01 Heather
Narra Maddy:
El año era 2012, y fue un año difícil para mí. Recién había comenzado el primer grado en un nuevo colegio donde no conocía a nadie. A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que todos ya tenían amigos, excepto yo. No entendía por qué me excluían y se burlaban de mí por ser gorda. Me sentía mal, triste y confundida. ¿Por qué tenían que burlarse de mí si yo no les había hecho nada?
Cada día era una batalla para enfrentar las burlas y los comentarios hirientes. A veces, me sentía tan pequeña e insignificante que no quería ir a la escuela. Me preguntaba qué había hecho mal para merecer ese trato.
Un día estaba sentada en mi puesto, el cual estaba en la fila de la ventana y en el primer puesto. Ya había tocado el timbre para que comenzara la clase de lenguaje, pero en ese momento sentí a alguien a mi lado. Me asusté al principio, ya que pensé que era uno de los que me molestaban siempre, pero no fue así. Era un niño que me dijo: "Hola, soy Agustín. ¿Por qué siempre estás sola? ¿Quieres que seamos amigos?". En ese momento me sentí muy feliz, tenía ganas de llorar. También estaba avergonzada, ya que se había dado cuenta de que siempre estaba sola, pero dejé de pensar y le dije que sí, que quería ser su amiga.
...
Ya había pasado una semana desde que Agustín era mi amigo, en este momento estamos compartiendo nuestras colaciones y hablando de lo que vamos a hacer hoy en la tarde...
Maddy: Agus, muchas gracias por ser mi primer amigo, esto te lo voy a agradecer siempre.
A esto, Agustín simplemente me sonrió con una brillante sonrisa a la cual yo correspondí. Me sentía tan bien teniéndolo como amigo, con él ya no me sentía tan sola como antes y pude saber que quizás yo no era el problema de que nadie se acercara a mí.
...
Ya han pasado 5 años desde esa vez, estoy en 5to básico. ¡Ya soy parte de un grupo de chicas! Y pues, con Agustín ya no hablamos como antes. A veces nos saludamos y así, pero no es lo mismo que hace 5 años. A veces lo extraño, pero luego se me olvida y disfruto con mis nuevas amigas que, por cierto, se llaman Isidora, Pia, Krishna e Isis. Con ellas me siento muy bien, tienen mi mismo humor, pero obviamente todas somos distintas. Pia es una persona muy gritona y de expresiones fuertes. Con ella a veces nos llevamos bien y a veces mal, ya que nuestros caracteres chocan y pues a mí me molesta mucho que griten y ella lo hace demasiado. Isidora, ella también es gritona, es muy alegre y a veces no piensa antes de actuar. Con ella me llevo muy bien, aunque igual chocamos a veces porque grita demasiado y a veces se pasa con las cosas que dice. Me llevo bien con ella. Isis, ella es callada, bueno, no tanto, sino que es callada cuando se debe y juguetona cuando se debe. Me cae muy bien, ella fue mi primera amiga, se podría decir que junto a ella creamos este pequeño grupo y pues nada que decir de ella, nos llevamos bien desde un principio. Krishna, ella es como mi alma gemela, tenemos el mismo humor, somos de caracteres similares, solo que ella es un poco más vergonzosa que yo, pero eso no es problema. Con Krishna desde que nos conocimos el primer día que llegó, el cual fue hace un año, nos llevamos bien. Con ella me siento muy bien, al igual que con Isis. Con las demás choco un poco, pero igual las quiero, y bueno, ¡esas son mis amigas!
Hace un tiempo me di cuenta de que tengo un sentimiento más grande que el de una amistad con Agustín. Hace 1 mes le dije sobre mis sentimientos, lo cual hizo que nos distanciáramos aún más. Lo que pasó fue lo siguiente...
Estaba con mi prima Mia en la casa de nuestros bisabuelos. Estábamos jugando de lo más normal y de la nada ella me comenzó a hacer cosquillas, LO QUE MÁS ODIO EN EL MUNDO SON LAS COSQUILLAS. Yo le decía que parara y ella me amenazó, me dijo que si no le decía a Agustín que me gustaba me iba a hacer cosquillas por toda la vida y pues no me quedó más remedio que decírselo. Se lo dije por WhatsApp, estuve muy nerviosa al escribir el mensaje. Cuando lo envié, tiré el celular lejos y después de unos minutos abrí de nuevo el chat y vi que Agustín simplemente me había dejado el visto. ¿Decepcionante, verdad?
Al día siguiente había terminado la hora de historia. Me encontraba en la sala con mis amigas, como de costumbre, hablando y disfrutando de nuestra colación. Para mi sorpresa, en el próximo recreo todas decidieron salir al patio, al igual que el resto de mis compañeros. Me pareció extraño, pero decidí quedarme en mi puesto. No me di cuenta de que Agustín, quien se sentaba detrás de mí, también se quedó en la sala.
De repente, Agustín se levantó y me volteé sorprendida al darme cuenta de que estaba allí. Él habló...
Agus: Maddy... ¿es verdad lo que dijiste ayer?
Sentí miedo al responderle que sí, que era verdad. Agustín simplemente asintió y salió de la sala.
Confundida, me levanté para buscar a mis amigas. La verdad estaba muy confundida por todo lo que había pasado. ¿Qué pensará Agustín? ¿Ya no querrá ser mi amigo? ¿Le gustaré yo o a otra persona?
Todas esas preguntas venían a mi cabeza mientras caminaba buscando con la mirada a mis amigas. Lo que no sabía es que mis preguntas se responderían 3 días después de eso.
Bueno, Agustín comenzó a salir con una chica de otro curso llamada Ignacia. Esto me destrozó el corazón, me sentí demasiado mal. Tenía tantas ilusiones, pero todas ellas fueron rotas en ese momento. Justo ese día teníamos una excursión con todo el colegio y pues tuve que verlos juntos todo el tiempo, en el cerro, el lago y en el
almuerzo. Me sentía demasiado mal. Fue así como me di cuenta de que había sido rechazada por Agustín, sin que él lo dijera con palabras, sino con sus acciones.
Los días pasaban y me sentía muy mal. No solo por haber sido rechazada por Agustín, sino porque él me lo restregaba en la cara una y otra vez, sin necesidad de decirlo con palabras, sino con sus actos. Cada vez que me veía cerca, besaba a esa chica mientras me miraba. Cuando me alejaba, dejaba de besarla y simplemente se marchaba. A veces sentía que lo hacía solo para burlarse de mí.
Pasó un año, estábamos en sexto grado a punto de pasar a séptimo, donde comenzaríamos la educación media. En mitad del año, Agustín comenzó a interesarse por una amiga mía, Isidora, lo cual yo supe, pues yo aún tenía sentimientos hacia él. En ese momento, tomé conciencia de que tenía que olvidarme para siempre de Agustín, y las vacaciones serían una oportunidad perfecta para hacerlo.
Este capítulo lo hice con mucha dedicación y amor, espero que lo disfruten tanto como yo escribiéndolo...
Atte. Supernovaaaaaaaas
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