Narra Mu:

Desde que Milo tuvo a sus pequeños conejitos y de que algunos de mis compañeros de armás también están en cinta, el amo Abel no me deja salir del cuarto que según el es para cuando tenga a sus hijos; no mentire al decir que me aterra un poco la idea de tener a sus hijos; el no lo sabe pero a escondidas salgo no solo del cuarto sino que también del templo que está en la Tierra y eso me hace feliz estar respirando aire puro de la Tierra aunque se bien que ahí alguno de los guerreros bajo las órdenes de Abel vigilandome al igual que acechandome por órdenes de su dios. Como siempre estaba disfrutando del hermoso clima del día de hoy, la tranquilidad que tenía el estar acostado en el pasto y el disfrutar tranquilamente de un libro de poesías pero mi tranquilidad se fue rápidamente al sentir que algo o mejor dicho alguien de acostaba sobre mi cuerpo de borrego al mirar quién era no solo me sorprendí sino que también me aterre mucho al ver que ere Abel quien estaba acostado sobre mi cuerpo de borrego.

Abel:este lugar es tranquilo no es así??

Mu:*nervioso y asustado*s-si lo es...

Abel:*mira al contrario*porque estás asustado? A caso mi presencia te asusta?

Mu:no es eso amo Abel, es solo que me tomo por sorpresa...

Abel:seguro que fue por eso y no fue otra cosa??

Mu:seguro amo Abel, yo estaba leyendo y usted me tomo por sorpresa...

Abel:mi borreguito hermoso, sabes que eh notado que no eres bueno mintiendo...

Mu:yo no le estoy mintiendo...

El no dijo nada solo lo podía ver como se levantaba y de manera lenta pero no tan disimulada se acercaba a mi, tenían miedo de que me castigará sin razón alguna pero me sorprendió mucho el ver como se agachaba a mi altura para besarme realmente no se que hacer ahora mismo al igual que podía sentir como tocaba y quitaba de manera no tan sutil mi ropa; cuando nos separamos del beso por falta de aire Abel empezo a repartir besos por mi cuello al igual que tocaba mis pezones causando que soltará pequeños gemidos. No se porque pero sus toques o mejor dicho sus acciones eran suaves y gentiles como quiera hacerme daño alguno tampoco se cómo es que sus caricias se sentían tan bien, hasta que recordé algo respecto a todos los animales y eso me alteró mucho.

Pero ya era demasiado tarde porque caí en lo que sino mal recuerdo es el celo del borrego, ese instinto al que me costaba mucho retener al igual de que me era imposible controlarlo y menos ahora que mis instintos de borrego quieren más atención del amo Abel.

Mu:(ya no puedo más, eh cedido ante mis instintos de borrego...)

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