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El Bekirot

Primero quiero dedicar este capítulo a Marce, BuffAngel MM. Ella me dió parte de la idea para esto cuando ni siquiera había escrito el primer capítulo. Gracias querida, por tus ánimos y fuerzas para hacer esta historia real.


La historia me pertenece, los personajes(algunos), por otro lado, pertenecen a Masashi Kishimoto.

LA UNIÓN

Capitulo XV

§

Un niño siempre puede enseñarle cosas a un adulto: a ponerse contento sin ningún motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas tus fuerzas aquello que desea.

Paulo Coelho

§


El Bekirot

Hinata sonrió haciendo señas de ánimo a su compañero cuando sus miradas se cruzaron.

La última prueba estaba a punto de comenzar y a diferencia de la vez pasada, muy pocas hembras ocupaban el apartado para observar a sus compañeros. La misma cantidad de machos había en la Arena, presentado su respeto al Consejo. Las hembras se sentaron cuando terminaron de hacer la delicada reverencia y los machos su grito de guerreros.

Hime subió a su regazo y ella acarició su lomo, intentado tranquilizarse. Sabía que la prueba no sería contra la integridad física de Naruto, pero aún así no podía evitar sentir los nervios brotando y brotando de ella. No ayudaba el hecho de que la mayoría de las hembras la miraron con odio y envidia profunda. Igual tenía a Ten-Ten a su lado derecho y a Ino a su lado izquierdo. Ten-Ten había traído de nuevo su bolso lleno de comida, mientras Ino tomaba algo demasiado dulce para el gusto de Hinata. Ambas hablaban animadamente, intentando adivinar cuál sería la próxima prueba. Hinata estaba demasiado nerviosa para participar en su juego así que sólo sonreía mientras las escuchaba.

-Puede ser, pero es obvio que tiene que ver con la cría que estaba en el Castillo de Leb-. Ino comento mientras revolvía en su vaso. A Hinata le recordó a uno de esos que te daban en el cine.

-Obvio que si, Ino. Por qué otra cosa lo pondrían en la prueba de las hembras. Recuerda que en la primera cazamos y ellos cocinaron. Ahora nosotras conseguimos a la cría, ellos tienen que cuidarla o algo ¿no?

Hinata le dió la razón con un movimiento de cabeza. Ten-Ten le sonrió y le ofreció un poco de carne seca, ella lo descartó. Tenía la boca del estómago hecha un nudo.

-Muy bien, empezaremos con la segunda y última prueba individual de los machos.

Hinata retuvo el aliento cuando la pantalla se oscureció, era como si a los machos los hubiera absorbido un agujero negro. Naruto fue el primero en aparecer, completamente solo. Un humo anaranjado y espeso salió de su sello, mientras lo iba rodeando la forma del Kyubi se formó lentamente hasta que su forma adulta se materializó sentado a los pies de Naruto.

La pantalla se dividió para mostrar a otro macho, Hinata lo recordaba vagamente por sus extraños ojos y la frialdad de su expresión. Las pantallas fueron dividiéndose hasta que los 18 machos ocuparon cada una de ellas.

Parecían estar en una habitación, aunque no podía observar cuando empezaba y terminaba, ya que todo se mantenía en un negro neto. Hasta que una luz iluminó una canasta a unos pasos de cada macho.

-Esta será su prueba de hoy machos. Lograr que la cría sobreviva todo este día. ¡Pero eso no es todo!- El auditor gritó cuando la muchedumbre se quejó-. Esta es una cría especial, no es una cría normal. Por favor machos, acérquese.

Hinata observó a Naruto y a Kurama dar los pocos pasos que los separaban del moisés. Cuando Naruto lo destapó, Hinata observó al pequeño bebé que ella misma había salvado del Castillo de Leb. Él bebé parecía más grande que la última vez que lo había visto, ahora parecía de un año, con sus ojos enormes y despiertos.

-La cría es un clon de los machos concursantes y es un Bekirot. Pero para que la prueba termine... eso deben averiguarlo ustedes...

Hinata no entendió eso, pero todos, hasta las hembras, comenzaron a murmurar rápidamente con la información.

-¿Qué es eso?- susurró para que alguna de sus nuevas amigas les contestarán.

-Un Bekirot es un proyecto cría-, contestó Ino, sin poder ocultar su emoción-. En vez de tener sangre y huesos, tiene circuitos. Es muy real, jamás había tenido alguno en mis manos y ¡lo tuve en el Castillo Leb!

Hinata hizo una mueca cuando la rubia le gritó apretando su brazo, no entendía la emoción.

-¿Es un robot?- preguntó mirando a la pantalla de Naruto de nuevo.

-Si, pero no es sólo eso-, Hime le contestó.

Hinata observó como Naruto daba un paso atrás cuando el bebé levantaba sus manitas a él. ¿Qué tenía? Ella no entendía por qué su cara de susto.

-¿Qué tiene de malo?- quiso saber.

Ten-Ten suspiró.

-Se está diciendo últimamente que la Unión será cancelada dentro de unos giros-, susurró inclinándose hacía las tres hembras para que sólo ellas la escucharán-. Las crías Bekirot serán puestas en su lugar. Sus circuitos están preparados para explotar si tienen algún mal trato, si lo aprietas muy fuerte o lo dejas mucho tiempo sin comer o sucio. Esta es la prueba más peligrosa que le han puesto a los machos en muchos giros.

Hinata frunció el ceño, no podía creer que fuera muy difícil cuidar de un bebé.

Un macho de todos fue él primero en tomar a una cría Bekirot, lo tomó del brazo para levantarlo y Hinata jadeó, esa no era forma de tomar a un bebé. Para mostrar el punto, la boca de la cría se abrió en un gritó agudo y explotó.

La pantalla fue salpicada de sangre y algo muy parecido a un brazo golpeó la pantalla, hasta que ésta se quedó negra.

Hinata no podía cerrar la boca ni los ojos, se sintió mareada de pronto. Su mirada voló a la pantalla de su compañero y apretó sus manos a la altura de su pecho, casi una posición de rezo.

-Naruto...

Naruto se puso en cuclillas mirando a un mini Naruto devolverle la mirada.

-No creo que seas necesario que estés afuera de mí, Kurama.

Naruto asintió cuando el Kyubi lo miró fijamente, Kurama entendió en seguida que necesitaba que le pasará información por el comunicador neuronal que tenía con Hime. Kurama hizo una mueca, pero volvió a su interior, Naruto no quería que el Consejo se enterará que había una comunicación, y esa era la mejor forma de hacerlo.

Volvió a mirar a la cría, perturbadoramente, demasiado igual a él. Los ojos eran enormes y celestes, su cabeza llena de cabello rubio dorado. La cría metió la mitad de su puño en la boca y lo chupo mientras él escuchaba la conversación en su cabeza.

-Debes ser cuidadoso, pero firme. Los bebés no se rompen, pero son delicados. Por lo menos este no es recién nacido- la voz de Hime parecía tranquila.

-No lo tomes muy brusco, ya uno de los machos ha muerto por tomarlo mal- gruñó Kurama.

-¡Fue brutal!- gritó la gata-. Extremidades volando por todos lados, creo que le vi las tripas también.

-No seas exagerada- bufo.

-¿¡Exagerada yo!?

Kurama gruñó, aunque parecía divertido.

-¡Mira...!

-Chicos, lamento interrumpir- los cortó Naruto con sus pensamientos-, pero no es para que discutan. Es para que me ayuden si necesito algo, no para que se estén peleando en mí cabeza y me distraigan.

-Es verdad-, Hime le dió la razón-. Así que, cierra el hocico Kurama.

Kurama sólo gruñó, pero se mantuvo en silencio.

-¿Cuál es la mejor forma de tomarlo?- preguntó Naruto, empezando a ponerse nervioso cuando la cría comenzó a agitarse.

-Nunca he agarrado a un bebé...

-Hime..

-Peeeroo, ¿Puedes dejarme terminar Kurama?- la gata parecía bastante enojada, se mantuvo en silencio unos segundos pero el Kyubi no habló ni hizo ni un ruido-. ¡Bien! ¡Gracias!... Dios, ¿por dónde iba?... A sí, toma a la cría por sus axilas, pasa tus dedos por debajo de sus brazos y tu pulgar en su pecho. Inténtalo, no es muy difícil.

Naruto extendió las manos, con cuidado. Cuando sus dedos tocaron su cuerpecito, saltó con el gritó de Hime.

-¡Recuerda! Firme, pero no brusco.

Naruto suspiró, se había asustado. Asintió aunque nadie más escuchaba lo que Hime le decía. Tomó a la cría y lo levanto justo cuando esté hacía señal de querer llorar.

Mantuvo a la cría alzada a la distancia de sus brazos extendidos mientras ambos se miraban a los ojos fijamente.

-¡Lo tengo!- gritó Naruto en su cabeza feliz, pero: -¿Ahora qué?

Los guardianes se mantuvieron en silencio lo que pareció una eternidad hasta que le llegó a su cabeza la voz de su compañera.

-¿Qué está haciendo?

Naruto no pudo evitar sonreír al escuchar la risa en la voz de Hinata. Había olvidado que podía escucharla si Hime estaba con ella.

-Creo que no sabe qué hacer con él- dijo la gata para Hinata-. Acerca el bebé a tu pecho- gruñó para él-. Pareces un idiota con el bebé así.

Naruto hizo una mueca y acercó a la cría a su pecho, mientras esté agitaba nerviosamente sus pies. Muchas veces había visto crías en el mercado y no parecía difícil. Lo acomodó en sus brazos, contra su torso y la cría se calmó. Naruto lo observó detenidamente y el parecido era casi escalofriante. Hubiera preferido una cría que se pareciera a Hinata, eso habría sido adorable.

Las luces se encendieron, mostrando una habitación espaciosa con distintos muebles, una hornalla vieja con juguetes esparcidos para crías. Miró al Bekirot enojarse cuando la luz le dió de lleno y tapó sus ojos con una mano mientras se levantaba. Sabía que si la cría lloraba, tenía al menos unos minutos antes de que explotará para resolverlo o huir, a menos que un daño físico fuera ejercido en su cuerpo, allí nada lo salvaría de la explosión.

Naruto se tapó con las manos los oídos mientras intentaba pensar. El Bekirot comenzó a llorar después que estuvieran jugando un rato con un pequeño muñeco suave.

-Tal vez tenga hambre-, dudo Hime en su cabeza.

-No lo dejes en el suelo idiota, levántalo-, exigió Kurama.

-¿Será que tiene el pañal sucio?- susurró Hinata a su gata.

Naruto tomó a la cría, colocándolo en sus brazos. Se detuvo unos segundos, hasta que parpadeó y volvió a llorar. Naruto maldijo por lo bajo y se apresuró a acercarse a la hornalla para calentarle un biberón. Ya había hecho esto en su preparación y fue rápido para prepararlo en ese momento. Un extraño tic-tac salió del pecho de la cría y Naruto se desesperó. Revisó que el alimento estuviera en condiciones óptimas para que no se quemará, y metió el biberón en la pequeña boca.

El Bekirot se calmó y comenzó a chupar entusiasmado.

Naruto suspiró haciendo eco de las tres voces que se escuchaban en su cabeza.

-Eso ha estado cerca- susurró mirando a los ojos grandes de la cría.

Sonrió cuando el Bekirot ladeó su cabeza sin dejar de observarlo ni tomar su alimento. Ya empezaba a acostumbrarse a verlo y no era tan raro. Podía imaginarse que esté podría ser la cría que tendría con Hinata, tal vez con la piel más pálida o el cabello negro azulado como el de ella.

Naruto acunó a la cría moviéndose a un lado hacia otro, mientras esté terminaba su biberón y comenzaba a cerrar los ojos con obvio cansancio. Cuando sólo quedaba muy poco líquido, el Bekirot dejó de chupar y se quedó con la boca levemente abierta y el cuerpo relajado en sueño.

- Debería hacerlo eructar- dijo Hinata y Naruto quiso besarla allí mismo al dar una idea que a él jamás se le habría cruzado.

-¿Cómo se hace eso?- le pregunto Hime, para que de paso le diera la información a Naruto.

- Debería colocarlo con cuidado en su pecho, con su cabecita en su hombro y dar golpes leves en la espalda hasta que eructe o vomite.

Naruto había continuado moviéndose, como si quisiera asegurarse que la cría estuviera bien dormido antes de hacer lo que Hinata había dicho. Esperó un tiempo determinado para hacerlo y se sintió orgulloso que el Bekirot eructará fuertemente en su oído. Dejó a la cría con cuidado en una mullida cama y comenzó a ordenar y limpiar lo que había usado.

Sería un largo día.

Naruto parpadeó cuando, en medio de un juego con los pies de la cría, un fuerte sonido vino de su tela protectora. Él estaba pasmado, observándolo fijamente, mientras el pequeño rubiecito hacía muecas de fuerza y un sonido largo y fuerte salía de su trasero. Naruto hizo una mueca cuando un fuerte olor llegó a sus fosas nasales. Dió un par de pasos tambaleantes hacía atrás tapándose la nariz, pero de nada le servía. El reflejo de escupir fue fuerte cuando el olor llenó su boca de un gusto descompuesto.

Naruto volvió a acercarse cuando los ruidos cesaron, el Bekirot seguía moviendo sus pies en furiosas patadas y sus manos subían y bajaban en frenéticas olas. Él sólo lo observó moverse un rato hasta que la cría hizo una mueca molesta y comenzó a chillar.

-Definitivamente es el pañal- dijo Hime.

Naruto entrecerró los ojos cuando escuchó su tono de burla.

- Definitivamente...

-No te envidio en nada ahora, Naruto. Eso debe ser una mina de popo.

Naruto hizo una mueca mientras preparaba la tela y una jarra para lavar al Bekirot. Comprobó que la temperatura fuera templada, ni muy caliente ni muy fría, y llevó el recipiente cerca de la cría mientras éste empezaba a llorar de nuevo. Le sacó la pequeña vestimenta de una pieza, que por suerte se abría de abajo, y se dió valor antes de abrir la tela que cubría sus genitales.

-¡Gran Hashirama!- gritó dando un paso hacía atrás, mareado del fuerte olor.

-¡Apesta! ¿Qué es eso? ¿Un sistema de defensa? ¡Por la memoria de todos los Kyubis!- Kurama gruñó-gritó en su mente.

Naruto intentó enfocarse de nuevo mientras los estornudos graciosos de Hime llenaban su mente. Retuvo la respiración mientras volvía a su lugar, pero sus ojos se llenaron de lágrimas por la apestosa popo de la cría. Su boca se llenó de líquido y tuvo que tragar con fuerza. La visión del desecho que había en la tela no lo ayudó mucho y el llanto del Bekirot sólo lo puso más nervioso.

-¡Házlo de una vez! ¡No pienses en eso!- rió Hime.

Naruto no quiso ni mirar cuando, con cuidado, sacó la tela del cuerpo de la criatura. Lo hizo una bola y, rápidamente, lo tiró en un tacho con tapa para que él fuerte olor no saliera. Llegó a su clon con unos pocos pasos y lo tomó como había aprendido y lo sumergió en el agua hasta la cintura. El Bekirot dejó de llorar y lo miró fijamente mientras llevaba su puño a la boca y lo chupaba.

-Eres un arma de doble filo, amigo- dijo Naruto mientras comenzaba a bañarlo, intentando distraerse de las risas de la guardiana en su cabeza.

- Hubiera sido bueno tenerlo en la primera prueba. Hinata podría haber nockeado al Jinjo con su cubridor-. Naruto sonrió por la ocurrencia de Kurama.

-¡Que exagerado eres!

-Eso porque no lo haz olido. Ese cachorro es un peligro cuando está cagado.

-¡Dios Kurama! Es sólo un bebé...

-Entonces algo está mal en ese cachorro. No es sano. Revísalo Naruto, ese Bekirot está roto o algo.

Naruto arrulló a la pequeña criatura mientras la limpiaba, ignorando la charla de los guardianes. El Bekirot empezó a golpear el agua, mojando su torso en el proceso. Naruto rió mientras él también jugaba un poco con la cría.

La hora de la comida había llegado. Naruto tenía una serie de vegetales y carnes en un surtidor, pero salían completamente crudas cuando él las pedía. Entonces debía cocinar para la cría y para él, suponiendo que el Bekirot ya pudiera comer alimento sustancial.

Naruto lo observó de cerca.

-Debe tener alrededor de un giro, cachorro. Debes darle más vegetales que carnes y nada de condimentos. Deben ser naturales.

Naruto asintió a la información que le proporcionó Kurama y comenzó a cortar los vegetales, pero con el Bekirot que estaba en la cama a la vista. La cría se mantenía sentado con muchos juguetes suaves al rededor y esponjosas almohadas como una muralla. Naruto no quería sacarle la vista de encima y, por eso, varias veces se cortó dos dedos. No le importaba eso, él necesitaba que el Bekirot no se cayera de la cama.

Tenía todos los vegetales preparados para cocinar, pero debía darle la espalda mientras los cocinaba. Estaba en una encrucijada.

-¿Qué debo hacer?- le preguntó a los guardianes-. No quiero sacar la mirada de encima, podría caer y estoy muerto...

-¿Por qué no lo bajas?- dijo simplemente Hime-. Hazle una barricada con almohadones, como en la cama, pero en el suelo. Lo pones en un lugar donde puedas verlo y que no pueda hacerse daño. Dale varios peluches para que se entretenga.

-Esta bien.

Naruto comenzó a preparar los almohadones en una esquina de la habitación, después de acomodar todo tomó al Bekirot y lo puso en medio. Este se sentó y tomó un juguete suave y comenzó a golpearlo contra el suelo mientras balbuceaba. Naruto aprovecho para comenzar a cocinar.

Los vegetales que había elegido eran de rápida cocción y una vez que estuvieron los puso en un plato, dejándolos enfriar y se puso a hacer su comida.

Sus hombros se sentían llenos de tensión, era normal cuando estabas tan nervioso. Pero jamás habría creído que el cuidado de una cría fuera tan estresante. Cuando dió vuelta el filete, saltó asustado y corrió al Bekirot cuando esté se paró tambaleante en sus dos pies.

-¡No lo agarres!- gritó Hime en su mente.

Naruto se detuvo a una muy corta distancia, sin agarrarlo lo observó con ojos enormes mientras éste daba un tentativo paso. El Bekirot le devolvió la mirada y le fue imposible no sonreír con él cuando su pequeña expresión se llenó de orgullo por sí mismo. Dió un paso más y cayó de panza sobre uno de los almohadones que servían de tope. Un dulce y particular sonido salió de la cría y se dió cuenta que estaba riéndose.

Naruto se dejó caer de bruces mientras suspiraba, relajándose. Un olor fuerte a quemado llamó su atención y gimió corriendo a la carne, un humo negro salía de allí.

-Debes comer- gimoteo mientras intentaba darle otro vegetal con el mismo resultado.

El Bekirot hizo una mueca y tomó el alimento de su boca y lo estrelló contra la mesa. Naruto suspiró.

-¿Qué puedo hacer?

Los guardianes se mantuvieron en silencio, él supuso que pensando en una opción. Naruto se cortó un pedazo del filete que había podido salvar de la carbonización y cuando estaba a punto de ponerlo en su boca, se percató que el Bekirot miraba a la carne con ansias. Él frunció el ceño y miró entre la cría y el filete, alejó su cubierto hacía un lado y los ojos celestes lo siguieron. Volvió a hacerlo para el otro lado y obtuvo la misma reacción. Con una sonrisa agarró el pedazo con los dedos y se lo extendió. El Bekirot abrió su pequeña boca con apenas dos dientes y colimillitos afilados y comenzó a masticar. Naruto se maravillo de la expresión de felicidad en su pequeño rostro mientras golpeaba la mesa excitado por el nuevo sabor. Decidió darle carne mezclada con vegetales, aunque algunos los tiraba o escupía, comió la gran mayoría.

Naruto aprovecho para limpiar mientras la cría dormía plácidamente en la cama. Acomodó los almohadones y juguetes que había usado. Suspiró cuando se sentó en la cama y dejó caerse de espaldas. Giró su rostro para ver al Bekirot, confirmando que nada perturbará su sueño y cerró los ojos.

Sólo necesitaba unos minutos de descansó.

Los ojos de Naruto se abrieron de golpe al sentir un muy leve picor en su mejilla. Redondos ojos celestes lo miraban desde arriba y...

Plafff

Su pequeña mano golpeó de nuevo su mejilla y él Bekirot carcajeó divertido. Naruto frunció el ceño y se llevó la mano a la zona afectada, eso si había picado.

-Eres un caso...- susurró.

-De-de-de- balbuceó el Bekirot.

-Si, si claro- le contestó mientras se sentaba y apartaba a un lado a la cría.

El Bekirot comenzó a gatear en sus cuatro patas al centro de la cama y tomó un juguete suave para golpearlo contra el mullido colchón. Naruto hizo una mueca, era una cría violenta. Miró al reloj que marcaba la duración de la prueba, pero no había nada que mostrará cuando terminará.

-¿Algún macho a terminado la prueba ya?- preguntó mientras se estiraba lentamente los músculos tensos.

-No, ¿Hime dijeron cuando se termina la prueba?

-No lo han dicho, ya no hubo explosiones sin embargo. La mayoría ha podido resolver todo como Naruto. Pero nadie sabe cuándo terminará la prueba. Por lo menos...- Hime detuvo su discurso y Naruto se tensó.

-¿Por lo menos qué?- le preguntó nervioso.

-Eres uno de los pocos que han podido dormir una siesta con el bebé. La mayoría se ha mantenido alerta, aunque no les sirvió de nada.

Naruto suspiró, pensando que habría pasado algo más. Estaba por preguntar algo pero se detuvo cuando el Bekirot gateo a él y le extendió el juguete suave que estaba usando. Naruto lo miró con el ceño fruncido.

-¿Qué? ¿Quieres que lo tome?- le pregunto y se sintió estúpido mientras esté inclinó el rostro con curiosidad. Él rodó los ojos-, quieres jugar ¿eh?

El Bekirot sonrió y aplaudió con sus pequeñísimas manos, dando pequeños rebotes con su trasero. Naruto sonrió, sin poder evitar sentirse contagiado con su entusiasmo.

Hinata sintió su corazón convertirse en un charco cuando observó la escena tan conmovedora en la pantalla. Naruto, enorme y musculoso, jugando con un pequeño bebé con peluches. Sonrió sin poder evitarlo, Naruto sería un excelente padre cuando tuvieran a sus propios bebés. Lo imaginó en la casa que estaban haciendo para ellos, con varios niños de diferentes edades rodeándolo y se sintió llena de anhelo y felicidad.

-¿Por qué sonríes?- le pregunto Hime viéndola desde su regazo.

Hinata sonrió aún más.

-Me da mucha ternura Naruto, será un excelente padre.

Hime estornudó divertida.

-¿Pensando en los bebés o cuando lo van a hacer?

-¡Hime!- la reprendió con el rostro caliente.

La gata se rió más fuerte.

-¿Ya haz estado con Naruto?- susurró Ino acercándose a ella.

-¿Eh?- Hinata saltó por la pregunta tan personal.

-¿En serio ya han copulado?- preguntó a su vez Ten-Ten haciendo el mismo movimiento de la rubia.

Hinata se mordió el labio, queriendo que la tierra le tragara. Sabía que no podía decir nada, que pasaba si alguna de ellas se hacía pasar por su amiga sólo para sacar información. Hime se tensó en su regazo, haciéndole saber que seguramente tenía el mismo pensamiento.

-Cl-claro que no- contestó después de unos segundos.

-Hmm- murmuró Ino dándole una sonrisa cómplice. Ten-Ten se rió con connivencia.

-¡Ya basta!- susurró furiosamente Hinata, sintiendo que algunas miradas de las hembras caían en su grupo.

Las chicas rieron un poco más, pero ella ya no les prestaba atención cuando miró a una de las hembras. Sakura Haruno estaba en una esquina de las sillas, justo frente a la pantalla de su macho, pero lo que sorprendió a Hinata fue verla sola. La hembra tenía una expresión desafiante en su rostro, era dura y se notaba que era algo altanera, pero se preguntó si de verdad le gustaba estar tan sola. La hembra Haruno la miró con sus ojos verdes fríos y ella intentó sonreír, puede que le cayera mal al principio, pero ella la había ayudado cuando Hime había quedado atrapada en la escolopendra gigante. La hembra entrecerró sus ojos e hizo una leve reverencia de cabeza, reconociendo su saludo y rápidamente desvío la mirada a la pantalla de su compañero. Sabía que ella era la que le seguía con puntajes, y después de ella estaba Ino, Ten-Ten se mantenía en el quinto lugar y tenía la esperanza de ganar a la hembra Haruno para llegar al podio de tres puestos.

Hinata suspiró mirando de nuevo a la pantalla de Naruto y volvió a sonreír.

Él bebé robot tenía los dedos índices de Naruto en sus puñitos e intentaba dar pasos por el piso. Era una de las imágenes que más le quedaría de toda esa prueba seguramente.

La noche ya había llegado y estaba de nuevo con el Bekirot en la mesa. Ambos comiendo vegetales con carne, sólo que la cría los tenía cortados muy chiquitos para no ahogarse. Naruto estaba empezando a preocuparse, recordaba que habían dicho que tenía que cuidar al Bekirot pero no dijeron cuánto tiempo. Esperaba que esa prueba terminará de una vez.

Necesitaba desesperadamente a Hinata.

Hacia mucho que no sentía sus dulces labios o su suave piel. O el sólo hecho que oler su esencia tranquilizadora. Hace rato no escuchaba a Kurama y a Hime y estaba sospechando que el Kyubi se había dormido, cortando así la comunicación. Prácticamente después de que hablarán de la duración de la prueba y que la cría quisiera jugar.

Suspiró por una cuarta vez desde que había empezado la cena.

-¿Sabes? Eres muy demandante- le habló al Bekirot, sólo para sacar sus pensamientos de su cabeza ya que nadie le contestaría allí.

Naruto masticó su carne mirando a la cría que se la devolvía con curiosidad.

-Hinata es mí compañera, ya sabes la que te sacó del Castillo de Leb. Ella podría ser tu Yaya, si es que fueras una cría real-. Naruto frunció el ceño mientras cortaba la carne-. Pareces bastante real igual, si no tuvieras un explosivo en tu pecho en vez de corazón.

El Bekirot dejó de jugar con la comida y comenzó a mirarlo fijamente. Naruto no se percató de eso, y siguió hablando.

-Ella es hermosa, muy tierna y cálida. Sé que será una excelente Yaya cuando tengamos a los nuestros. Ella es protectora con su guardiana, es una gata con mucho carácter igualmente, como ella-. Naruto rió un poco.

-¿Sabes? A veces me preguntó si será un buen Yeye...

-¿De-de?- preguntó el Bekirot, interrumpiéndolo.

-Si, Yeye-, contestó él sin darse cuenta. Pero se detuvo con la comida a medio camino de su boca, mirando a la cría-. ¿Que acabas de decir?

-¡De-de!- gritó emocionado.

Naruto parpadeó y dejó su comida en el plato. ¿Y si...?

-Yyee-yyee- le repitió lentamente.

-Dee-dee.

Naruto sonrió, acercándose un poco más al Bekirot, sintiendo que una emoción extraña se esparcía en su pecho.

-Yy-ee-yy-ee.

-Iie-iie.

-Ye-ye.

-Ie-ie.

Naruto rió por las caras extrañas que hacía el Bekirot mientras intentaba imitar el sonido que él hacía.

-Yeye, con Y, no con I. Yyyyyye.

-Iiiiiiie.

Naruto se rascó la cabeza, sin saber cómo hacer para que la cría repitiera sus palabras. Estuvo casi toda la cena intentado que el Bekirot repitiera, pero él estuvo un rato y después perdió interés, comenzando a comer de nuevo. Naruto decidió no atosigarlo y después seguir intentado.

El Bekirot estaba tomando su limpieza, después de ensuciar su tela de nuevo. Su olor había sido lo bastante malo para despertar de nuevo a su Kyubi y ambos guardianes estaban discutiendo de nuevo en su cabeza.

-Gran momento para tomar una siesta grandulón.

-Naruto lo estaba manejando perfectamente. Además me despertaría automáticamente si él pasaba algún peligro.

-¡Que gran alivio!

Kurama bufo.

- Como si no hubieras dormido, estoy seguro que te echaste una siesta antes de que yo.

-Chicos...

Hime jadeó.

-¡Pero yo no estoy en una prueba!

-No es tan peligrosa, o sino me hubiera despertado antes.

-Chicos...- Naruto quiso llamar su atención de nuevo, pero ellos no le prestaban atención.

-Siempre escusas. Esa es la prueba de que los machos no cambian por más que sean de otro planeta...

-Chicos...

-Como si fuera que las hembras cambiarán mucho...

-¡BASTA!- Naruto suspiró cuando por fin se mantuvieron en silencio-. Creo que ya sé cómo terminar la prueba.

-¿Cómo?- preguntaron ambos.

-El Bekirot está en etapa que empieza a decir sus primeras palabras. Debo lograr que diga Yeye, que me llame Yeye.

Ambos guardianes se mantuvieron en silencio y escucharon al Bekirot balbucear mientras estiraba sus brazos hacia Naruto.

-Ie-ie-ie...

-Puede que estés en lo cierto- susurró Hime.

-¿Conocen alguna técnica para que pueda aprender? Durante la cena logré que dijera ieie, antes decía dede-. Naruto tomó al Bekirot y lo sacó del agua con un trapo suave para secarlo mientras lo llevaba a la cama.

-No pues, jamás he tenido un cachorro. Preguntémosle a la enciclopedia Kyubi-. El tono de Hime llena de diversión.

Kurama gruñó.

- Los Kyubis no tenemos cachorros. Pero recuerdo cuando estuviste en esa etapa... - Agregó rápidamente-. Aprendiste fácilmente, sólo tienes que repetirlo muy lento justo cuando el Bekirot te mira fijamente y serio. Logra que te mire los labios y no los ojos y lo tendrás hecho.

-De acuerdo. Gracias- respondió Naruto mientras vestía rápidamente, pero con cuidado, al Bekirot.

Naruto lo vio bostezar y no quería que duerma, tenía muchas ganas de estar con su compañera ya. Sentó a la cría y le dió el juguete suave que más le gustaba y este lo tomó, lo miró dándole vueltas en sus pequeñas manos.

-¿Sabes? Creo que deberías ayudarme a terminar esta prueba- le dijo intentando que lo mirará.

El Bekirot hizo eso mismo, sus ojos aunque a media asta se fijaron en sus labios. Naruto sintió la adrenalina correr por su sistema, se preparó para terminar de una vez por todas a la prueba.

-Yyee-Yyee

Naruto retuvo el aliento cuando el Bekirot abrió sus ojos, más despierto y volvió a repetir la palabra.

-Yyee-yyee.

-Yyye-yyee.

-¡Si! Yeye- Naruto estaba eufórico y casi salta en la cama. Se señaló a si mismo y lo dijo por último vez-. Yeye.

Los ojos del Bekirot fueron a los suyos y su rostro, aunque chiquito, tuvo una expresión tan llena de adoración que a Naruto se le cortó la respiración.

-Yeye-, dijo con una sonrisa de dientes y colmillos pequeños.

La habitación se iluminó de un blanco cegador y cuando Naruto pudo ver mejor después de unos parpadeos estaba en su apartado para las pruebas.

Había pasado la prueba, por fin...

¿Entonces por qué sentía que había abandonado a su cría?

Hinata caminó apresuradamente detrás de Hime, ambas llendo al apartado de Naruto. Por fin había logrado terminar la prueba y como no estaban seguros cuando los demás machos se darían cuenta cómo terminarla, se les permitió irse a su casa a descansar.

Hinata abrió la puerta y saltó sobre Naruto cuando éste se volteó a verla. Lo había extrañado y sentir sus brazos fuertes y su cuerpo cálido contra ella fue como volver al paraíso.

-Te eché de menos - susurró mientras enterraba más su mejilla contra el torso de él.

-Yo también lo hice- Naruto acarició su espalda y sonrió al inspirar una bocanada del perfume del suave cabello de Hinata.

Estuvieron un buen rato abrazados, sólo disfrutando del calor de cada uno y su contacto. El cuerpo de Hinata se sacudió cuando la gran mano de Naruto se cerró sobre su trasero y apretó la mejilla. Cuando ella tiró la cara hacía trás para mirarlo, él sonrió antes de besarla profundamente. Sus piernas perdiendo la fuerza, ella encerró sus manos en la nuca de Naruto para no caerse a los pies de él.

Naruto mordió su labio para profundizar el beso y apenas fueron conscientes de que los guardianes salían del apartado y cerraban la puerta para que ellos quedarán completamente solos.

Hinata gimió cuando ambas manos del rubio fueron a su trasero y la aplastaron contra él, abriendo sus manos uso sus mejillas para alzarla y quedarán con las caderas alineadas. Naruto se movió hasta anclar a Hinata contra la pared, su cuerpo apretándose contra ella. Hinata uso sus piernas para rodear la fina cadera masculina y jadeó cuando el duro y ancho miembro del macho golpeó contra su húmedo núcleo.

-Naruto-, lloriqueo teniendo muchas ganas de sentirlo dentro de ella.

Naruto gruñó mientras una de sus manos la soltaba para ir a su fijación y rápidamente la abría. Su polla saltó fuera, adolorida y dura como una piedra, ya estaba listo para explotar con sólo sentir a Hinata. Pero también sabía que ella era pequeña y debía prepararla para que pudiera recibirlo. Uso esa misma mano para explotar el calor de su coño y gimió al sentirla tan mojada.

-Estas tan húmeda para mí. Tu coñito llora por mí polla ¿no es así, dulce?- gruñó a la altura de su oído.

Hinata tembló, de pies a cabeza y gimoteo mientras sus gruesos dedos acariciaban lentamente sus labios vaginales para sólo rosar su palpitante clítoris.

-Por favor, Naruto- rogó agitando sus caderas intentando apretarse contra los dedos que jugaban ligeramente contra su coño.

-¿Qué quieres mí dulce?- su lengua salió disparada para pasarla por su oreja, para después morder levemente el lóbulo-. ¿Quieres que coma ese sabroso coño? ¿Humm?

Hinata jadeó al sentir que más líquido se escurría de su vagina, mojando sus muslos y los dedos de Naruto. Su respiración errática y el golpe de su corazón podrían haberla asustado, pero gimió por más. Naruto tarareo mientras sumergía un dedo en su calor, ambos gimiendo por las sensaciones. Naruto comenzó a entrar y salir con su grueso dígito mientras con su pulgar acariciaba suavemente su clítoris con movimientos de arriba hacia abajo. Hinata apretó las uñas en los anchos hombros desnudos de Naruto, sintiendo su piel caliente y llena de sudor.

-Naruto.. - se quejó, porque no era suficiente para ella.

El rubio sumergió más su cabeza en el hombro de ella, y pellizcó, muy suave, su piel con sus dientes y colmillos. Hinata se agitó, su coño apretándose pero no era suficiente para llegar al deseado clímax.

-Por favor, Naruto... Por favor-, suplicó con una pizca de urgencia en su voz.

El macho gruñó en su cuello, su dedo se curvó en su coño y apretó más fuerte en su clítoris. El orgasmo de Hinata fue tan cegador que su vista se volvió completamente blanca, quiso gritar pero su garganta se cerró mientras su boca se abría sin un sonido, su cuerpo convulsionó contra Naruto.

Naruto no pudo reprimirse más cuando sintió las vibraciones en el coño de Hinata. Apartó el dedo de un tirón y tomó su polla desde la base y la guió frenéticamente contra su entrada. Al contrario de sus ansias de sumergirse en ella de golpe, fue lentamente reteniendo la respiración y sudando a mares. Se detuvo cuando estuvo completamente dentro de ella, tomándola con ambas manos su redondeado trasero para sostener el flojo cuerpo de su compañera y salió despacio para entrar duro.

Gruñó mientras sus embestidas subían de fuerza y rapidez, haciendo que Hinata saltará y jadeará cada vez que él se zambullía en su interior. Los pequeños pies de Hinata golpeaban contra su trasero apretado mientras su cuerpo se tensaban por la fuerza de sus embistes, hudiéndose una y otra vez contra ella. Hinata gemía cada vez más fuerte y él gruñó desde el fondo de su garganta.

-No grites, Hinata- una de sus manos subió a su boca, la tapó para amortiguar el sonido. Estarían perdidos si alguien los veía copulando.

Naruto gimoteo cuando los ojos lilas de Hinata lo miraron, lleno de lujuria, calor y amor. Él mostró sus dientes, sintiendo como su cálido y apretado coño comenzaba con las contracciones, eran imposibles para él no rendirse a eso. Naruto se lanzó contra su propio brazo y se mordió justo para salir en el último momento cuando su semilla reventó fuera de su polla. Hinata gritó bajo su palma y él gruñó contra su brazo mientras ambos temblaban por sus poderosos clímax.

Naruto fue perdiendo su fuerza mientras su semilla salía de él, ambos cuerpos sudorosos fueron resbalando de la pared, para terminar en el suelo. Hinata sentada con sus piernas flojas al rededor de las caderas de un Naruto arrodillado.

Cuando ambos volvieron a sus propios cuerpos y fueron concientes de donde estaban, se miraron y rieron divertidos.

Hasta que Hinata se percató del hilo de sangre que corría por la barbilla de Naruto, frunció el ceño mientras llevaba su mano allí.

-¿Y esto?

Naruto miró sus finos dedos y sonrió de forma juguetona, mostrando unos dientes blancos y colmillos con puntas rojas.

-Me mordí el brazo para no gritar- casi ronroneo con una mirada caliente-. Te sientes tan bien desde adentro. Suave, calentita, apretada y mojada. No puedo evitar ser vocal.

Aunque estaba sonrojada por los maravillosos orgasmos que Naruto le había dado, sintió el calor más fuerte en sus mejillas.

-Tu también te sientes muy bien dentro de mí- Hinata admitió mientras centraba su mirada en sus gruesos labios. Lo vió morderse el inferior y volvió su vista a sus ojos.

Otra vez, sus claros ojos se habían oscurecido y estaban llenos de hambre. Su cuerpo respondió instantáneamente a eso, sus pezones en punta rogando un poco de atención.

-Vamos a casa- gruñó Naruto cerrando su mirada en sus senos-. Quiero probar cada parte de tu delicioso cuerpo y sumergirme en tu apretado coño toda la noche.

Hinata tembló, llena de anticipación.

Ella también lo quería.



Por fin! Por fin han terminado las pruebas solitarias, sólo faltan la de parejas y ya estaremos llegando al final... ¿Ansiosos? Yo ni sé que esperar XD...

Ahora con respecto al capítulo...

¿No era tierno ese mini Naruto? Pensé en todo lo que tiene miedo un padre primerizo y salió esto jaja.

Pero... ¿Será que alguien los vió o escuchó? Mmmm, las cosas se ponen picantes... Veremos veremos qué pasa después...

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