Sacrificios
La historia me pertenece, los personajes (algunos), por otro lado, pertenecen a Masashi Kishimoto.
LA UNIÓN
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Capitulo XVIII
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El amor no es un sentimiento de felicidad.
El amor es una disposición a sacrificar.
Michael Novak
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Sacrificios
Hinata no podía respirar bien. Agachó su cabeza, para no dar su cara al viento que provocaba Kurama mientras corría. Era como estar sobre una motocicleta, el viento en la cara le cortaba la respiración.
Apretó más fuerte sus manos en su pelaje cuando, sin previo aviso, cambio de dirección tan rápido que su cuerpo se ladeó. Ella gritó cuando un tentáculo negro salió disparado de la arena justo frente a ellos. Kurama viró a un costado justo cuando Naruto saltó donde estaban ellos y cortó el tentáculo con sus dos espadas.
Hinata no pudo ver más, ya que el Kyubi comenzó a correr de nuevo, sin detenerse ni un segundo. No sé atrevió a mirar sobre su hombro por si se caía. Esperaba que el terreno no fuera tan largo como el primero que habían pasado. El chirrido resonó por todo el lugar y Hinata miró a un costado cuando Naruto corría a su lado. Él no le devolvió la mirada, estaba con el ceño fruncido y concentrado en el camino, pero ella sonrió al ver a su pecho. Junior agitaba el vegetal como si fuera una espada y gritaba divertido.
Por suerte, parecía que no se había asustado.
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Hinata sentía la respiración agitada de Kurama, pero no se veía el final de la etapa. En total, al rededor de diez a quince tentáculos los habían atacado y le era imposible a Hinata calcular el tiempo que estaban corriendo ya.
Ella acarició su cuello, queriéndole pasar algo de energía que tenía de sobra, pero no sabía cómo hacerlo.
—¡Hinata!
Ella volteó su rostro cuando Naruto la llamó y él le mostró dos pequeñas ramas doradas que habían tomado del bosque y los hidrataban. Ella asintió, sabiendo que una era para Kurama y se preparó antes de que la lanzará. La tomó en el aire y se la acercó al hocico de Kurama. Este mordió la rama y la mantuvo en la boca, mientras seguía corriendo.
Hinata sonrió al sentir que recuperaba el paso y levantó otra vez las dos manos para recibir la segunda rama, está vez para ella. Naruto la lanzó y todo fue como si hubiera pasado en cámara lenta.
Mientras la rama giraba en el aire, el ruido del tentáculo saliendo los tomó por sorpresa. Este salió justo entre ellos y golpeó la rama, que terminó desviándose. Hinata gritó, pero no llegó a agarrarse de Kurama cuando esté se movió rápido para esquivar el tentáculo negro con ventosas grises.
Hinata sintió que sus piernas se deslizaban del lomo del Kyubi y sus dedos rozaron su pelaje. Su respiración se cortó cuando su cuerpo comenzó a caer de costado. Llegó a ver cómo Kurama la observaba desde por encima de su hombro, sus ojos se agrandaban llenos de horror al saber que ella no podría agarrarse.
Su respiración salió en un bufido cuando calló de costado con un golpe seco. Apenas pudo parpadear y tomar una profunda respiración antes de que él tentáculo la rodeará, apretando su tobillo tan fuerte que chilló. Vió a Kurama intentar frenar en la arena, moviendo sus patas desesperadamente. Pero no pudo evitar que el tentáculo la metiera en la arena. Fue como meterse en el agua, respiró profundo una vez más y agarró su espada con fuerza un segundo antes de sumergirse completamente.
Todo se volvió negro.
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Naruto observó a Kurama derrapar por la arena para volver a dónde se había metido el tentáculo y él se detuvo en seco al no ver a Hinata por ningún lado. Kurama rugió mientras con sus patas delanteras escarbaba en la arena. Su agarre de fierro sobre sus espadas se aflojó y cayeron en el suelo.
Su mundo se silencio.
Cómo si su cuerpo estuviera muy lejos, escuchó a Hime gritar el nombre de Hinata mientras saltaba de su hombro, el Bekirot en su pecho comenzó a llorar.
—¿Hinata...?— la llamó con un nudo en su garganta, pero sabía que él tentáculo la había llevado.
Naruto dió un paso hacía allí, pero sus piernas fallaron y cayó de rodillas. Observó a los guardianes luchar con la arena, hacer un agujero. Podía sentir que le gritaban, Kurama diciéndole algo, pero él no lo entendía. Lo único que su mente podía captar era que se habían llevado a su compañera. Una vez más no había podido proteger a su hembra y esta ocasión le dolía terriblemente, como si fuera una herida real. Bajo la mirada a su pecho, dónde el Bekirot lloraba, sólo para comprobar que en realidad no lo habían atravesado.
Sus mejillas se sentían mojadas.
¿De que servía seguir con la unión?
Si había perdido a Hinata... ¿Para que seguir? No conocía a nadie que haya salido con vida de los tentáculos de arena. Cuando lograban sumergirte, morirías casi en el acto. Te estrujarían, te romperían y te absorberían todo. Era una muerte segura.
Él le había prometido que la mantendría a salvo y había roto su promesa.
Había perdido a Hinata...
Su corazón se apretó, fue como si le clavaran algo en su pecho y así como había perdido la esperanza, el dolor de la injusticia y la cólera se infiltraron en él.
Rugió, y saltó para correr hacia el agujero que estaban haciendo los guardianes. Dejó tiradas sus espadas a un costado. Mataría ese tentáculo con sus propias garras.
Hime gimió mientras seguía cabando, ver a Hinata ser tomada por el tentáculo y no poder hacer nada... sentía a su corazón romperse mientras recordaba la cara de Hinata. Su sonrisa amorosa, sus ojos lilas llenos de amor y aceptación para ella.
¿Por qué había sido ella?
Kurama gruñó, sabiendo que por más que siguieran cabando jamás llegarían a ella. Quería rendirse, pero aún así seguía. Su cuerpo estaba cansado, pero sus fuerzas se renovaron cuando recordó la delicada y amable caricia que le había dado Hinata en su cuello.
Una vez más había fallado a su huésped. No había podido mantener a salvo a su pareja y vió de reojo las facciones furiosas de Naruto. Parecía más salvaje que Konohagakure, sus colmillos estaban al doble de su tamaño y su piel brillaba colérica.
Algo se había roto en Naruto y era su culpa...
Sus orejas se crisparon cuando sintió la vibración de un tentáculo a un costado del agujero. Naruto también lo sintió porque salió de un salto del agujero que estaban haciendo y se volteó justo cuando la arena escupía algo a unos pasos de ellos. Todos se quedaron mirando, asombrados, cuando Hinata se arrodilló.
Hinata inhaló furiosamente el aire tan preciado que le había faltado abajo de la arena. Su cuerpo estaba pegajoso y su espada chorreaba igual que todo su cuerpo de una sustancia bordo. Levantó la mirada buscando a Naruto o los demás, no los encontró y entonces miró sobre su hombro.
Naruto estaba en el borde de un profundo agujero mirándola con los ojos abiertos de par en par. Kurama estaba con sus patas delanteras apoyadas en el borde, pero el resto del cuerpo dentro del agujero, mirándola de la misma manera. Hinata sonrió cuando vió a Hime saltar del agujero.
— Hinata...— susurró Naruto aún atónito, como si hubiera visto un fantasma.
Hinata uso sus últimas fuerzas para ponerse sobre sus pies tambaleantes. Ninguno se movió de su posición mientras ella, llena de sangre del tentáculo, se giraba a ellos. Cuando quiso mover su pie izquierdo, el que había agarrado el tentáculo con sus ventosas, cayó en la arena, sin fuerzas y desvaneciéndose.
Naruto fue el primero en reaccionar, corrió los pocos pasos que los separaban y tomó su cabeza, antes de que está golpeara la arena. Hime y Kurama fueron los que reaccionaron después. Pero antes de que llegaran, siete tentáculos salieron de la arena, rodeando a Naruto y Hinata.
—¡Aléjate!—gruñó Kurama a Hime mientras dejaba su cuerpo cambiar a su forma suprema.
Kurama mordió el tentáculo que tenía más cerca, mientras que sus patas delanteras aplastaba a otros dos. Naruto dejó suavemente a Hinata en el suelo y sacó al Bekirot del fular, dejándolo sobre la hembra inconsciente.
— Cuídala—, le pidió con su voz distorsionada, antes de volverse un borrón y atacar a los demás tentáculos con garras y colmillos.
Hime esperó esquivando, de aquí para allá, hasta que se abrió un lugar para poder llegar a Hinata y a la cría, que se mantenía, extrañamente, sobre el cuerpo de su dueña. Cuando llegó a ellos, y a pesar de los fuertes ruidos de la lucha, ella se concentró en comprobar la respiración de Hinata. Ella respira, se dió cuenta con un suspiro de alivio. Pero le duro poco al alzar la mirada.
Tentáculos negros se alzaba por casi todo el terreno, llendo directamente a ellos. Kurama estaba en su estado supremo y Naruto era sólo un borrón brilloso, desgarrando en dos a los tentáculos que se cruzaban en su camino, con las manos desnudas, sólo usando sus garras de Konohagakure. Pero, aún así, parecían multiplicarse en vez de aminorar.
Hime se percató que un tentáculo había pasado esa barrera que se suponía que eran Naruto y Kurama. Ella lo enfrentó, era seguro que no podría sobrevivir, pero prefería que la llevara a ella y no a Hinata. Su pelaje se erizó y mostró los colmillos, mientras él tentáculo iba en picada a ella. En su cabeza todas las cosas que había pasado con Hinata, tanto en la tierra como el Konoha.
Moriré, pero lo haré con una sonrisa. Se feliz, Hinata. Pensó mientras cerraba los ojos, lista para que él tentáculo la tomé en unos segundos.
Tuvo que abrirlos cuando nada lo agarro.
Observó, anonadada, la pareja que se había sumado a la lucha. Sakura y Sasuke los estaban ayudando.
La hembra justo frente a ella, con su espada en una de sus manos enguantadas y la otra sosteniendo torpemente un Bekirot igual a su compañero. Se movía lenta, a comparación de los machos, gracias a la panza falsa y a la cría. Pero Sasuke parecía poder transportarse, en un momento estaba en una esquina y en el próximo parpadeó estaba del otro lado.
Con la ayuda de la nueva pareja, los tentáculos comenzaron a retroceder, pero aún eran suficientes para que la lucha se mantuviera un tiempo más. Por fin retrocedieron cuando Ten-Ten apareció con su macho para unirse.
Hime volvió a Hinata, pero ella ni el Bekirot se habían movido. Con su nariz, golpeó su mejilla repetidas veces, pero sin ningún resultado. Alzó la mirada cuando Naruto se dejó caer de rodillas del otro lado, lleno de la misma sustancia bordo que tenía Hinata. Él estiró sus manos y la tomó con ternura, el Bekirot se movió para terminar sentado en la arena, al lado de Hime.
Naruto tembló mientras apretaba el cuerpo de su compañera en su pecho. Acarició su mejilla, movió su cabello. Aún no podía creer que la tuviera en sus brazos.
—¿Qué ha sucedido?— preguntó Ten-Ten mientras se arrodillaba al lado de Hime.
—Un tentáculo la llevó adentro de la arena. Fue expulsada, llena de la sangre de esas cosas, pero no sabemos qué es lo que tiene— explicó Hime.
—¿Cómo pudieron agarrarla?— susurró Ten-Ten mientras se sacaba un bolso de cuero, revolviendo en su interior.
—Fue mí culpa—, gruñó Kurama cuando volvió a su estado adulto.
—No lo fue—, quiso defenderlo Hime.
—Es verdad, fue mí culpa— dijo Naruto mientras seguía apretando el cuerpo inconciente de Hinata entre sus brazos.
Hime gruñó.
—No fue culpa de nadie.
Naruto la miró con el ceño fruncido, pero no le contestó al ver qué Ten-Ten preparaba algo en un recipiente.
—¿Qué haces?— preguntó en cambio.
— Sólo es agua, ella debe hidratarse si ha logrado escapar de los tentáculos de arena—. Ten-Ten le hizo señas para que la acomodara y quiso hacer que tragara el líquido, pero parte de él se escapaba por sus comisuras.
Naruto tomó el recipiente y se llenó la boca con el líquido, para después pegar sus labios a su compañera y obligarla a qué tomará el agua.
Tanto Ten-Ten como Sakura lo observaron asombradas y fascinadas por ese movimiento, por lo vulnerable que parecía Naruto al tener a su compañera inconsciente. Ellas no estaban acostumbradas a ver a un macho tan preocupado por su hembra.
Naruto se separó de Hinata cuando ella tomó todo, pero aún así no despertó. Miró, sin ocultar su desesperación a Ten-Ten.
—No funciona— dijo con la voz ronca.
—Dale tiempo— suspiró ella mientras guardaba sus cosas.
— Debemos movernos— habló por primera vez Sasuke, observando los tentáculos movernos a una distancia prudencial, para no enfrentar a las parejas.
Kurama dió un paso más cerca.
—En mí forma suprema puedo llevarlos a todos más rápido y atacar si algún tentáculo sale.
Naruto asintió, pero con su mirada fija en Hinata. Apenas registro que su Kyubi se transformaba y, Hime y Bekirot subían. Él alzó en sus brazos a Hinata y saltó hasta colocarse en el lomo de Kurama. Las demás parejas también subieron, ya que Kurama le pareció justo llevarlos a cambio de su ayuda.
A Naruto no le importaba.
Sólo quería que Hinata despertará y le sonriera una vez más.
E
spero para el fin de semana tener el siguiente, así que ha no desesperarse 😬🤓😘
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