Descubierto en el segundo día
Unos labios hinchados, suaves y entreabiertos fue lo que perdió a Alec en la dimensión de la lujuria, se abalanzó sobre Magnus robándole el alma en un intenso beso, sus manos no se detuvieron y acarició el cuerpo bajo el obteniendo sonidos que habían sido olvidados, de todas formas no es que los haya escuchado mucho, Magnus había gemido más que en todo lo que duró su relación del pasado.
Magnus no se quedaba atrás, sus manos despojaron rápidamente a Alec de sus prendas y cuando se disponía a quitar su ropa interior fue tomado por las muñecas e inmovilizado
—No se te ocurra moverte
Alec llevó las manos de Magnus sobre su cabeza y las sostuvo fuertemente mientras torturaba a su lengua con sus labios, luego fue el turno de su cuello y siguio hasta llegar a sus pantalones, quitó los botones y mordió aquella parte de piel expuesta para luego chuparla y lamerla, fue tortuoso y excitante para Magnus ver a su antes inocente ojiazul bajar la cremallera con sus dientes mientras lo miraba intensamente, luego no pudo evitar dar un grito de placer cuando Alec mordió sobre su erección, suaves mordidas sobre la tela de sus boxers que en lugar de dolerle lo llenaban de éxtasis
No supo en que momento, pero cuando se dio cuenta ya no tenía sus pantalones, ambos estaban en igualdad de condiciones y quiso bajar sus manos.
— No se te ocurra Mags, te dije que no te movieras.
Magnus fue un chico obediente y cerró los ojos cuando sintió que la traviesa mano de Alec entró en sus boxers, mordió sus labios pero no por mucho tiempo, un fuerte gemido escapó cuando la lengua de Alexander rodeó su glande, fueron minutos de la más deliciosa tortura antes de que empezara a trazar un camino de regreso a sus labios mientras sus manos lo masturbaban lentamente.
—Oh lo siento, no sabía que tenías compañía, yo...
—Qué rayos... —Alec se levantó rápidamente sin importarle estar casi desnudo.
—Tessa por el amor a Dios, vete.
Magnus estaba avergonzado viendo a Tessa mirarlos fijamente, sin moverse, casi sin respirar y se dio cuenta cuando la trayectoria de esa mirada cambió. Su querida amiga estaba mirando el bulto en los boxers de Alec y maldijo la hora en que le dio una copia de la llave, escuchó el sonido de una cremallera y volteó rápidamente, Alec ya estaba vestido, ni siquiera vio en que momento lo hizo.
— No, espera no te vayas, ella se irá en este instante, ¿no es así Tessa?
Ella pareció despertar y nerviosa contestó —Así es, ustedes sigan en lo suyo, más tarde hablamos Magnus, no espera creo que mejor mañana, lo siento no quería interrumpirlos, lo lamento tanto, enserio..., espero vernos más seguido, Alexander.
Tessa se congeló al igual que Magnus cuando Alec puso un rostro inexpresivo pero sumamente frío, si las miradas mataran ella no sólo estaría muerta, Alec la miró y recordó unas cuantas palabras intercambiadas "¿dónde esta Magnus?, oh déjalo que vas a saber tú solo eres el perro", "estúpida puta..."
—En la vida vuelvas a dirigirte a mi por mi nombre —no gritó, pero el tono de su voz no daba lugar a réplicas, era una orden que debía obedecer si no quería morir — tengo mucho que hacer, me voy
—No Alec, por favor no te vayas —Magnus se puso los pantalones en tiempo record y corrió tras él, Alec ya estaba dentro del ascensor cuando logró alcanzarlo.
—Por favor regresa, si no quieres hacer el amor conmigo solo hablemos
Una sonrisa burlona se dibujó en el rostro del ojiazul —¿Hacer el amor? ¿se supone que me ria?, no te equivoques, íbamos a tener sexo, sexo, nada más que eso, pero se me quitaron las ganas, ¿por qué no vas con ella? tal vez te pueda ayudar.
"Sexo" oír a Alec usar esa palabra le dolió en demasía, años atras su ojiazul siempre le recalcaba que lo que ellos tenían era más que simple contacto físico porque se amaban, queria decirle que lo amaba pero decidió dejar ese tema para después, ahora lo importante era sacarle de la cabeza la errónea idea que tenía.
—¿Ella? Estas equivocado, ella es como mi hermana y ...
—No me interesa si es tu hermana o tu puta, ahora sal de aquí, quiero irme
— Pero..., no, no me iré tenemos que hablar..., se que en el pasado te hice mucho...
Alec lo saco del asensor de un empujón haciéndole caer —No hay nada que hablar, todo quedo claro hace años y esto no volvera a repetirse, fue un error, el peor de los errores.
Magnus se quedó en el suelo mirando la puerta cerrada y no pudo evitar que una solitaria lágrima rodara por su mejilla mientras recordaba el pasado.
"- Esto no volvera a repetirse Alec, cometí la peor estupidez de mi vida al tocarte de esa forma, pero si quieres puedes seguir viniendo. Ahora vete que Tessa esta por llegar y a ella no le gusta verte. Apurate Alec no quiero que se moleste conmigo
Magnus lo empujó para hacerle salir más rápido provocando que callera pesadamente al suelo y no le importó, en lugar de ayudarle le cerró la puerta en la cara. Ese día Alec bajo del edificio cojeando se había torcido el tobillo, eso fue lo que el vigilante le dijo a Magnus al día siguiente cuando lo vio temprano en la mañana"
Alec bajo furioso consigo mismo por ser tan débil y antes de salir del edificio dejó un mensaje para Magnus con el concerje — Mañana a las cinco en Venecia —el par de minutos que le tomo llegar al primer piso fue suficiente para decidir empezar con su plan.
A la mañana siguiente llegó quince minutos antes y se sentó en una mesa del fondo observando por una hora como Magnus miraba constantemente su reloj y decidió irse, pero volvio tres horas más tarde y se sorprendió al verlo aún ahí.
Entró como si no lo hubiese visto, rodeó a su acompañante de la cintura y lo guió a una de las mesas cercanas a donde se encontraba Magnus, retiró la silla para que se sentará y antes de ir a su lugar beso al hombre que había llegado con él, todo ante la atenta mirada del moreno que trataba de evitar derramar lágrimas antes de retirarse.
Alec solo lo vio irse y decidió seguir con su cita, pero no le prestaba atención a lo que decía, su mente estaba ocupada recriminandose por haberle hecho eso a Magnus. Se regaño duramente por ello, solo le dio una probada de su propio chocolate, Magnus le habia hecho lo mismo muchos años atras.
Decidió olvidarlo por unas horas y disfrutar del atractivo hombre frente a él, lo había conocido en Grindr una aplicación que Magnus solía tener en su celular, si el moreno podía, entonces él también. Cenaron y luego de unas copas pasaron una buena noche mientras Magnus destrozaba su oficina.
—¿Qué rayos crees que haces Magnus?, ya detente
Magnus bajo la silla giratoria que estaba a punto de lanzar por la ventana y miró a su amigo mostrando un profundo dolor en el rostro —Alexander me dejo plantado, le espere por horas y luego el llegó con un tipo al cual besó y...
—Ese bastardo... — Ragnor iba a seguir con una retahíla de insultos pero de alguna manera parecía que ya habían tenido esa conversación, después de unos minutos recordó — oye, espera un momento, esa historia se me hace conocida, ¿no hiciste tú lo mismo?
Magnus se detuvo justo cuando iba a lanzar la engrapadora contra la ventana e hizo memoria.
—Es cierto, yo...
Recordó que hace años él hizo lo mismo, pero no lo había planeado, se había olvidado por completo que había invitado a Alec para una cita y llegó al mismo restaurante con una mujer muy hermosa a la cual besó muchas veces antes de ver salir al ojiazul. También recordó lo del día anterior, las palabras que Alec le dijo incluso cuando lo empujó.
—Ragnor... —Magnus aún no podía creerlo, pero todo apuntaba a ello — creo que Alec me la esta devolviendo — al decirlo tuvo la certeza que así era, Magnus había descubierto las intenciones de Alec al segundo día
—No entiendo..., de que hablas
—Alec me esta haciendo lo mismo que yo le hice en el pasado
—¿Ah?
— Él, me esta...
—Ya entendí —el silencio solo duró segundos antes que Ragnor caminara hacia la puerta para ir en busca de Alec —Ese maldito, lo voy a...
—No, déjalo Ragnor, no te atrevas
—¿Tú estas demente?, recuerda que...
—Lo sé..., pero lo voy a soportar, voy a aguantar todo, él no sabe que me he dado cuenta de sus intenciones y si le reclamas solo se hará a un lado..., voy a enamorarlo, esta es mi oportunidad
—No, de ninguna manera lo voy a permitir, es la oportunidad para que te destruya
—Me arriesgaré, él lo soporto por mi, incluso siguió amándome cuando yo...
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