Capitulo 7: Preparativos finales
—Bueno, ya se divirtieron ustedes. Ahora... —dijo el héroe dirigiéndose hacia los no muertos. —Es mi turno.
Con el sonido de sus dedos, los no muertos se detuvieron y, lentamente, se alejaron del cuerpo de Charlotte.
—Ustedes también —dijo chasqueando nuevamente los dedos.
Con esa orden, los no muertos que devoraron a los aristócratas se alejaron de sus cuerpos.
—Vaya... sí que estás hecha un desastre, Lottie —dijo mientras miraba lo poco que quedaba de la "Duquesa Dorada" —Vaya festín que se dieron ustedes, ¿eh?
Con lo poco que quedaba de Lottie, el héroe empezó a mirar su desfigurado rostro. Él notó que aún quedaba un poco de conciencia, es decir, Charlotte aún estaba aferrándose a la vida.
—Oh... Veo que aún sigues viva.
—...T...e...
— ¿Qué? ¿Dijiste algo?
Con un ojo desprendido y su boca casi destrozada, aquella fina y ornamentada dama intentaba hablar.
—...Ma... ma...
— ¿Qué? No logro oírte. Dilo más fuerte.
—Te... ma...ma...ta...ré...
Ante estas palabras cargadas de ira y rabia, el héroe se rió y, viendo su estado decrépito, se acercó hacia lo poco que quedaba de su rostro.
—Veo que aún tienes energía, ¿verdad? No te preocupes, Lottie —dijo sonriendo sádicamente—. Recién estamos empezando.
Dicho esto, Lottie exhaló su último respiro...
La Duquesa Dorada había muerto.
—Bueno, ahora veamos como quedaron los otros —dijo mientras se alejaba del cuerpo de Charlotte e iba en dirección de los aristócratas.
—Veamos... ¡Iugh! —dijo al verlos—. Ustedes sí que se dieron un festín con ellos, ¿eh?
Piernas partidas por la mitad, brazos en los que sobresalían más los huesos que la carne, cabezas semi-devoradas o abiertas como cáscaras de huevos, cuerpos abiertos desde el estómago, intestinos destrozados; lo que alguna vez fueron hombres distinguidos entre la sociedad, ahora solo eran un montón de restos humanos.
—Si los hubieran devorado por completo sería muy difícil traerlos de vuelta, y yo me habría enojado mucho, ¿saben?—dijo mientras los miraba fríamente.
Los no muertos, pese a que no tienen ni siquiera instintos de temor, temblaron ante la mirada fulminante del héroe.
— ¡Ups! Creo que me dejé llevar un poco, pero ustedes tuvieron la culpa. Bueno, no importa, al menos algunas partes siguen aquí, así que sí, los puedo traer de vuelta.
En ese instante, el héroe empezó a crear un círculo mágico sobre el montículo de cuerpos, envolviéndolos en el hechizo.
—Ya casi... Sólo falta un poco más.
El círculo mágico empezó a agrandarse conforme cubría cada trozo de cuerpo.
—Y... Listo —dijo mientras observaba cómo el círculo cubría totalmente a todos ellos.
Y, con un sólo chasquido, el círculo se completó y, para su deleite, los cuerpos destrozados de aquellos nobles empezaban a reconstruirse.
—Eso es —dijo con una sonrisa maliciosa.
—Ahora... Sólo falta la protagonista principal —dijo mientras se dirigía hacia Charlotte.
Al verla en tal estado, varias ideas divertidas corrían por la mente del héroe haciendo que dejara escapar una sonrisa macabra.
De sólo pensarlo, el héroe no dejaba de mostrar esa sórdida sonrisa.
—Sólo faltas tú, Lottie. Me pregunto, ¿qué cara harás al verme otra vez?—dijo mientras creaba un círculo mágico—. De sólo imaginarlo...
El telón empezaba a alzarse de nuevo...
********
—...Despierta... Lottie...
—...Despierta... Tengo una sorpresa para ti, Lottie...
—...Despierta...
Una voz familiar estaba retumbando por mi mente. Intentaba reconocer esa voz mientras abría los ojos.
Aquella voz que no había escuchado en mucho tiempo, ahora estaba llamándome.
—Lottie... Si no despiertas, me pondré muy triste, ¿sabes?
Esa voz, que me aliviaba de toda esa miseria que era mi vida en mi infancia, nuevamente la estaba escuchando.
Entre más intentaba forzar a mis ojos a abrirse, me daba cuenta que aquel hombre que añoraba durante mucho tiempo, estaba apareciendo lentamente en mi mente.
—Eso es... Vamos... Levántate... Tú puedes...
Pero, a medida que intentaba abrir los ojos, sentía que estaba olvidando algo. Tenía ese molesto sentimiento, pero no podía explicar por qué lo tenía.
Sentía que algo importante estaba olvidando.
¿Qué es esto?... Esa voz... Elliot... Sin duda es él... ¿Elliot?... ¿Cómo puede ser posible...? Él está muerto... ¡Sí! Él está muerto... Entonces... ¿Por qué lo estoy escuchando?... ¿Por qué escucho su voz?... —pensé mientras mi visión empezaba a dilucidarse.
¿Por qué cada vez que pienso en él muchas emociones se desbordan de mí?... Ira... Venganza... Miedo... Desdicha.... Todas esas emociones me invaden a medida que lo empiezo a recordar... ¿Por qué?... ¿No se supone que está muerto?... ¿No se supone que murió a manos de esos dioses?... ¡¿No se supone que murió?!...—pensé.
—Estás en lo correcto, Lottie —dijo aquella voz familiar contestando su duda―. Debería estar muerto.
¡¿Qué?! ¡¿Cómo supo lo que estaba pensando?! —me dije a mí misma.
—Porque yo sé todo sobre ti, Lottie, o prefieres que te llame "La Duquesa Dorada" o "La tercera princesa" o "La primera noble".
Con esto, me asusté y forcé a abrir mis ojos abruptamente.
Al abrirlos, me encontraba en el salón principal. Todo está igual a como lo habían dejado mis sirvientes.
Estaba sentada en una silla, intentaba levantarme, pero no podía debido a que mi cuerpo estaba siendo retenido por una fuerza invisible.
— ¡Bienvenida al mundo de los vivos, Lottie!
— ¡...!
— ¿Qué? ¿El gato te comió la lengua?
—No... Es imposible... Tú... ¡Tú estás muerto!... ¡Tú estás muerto!
— ¿Eh? Pues, yo me siento más vivo que nunca, Lottie.
— ¡No me llames así! ¡Sólo él me puede llamar así!... ¡Y él está...
Antes de terminar su frase, el héroe agarró del cuello a Charlotte.
— ¿Muerto? Eso es lo que ibas a decir, ¿verdad?
Con ese ahorque Charlotte pudo ver directamente al rostro del héroe.
Esos ojos grises... Sin duda alguna, era él...
—Ahora sí te diste cuenta, ¿cierto? He vuelto, Lottie. Así que acéptalo.
— Pero... ¡Pero...!
El héroe, al no comprender el porqué de su estado actual, pensó un poco, hasta que finalmente, lo entendió.
Con una sonrisa, el héroe se agarró la cabeza.
— ¿Qué es tan gracioso?
Sin embargo, él no le contestó.
— ¡¿Qué es tan gracioso, eh?! ¡¿Te burlas de mí?!
Y siguió riéndose.
— ¡Puedo ordenar a mis guardias que te maten en este momento! ¡¡Guardias!!
Pero nadie respondió.
— ¡¡Guardias!! ¡¿Dónde están estos imbéciles cuando se los necesita?!
—Te refieres a estos tipos —dijo mientras le señalaba el cuerpo descuartizado de uno de ellos.
— ¡Kyaaaaaa! ¡¿Que les hicis...
Antes de siquiera hablar, el héroe apretó su cuello.
—Verás, Lottie. Ya entendí por qué estabas actuando tan extraña hace un rato —dijo mientras aumentaba la presión en su cuello—. Pero no te preocupes, eso se puede arreglar —dijo soltando su cuello y dirigiendo su mano a su cabeza.
Charlotte, intentando respirar, sólo pudo notar una sonrisa en el rostro de su antiguo amor. Una sonrisa que jamás imaginó ver.
— ¡Buen viaje!—dijo mientras un círculo mágico empezaba a aparecer en su cabeza.
En ese instante, el círculo mágico se completó y Charlotte, ante esto, gritó como si su vida dependiera de ello.
Una corriente eléctrica fue lo que sintió Charlotte con ese hechizo. Sin embargo, eso sólo era el principio.
Todos los sucesos que ocurrieron en la mansión con la entrada del héroe estaban apareciendo en la mente de Charlotte. Todas y cada una de las acciones que tomó el héroe contra ella empezaba a recordar y, para deleite del héroe caído, Charlotte revivió todos esos ataques de los no muertos contra ella. Todas las mordidas, cortes, todo lo que antes había sentido poco antes de morir, ahora lo estaba sintiendo nuevamente.
Gritos de dolor indescriptible y lágrimas con mucosidad desbordaban del bello rostro de la Duquesa Dorada.
—¡¡AHHHHHHHHHHHH!! ¡¡AYUDAAAAAAAAAAAAAA!! ¡¡AHHHHHHHHHHHHHH!!
Aquellos gritos hacían eco por toda la casa.
Inmovilizada en la silla, Charlotte sólo podía gritar en gran manera mientras el héroe simplemente expresaba una felicidad exorbitante en su rostro.
— Ya falta poco, Lottie. Resiste un poco más.
Sin embargo, Lottie no escuchó sus palabras, sólo gritaba descontroladamente mientras sus recuerdos antes de morir se repetían una y otra vez en su mente, junto con el dolor de ser devorada viva una y otra vez.
—¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!! ¡¡AYUDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡¡ALGUIENNNNNNN AYUDAMEEEEEEEEEEE!!
—Y... listo. Me pregunto si eso será suficiente —dijo burlonamente.
Luego de los gritos incesantes de la Tercera Princesa, finalmente el héroe había detenido el círculo mágico y una inconsciente Charlotte se mostraba ante él.
—Parece que no pudiste soportarlo y te desmayaste, Lottie —dijo infantilmente―. Bueno, cuando despiertes, me aseguraré de que disfrutes esto tanto como yo, Lottie, ¿sí? —dijo dándole un beso en su frente—. Por mientras, me encargaré de que esos nobles experimenten el mismo dolor que sentiste para que no te sientas tan sola.
Dejando atrás a una inconsciente Charlotte, el héroe se dirigió hacia aquellos tristes e inocentes nobles.
— ¡Ya quiero ver sus caras de agonía!—dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
********
Mordidas, mordidas, mordidas, mordidas, mordidas. Solamente logro recordar eso, mientras gritaba frenéticamente para que se detuvieran. Grité con todas mis fuerzas, pero era inútil, ellos no se detenían. Me devoraban cruel y vilmente al compás de mis gritos.
Aun así, con lo poco que quedaba de mi conciencia, logré ver al causante de mi desgracia, al culpable de todo este cruel y burdo ataque: ¡El héroe Elliot!
¡ÉL! ¡POR CULPA DE ÉL! ¡POR SU CULPA! ¡POR SU MALDITA CULPA!
Una y otra vez, se podía vivir esa escena. Mi cruel muerte a manos de esos no muertos, mientras él... ¡ÉL! ¡SIMPLEMENTE ME MOSTRABA ESA RISA! ¡¡ESA RISA!! ¡¡ESA BURDA Y SÓRDIDA SONRISA!!
¡ESE MALDITO HÉROE! ¡ESE HEREJE! ¡JURO QUE LO MATARÉ POR TODO LO QUE ME HIZO! ¡MIS JOYAS! ¡MIS VESTIDOS! ¡MI ORO! ¡MI RIQUEZA! ¡TODO ME LO QUITÓ!
¡¡JURO QUE TE MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS, ELLIOT!! ¡¡JURO QUE TE MATARÉ!! ¡¡LO JURO!! ¡¡TE ARREPENTIRÁS DE HABER VUELTO A LA VIDA OTRA VEZ!!
Con esa idea bien clara en mi mente, abrí los ojos a la espera del hombre que trajo solamente desgracias a mi vida
— ¡Vaya! Al parecer despertaste.
— ¡¡Tú!!
—Ahora voy a atenderte, Lottie. Sólo dame un momento —dijo mientras agarraba la cabeza de un noble.
Al parecer, el héroe le estaba haciendo revivir los recuerdos poco antes de morir a cada noble.
Con los gritos de aquel noble, el héroe sólo mostraba esa sonrisa que hacía enfurecer más a Charlotte.
—Listo, ya acabé contigo —dijo soltando su cabeza—. Ahora voy contigo, Lottie.
Con cada pisada que daba, la ira de Charlotte se encendía más y más. El héroe notó esa mirada llena de odio y, provocativamente, camino petulante hacia ella.
Eso no le gustó para nada a Charlotte y avivaba aún más su ira contra él.
Como si eso no fuera suficiente, los gritos de auxilio que proferían los nobles sólo ponían más histérica a la Duquesa Dorada.
—¡¡CÁLLENSE DE UNA MALDITA VEZ, SUCIAS ALIMAÑAS!!
Hubo un silencio. Los nobles pudieron notar la exacerbada ira que emanaba la Duquesa Dorada. Ellos sabían de lo que su ira podía ser capaz de hacer, pero aquella mujer no podía hacerle frente a esta amenaza que representaba el héroe. Aun así, sus gritos continuaron.
—¡¡DIJE QUE CIERREN LA MALDITA BOCA, IMBÉCILES!! —dijo con una mirada fulminante hacia ellos.
Al verla en ese estado, los nobles callaron.
—Oye, ¿Así tratas a tus "amigos"?—
—Heh, ¿"Amigos"? Esa bola de estúpidos e incompetentes nobles, ¿crees que son mis "amigos"?
— ¿No lo son? —dijo sarcásticamente.
— ¡NO! ¡Sólo sirven para presumir de todo lo grandiosa y poderosa que soy! ¡Para lo único que me sirven es para mostrarles en qué posición están y frente a quién están! ¡Sólo para eso!
Todos los nobles se quedaron atónitos ante ésta declaración, excepto el héroe.
—Así que... Esa es tu verdadera naturaleza, ¿eh, Lottie? —dijo agachándose para verla directamente.
No hubo respuesta, sólo una mirada directamente hacia ella. Ambos se miraron directamente, sin escrúpulos, ambas miradas emanaban dos sentimientos bien claros: Ira y Sed de sangre.
—No te dije que tienes unos ojos hermosos, Lottie —dijo mientras su mano se acercaba lentamente hacia aquel bello rostro.
— ¡Suelta...
—Shhhhh... —dijo el héroe poniendo su dedo en su boca—. Déjame ver esos ojos una vez más.
Aunque ella pusiera resistencia, la fuerza del héroe sobrepasaba la suya y, con desagrado, cedió ante esta fuerza sobrehumana.
—Eso es. Ves que no cuesta nada no hacerse la difícil —dijo mientras ella intentaba desviar la mirada—. No, no, no. Tienes que mirarme, Lottie. Déjame verte.
Aún con el forcejeo, el héroe aumentaba su fuerza sobre ella.
—Vamos. ¿Acaso me tienes miedo?
— ¡Yo nunca te tendría miedo!—dijo iracundamente.
— ¡Esa es la mirada que quería ver!
Con esa expresión, el héroe volteó el rostro de Charlotte hacía su dirección.
— ¡Eso es! ¡A eso me refiero! ¡Esos ojos llenos de ira! ¡Rencor! ¡Odio!
Charlotte no expresó nada, sólo miró al héroe con toda la rabia acumulada. Aún sin decir alguna palabra, el héroe había entendido todo.
Con sus rostros muy cerca, el héroe miró esos flameantes ojos escarlata; esos ojos que, alguna vez, mostraron su más noble y pura confianza en él. Ahora, esos ojos estaban sometidos ante él, aunque sabía que a Charlotte no sería fácil de hacerla caer, él ya tenía unos planes en mente.
—Al verte de nuevo, empecé a recordar nuestra infancia, Lottie. Lo recuerdas, ¿verdad?
—¡...!
—Recuerdas cómo jugábamos en el fango en nuestra humilde casa en el pueblo de Saifulas.
—Ca...Cállate —dijo susurrando.
—Recuerdas que trabajábamos en la tierra, arando sin descanso para poder sembrar nuestra propia comida y tú siempre te quejabas de eso.
—...Cállate...
—Recuerdas todos esos arduos trabajos que realizábamos y tú siempre...
—¡¡Cállate!!
— ¿Por qué esa reacción, Lottie? Sólo estoy contando la verdad... Acaso... ¿No quieres que hable de dónde vienes realmente, Lottie?
—¡¡Cállate!! ¡Cállate, cállate, cállate!
—Vamos, no tienes que sentirte así. Debes aceptar tu pasado, Lottie. ¿Qué te cuesta?—dijo burlonamente.
—¡¡CALLATE!!
Ante ese grito iracundo de Charlotte, los nobles se miraron entre sí, no sabían qué iba a pasar después de esto, lo único que tenían claro era que no sería nada bueno para ellos si esta conversación seguía así.
—Bueno, bueno, bueno, mejor cambiemos de tema, sino la "Duquesa Dorada" va a mostrar su verdadero ser y... —dijo mirando a los nobles―. Dudo mucho que quieran verla así, ¿verdad?
Los nobles asintieron rápidamente.
—Eso pensé. Ahora... ¡Ha llegado el momento del siguiente acto!
Y con un chasquido, los nobles y Charlotte se levantaron de sus lugares.
— ¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué nos hiciste?!
— ¡Mis piernas se mueven solas! ¡¿Qué nos hiciste?!
— ¿Todos están listos?—dijo el héroe mirándolos.
— ¡Déjanos ir!
— ¡Es hora de ir a nuestro segundo escenario! ¡Preparado especialmente para ustedes!—dijo el héroe.
Con estas palabras, se daba inicio la marcha de nuestros participantes hacia el segundo acto...
********
Al son del silbido del héroe y con los no muertos custodiándolos, Charlotte y su séquito caminaban por ese amplio sendero.
A medida que avanzaban, pudieron notar en cada árbol partes humanas colgadas en algunas ramas: piernas, brazos, cabezas. La vista era horrible.
— ¿A dónde nos llevas? —preguntó un noble.
— ¿Eh? Pensé que ya conocían esta ruta.
—No me digas que...—
— ¡Así es! ¡El segundo hogar para Lady Charlotte: ¡La casa de esclavos!
Con ese lugar como el segundo escenario, Charlotte y su séquito se estaban haciendo una idea de las atrocidades que estaban por venir en ese lugar.
—¡¡Hieeeeeeeeeeeeeeeeeee!!—gritó un noble.
—Oh... Veo que te gustó la decoración.
Están a unos cuantos metros cerca del lugar, en los árboles estaban los cuerpos colgados de las personas que trabajaban en la casa de esclavos. Entre tres a cuatro personas estaban colgados de las ramas grandes de aquellos árboles frondosos, mostrando el inicio de una tortuosa escena.
— ¡Llegamos!
Frente a ellos, lo que alguna vez fue un lugar de ocio, disfrute y abuso en desmedida por su parte, ahora era lugar de gritos por sangre fresca y, desgraciadamente, ellos sabían que estaban ensombrecidos por este mal que emanaba ese lugar.
—Bien. ¿Qué les parece si descansamos un momento?
Sin ninguna palabra más que decir, el héroe se alejó de ellos y, dejando a los no muertos para custodiarlos, se dirigió hacia la entrada del lugar.
—A ver... a ver... ¿Por dónde lo habré dejado?...—dijo el héroe mirando alrededor de la entrada.
Con los no muertos viéndolos, Charlotte intentaba idear una forma de escapar de ese lugar, a cualquier costo.
Con sólo una pisada hacia adelante que hizo ella, el héroe habló.
—Yo no lo haría si fuera tú, Lottie —dijo señalando el pie que había movido Charlotte —.No querrás terminar como los de los árboles, ¿no?
Con esas palabras y los no muertos mirándola fijamente, ella dio un paso hacia atrás.
—Eso es —dijo el héroe y retomó su búsqueda.
La tenía en la palma de su mano.
— ¡Aquí está!
Con entusiasmo, el héroe abrió la caja y sacó un hacha.
— ¿Qué...? ¿Qué piensas hacer con eso?—dijo temblorosamente un noble.
—Verás... —dijo el héroe jugando con el hacha—. Sólo estoy haciendo los preparativos. No te apresures —dijo mientras llevaba el hacha a su hombro izquierdo.
— ¡Necesito a cinco de ustedes! ¡Rápido, vengan!—ordenó el héroe a los no muertos.
Ellos, como todo súbdito fiel, se acercaron a las órdenes de su amo, mientras los demás vigilaban a las presas de su señor.
—Carguen todas estas cajas y póngalos en el medio del pasadizo, cuando terminen regresen para acá, ¿entendido?
Con la orden dada, los no muertos agarraron las cajas y se dirigieron al interior del establecimiento.
— ¡Bien! ¡Sólo faltan los participantes!
Y con un chasquido, los nobles y Charlotte empezaron a caminar en dirección del héroe, con los no muertos siguiéndolos.
—Ahora que estamos todos aquí...—dijo estando frente de ellos—. ¡Es momento del segundo acto!
Dejando tras esa declaración una tediosa e impaciente inquietud por lo que quiso decir, el héroe dio media vuelta y se dirigió hacia aquel lugar que generaba tantas riquezas para Charlotte.
— ¡Hola a todo el mundo!
Los demonios del lugar, al verlo parado en medio de la puerta principal, lo reconocieron de inmediato.
— ¡Tú!—dijo un demonio.
— ¡Tú, maldito bastardo!—gritó un demonio—¡¿Cómo te atreves a presentarte ante nosotros?!
— ¡¡Maldito héroe!! ¡Por ti, estamos sufriendo todo esto! ¡¡Por ti!!
— ¡Tú...
—Ahh... Y yo que quería empezar bien con ustedes — dijo el héroe dando un paso hacia adelante.
Sólo bastó un paso para que todos los demonios en el lugar sintieran la intención abrumadoramente asesina que emanaba del héroe. Ejercía tanta presión en el lugar que, si un demonio daba tan sólo un paso o hablaba, aunque sea una sola palabra, sería acabado en cuestión de segundos.
— ¡Eso está mejor!
Aquella fuerte presión se disipó en el aire.
—Ahora que nos entendemos mejor, quisiera pedirles un pequeño favor.
— ¡No fastidies! ¿Por qué tendríamos que ayudarte, eh? ¡Maldito he...
En cuestión de segundos, el héroe se acercó hacia la jaula y agarró por el cuello al demonio.
—Escoge muy bien tus palabras, demonio —dijo mientras apretaba aún más su cuello—. Sólo necesito que participen en algo, eso es todo.
—No...me...jodas...
— ¡Suéltalo, maldito! —dijo su compañero corriendo a socorrerlo.
El héroe, al verlo, solamente lo vio directamente a los ojos y, por un segundo, mostró su instinto asesino en sus ojos. El demonio sólo vio cómo las pupilas del héroe se tornaban delgadas como los ojos de una serpiente lista para atacar a su enemigo y devorarlo por completo.
El demonio cedió ante esa mirada y, temblorosamente, retrocedió y cayó al suelo.
— ¿Quién...? ¿Quién demonios eres tú?—dijo el demonio en el suelo.
El héroe no contestó.
—Oye, tonto demonio, tu amigo parece cooperar conmigo, tú también lo harás, ¿verdad?
—Lo...haré...
— ¿Qué? No logro escucharte.
— ¡Si te ayudare!
— ¡Muy bien! —dijo soltándolo —¿Vez? No fue tan difícil. ¿Alguien más tiene algún "problema" que quiera discutir conmigo?
Los demonios sólo se miraron entre sí y, desgraciadamente, no respondieron ante las burlas del héroe.
— ¿No? ¿Nadie? ¡Qué alivio! Bueno, a lo que iba... Necesito que me ayuden en algo sumamente importante.
— ¿Por qué tendríamos que...
Rápidamente, el héroe miró hacia el demonio que intentaba decir una estupidez.
— ¿Eh? ¿Dijiste algo?
Miedo y terror fue lo que sintió ese demonio sólo con esa mirada.
—No... Nada... No dije nada...
— ¡Ok! Demonios, necesito que me ayuden en algo.
— ¿Y.... que tenemos que hacer?—preguntó temblorosamente un demonio.
—Ven esas cajas que están ahí —dijo señalando esas cajas que estaban en medio del pasadizo.
—Sí, ¿y?
—Esa es la parte más importante y más divertida de todo esto —dijo mientras se acercaba a las cajas.
Con las cajas cerca suyo, el héroe levantó la tapa y, a la vista de los demonios más cercanos, pudieron ver que en el contenido había armas.
— ¿Qué...qué piensas hacer con ellas? —preguntó un demonio.
—Un pequeño juego.
— ¿Juego?
— ¡Así es! ¡Y ustedes también participaran!
— ¿También? —dijo un demonio.
— ¡Es cierto! ¡Qué tonto de mi parte! ¡Permítanme presentarles a los otros jugadores! —dijo mientras daba un chasquido.
Con esa orden, se escuchaban pasos que se acercaban hacia el lugar donde estaba el héroe.
— ¡Ta—tán! ¡Aquí están los otros participantes!
Los demonios sólo se quedaron viendo a los personajes en escena.
—Ellos...
— ¡Exacto! ¡La Duquesa Dorada y su séquito también van a participar!
Con asombro y cierta intriga, los demonios observaban a los nobles más ricos e influyentes de esta zona, los que alguna vez los torturaron, violaron, mataron, descuartizaron, sólo para satisfacerse de sus deseos más mundanos, ahora estaba delante suyo con miradas llenas de miedo y terror.
Aunque la única con una mirada firme y colérica era la propia Duquesa.
— ¡Ahora con todos los participantes puestos en escena, damos paso al evento principal! —dijo el héroe con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¡¿Qué más quieres de nosotros?! —increpó una noble.
El héroe volteo para verla y, aún con su sonrisa intacta, la vio.
—Divertirme. Eso es lo que quiero —dijo el héroe dejando petrificados a todos los aristócratas.
Dándoles la espalda, el héroe, junto con los no muertos, agarraron las armas que estaban en la caja y caminaron hacia los calabozos de los demonios.
— ¿Por qué? ¿Por qué nos das esto? —dijo un demonio mientras recibía una espada.
—Es parte del show. Tú sólo sígueme el juego.
Celda tras celda, el héroe y su compañía no muerta entregaban armas a los esclavos demonios: hachas, espadas, dagas, hachas de guerra, machetes.
—Cada uno tiene un arma, ¿verdad? —dijo mientras miraba todas las celdas.
Los demonios asintieron.
— ¡Bien! Sólo falta poner esto y ya estará completo —dijo mientras se dirigía hacia "El baño".
En aquel lugar emanaba un olor nauseabundo y fétido. En sí, era el lugar que usaban los demonios para sus necesidades básicas y limpiarlos antes de una futura venta. Es decir, ese lugar era todo menos agradable para el olfato humano.
— ¡Ufff! ¡Sí que apesta este lugar! —dijo mientras se tapaba la nariz—. ¡Hey, ustedes! ¿Qué esperan para llevarse esto? —ordenó el héroe a los no muertos.
Ellos, en respuesta, entraron hacia allá.
— ¡Bien! Cada uno agarre un balde y llévenlo afuera.
Los no muertos obedecieron.
—Ahora, me llevaré estos vacíos que están acá.
El héroe salió de aquel pútrido lugar y, jalando una mesa cerca, puso los baldes vacíos encima.
— ¡Ahgggg! ¿Por qué sacaste esos baldes? —preguntó un demonio.
El héroe sólo sonrió.
— ¡Échenlo sobre el suelo! —ordenó el héroe.
Los no muertos, con los cubos de porquería en sus manos, echaron la inmundicia sobre el pasadizo.
Montones de heces y orina mezclada se juntaron en diferentes partes del corredor, manchando a algunos demonios en el camino.
Toda la porquería acumulada en las cubetas cubrió todo el corredor llegando hasta los pies de los nobles.
Vertido todo el contenido, los no muertos se dirigieron hacia el héroe.
— ¿Todo está vertido, verdad?
Ellos asintieron.
— ¡Muy bien! Ahora, llenen estas cubetas con agua —ordenó el héroe.
Los no muertos agarraron las cubetas y se dirigieron al baño a llenar el agua.
Por su parte, el héroe arrastró una mesa grande que estaba ubicada en una esquina del lugar, la puso en el final del corredor cerca a las puertas del baño, con mayor precisión, en el centro final del corredor poniéndose justo al frente de los nobles, que estaban en la entrada del lugar.
— ¿Ya están esas cubetas?
Ellos se acercaron con lo pedido por su amo.
—Pónganlo aquí.
Lo pusieron en la mesa, conforme a su petición.
—Sólo falta una cosa más —dijo el héroe mientras miraba la oficina principal del lugar—. Tráiganme "eso" que está arriba —ordenó.
Charlotte, al ver a esos esqueletos subir a su oficina, miraba fijamente al héroe.
— ¡¿Qué crees que haces?! ¡¿Qué les dijiste que hagan?! ¡¡Contéstame!!
Al verla gritar de esa manera, el héroe sólo la miró y se rio.
— ¡Maldita sea! ¡Contes...
Sin embargo, su pregunta fue contestada.
Cargado entre sus hombros, los no muertos bajaban una silla adornada con joyas preciosas y ornamentadas, con la madera más fina del Imperio, tallada por los mejores artesanos del Imperio, aquella silla dorada, bañada en oro y plata, con los bordes cubiertos de joyas preciosas que estaba destinada para el uso y disfrute, únicamente, de la Duquesa Dorada, ahora estaba siendo tomada por los no muertos.
— ¡¡Saquen sus sucias manos de eso!! —gritó iracundamente.
—Bájenlo con cuidado. No queremos que se estropee tan grandiosa obra artística ―dijo el héroe mientras miraba de reojo las reacciones que ponía Charlotte.
Con los no muertos ya en el suelo, llevaron aquella silla hacia su amo y la pusieron delante de él.
— ¡Oh! ¡Es más hermoso de cerca! ¿No lo crees, Lottie?
— ¡¡ALÉJATE DE MI SILLA!!
—Bueno, ya que está aquí, hay que darle un uso a esto, ¿no?—dijo el héroe sentándose lentamente en la silla.
— ¡¡NO TE ATREVAS A SENTARTE, ELLIOT!! ¡¡JURO QUE TE MATARÉ SI LO HACES!!
—Muy tarde —dijo con la silla predilecta de Charlotte debajo de él. Ya lo hice.
— ¡¡ELLIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOT!!
—No tienes que gritar.
— ¡¡TE MATARÉ!! ¡¡JURO QUE TE MATAREEEEEE!!
—Muchachos, arriba hay comida, ¿verdad? Tráiganmelo —ordenó—. No me hagan esperar.
Los no muertos acataron esa orden.
Haciendo distintas posturas sobre la silla, el héroe buscaba la forma perfecta de sentirse cómodo en ella.
Una mirada seguía sus movimientos detenidamente.
—Oh... Dime, Lottie, ¿Cómo me veo? —dijo con sus piernas cruzadas y una sonrisa galante.
La Tercera princesa, llena de ira, no contestó a las provocaciones del héroe, solamente puso su mirada fija puesta en él.
—No dirás nada, ¿eh?—dijo mientras cruzaba su otra pierna—. No importa. ¿Cuánto se van a demorar esos esqueletos?
Al descender de las escaleras, traían grandes botellas de vino y cajas llenas de frutas de la más alta calidad.
— ¡Al fin! —dijo mientras se acercaban con el botín en sus manos—. ¡Ohh! ¡No demoraron tanto por nada, eh! —dijo mientras agarraba una manzana.
La lanzó al aire y, en un abrir y cerrar de ojos, cayó en la palma de su mano y le dio un mordisco.
— ¡Deliciosa! ¡Simplemente deliciosa!
—Tomen —dijo lanzando la manzana hacia una celda cercana.
Los demonios, soltando las armas que tenían en sus manos, se abalanzaron contra la fruta. Cada uno se empujaba para obtener tan ansiado manjar en sus manos.
—Hmm, interesante —dijo mientras observaba aquella riña—. Bueno, basta de tonterías —dijo chasqueando los dedos.
Con ese movimiento, la tan ansiada manzana desapareció.
Se sentó nuevamente en la ornamentada silla y, con un cruce de dedos, los no muertos levantaron la silla y lo llevaron hacia la entrada del lugar.
La procesión de un rey se podía alzar a la vista de todos.
Descendiendo lo más delicado posible, los no muertos bajaron el trono de su rey y lo pusieron en medio de ambas puertas.
Querían que su rey apreciara el espectáculo que estaba a punto de empezar.
—Buena vista —dijo mientras observaba cada rincón del lugar— ¡Bien! ¡Parece que es momento de iniciar el primer juego!
— ¿Juego...? —preguntó Charlotte.
— ¿Aún no te das cuenta? Pensé que ya sabrías de qué iba a tratar esto.
Charlotte no comprendía de qué trataban todas las acciones que ha hecho el héroe hasta ahora.
Los esclavos, las armas, los baldes, el corredor... ¿Por qué haría todo esto?... ¿Qué tra...? Espera... ¿Las armas? ¿Por qué le daría armas a unos esclavos?... No puede ser... ¡No me digas que... —dijo para sí.
— ¡Así es, Lottie! —dijo mientras veía como el rostro de Charlotte se ponía pálido—. ¡Damas y caballeros, demos inicio al primer juego en honor a la Duquesa Dorada: "La marcha sangrienta"!
El comienzo del primer juego macabro daba la bienvenida a sus participantes...
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