Marzo de 2019

Ya había pasado mi graduación y estábamos a punto de empezar las clases nuevamente, lo cual me encontraba muy nerviosa porque era un nuevo colegio y estaba en la media, lo que significaba que habría personas mucho más grandes que yo, a diferencia de la educación básica, donde todos eran más pequeños que yo. Era el 1 de marzo y las clases comenzarían el 12 de marzo. El tiempo pasaba rápido y me encontraba sumergida en mis actividades diarias.

Un día, mientras veía videos tranquilamente, recibí un mensaje de Agustín, lo cual me pareció muy extraño. Era una invitación para su cumpleaños, que se celebraría al día siguiente. Aunque sentía algo por Agustín, decidí ignorar esos sentimientos y le respondí que le preguntaría a mis padres y le daría una respuesta. Consulté con mi madre y ella me dio permiso para asistir, así que se lo comuniqué a Agustín.

Al día siguiente, me estaba arreglando para ir al cumpleaños de Agustín. Estaba emocionada y expectante por lo que la noche podría traer.

Horas después, llevaba tres horas en la fiesta de Agustín. El reloj marcaba las 10 de la noche y la mayoría de las personas se estaban yendo. Quedábamos solo tres compañeras, Agustín y yo en el patio, sentados en un sillón. Estaba cansada y comencé a quedarme dormida, pero desperté rápidamente al sentir unos labios sobre los míos. Abrí los ojos y me di cuenta de que era Agustín quien me estaba besando. Justo en ese momento, llegaron mis padres y tuve que irme. Agustín le pidió a mi papá que me dejara quedarme un poco más, pero mi papá se negó porque teníamos un viaje al sur.

Cuando regresamos al colegio, Agustín y yo no hablamos sobre el beso y con el tiempo lo olvidamos.

En mi grupo de amigas, el año pasado se fue Isidora, lo cual me puso muy triste, pero se incorporaron 2 chicas más que se llaman Catalina e Isidora. ¡Loco, verdad? Sale una Isidora y entra otra jajaja. Ellas son muy distintas. Isidora es muy alegre y pesada en el buen sentido, también hay que recalcar que le gustan mucho los hombres ajja. Con ella no me llevé bien al principio ya que me miraba con desagrado, pero cuando empezamos a hablar nos dimos cuenta de que era muy tierna. En cambio, Catalina es todo lo contrario a Isidora, es muy callada y no habla mucho, por eso no he hablado mucho con ella.

Pasaron seis meses y algo había cambiado en mí. Comencé a sentir algo por un chico de tercero medio que era cinco años mayor que yo. Ya no sentía lo mismo por Agustín, o eso creía. A menudo lo veía besándose con distintas chicas en los recreos, y aunque lo miraba fijamente, rápidamente apartaba la mirada cuando él me veía. Así pasó todo el año, trat

ando de convencerme de amar e ilusionarme con alguien que no fuera Agustín.

Una escena en particular se quedó rondando en mi mente. Sucedió el día en que Agustín se enteró de que me gustaba el chico de tercero medio.

Dos meses antes, estaba sentada en mi mesa rodeada de mis amigas, como siempre. De repente, Agustín se sentó a mi lado y estábamos hablando normalmente, hasta que el chico de tercero medio entró al aula a buscar una pala y una escoba que estaban en nuestra sala. Yo lo miré fijamente y Agustín me preguntó qué pasaba con ese chico. Le dije a Agustín que no le dijera a nadie, pero que me gustaba el chico que acababa de entrar. Agustín me miró decepcionado y se fue sin decir una palabra.

Luego llegó la pandemia de 2020 y tuvimos clases en línea. Durante ese tiempo, experimenté cambios significativos. Empecé a maquillarme y a cambiar mi apariencia, sintiéndome como una persona diferente. Creé una cuenta de Instagram en la que ninguno de mis compañeros me seguía y empecé a subir fotos porque me sentía bonita. Recibí muchos coqueteos de otras personas, pero los ignoraba. La única persona de mi colegio, aparte de mis amigas, que seguía mi cuenta era Agustín, quien no sabía que era yo. Hasta que un día, necesité ayuda para hacer un trabajo y decidí contactar a Agustín a través de esa cuenta. Fue en ese momento que él se dio cuenta de que era yo. Unos días después, casi todos mis compañeros comenzaron a seguirme en Instagram y me preguntaban si era realmente yo. Yo respondía confundida, ya que solo había cambiado mi apariencia externa, pero seguía siendo la misma por dentro. Y así pasaron los días, recibiendo mensajes para confirmar mi identidad.

Cuatro meses después, llegó el esperado primer día de clases presenciales después de dos años. Me vestí con mi uniforme, me maquillé y fui al colegio. Al llegar, las directoras no me reconocieron y pasé todo el día aclarando que era yo.

En un momento, Agustín se acercó a mí y me preguntó si podíamos hablar. Yo le dije que sí, así que fuimos al patio a conversar. Agustín tomó la palabra...

Agus: Maddy, te he extrañado mucho en estos dos años. Durante este tiempo, me di cuenta de que te necesito en mi vida diaria y de que no soy nada sin...

Lo interrumpí y le dije:

Maddy: Ve al grano, Agustín. No tenemos mucho tiempo.

Agus: Maddy, me gustas. Siempre me has gustado, pero tenía miedo, por eso nunca te demostré nada.

En ese momento, recordé lo que me había dicho a mí misma hace algún tiempo...

Un mes antes, estaba analizando todas las situaciones que había vivido con Agustín. Durante los últimos dos años, no había pensado en él, pero de repente comencé a recordarlo todo. Me di cuenta de que siempre me gustaría Agustín. El primer amor no se olvida. Y llegué a tres conclusion

es...

1. Tal vez Agustín simplemente nunca sintió lo mismo por mí.
2. Agustín tenía miedo de tener una relación conmigo debido a lo que dirían los demás.
3. No quería comprometerse.

Volviendo a la situación...

Maddy: Agustín, ¿a qué le tenías miedo?

Agus: No lo sé, Maddy. Quizás tenía miedo de lo que dirían los demás, pero eso no importa ahora porque te amo.

Maddy: Agustín...

Agus: Dime, Maddy.

Maddy: Ya es tarde.

Agus: Pero, ¿por qué, Maddy?

Maddy: Yo te amé como a nadie, Agustín, pero ya no quiero estar contigo.

Agustín no respondió.

Maddy: Agustín, gracias por ser mi primer amigo y también mi primer amor. Te amé mucho, pero las cosas han cambiado. Quiero ser libre y experimentar cosas nuevas. No puedo estar atada a ti para siempre.

Agustín se quedó en silencio y me di cuenta de que había tomado la decisión correcta. Era el momento de empezar de nuevo, sin rencores ni arrepentimientos y lista para lo que vendría más adelante. Con Agustín aprendí.