la noticia llegara por medio de fuentes externas.

Durante un almuerzo en casa de los padres de Lucas, en donde estaban reunidos su hermano con su novia y Lucas con Ariel, deciden dar esta noticia, debiendo explicar que es ser una mujer trans.

En un comienzo, los varones sacaron bromas al respecto de este tema, sin tomar la seriedad que correspondía, hasta que Lucas les asegura que esto no era una broma.

—¿ESTÁS DEMENTE? —grita sorprendido Pedro, el padre de Lucas.

—No papá. No es necesario elevar la voz. —responde Lucas con un tono calmado pero firme.

—Nos estás diciendo que estás saliendo con un hombre que se hace pasar por mujer. ¿Eso te parece bien?

—Por favor, no hables así, calmémonos —dice la madre de Lucas avergonzada.

—Como puedo calmarme, cuando el día de hoy me entero de que mi hijo le gusta un hombre.

—¿Eso es lo único que vas a decir? —reprocha molesto Lucas —Te preocupa que tu hijo pueda ser gay, pero no te importa que estoy bien, tranquilo y feliz.

—Debiste de advertirnos sobre que es lo que era Ariel, no puedes juzgar a papá por su comportamiento y que ahora hagas de víctima. Nos han engañado. —reprocha su hermano Rafael.

—Si vine hoy con ella, es para que lo sepan por nosotros. Ustedes siempre le han querido y estaban felices por nosotros cuando volvimos a ser novios ¿Todo cambio porque ella es una mujer trans?

—Pero no es una mujer. Yo creo que estás confundido, porque se ve como una y le quieres, pero debes entrar en razón, porque con esta persona, jamás formarás una familia. —dice su madre afligida, demostrando que esta noticia también le dolía.

—Sin embargo, mírenla. Su identidad de género es la de una mujer y se ve como una. Sé que es difícil para ustedes entenderlo, porque para mí no fue fácil tampoco.

Ariel se mantenía sentada en aquella mesa, escuchando lo que todos hablaban y guardando silencio, ya que era la culpable por causar esa disputa familiar, y por hacer pasar por este momento al hombre que amaba.

—Tú te sientes muy feliz viendo lo que has causado —arremete Pedro contra Ariel. —Has desviado a mi hijo, le pudriste la mente y ahora está confundido. Deberías irte, tú y tus mariconadas, si es que te queda algo de decencia en esa...

—¡YA BASTA! —Grita molesto Lucas, levantándose de la mesa —No permitiré que le hables así a mi mujer.

Pedro se levanta furioso, arrojándole en el rostro el vino que tenía su vaso.

—¿Mujer? ¿Esa cosa? Mocoso, mal agradecido...

—Ya paren de pelear... —dice llorando de manera agitada la madre de Lucas —Somos familia, nos se deben de hablar así...

Tanto el padre como hermano de Lucas se acercaron para consolar a Ingrid, creando un momento de silencio, en dónde solo se escuchaban los quejidos de la mujer que desahogaba su angustia.

—Mamá, no quise causarles penas, solo esperábamos aceptación de su parte, no imaginé que esto llegaría a este punto, y tampoco esperé tanto rechazo de parte de ustedes. —responde Lucas, limpiándose el rostro con una servilleta.

Pedro se gira con un rostro sombrío.

—Quiero que se marchen de esta casa. —da una pausa y suspira —Hijo, sé que estás confundido, pero cuando tenga a una mujer de verdad contigo, entonces puedes volver a esta casa, pero no quiero a esta anormalidad por aquí.

—No se preocupen, no regresaré. —responde tajante Lucas, invitando a su novia a que salieran juntos.

—Lamento el daño que pude causarles. —dice Ariel a aquellos que le devolvían miradas enfadadas.

Al salir de la casa y llegar a su vehículo, Lucas es detenido por su hermano.

—Realmente no sé para qué has venido a esta casa a arruinar el almuerzo con los papás. Sabes que mi padre no tolera esas desviaciones sexuales, ¿para qué les causas estás pena?

—Esperaba que al menos tú pudieras ser un apoyo en todo esto, pero como siempre me equivoqué, porque nunca dejaras de ser un idiota.

Diciendo esto, Lucas ingresa al vehículo para marcharse en compañía de Ariel.

—Lamento todo esto. Supuse que les sorprenderían, aun así, no esperaba esta reacción por parte de ellos. —dice Lucas al manejar por las calles de la ciudad, de regreso al departamento.

—Está bien, no tienes por qué disculparte.

—Debo hacerlo, no fue buena idea contárselos a todos. Debí hablar primero con mi madre y después con el resto por separado. Quizás la mejor opción era no decir nada.

—Ocultarlo nunca es una opción. Además, que era cuestión de tiempo, ya sabes que tu tía y primo se enteraron por alguien de la oficina. —Ariel toma de la mano de su novio que la mantenía en el cambio —Solo me preocupas tú. He creado un conflicto con tu familia.

—Nunca permitiré que nadie te falte el respeto o te haga sentir mal. Eres la mujer más valiente y fuerte que conozco y te mereces todo mi apoyo.

—Sé que te importa, y sé que debes de estar triste. Realmente me sentí muy mal cuando dijeron esas cosas tan hirientes. Pero tú siempre estuviste ahí para mí, defendiéndome y apoyándome en todo momento.

—Siempre estaré a tu lado. Sabes que te amo y que eres lo más importante para mí.

—Eso es lo que más valoro de ti, el hecho de que siempre me apoyas en todo lo que hago. No sé qué haría sin ti.

—No tienes que preocuparte por eso. Siempre estaré aquí para ti, porque te amo.

El camino de regreso no se volvió amargo como esperaban, por el contrario, está nueva dificultad les volvía a fortalecer como pareja.

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