La historia me pertenece, los personajes(algunos), por otro lado, pertenecen a Masashi Kishimoto.
LA UNIÓN
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Capitulo XVII
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La vida no se trata de ser el ganador o el perdedor, se trata de ser uno mismo y dar lo mejor.
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Prueba Final
-¡Yeye!
Hinata parpadeó al ver al Bekirot, el clon de Naruto, parecía más grande que la última vez, casi de dos años. Él corrió torpemente hacía Naruto y se aferró a su pierna mientras éste lo miraba con ojos enormes. Naruto se congeló en su lugar, con el bebé pegado a su pantorrilla como lapa.
-¿Qué... significa esto?- susurró Naruto atónito.
-Participantes de está Unión, para empezar esta prueba cada hembra deberá acercarse al cofre a buscar su dificultad.
Hinata frunció el ceño, separando su mirada del bebé, buscando hasta que encontró en una esquina el cofre que habían mencionado. Su mirada se poso en Naruto y este asintió para que fuera a buscar lo que sea que había allí, mientras él levantaba al Bekirot en brazos.
-El Bekirot será parte de la prueba, éste tiene desactivado su sistema de autodestrucción. Pero deben cuidarlo de los peligros que pasaran hasta llegar a la meta.
Hinata abrió el cofre y parpadeó sin entender que había allí, Hime asomó su cabeza para ver también.
-¿Qué eso?- preguntó mientras con una pata lo golpeaba.
Hinata metió la mano y sacó lo que parecía una pechera enorme y pesada. Ella lo observó con ojos grandes cuándo se percató de lo que era.
-Una... ¿panza de embarazo?- su mirada se clavó en donde estaba el bulto que se asemejaba a ello.
Naruto se acercó con el Bekirot en brazos, curioso observó lo que ella tenía en manos. Él ladeó el rostro, buscándole la forma en cual iba.
-Las hembras deben ponerse el Preisthg bajo la ropa, hay un pequeño apartado en la casa donde los Cus no tienen acceso. Por favor, hembras, vallan allí y póngalo en su lugar.
Naruto lo guió tomándola de la mano hacía el pequeño baño y, una vez dentro, Hinata se sacó el corset negro. Se puso la panza falsa de embarazo, de tal vez unos 10 kilos de peso. A penas lo abrochó, sintió la presión en la espalda y se quejó cuando tuvo que agacharse para tomar el corset para volver a ponérselo. Por un momento creyó que la tela no lograría entrarle, pero está se acomodó alrededor de su cuerpo y la panza falsa, sorprendentemente fácil. No tenía un espejo para mirarse, pero suponía que daba una imagen de una embarazada cerca de parir. Hizo una mueca y abrió la puerta.
Naruto se volteó al oír la puerta abrirse y su boca se abrió de asombro. Hasta el Bekirot la miraba con una extrañeza en los ojos. Hinata intentó sonreír y caminó hacia ellos. Kurama y Hime la miraron atentamente y ella no entendí el por qué.
- Estás... - Naruto la miró de arriba a abajo de nuevo, y terminó negando con la cabeza-. Serás la hembra más hermosa cuando lleves a nuestra cría-, dijo al fin con una sonrisa.
Hinata sintió sus mejillas arder por el extraño halago.
-Umm, ¿gracias?- dijo con una pequeña risa.
-Ven aquí- Naruto estiró su brazo libre a ella mientras seguía manteniendo al Bekirot en el otro.
Hinata no dudó en ir directo a él, Naruto termino abrazándola por encima del hombro y pegándola a su pecho. El macho le dió un suave beso en la sien y Hinata suspiró, aunque fue un extraño abrazo ya que la panza le impedía tocarse las manos cuando rodeó la cintura de su compañero. Pero si fue reconfortante y, si cerraba los ojos, tranquilamente podía imaginarse en su propia casa, ella embarazada y Naruto sosteniendo a su primer hijo.
Hinata sonrió.
-No veo la hora de poder darte mí semilla- le susurró al oído Naruto, logrando hacer que sonriera aún más.
Hinata tiró la cabeza para atrás y lo miró con su rostro lleno de cariño para él. Una de sus manos trazaron su afilada mandíbula.
-Ni yo, nene- le contestó.
Los ojos azules de Naruto se oscurecieron con hambre carnal y ella se mordió el labio, cuando él la miraba de esa forma le era imposible a su cuerpo no responder. Pero era consciente de donde estaban, así que se separó unos pasos de él con su mirada llena de promesas de cumplir todo lo que él estuviera pensando. Naruto gruñó juguetonamente y le guiñó un ojo.
-La prueba consiste en llegar a la meta-, dijo el auditor mientras una pantalla se prendía en la pared de la cabaña. Los cuatro se acercaron a observarla desde más cerca-, deben pasar por varias estaciones hasta llegar a su fin. El camino estará lleno de peligros, tanto para un macho adulto, como para una cría o una hembra embarazada. La prueba no tendrá límite de tiempo, sólo deben llegar al final. Dependiendo de cómo manejen sus dificultades, será el puntaje que se le dará. También si el Bekirot o el Preisthg se dañan, se le bajará el puntaje.
Hinata observó el camino que mostraba que estaba iluminado, no parecía ser muy largo, pero dudaba que fuera fácil. Este estaba dividido en cuatro colores, de donde ellos partían estaba amarillo, suponía que era por el bosque. Luego estaba de color verde, azul y por último rojo. Era un camino recto, pero no mostraba ni decía la dificultad de estos. Miró a Naruto, ya que él sabía un poco más de eso y su rostro estaba sombrío, provocando que se preocupara un poco.
-Suerte, competidores.
La voz se quedó en completo silencio y Hinata miró una vez el mapa, esperaba y anhelaba ser una de las primeras en terminar esa prueba.
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Naruto se subió a un tronco caído del camino y se volteó para ayudar a Hinata a subir.
No podía dejar de mirarla por más que él iba adelante con el Bekirot y una tela que Hinata había hecho para llevarlo en el pecho y tener sus manos libres, ella lo había llamado fular. Kurama se mantenía justo atrás de ella y Hime caminaba por adelante. Hacía bastante tiempo que ya habían dejado la casa, pero todavía no podía ver la división del terreno para saber que había entrado en el segunda sección.
Hinata hizo una mueca mientras se levantaba, y Naruto la tomó más fuerte de la mano, temeroso de que pudiera dañarse. Si bien, sabía en el fondo de su mente que ella no llevaba a su cría, la imagen que proyectaba era tan real, que a veces lo hacía dudar. La forma de moverse de Hinata había cambiado también, de vez en cuando debían parar para que ella descansará su espalda o recuperará el aliento.
-Puff- sopló Hinata al bajarse del alto tronco con la ayuda de Naruto-. Esto es bastante molesto- se quejó mientras llevaba sus manos a su espalda baja.
Naruto sonrió.
-Te ves adorable- dijo sin poder evitarlo.
Hinata hizo un mohín, con su ceño fruncido, y aunque su idea era parecer enojada, él notó el leve color en sus mejillas.
-Parece que te tragaste una pelota de feria- dijo Hime llena de humor.
Naruto no sabía que era una pelota de feria, pero por la expresión de Hinata no parecía bueno.
-Me siento como una panza andante-, se quejó- y eso que no es mía de verdad. No me quiero imaginar cuando de verdad me pase- murmuró mientras comenzaba a caminar.
Naruto se mantuvo atrás suyo, para fijarse que no se cayera o tropezará. Hime estornudó mientras seguía con el camino.
- Primero serán los mareos y náuseas, los antojos, las molestías. Cuando estés de ese tamaño, ya nadie te aguantará.
-¡Que mala eres! Tu eres mí mascota, te mantendré a mí lado para quejarme- Hinata soltó una leve risita.
-No soy tu mascota aquí- Hime la miró sobre su hombro un segundo para seguir unos pasos adelante-. Soy tu guardiana, pero no tengo que estar encima de ti o debes quejarte conmigo. ¡Quéjate con el culpable!
-Que aburrida eres...
-¿Aburrida?- bufó Hime mientras se detenía cuando Hinata se sostuvo de un árbol para respirar profundamente-. Si llegas a quedar preñada va a ser porque te mantuviste muy ocupada y yo no tengo que ver con el resultado. Cuando te sientas como una vaca andante, yo no voy a ser la culpable.
Naruto no quiso intervenir en la conversación qué tenía su hembra con la guardiana y sólo se mantuvo al lado de Hinata mientras ella recuperaba el aliento. Le gustaba escuchar sus intercambios, tenían una relación profunda, a pesar que antes de llegar a Konoha no habían tenido forma de comunicarse. Naruto miró al Kyubi, preguntándose por qué su relación no era igual.
Kurama miraba a los alrededores, él estaba concentrado en la prueba y no estaba relajado como Hime o Hinata. Hasta Naruto se había olvidado un poco que estaban en la Unión. Él apretó el brazo de Hinata cuando ella comenzó a hablar muy fuerte. Hinata se detuvo de inmediato y la sintió tensarse, ella se percató que la prueba recién empezaba y de seguro que tendrían muchas dificultades, tal vez depredadores y debía mantenerse lo más silenciosa posible.
-Lo siento- susurró.
-Hime- gruñó Kurama-, concéntrate en el camino.
Hime miró al Kyubi y asintió, con sus pequeñas garras se subió al alto árbol hasta la copa. Todos esperaron pacientemente hasta que ella bajó después de unos segundos.
-Seguimos en el camino, pero es bastante lejos aún, todavía no llego a ver la siguiente etapa.
Naruto suspiró, no tenían comida ni bebida y, aunque él Bekirot se mantenía dormido en ese momento, de seguro se despertaría y tendría hambre. Debía buscar un lugar seguro para dejar a ambos y cazar.
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Naruto se agazapó trás unos altos arbustos con ambas espadas desenvainadas. Respiró lenta y silenciosamente, con su vista clavada en un G-ñam. Era un ave no voladora, rica en nutrientes que le ayudaría a seguir con la prueba. Había dejado a Hinata con el Bekirot ya despierto con Kurama y Hime, ambos guardianes cuidándolos. Está se mantenía en su nido, pero eran muy rápidas y si perdía al ave, podría alimentar a su familia con los huevos. Entonces se lanzó hacía ella.
El G-ñam saltó asustado, pero Naruto ya estaba sobre él y le fue imposible esquivar su ataque. Él tomó al ave y dejó que la sangre caliente cayera sobre los dos huevos, para que está los mantuviera calientes hasta la llegada de su Yaya. Hizo el rezo tradicional, agradeciendo al ave por la comida que representaba para la supervivencia de su familia y luego lo guardó en su bolso de cuero.
Corrió al claro donde sabía que estaba Hinata con la cría, y cuando llegó los vió a ambos. Hinata caminaba atrás del Bekirot mientras éste andaba de aquí para allá riéndose y ella se agarraba la espalda. Su hermoso rostro estaba dividido, entre divertido y adolorido. Se percató enseguida que lo vieron, porque el Bekirot soltó un gritillo feliz y corrió torpemente hacía él.
Naruto lo tomó de la cintura con su mano libre llevándolo a su hombro, mientras esté reía, y caminó a dónde se hacía quedado Hinata con una sonrisa.
-¿Todo bien?- preguntó ella.
Naruto asintió mostrando su bolsa, pero frunció el ceño al no ver a los guardianes.
-¿Dónde están Hime y Kurama?
- Aquí..- las voces de ambos vinieron de dos lugares distintos, Hime bajaba de un árbol y Kurama venía caminando por un costado.
Naruto asintió a ambos al verlos en puntos estratégicos para ver el terreno y al tener su comunicador neuronal, si Hime veía algo sospechoso se lo podía decir a Kurama.
-Muy bien, vamos a preparar la comida para seguir caminando- dijo Naruto mientras le daba el Bekirot a Hinata.
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Hinata estaba muy cansada y recién hacía un par de horas que habían empezado a caminar de nuevo. Al principio sólo le dolía la espalda por el peso, pero el dolor comenzó a subir por sus hombros, y en las plantas de sus pies sentía que tenía espinas que se clavaban. Pero seguía caminando, no le importó la mirada preocupada que le daba Naruto de vez en cuando.
Hime se mantenía unos pocos metros adelante y Kurama iba por detrás, cada vez que ella se detenía el Kyubi estaba al lado suyo antes de que estuviera Naruto. Al principio le había parecido conmovedor, pero ahora no estaba de humor. Se sentía una molestía, sabía que él grupo estaba retrasado gracias a ella y esa tonta panza.
Estaba enojada por eso y resopló cuando se detuvo y Kurama llegó a su lado en una milésima de segundo. Ella lo miró con mala cara.
-No necesitas comprobar cada vez que me detenga- gruñó frustrada.
-Si necesitas un descanso, podemos parar.
Naruto llegó justo cuando Kurama dejó de hablar y le acarició la espalda.
-¿Estás cansada nena? Podemos...
-¡Ya basta!
Tanto Naruto como Kurama, parpadearon sorprendidos por su arrebato, el Bekirot había estado parloteando y se detuvo de balbucear para mirarla curioso. Hinata se sintió una bruja, sabía que ellos estaban preocupados, pero se sentía débil y una carga para los demás, ella odiaba eso.
Comenzó a caminar de nuevo y encontró más adelante a Hime sentada mirándola.
-¿Ya estás cabreada?- le preguntó.
- Tú también, déjame en paz- dijo sin detener su paso pesado y firme.
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Naruto siguió de cerca a su compañera, sentía su frustración y, aunque creía creer que era porque retrasaba al grupo, le comprendía. Su hembra era orgullosa y no le gustaba necesitar a otros, él podía tener paciencia si estaba molesta. No podía evitar revolotear a su alrededor, después de todo era un prueba y ella podía correr peligro en cualquier momento.
El Bekirot parecía bastante molesto de él ya y se removía en el fular.
-¿Quieres bajar amiguito?- le pregunto mientras lo tomaba de debajo de las axilas y lo bajaba al suelo.
Naruto terminó encorvado mientras sostenía una de sus pequeñas manos y caminaban lentamente. Aunque el paso de Hinata era lento, el del Bekirot era mucho más. Naruto se concentró en la espalda de su compañera mientras ella caminaba unos pasos, cuando volvió la mirada al Bekirot se movió rápido. Éste estaba llevando una hojas de un arbusto a su boca y, Naruto, rápidamente se las sacó de su pequeña mano de un tirón.
-No, no- lo reto mientras el Bekirot lo miraba con ojos grandes-. No se come- le dijo serio mientras agitaba las hojas en su cara, para tirarlas lejos a continuación.
El Bekirot tiró su labio inferior afuera mientras arrugaba su rostro y grandes gotas llenaban sus ojos celestes. Naruto frunció el ceño y la cría pegó un chillido enojado mientras se dejaba caer de bruces al suelo y pataleaba.
-Shh, shh- quiso silenciarlo tomándolo en brazos, pero este se agitó más, muy molesto.
-¿Que sucede?
-¿Qué le hiciste?
Naruto levantó la mirada cuando, tanto como Hinata y Kurama, le hablaron. Sus ojos estaban grandes y desesperados, no sabía que hacer con la rabieta que estaba haciendo la cría.
-Quiso comer hojas y se las saque- dijo mientras intentaba agarrarlo mejor, pero el Bekirot no dejaba de moverse y gritar.
Hinata frunció el ceño y se acercó a él, tomando a la cría nerviosa en brazos.
-Shh, pequeño- lo calmó abrazándolo y la cría se aferró a ella-. Naruto es malo ¿no es así?- le susurró.
Naruto hizo un mohín cuando el Bekirot comenzó a calmarse en sus brazos.
-Yo no...- comenzó, pero se detuvo al escuchar un ruido.
Justo en ese momento Kurama gruñó saltando a un costado y Naruto se volteó sacando su espada de su espalda.
Hinata parpadeó y dió un paso hacía atrás al ver, lo que era muy parecido a un león acecharlos, pero en vez de una melena espesa tenía espinas duras. El león rugió antes de correr a ellos y Hinata gritó, intentando proteger al Bekirot ofreció su espalda, pero cuando miró sobre su hombro Naruto estaba delante de ella. Ella escuchó un rugido aterrador, pero este no provenía del león, sino de Kurama que estaba enfrentando al animal.
Hinata miró a un costado cuando un nuevo ruido llamo su atención y vió a Hime corriendo a ellos desde su posición más adelantada y derrapar hasta ponerse entre Naruto y Kurama. Ella se movió un poco para poder mirar a los tres enfrentarse al león. Estaba asustada, pero no temía por ella, sino por su gata.
El silencio fue tensó y pesado, sólo el viento lo interrumpió cuando movió lentamente las hojas doradas de los enormes árboles. Ella se percató que estaba apretando al Bekirot cuando esté se quejó. Hinata le susurró una disculpa mientras lo acariciaba y buscaba la forma de mantenerlo tranquilo.
En un rápido moviendo, los tres actuaron antes de que ella pudiera hacer nada. Naruto la tomó y saltó a una rama cercana mientras Kurama y Hime saltaban sobre el león. Hinata jadeó cuando Naruto la sentó en la gruesa rama, ella sólo lo miró un segundo para después intentar ver a su gata cuando gruñidos y bufidos se escucharon. Naruto tomó su rostro con ambas manos e hizo que lo mirará.
- Quédate aquí, dulce. Cuida al Bekirot mientras nos encargamos de esto.
Ella quiso protestar, pero Naruto le dió un rudo beso en los labios para después saltar de la rama. Hinata tomó al Bekirot más fuerte cuando esté quiso moverse y se arrastró al tronco grueso para poder mirar mejor la pelea. Su corazón golpeaba frenéticamente en su pecho y todo el cansancio que había sentido, había desaparecido mientras observó hacía abajo.
-¡Evita las púas!- gritó Kurama a nadie en especial mientras esquivaba la cola del león, que también estaban llenas de pinchos.
Hime corría por el otro lado y Hinata retuvo la respiración cuando saltó en el lomo del león y lo mordió. Pero él se deshizo rápidamente de ella, haciéndola volar lejos, Hinata gritó su nombre preocupada.
Kurama rugió y saltó aprovechando su distracción, la mordida que le dió si hizo gruñir al león de dolor. Naruto corrió hacia él también, con ambas espadas quiso cortarlo, pero acorralado como estaba, el león forcejeó, logrando esquivarlas por poco. Kurama gruñó y lo soltó cuando la cola golpeó en su lomo y fue el turno de Naruto de rugir, Hinata sintió al mismísimo árbol temblar por su grito.
Naruto se volvió un borrón, ella sólo pudo ver los cortes que iba provocando en el animal, sus ojos grandes y el hormigueó volvió. Pudo ver los últimos movimientos de su compañero, como cortó sus patas, con cortes profundos, para después sacarle completamente la cola de un sólo movimiento de una de sus espadas. El león gimió, sin entender que lo atacaba, sus sentidos no podían acaparar todas las heridas que estaba causando Naruto en un segundo. El animal dió un paso tambaleante y cayó, Naruto se detuvo en cuchillas a la altura de su cabeza.
Con sus retinas afectadas por los genes que le habían puesto en los tés, pudo observar que Naruto fue lo último que vió el león antes de que perdiera el brillo de vida.
Hinata buscó a su gata cuando el león dejó de ser un peligro y gritó su nombre al no verla. Naruto estaba al lado del Kyubi, observando su lomo. Kurama alzó la mirada cuando escuchó el llamado de Hinata, mirando a dónde el animal había lanzado a Hime. Naruto se levantó y caminó hacia allí, Hinata retuvo la respiración que salió como un jadeó cuando Naruto volvió con Hime en brazos.
-¿Que le pasó? ¿Naruto? ¡Bájame!- gritó mientras él la dejaba acostada al lado de Kurama.
Ella observó los movimientos lentos de Naruto, como si quisiera evitar a toda costa que ella bajará.
-¡Naruto bájame ahora! ¡Hime!- ella la llamó al ver qué no se movía, su rostro estaba ladeado hacía Kurama.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y un nudo se formó en su garganta mientras observaba a su gata, aunque su visión era obstruida por el líquido salado.
¿Qué haría si a su gata le pasaba algo? ¿Y si Hime se había lastimado de gravedad?
Naruto saltó a la rama y la tomó delicadamente, esquivo intencionalmente sus ojos desesperados. Cuando el rubio la dejó sobre sus pies y agarró el Bekirot que sollozaba sin entender que pasaba, ella dió tambaleantes pasos hacía Hime. Sus piernas fallaron cuando estaba cerca de ella y calló de rodillas. Apoyando sus manos en el suelo, se movió a gatas hasta llegar al lugar donde ambos guardianes estaban.
-¿Hime?- su voz en apenas un susurró ronco.
La tomó con manos temblorosas y la volteó suavemente mientras gruesas lágrimas se desbordaban de sus ojos. Su respiración se atoró en su garganta cuando la vió parpadear lentamente, sus enormes ojos grises.
-¿Estás bien, Hime?- sollozó.
-Hinata, sólo me había quedado sin aire- le dijo haciendo una mueca.
Hinata la tomó en brazos y la apoyo en su pecho, justo encima de su panza falsa. Ella la acarició y abrazó con delicadeza, apoyando su mejillas en su lomo.
-No me vuelvas a asustar así, engendro del demonio-, sonrió cuando utilizó el apodo que usaba aveces en la tierra.
Hime ronroneo al sentir el cariño de Hinata.
•
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Naruto miró al cielo mientras esté oscurecía.
Ya era hora de acampar.
Obviamente no tenía nada con lo que hacer un refugio para su compañera y el Bekirot, pero debía improvisar.
Por lo menos, ya veían la próxima etapa, pero le iba a ser imposible llegar antes de que la noche los hubiera engullido. Espero a que el Kyubi estuviera a su altura para poder hablarle.
-Dile a Hime que busque un terreno para acampar, que revise los peligros y nos espere allí.
Hime se había recuperado fácilmente después de unos minutos, y aunque Hinata no había querido después del gran susto que había tenido, ella volvió a su posición adelantada.
Kurama asintió y Naruto comenzó a caminar para llegar a Hinata. Pasó su brazo por encima de sus hombros cuando estuvo a su lado.
-Nena, haremos un campamento para descansar esta noche. Falta poco-, le susurró ya que el Bekirot dormía en el fular.
Hinata asintió, a Naruto no le pasó desapercibido su expresión de alivio. Él notaba los signos de cansancio en su hembra, pero ella jamás le pidió que se detuvieran. Prácticamente estaba arrastrando los pies al caminar, tenía los hombros hundidos y su ojos decaídos.
Después de caminar unos tres cuartos de hora, encontraron a Hime más adelante en un claro. Ella estaba trayendo ramas en su hocico y las dejaba en un montón. Naruto le pasó el Bekirot a Hinata para que lo sostuviera unos minutos mientras él arrastraba un tronco caído cerca de donde harían el fuego. Él la ayudó a sentarse, pero Hinata arrastró su trasero por el tronco hasta que terminó sentada en el suelo. Ella suspiró aliviada mientras apoyaba su espalda en el tronco y recostó al Bekirot en su pecho.
Naruto sonrió ante la visión cuando ella levantó la mirada a él. Hinata entrecerró los ojos, pero le sonrió de todos modos.
Naruto se puso a trabajar mientras hacía el fuego y Kurama le pasaba la bolsa de cuero para calentar la carne que tenían para cenar, él ya estaba pensando en el refugio. Primero comieron los guardianes, tanto Naruto como Hinata insistieron. Cuando ambos terminaron, Hime se hizo un ovillo al lado de Hinata y se durmió casi al instante. Hinata le acarició distraídamente mientras comía en silencio. Naruto se encargó de darle al Bekirot y él comió último, una vez que la cría estuvo dormida. Mientras Hinata dormitaba, Naruto comenzó a arrancar las hojas más grandes, las que eran más resistentes, de los árboles que se encontraban más arriba y comenzó a rodear a Hinata, Hime y el Bekirot, protegiéndolos del viento y cualquier criatura que podría haber. Antes de cerrar acarició la mejilla de Hinata.
-Nena- le susurró hasta que Hinata abrió un ojo para mirarlo-, cerraré el refugio. No te preocupes yo dormiré afuera con Kurama, si necesitas algo, sólo susurra mí nombre. ¿De acuerdo?
-Mmnhmnn- respondió ella para dormirse de nuevo.
Naruto le acarició el cabello tiernamente y beso su frente con delicadeza, sonriendo cuando la escuchó murmurar entre sueños:
-Te amo, nene.
-Y yo a ti, dulce.
Naruto salió y terminó de colocar las hojas que faltaban. Se sentó justo en la que sería la puerta del refugio y justo vió venir a Kurama desde el interior oscuro del bosque. Naruto lo observó cojear un poco y eso le preocupó.
-¿Necesitas reponer fuerzas?
Kurama se sentó frente a él, el fuego a su costado hacía bailar las sombras en su pelaje.
-Ya estoy recuperado, no es necesario. ¿Quieres que haga la primera ronda?
Naruto lo observó con los ojos entrecerrados, sabía que su Kyubi era obstinado y orgulloso.
-No, yo lo haré-, dijo levantándose y agitando sus manos en la parte trasera de su pantalón para sacarse la tierra-. Iré a ver a los alrededores, descansa aquí, cualquier cosa me pegas un gritó-, comenzó a caminar para que no lo detuviera y sonrió cuando lo escuchó resoplar.
-Ten cuidado.
Naruto se detuvo al escuchar las palabras y lo miró sobre su hombro. Se sorprendió, porque le pareció ver parpadear en el rostro del guardián la preocupación. Luego sonrió.
-Lo tendré.
Kurama lo observó caminar hasta que se perdió en la oscuridad del bosque.
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Hinata se despertó con una suave caricia en la mejilla, abrió lentamente los ojos para observar a otros azules que le devolvían la mirada. Sonrió al ver la inocencia y curiosidad de los redondos zafiros, se acomodo mejor, sosteniendo entre sus brazos al Bekirot sobre ella. El bebé ladeó su rostro y le devolvió la sonrisa, con cuatro dientitos blancos y pequeños colmillos filosos.
Media dormida aún, frunció el ceño al no tener un nombre para él. Le parecía extraño referirse a él como Bekirot, por más que fuera un robot y no tuviera corazón, supuestamente. Pensó, que como era un clon de Naruto, podría llamarlo Junior y sonrió otra vez, por ser tan obvia.
Junior acomodó su cabeza de nuevo en sus pechos y suspiró cerrando los ojos. Ella se acomodó de costado, por el peso que representaba para su pecho, el bebé y la panza, dejando a Junior pegado a su cuerpo de lado.
Hinata cerró los ojos de nuevo, la niebla del sueño envolviéndola.
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Hinata se maravillo de lo que veía, no debía extrañarse... tal vez.
La arena en ese planeta no era dorada o blanca, como en la Arena de coliseo dónde empezaban las pruebas o como en la tierra. Eran de un hermoso y diferente tonos de verdes. Esmeralda, lima, alga, menta, albahaca, pino, enebro, oliva, trébol, musgo, y tantos que ya se perdía.
Los contrastes que regalaba el cielo anaranjado y la arena verde, eran maravillosos.
Pero cuando ella quiso acercarse, para verlos mejor Naruto la detuvo agarrándola del brazo. Ella frunció el ceño al ver su expresión sombría.
-No te acerques-,dijo bajo-, es demasiado peligroso.
Hinata miró ceñuda a la arena exótica, pero por dónde sea que miraba solo se observaba una planicie verde de distintos tonos. Naruto se agachó y tomó una roca, Hinata observó curiosa como la arrojaba bastante lejos. La piedra golpeó la arena y rebotó, antes de que tocará el suelo por segunda vez, un tentáculo salió del suelo, granos de arena volando alto y a todas las direcciones. Sus ojos se agrandaron cuando el tentáculo negro encerró la roca y desapareció en la arena con un ruido de succión. Hinata parpadeó cuando el silencio, que había sido sólo interrumpido por el terrible ataque, volvió, sólo para ser roto por Junior, que aplaudió y rió a carcajadas.
-¡Oh!
Su corazón se detuvo para después empezar a golpear fuertemente contra su pecho. ¿Y ahora qué?, pensó.
Naruto comenzó a desatarse el fular y se volvió hacia los guardianes.
- Kurama, llevarás al Bekirot en tu lomo, Hinata y Hime vendrán conmigo.
-¿Cómo?- Hinata estaba tensa, todavía no entendía su idea.
Naruto le explicó mientras le daba a Junior.
- Aseguraremos al Bekirot en el lomo de Kurama, él puede llevarlo. Debemos movernos demasiado rápido para que él calamar no nos tome...
-Pero...- susurró, igualmente Naruto no se detuvo.
-Yo te llevaré a ti y a Hime. Debes permanecer quieta, necesito...
-¡Espera!- Hinata gritó cuando Naruto tomó a Junior, hasta el bebé la miró-. Sabes que tu plan está mal. No puedes llevarme.
-Si que puedo- discutió él con la mandíbula tensa.
-Me exprese mal- dijo ella con un bufido, sabiendo que Naruto era muy orgulloso cuando se trataba de su poder-. Si, puedes llevarme, pero te será imposible usar las manos. Yo no puedo subir a tu espalda, no con esto-, ella se dió unas palmaditas en la panza-. Si debo usar mí propia fuerza para sostenerme, si es que hay una pelea-, se apresuró a aclarar al ver qué él abría la boca para discutir-. Me caeré.
La mirada azul de Naruto se volvió preocupada cuando la bajó y subió, entre la panza falsa y su rostro. Kurama dió un paso entre ellos.
-Hinata tiene razón, Naruto. Yo te llevaré.
Hinata lo miró, su estructura era enorme y sabía que era mucho más fuerte de lo que aparentaba, así que asintió, conforme con eso. Naruto se mantuvo en silencio, preocupado, seguramente pensando en otra forma. Hinata estiró su brazo para tomar su mano y apretarla.
- Estaré bien, nene.
Hinata pudo ver cuándo él se rindió a el plan de ellos, su rostro se volvió duro y llevó la mano que no sostenía al bebé a su nuca para acercarla a él.
-No te sueltes por nada, nena. No importa qué pase, Kurama te protegerá.
Ella asintió, sintiendo un nudo en su garganta. Naruto la beso fuertemente, mordió su labio y hundió su lengua en su cavidad. Ella gimio con las piernas flojas cuando se separó chupándole el mismo labio que sentía un pequeño escosor.
Naruto volvió a atar el fular, colocando al bebé de nuevo. Hinata se subió al lomo de Kurama cuando esté se lo dijo, para probar su movimiento con ella encima. Cuando estaban por moverse, se sintió como un gemido en la tierra, un temblor y todos miraron a la arena. No muy lejos un tentáculo se levantó y Hinata jadeó cuando vio una forma negra saltar junto con la criatura. Ella observó con la respiración contenida un reflejo de metal, seguramente una espada. Sus ojos se agrandaron cuando ese macho, que llevaba a la hembra sentada en sus hombros, cortaba a la criatura y se escuchó un chillido.
El silencio volvió mientras la pareja siguió avanzando sin detenerse.
Hinata respiró profundo mientras apretaba el pelaje de Kurama y tensaba sus piernas para no caerse. Miró sobre su hombro a Naruto. Hime estaba en su hombro y tenía al bebé atado en su torso desnudo mientras chupaba un vegetal que le habían dado para que se mantenga entretenido durante la carrera. Naruto sostenía sus ambas espadas, una en cada mano y su rostro lleno de seguridad, le alentó.
-¡Muy bien! ¡En marcha!
Todos asintieron con la orden del macho. Hinata sintió cuando el cuerpo de Kurama se tensó y ella se pegó más a él justo un segundo antes de que empezará a correr.
Si, lo sé... Cortito... pero intenso (?)
¿Quién será la pareja que observaron a lo lejos? ¿Los ayudarán o los atacarán? ¿Cuánto va a durar esta prueba? ¿Junior de verdad no tiene corazón? ¿En qué puesto quedará nuestra pareja?
Muchas preguntas y muchas desde el principio que todavía no fueron resueltas...
A partir de ahora, publicaré cuando termine el capítulo y su revisión correspondiente. Supongo que será una vez por semana igualmente, no ando con mucho tiempo para escribir :'(... Pero nos esforzamos.
Nos estamos leyendo mis amores. ¡Que anden bien y con mucha salud!
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