—No hables mucho, mira hacia allá —Light señaló un lugar que se encontraba a una cierta distancia de los niños —. Esas son unas niñas jugando a las muñecas, y si no estoy mal, posiblemente tengan tu misma edad.

Sofía miró el lugar que decía Light y con un rostro un poco apenada, respondió:

—Y-yo ya pasé esa etapa, además, yo soy un poco diferente a esas niñas, yo soy más maduras que ellas.

Light no pudo evitar reír un poco debido al comportamiento y comentario de Sofía.

—Si, si. Cómo la joven señorita diga —dijo Light con vos juguetona.

Cuando Sofía estaba a punto de hablar, una voz interrumpió su momento.

Light de inmediato reconoció la voz y volteó a su derecha donde provenía dicha voz.

—Adam, un tiempo sin verte —saludó Light con una sonrisa.

—Lo mismo puedo decir, ¿Cómo has estado? —respondió Adam con una misma sonrisa.

—Muy bien, y por lo visto, tu también estás bien —contestó Light con una ligera risa.

Adam se encontraba equipado con una pechera de cuero y hombreras que también estaban hechas de cuero. El cuero que formaba su pequeña armadura era muy resistente, por lo que sufrir rasguños o aguantar una que otra estocada entraban al margen de protección.

Además de tener pechera y hombreras, también tenía muñequeras que cubría medio ante brazo y la parte superior de la mano. Por último, en su cintura portaba una espada.

Cuando Light observó a Adam, podía notar un aura de orgullo y gran autoestima. Supuso que era por ser un guardia y tener un porte de "autoridad".

Adam contestó el comentario de Light con una risa agradable. Él más que nadie sabía cómo se sentía, y eso lo hacía feliz.

Sofía estaba aún sentada a un lado de Light, observando la charla. Ella no conocía para nada a la persona que se acercó, por lo que decidió mantenerse callada hasta que, si acaso, la mencionen.

—Por cierto, Adam, ¿Andas patrullando esta zona? —preguntó Light.

—En parte si, pero en realidad es debido a que tanto tú madre, como la señora Susan y la señorita Marily convocaron una reunión en la plaza del pueblo —Adam mediante respondía, mostraba un gesto de confusión.

Light notó su gesto, por lo que supuso que Adam tampoco sabía sobre lo que iba a suceder. Es entendible, su padre a pesar de tener un carácter estricto, también se podía notar lo sobreprotector que era con su hijo.

Querer involucrar a su único hijo en un gran peligro definitivamente no estaba en sus planes. Pero, tampoco podía evitar el echo de que en algún momento todo se daría a la luz.

Light pensó que el padre de Adam esperó hasta este momento para que su hijo supiera la noticia.

—Mmmm... Ya veo —respondió Light en un todo un poco serio—. ¿El llamado se hizo a todos en el pueblo sin excepción?

—No, ordenaron que solo los adultos y los ancianos participarán en la convocatoria —contestó Adam—. ¿Sabes? No sé por qué, pero por alguna razón siento que nada bueno saldrá de esa supuesta reunión.

Su rostro volvía a mostrar ese estado de confusión y duda, pero, para evitar eso, Light desvió el tema haciendo otra pregunta.

—Supongo que son asuntos de adultos, eso ya está fuera de nuestra jurisdicción, joven guardia —bromeo Light, lo cual funcionó, ya que Adam se echó a reír—. Además, ¿Cómo vas con el entrenamiento? ¿Te has hecho más fuerte?

Adam a la repentina pregunta, desvió la mirada un momento al cielo, como si estuviera recordando momentos dolorosos, y cuando terminó de recordar, contestó con un tono entre risa forzada:

—B-bien, he progresado bastante.

Al ver la expresión y el tono con el que respondió, Light no pudo aguantar la risa.

Sofía por otro lado, se sentía excluida. En ningún momento se le mencionó y tampoco entendía muy bien de lo que hablaban el par de amigos.

—¿Saben? ¡Ya me cansé de que me ignoren! ¿De qué rayos hablan ustedes?

Estar al lado sin poder decir nada, la agonía ya calcomanía a Sofía, quien a pesar de ser algo tímida, también era una niña que le gustaba hablar.

Sofía simplemente no había tenido el tiempo ni el momento adecuado para socializar. Después de vivir tales situaciones en la vida, necesitaba despejar su mente y conocer a nuevas personas.

También se sentía confundida al escuchar de lo que hablaban Light y Adam. Ella no entendía nada, nada sobre la supuesta reunión, joven guardia, entrenamiento. La pobre se sentía muy fuera de lugar.

Se le hacía increíble entender y comprender que los niños solo piensan en entrenar y cosas de grandes. Para Sofía, este pueblo le empezaba a parecer raro.

Light al escuchar a Sofía, inmediatamente volteó a verla y con una sonrisa irónica, se acordó de ella y dijo:

—Adam, ella es una amiga que actualmente se queda en nuestra casa con su madre, su nombre es Sofía —Light presentó a Sofía lo más sencillo posible, lo cual procedió a presentarle a Adam a Sofía—. Y Sofía, el es Adam, un amigo que se convirtió en un guardia de nuestro pueblo siendo tan joven debido a su buen talento para el combate.

Sofía se quedó pensando un rato y observando detalladamente a Adam. Era cierto que se veía muy joven, y que el uniforme lo delataba, pero Sofía también había pensado que solo se disfrazaba para parecerse a los guardias del lugar.

Adam por otra parte, miró un momento a Sofía y la aprecio un momento. Tampoco quería incomodar a la niña, por lo que desvió su vista a Light otra vez.

—Bueno, tampoco soy tan talentoso. Comparado a ti, que me derrotaste en dos ocasiones, aún me falta —argumentó Adam entre risa.

Sofía ahora lo tenía claro en su mente. El pueblo donde se encontraba era raro. Había gente muy buena, también eran muy activos siendo tan trabajadores y serviciales, al mismo tiempo había muchos adultos que asumían la responsabilidad de proteger el pueblo.

Y para rematar, existían tanto niños como jóvenes muy talentosos. A Sofía se le hacía imposible pensar en como un pueblo tan próspero en distintos aspectos no están bajo la protección de alguien con el estatus de varón, aunque sea.

Su pueblo lamentablemente no tuvo ni la las mínima ayuda del gobierno que existía en la región. Además, su pueblo tampoco era tan admirable como en el que estaba actualmente.

Aquí tenían hasta a una maga curandera, allá apenas y tenían a un hombre que sabía usar la espada y era el que se encargaba de enseñar a los jóvenes. Y tampoco los jóvenes eran tan talentosos.

Simplemente trágico.

Light se sintió un poco avergonzado al escuchar el comentario de Adam, por lo que respondió quitándose el halago de encima.

—Oh, por favor, solo no tienes el conocimiento y entrenamiento adecuado. Si fueras un poco más adiestrado en tu profesión, definitivamente no tendría ningun chance.

'Claro, si yo no llegara a usara mi magia elemental'. Pensó Light para si mismo.

—Bueno, cambiemos de tema por favor. No quiero sentirme más confundida.

—Esta bien, Adam, deberías de seguir con tu trabajo, aún hay gente en este parque.

En vista a lo que dijo Light, Adam asintió y se despidió para así seguir con su misión encomendada de reunir a las personas en el pueblo.

Light tenía ganas de asistir a esa reunión, pero escuchar una vez más de lo mismo lo iba a aburrir. Tampoco podía darse el lujo de ir, ya que tenía a Sofía y, si llegara a escuchar de que los mismos bandidos que arrasaron su pueblo, harían lo mismo con este, no habría dudas de que recaería tanto psicológica como físicamente.

Sofía estaba avanzando muy bien en su recuperación, y cualquier alteración repentina podría darle un bajón de tensión y a su vez de energía. Tanto la medicina como la magia que había usado su abuela, se vendrían afectados.

Todo eso lo explicó Susan, haciéndoles entender que por el momento, aunque Sofía este mejorando bien, nada aseguraba de que se recuperaría si sufría cualquier tipo de daño.

Es por eso que Light descartó la idea de ir a la reunión. Además, él ya podía darse una idea de cómo sería la situación una vez mencionen el tema. Por lo que, decidió elegir lo mejor y evitar problemas.

Light se levantó con Sofía y siguieron caminando por el pueblo. Light evitó caminar por el camino que daba a la plaza, así que tomó una ruta que iba hacia los terrenos de cultivo y criaderos de animales.

                               ••••

Mientras Light y Sofía se dirigían a los campos, en la plaza del pueblo se empezaba a aglomerar las personas tanto adultas, como ya ancianos.

Que tanto la esposa del líder de los guardias y que al mismo tiempo es la yerna del jefe del pueblo, la maga curandera y la mujer con un sentido de liderazgo que es reconocido por el pueblo hagan una convocatoria; sin duda dejaba a la gente pensando.

Los pensamientos que tenía la gente tampoco rondaba sobre los peligros o alguna amenazada que podría acechar en el bosque. Las personas más bien pensaban que podría tratarse sobre el festival que se llevará a cabo dentro de poco.

Era entendible querer hacer una reunión tan de repente, tal vez, para ellos, creían que este festival sería mucho más activo y más beneficioso que los otros.

Marily, Susan, Ailyn y Sara, se encontraban las cuatro sobre una plataforma. La plataforma tenía dos escaleras en ambas esquinas laterales, y en cada escalera, había un guardia.

Lo mismo sucedía bajo la plataforma, que era custodiado por tres guardias más marcando un perímetro para distanciar a la multitud. Las cuatro mujeres estaban una al lado de la otra, con Ailyn tomando la posición del medio y Susan y Marily estando un solo paso detrás junto a Sara.

El padre de Adam estaba protegiendo las espaldas de las cuatro damas, y al mismo tiempo observando a las personas que se iban reuniendo.

Ver tanta seguridad hizo que las mentes de las personas se hicieran una pequeña historia de que posiblemente la reunión iba más allá de una simple discusión para el festival.

Pero el pensamiento era breve y solo fue en modo de instinto pasajero que llegaron a pensar unos pocos sobre eso.

Ailyn al ver que prácticamente estaban ya todos reunidos, empezó a hablar de forma un poco fuerte y con un tono de voz suave.

—Espero que puedan darnos una disculpa por convocarlos a todos aquí tan de repente. El motivo por el cual fue hecho esta reunión se dirá en breve, pero antes de eso, quiero decirles que espero y en todo momento sean comprensibles y se tomen lo que diremos con calma, por favor —Ailyn era conocida por ser una mujer amable y tranquila, pero al mismo tiempo, tenía un sentido de liderazgo y una voz de convención tan potente que se le era casi imposible reprochar sus palabras para la gente—. La que dará la información será Marily, por lo que vuelvo a repetir, espero y mantengan la calma en todo momento, gracias.

Dando Ailyn un paso atrás, Marily aprovechó de forma inmediata para dar ella un paso hacia adelante.

La gente se sintió confundida. Decir que mantuvieran la calma, ser comprensibles, tener un aumento de seguridad distinto al festival anterior. Ahora esa pequeña duda de que algo pintaba mal, ya se le hacía las notorio a la gente.

Los ancianos, se sentían un poco preocupados. Al ser personas que han vivido mucho tiempo, sus instintos de percibir que algo iba mal era mayor al resto. En cuanto a las personas adultas, la angustia se iba reflejando un poco en sus rostros.

Ailyn los observó y no pudo evitar suspirar un poco. Ella podía entender como se estaban empezando a poner la gente, por lo que, sin importar lo mucho que haya recalcado mantener la calma, sin duda sería algo imposible en una situación como la que se avecina.

—Puedo sentir que algunos de ustedes ya empezó a sentir intranquilidad, así que, para no hacerlos alterar lentamente, por favor, absténgase a mantener la calma y permanecer no tan alterados —empezó a decir Marily con un tono serio y fuerte—. Pueden que ya lo hayan notado, pero la seguridad de nuestro pueblo aumentó en estos pocos días, y los horarios y lugares que no se custodiaban antes, ahora sí se vigilan. Toda esta cuestión es debido a una amenaza que se ha vuelto imposible de evitar.

En el preciso momento que Marily mencionó la palabra "amenaza e inevitable", la angustia y preocupación de las personas se dispararon hacia el cielo.

Sus rostro no mostraban nada más que preocupación y murmullos se empezaron a escuchar entre ellos mismos.

No habían mencionado muy bien cuál era la amenaza y que tan peligroso sería para su pueblo, cuando ya las personas empezaron a sentirse impacientes y a perder la calma.