Capitulo 1: Desde las profundidades del abismo
Nada.
Oscuridad.
Todo a mi alrededor gira entorno a eso.
Intenté ver algo en este espacio infinito, pero era inútil. Absolutamente todo era oscuridad, ni siquiera podía ver mi cuerpo.
Recordé lo que dijo Sucellus antes de matarme.
—Así que...esto es la nada...La misma oscuridad de la nada. —dije intentando ver algo más que oscuridad. —Vaya mierda de lugar...—
Este lugar olvidado por los dioses. Este lugar donde ningún mortal quisiera estar, una vez que muera. Es en este lugar, donde mi alma se encontraba. En la misma oscuridad...
Recordé todo lo que me pasó cuando estaba vivo. Todos los pesares que pasé. Todas las torturas que me hicieron. Todo ese dolor que viví ...Simplemente fui usado como una herramienta...De solo recordarlo...me rio de mí mismo...En confiar en esos demonios que se hacían pasar por humanos.
—Ja jajá. Sí que fui muy estúpido. ¿Por qué no me había dado cuenta de sus verdaderas intenciones? —
Me empecé a reír.
—Ja jajá... ¡Es verdad! Les prometí que me vengaría de cada uno de ellos. Y eso voy a hacer...Saldré de este lugar y me vengaré de ellos hasta sentirme satisfecho. ¡Nadie detendrá mi masacre! ¡Todos caerán! ¡El imperio! ¡Los dioses! ¡Los haré pagar! ¡Definitivamente saldré de aquí! —
Mientras decía mis delirios de venganza, una voz que provenía de la misma oscuridad habló.
¿Dices que te vengaras de todos, héroe Elliot? —dijo aquella sombría voz.
Busqué el origen de aquella voz, pero no la encontré.
Te estoy hablando a ti, Elliot Blake. —dijo aquella voz haciendo retumbar la misma oscuridad.
Ese nombre...No lo había escuchado desde que reencarné en ese mundo. Al parecer, "esa voz" sabe cosas sobre mí.
— ¿Quién eres? Mejor dicho, ¿Qué eres? —
Jajá. Eres listo para ser un simple humano. —dijo la voz. —Soy la oscuridad. El señor de todo este espacio infinito. —
Comprendí que estaba en presencia de la Oscuridad.
Y dime, Elliot Blake. ¿Qué es lo que deseas? —dijo la Oscuridad.
— ¿Y tú cómo sabes mi verdadero nombre? — le dije. —La única persona que conoce mi verdadero nombre está muerta. Así que, ¿Cómo es que tú lo sabes? —
Fufufufu...—dijo mientras una niebla espesa tomaba cierta forma humanoide.
YO SOY LA OSCURIDAD...YO LO SE TODO...LO VEO TODO...NADIE PUEDE ESCAPAR DE MI....—dijo con un sonido de ultratumba.
Al ver esa forma humanoide viéndome, pude sentir un poder abrumador emanando de él. Un poder capaz de consumir todo...
Solo te lo repetiré una vez más, Elliot Blake... ¿Qué es lo que anhelas hacer más que cualquier cosa? —dijo con un tono dominante.
Esa pregunta...Mi respuesta no cambiará...
— ¡Venganza! —le dije. — ¡Una venganza tan sangrienta que haga temblar los cimientos de todo el mundo! —
En medio de esa densa niebla oscura, pude ver una macabra sonrisa en su rostro.
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! —dijo.
¿Eso es lo que anhelas más, Elliot Blake? ...—dijo la Oscuridad.
— ¡Si! —respondí de inmediato.
Con esa respuesta, la Oscuridad se empezó a reír siniestramente.
Si eso es lo que deseas, entonces te ayudaré a cumplirlo...Pero...—dijo mostrándome una risa siniestra. —Hay un precio que pagar si quieres mi ayuda, Elliot Blake.
— ¿Un precio, eh? ...—le dije sin indiferencia. —Sabes que lo único que tengo es mi alma, ¿y aun así lo preguntas? ...—
Jajajaja...Aun muerto, me sigues divirtiendo, Elliot Blake. —dijo la Oscuridad. —Tienes razón...Entonces, cambiaré de pregunta... ¿Cambiarías tu alma por tu venganza? —
— ¿Mi alma, eh? —le dije
Era lo único que tenía que ofrecer a cambio. Pero, si entregaba mi alma, la oscuridad se apoderaría de mí y ya no habrá marcha atrás. Sería corroído por toda esa maldad pura que emanaba.... Ya no podría ir a los campos sagrados de las almas para descansar...Mi madre y mis hermanas están ahí...esperándome... ¿Las abandonaría por mi deseo de venganza?...
¡Si! ¡Prometí que les haría pagar a esos sucios bastardos que me vengaría de ellos! ¡Y eso haré! ¡No descansaré hasta que sufran lo suficiente para saciar esta sed de sangre! ¡Los haré pagar!
Lo siento...madre, hermanas.... No podré estar con ustedes nunca más...Tengo que hacerlo...Tengo que deshacerme de esos sentimientos que estorban mi senda de venganza...Esto es el adiós...Espero puedan perdonarme por mi decisión...—pensé antes de dar mi respuesta.
— ¿Necesitas preguntar? —le dije mientras una siniestra sonrisa expresaba mi semblante
Una risa malévola sonó por todo el lugar.
De repente, se paró enfrente mío el Ser Oscuro.
Hice bien en elegirte, Elliot Blake. —dijo la Oscuridad. —No habrá marcha atrás, mortal. —dijo intentando buscarme alguna duda en mí.
—Ya abandoné mi humanidad cuando me quitaron lo que más amaba en ese mundo. Ahora... Solo deseo venganza. —dije dejando atrás el último vestigio de humanidad que tenía.
En un instante, una neblina oscura me empezó a envolver. Todas las maldades del mundo empezaron a grabarse en mi alma. Genocidios, Guerras, Exterminios, Pestes, Hambruna; todo lo que el hombre cometió a costa de la vida del otro. La maldad pura del ser humano se me mostró. Desde el emperador hasta el simple plebeyo, me mostró todos sus pecados.
En ese instante, la niebla se disipó y aparecí con mi cuerpo, construido con la esencia oscura.
¿Y qué te pareció la verdadera naturaleza de los seres que juraste proteger, Elliot Blake? —dijo la Oscuridad burlonamente.
—Ja jajá, sí que fui un completo imbécil en no darme cuenta de esto. —le dije
La Oscuridad, ante mi respuesta, se rio.
¿De no darte cuenta de que, Elliot Blake? —dijo burlonamente. Recordándome lo incrédulo que fui en mi anterior vida.
—De lo sucios y asquerosos que son los humanos. —le dije. —Su sola existencia es repugnante para el universo. —
La Oscuridad sonrió de oreja a oreja.
—Y además...—dije mientras reía sádicamente. — ¡Les dije que me vengaría de ellos! No los puedo dejar esperando, ¿verdad? —
Jajajajaja, Eso es, Elliot Blake. —dijo. —Tu deseo de venganza seguro que me va a divertir. —dijo la Oscuridad.
—De eso puedes estar seguro. —le dije. — ¡Me voy a divertir un montón con ellos! ¡Hasta saciarme! —
Ahora, tienes a tu disposición el poder infinito y absoluto de la oscuridad. —dijo. —Un sinfín de posibilidades de poder jugar con ellos hasta saciarte, Elliot Blake. —dijo la Oscuridad mostrándome sus ansias de que inicie mi senda de venganza, mientras abría un portal.
Entra en el portal, Elliot Blake. —dijo. — ¿No querrás hacerlos esperar? —dijo la Oscuridad mostrándome una risa macabra.
Me acerqué al portal.
—Por cierto...—
—...—
— ¿Sabes algo de la diosa Dea? —
Ante mi pregunta, la Oscuridad, simplemente, sonrió.
Ella ya irá para ayudarte en tu senda de venganza, Elliot Blake. —dijo. —Solo hay que "revelarle" la verdad. —dijo la Oscuridad con una sonrisa sádica.
Ante esto, me empecé a reír, para luego entrar al portal.
Al entrar al portal, empecé a caer.
Mientras caía, recordé los rostros de esos traidores...Sus risas y burlas hacían resonar en mi mente....Sí que se divirtieron a lo grande con mi muerte....Pero...es muy injusto que ellos sean los únicos que tengan toda la diversión, ¿verdad?...Así que....es mi turno de darles la mejor diversión de todas y usaré al mundo como mi escenario principal....¡Un festín sin precedentes se estará celebrando en la tierra y ustedes serán los protagonistas!...Y su anfitrión seré yo en persona....Tengo un montón de juegos preparados solamente para ustedes........Espérenlo con ansias....Porque yo....¡Les traerá la mejor diversión de todas!......
Al percatarme de lo próximo que estaba a la luz, me lamí los labios con las ansias de ver sus rostros al verme de nuevo...
— ¡Vamos a divertirnos! —dije antes de entrar a esa luz.
En el vacío, minutos después de que se fuera el héroe Elliot...
— ¿Dónde estoy? —dije intentando ver a mi alrededor.
Nada. Absolutamente nada. Ni un ser vivo se encontraba en este lugar maldito por los dioses.
Oscuridad, solamente eso es lo que hay aquí.
—Así que termine en este lugar maldito. —dije. — ¿Por qué terminó esto así? —dije lamentándome de esto.
— ¿Por qué? ¿Qué he hecho mal? Fui una buena esposa, una buena madre. Di lo mejor de mi como diosa, aun así...aun así...—dije mientras brotaban lágrimas.
Lloré amargamente. Este profundo dolor y tristeza que sentía me carcomía. Intentaba buscar una razón para todo esto, pero solamente más lágrimas empezaron a brotar.
— ¡¿Por qué?!—grité con todas mis fuerzas.
Pero era inútil. Nadie podía oírme. Nadie estaba ahí para consolarme por mi desgracia.
Únicamente estaba yo. Yo en este lúgubre y desolado lugar abandonado de la gracia de los dioses.
¿Por qué la reina de los dioses está aquí, en este lugar maldito? —dijo una voz que hizo retumbar el lugar.
Rápidamente, me sequé las lágrimas.
— ¿Quién eres? —dije intentando confrontarlo.
No hay necesidad de tanta agresividad, Reina de los dioses. —dijo aquella voz. — O....debería decir...diosa caída Dea. —
— ¿Cómo es que sabes mi nombre? —dije
Jajajajaja, sí que tienen cosas en común con él. —dijo la voz.
— ¿Con él? —pregunté.
No te preocupes por los detalles. —dijo esa voz.
En ese instante, una nube negra empezó a emerger y, lentamente comenzó a tomar forma.
— ¿Qué es lo que eres? —dije con cierto temor.
En ese instante, la nube tomó forma humana y se puso enfrente mío.
YO SOY LA OSCURIDAD...EL DUEÑO DE TODO ESTE ESPACIO INFINITO...SOY YO. —dijo aquella voz imponiendo su poder.
Aquellas palabras me dejaron sin aliento.
— ¿L—la oscuridad? E—eso es imposible. —dije. —Te vencimos en la Gran Guerra. Te eliminamos de este mundo. —
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...—dijo aquella voz. — ¿EN VERDAD CREES QUE UNOS SERES TAN INFERIORES COMO USTEDES PUDIERON VENCERME? ¡¿A MI, AL SEÑOR DEL ABISMO ETERNO?!—dijo aquella voz impetuosamente.
Ante estas palabras, me asusté.
—P—p—pero es imposible que estés vivo. Te destruimos...—
ACÉPTALO DE UNA BUENA VEZ, DIOSA CAÍDA. —dijo aquella voz. —YO EXISTO. —
Sin lugar a dudas, estaba en presencia de la Oscuridad.
Bien, diosa caída. Ya que lo aceptaste...Te preguntaré nuevamente. —dijo la Oscuridad. — ¿Por qué estás en mis dominios? —
—...—
¿Aun cuando muestro amabilidad...—dijo la Oscuridad poniendo su mano sobre mi cuello? — ¡¿No piensas contestar?!—dijo ahorcándome.
Intenté moverme, pero su sola presencia hacía que mi cuerpo no respondiera.
Este no es el mundo donde gobernabas con total autoridad. Este es mi dominio y puedo hacer cualquier cosa contigo, diosa caída. —dijo la Oscuridad amenazantemente. —Así que te recomiendo que me respondas. —
Con un gesto de superioridad, me soltó el cuello.
No te lo volveré a preguntar otra vez, estúpida diosa...—dijo la Oscuridad. — ¿Me responderás o no? —dijo apuntándome con una espada.
Esa espada era parecida a Haliopexius, pero emanaba un poder mucho mayor. Un poder capaz de destruir mundos...
—Fui...traicionada...—susurré.
¿Qué? No te pude oír, diosa estúpida...—dijo la Oscuridad. —Habla más fuerte...—
Sabía que estaba burlándose de mí, pero...no podía hacer nada...Ya no tenía mis poderes divinos.
Oye, Dea...—dijo la Oscuridad apuntándome con su espada. —No me hagas repetirlo.
— ¡Fui traicionada! —grité
Hubo un silencio, pero al instante una risa se escuchó en todo el lugar.
¡Jajajajajajajaja! —rio la Oscuridad. — Tú, Dea; la reina de los dioses, la amada por los humanos, ¿traicionada? —dijo mientras se echaba a reír.
Ira y cólera era lo que estaba sintiendo de aquella risa.
No deberías estar enojada conmigo, Dea—dijo aquel ser oscuro. —Pues, yo no te hice esos males, pero...—dijo dejando una pausa que me dejaba impaciente. —Sé quiénes lo hicieron. —
Aquel comentario me sorprendió.
— ¿Cómo es que tú...—dije
Antes de darme cuenta, aquel ser maligno estaba frente a mí.
PORQUE YO SOY LA OSCURIDAD...YO LO SE TODO...LO VEO TODO...NADIE PUEDE ESCAPAR DE MI....—dijo imperiosamente.
Al verlo frente mío, sabía que esas palabras que dijo no fueron en vano. Emanaba un aura siniestramente poderosa en comparación con el aura que emanan los dioses.
Ante esto, simplemente agaché mi cabeza.
Veo que entendiste, diosa caída. —dijo la Oscuridad. —Ahora...te preguntas cómo lo sé, ¿verdad? —
Lo miré, confirmándole mi respuesta.
Siempre estuve presente, Dea. Desde el fin de la Gran Guerra, los estaba observando. Desde cada rincón del universo, veía como ustedes creaban y daban vida a esos seres repugnantes. —dijo la Oscuridad mostrando su desprecio. —Hasta vi...—dijo con una sonrisa. —Como tus propias creaciones te traicionaban...simplemente...porque vieron que ya no tenías oportunidad alguna contra ellos...—dijo mientras levantaba mi barbilla para verlo. —Te dejaron a merced de esos dioses...—
Con esas palabras que decían nada más que la verdad y con una expresión fría en sus ojos, bajé mi cabeza y empecé a llorar en frente de él.
Lloré, porque sabía que todo eso era verdad. Aun cuando daría mi vida por los humanos, ellos no me protegieron de la ira divina...Aun cuando les ayude para que prosperaran como especie...ellos me dieron la espalda...Dejándome completamente sola y débil frente a la ira de los dioses...
Era tan injusto todo lo que me pasaba...
¿Crees que esto fue injusto, no Dea? —dijo la Oscuridad alzándome la cabeza para que pueda verlo.
Después que ayudaste de todas las formas posibles a esos humanos...Al final, te abandonaron...No te ofrecieron su mano cuando más lo necesitaste...Pese a que tú sí lo harías por ellos...—dijo él mirándome a los ojos. — ¿No es eso injusto, Dea? —dijo aquel dueño de este espacio infinito.
—...Si...—susurré
¿Qué? No te pude oír, Dea...—dijo él mostrándome una sonrisa.
— ¡Si! ¡Todo esto es injusto! ¡Después que hice todo por ellos! ¡Me dieron la espalda! ¡Me abandonaron! ¡A mí, a su protectora! ¡La que daría su propia vida por ellos! ¡No intercedieron por toda esta injusticia!....... ¡¿Por qué?! ¡POR QUEEEEEEEEEEEEEEE! —grité
Ante esto, él solamente alzó su mirada.
— ¿Por qué...*sniff* *sniff*...no me ayudaron cuando más los necesitaba? ¿Por qué...? *sniff* *sniff*...Yo no me merecía esto...no lo merecía...—dije sollozando.
Él, al escuchar eso, levantó mi rostro.
¿Sabes por qué, Dea? —dijo la Oscuridad tomando la forma del héroe Elliot. —Porque los humanos son escoria pura. —
—¡...!—
Así es, Dea. Aquellos humanos son más que parásitos que están infestando tu mundo, Dea. —dijo aquel hombre que consideré mi igual. —El hermoso mundo que creaste con tanto esfuerzo está siendo destruido por esos humanos...Esos seres que tú tanto protegiste y ayudaste...Esos seres que te traicionaron y te dieron la espalda...Esos seres... ¿Crees que merecen tu protección? ...—dijo el héroe oscuro mientras levantaba mi mentón con intenciones de besarme. — ¿Crees que merecen tu compasión? ¿Tu perdón? ... ¿Tu amor? ...—dijo el héroe con sus labios cerca de los míos.
—No, Elliot...Ellos no se merecen mi amor...mi compasión...mi perdón...Pero...Tú sí, Elliot. —le dije mientras tocaba su cara suavemente. —Tú te mereces todo de mi...—
Ante estas palabras, aquel héroe oscuro me abrazó fuertemente y me dio un beso apasionado e intenso. Frente a esta acción, le correspondí.
En ese instante, una nube oscura nos envolvió.
—Si me ofreces todo de ti, Dea. —dijo el hombre que me cautivo desde el momento que lo invoqué. —Yo haré lo mismo. Todo mi ser será tuyo. Absolutamente todo. —
En ese momento, una siniestra aura oscura que emanaba de él se estaba impregnando en mí.
—Eso es, Dea. Te mostraré realmente cómo son esos seres que tanto amaste. —
Al dejar de hablar, todos los acontecimientos que la humanidad hice en mi mundo aparecieron en mi mente... Masacres, guerras, genocidios, hambrunas, ...Todo el mal que se había erradicado en la Gran Guerra...Toda esa maldad pura se impregnó dentro del alma del hombre hasta corromperlos por completo...Sin darme cuenta de ello...les estaba ayudando a crear más mal en mi mundo...Estaba alimentando a esos demonios que me traicionaron...
— ¿Ves, Dea? Eso son en realidad. —dijo mostrándome una sonrisa.
Ante esta verdad revelada, me reí de gran manera.
—Fufufufu...veo que lo entendiste, Dea. —
—Así es, Elliot. Esos humanos...No....Esos seres inferiores... ¡Solo son insectos que deben ser exterminados! ¡Purgados de mi mundo! —
Aquel héroe que le ofrecí todo de mí, empezó a mostrarme una sonrisa tan maquiavélica que simplemente me contagié de ello.
— ¡Jajajajaja! ¡Esa es la actitud, Dea! ¡Purgaremos este mundo! ¡Juntos caminaremos por el mar de cuerpos que dejaremos a nuestro paso! —
— ¡No habrá compasión! ¡No mostraré misericordia a estos sucios parásitos! ¡Conocerán el infierno en la Tierra! ¡No habrá quien se escape de esta masacre! —dije eufóricamente.
Entre las risas y delirios que decía, él me agarró de la mano y me acercó hacia su rostro. Hacia aquel hermoso rostro...
—Si vamos a empezar esta sangrienta matanza, debemos hacerte un cambio total. —dijo mientras salía de su mano una niebla oscura.
Aquella niebla me envolvió, dándome una nueva forma.
Un vestido de cola larga que; adornado con rosas negras y plumas negras en el estampado, contrastaba con un cabello largo y de tonalidad oscura azabache, que marcaba el cambio de mi alma. En la parte delantera del vestido, estaba cubierta desde los pies hasta la parte de mis pechos con una fina tela; elaborado desde lo profundo del abismo oscuro, cubría las partes más resaltantes. En la parte superior del pecho, el vestido fue inclinándose hacia el extremo derecho de mi hombro, dejando al desnudo mi hombro izquierdo. Sin embargo, una tela roja escarlata adornó los bordes de aquel espacio. Finalmente, una rosa de color rubí emergía en la parte superior de mi oreja derecha, acomodada dentro de mi caballo, de tal manera que, a simple vista, fuera parte de mí.
—Hermosa. Genuinamente hermosa. —dijo mi amado Elliot con una sonrisa. —Con esto, ya estás completa lista, Dea. —
Dea...Ese es mi nombre...Ese...nombre...La diosa que fue traicionada por los humanos y los dioses...Dea.......de solo escucharlo...Me enferma...
—No, Elliot. Ya no seré más Dea, la diosa de la luz y la creación...—dije. —Ahora...—con una sonrisa sádica en el rostro. — Soy Morrigan, la diosa de la muerte y la destrucción. —
Frente al nacimiento de un nuevo ser, el héroe oscuro se rio.
—Maravilloso...—dijo aquel a quien le entregue todo mi ser mientras me miraba a los ojos. — Eso es lo que quería oír. Ahora...—con sus labios cerca a los míos. —Masacremos a todos. —
—Si...No habrá quien se salve...—dije acercándome lentamente a sus labios.
Éxtasis y placer invadían mi mente a cada segundo que duraba este apasionado beso. Sentí como si estuviera bebiendo de un líquido extremadamente adictivo.
Sin embargo, aquel acto no duró mucho.
Con nuestros labios separados; dejando una delgada y fina saliva conectándonos, el héroe oscuro puso sus manos sobre mis hombros, mirándome y se desvaneció.
¿Te gustó ese regalo...Morrigan? —dijo el amo absoluto de este abismo.
Esas palabras que emanaban poder...De solo oírlo, puedo sentir un poder inexplicable...
—Si. Definitivamente que sí. —dije lamiéndome los labios
¡JAJAJAJAJA! Bien, Morrigan. —dijo la Oscuridad. —No necesito adivinar lo que vas hacer, ¿verdad? —
—Está más que claro...—dije poniendo una sonrisa de oreja a oreja. — ¡Una exquisita y jugosa venganza! ¡Un festín de sangre sin fin! —
La Oscuridad rio ante mi respuesta haciendo eco en todo este espacio infinito.
Hizo aparecer un portal frente a mí.
Entra en el portal, Morrigan. —dijo. — ¿No querrás hacerlos esperar? —dijo el ser oscuro con una sonrisa digna de maldad pura.
Al ver aquel portal de oscura profundidad, una sensación recorrió todo mi cuerpo. Esa sensación de... ¡Ansias de sangre! ....
Sin embargo, una duda emergió antes de entrar en el portal.
—Por cierto, ¿Dónde está Elliot? —
Oh...Veo que te diste cuenta. —dijo el ser oscuro. —No te preocupes por él. —dijo con cierto desdén. —Él ya está en tu mundo...Esperándote...—
Al oír eso, me acerqué al portal para entrar en él.
Es verdad, Morrigan...—dijo la Oscuridad. — Tengo un pequeño secreto que decirte. —dijo tomando forma de ángel caído, acercándose a mi oído.
Al escuchar esto, empecé a reír fuertemente, a lo que él puso una sonrisa sádica.
—Ahora todo tiene sentido. —dije con una sonrisa malévola.
Y entré al portal.
Al caer, una sonrisa se tornó en mi rostro. Una sonrisa macabra bordeaba sobre mi boca al escuchar ese secreto que la Oscuridad me dijo.
Si tan solo escucharan eso, aquellos dioses estúpidos.... Su mundo se vería destruido en mil pedazos. Se sumergirían en una profunda y agonizante desesperación que suplicarían a que eso fuera mentira.......¡¿Que caras pondrán al escucharlo?! ¡De solo imaginarlo...!
Esos dioses...tan solo hacerlos sufrir no bastará para quedarme satisfecha...Con "eso" en mi poder, les haré sentir la verdadera desesperación...Los haré agonizar tanto que suplicaran que los maté...Pero....Eso no sería para nada divertido...Claro que no... Tengo muchas formas de jugar con ellos....
Al notar que una luz se estaba acercando, me lamí los labios saboreando toda la diversión que tendríamos. ¡Toda esa sangrienta y cruel diversión que haría temblar los cielos y la tierra!
— ¡Vamos a divertirnos! —dije antes de entrar en esa luz.
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