El rey Kim Nam Joon miraba con tristeza los campos de Daegu áridos, donde antes se veían los campos verdes llenos de vida que las ninfas cuidaban, la guerra parecía no tener fin, las viudas lloraban por sus esposos muertos y ahora los más jóvenes se preparaban para continuar con la guerra.

Se alejó de la ventana del castillo, esto no podía seguir su hijo menor Tae Hyung el único sobreviviente de su linaje se alistaba para la guerra al día siguiente.  Era muy triste ver el corazón roto de su consorte Kim Seok Jin, despedirse de su hijo.

Eso lo hizo terminar de decidirse y mando llamar a un mensajero para enviar una propuesta de tregua al rey Min Yoon Gi de Guangju.

El Rey Min Yoon Gi, un legendario guerrero leía con sorpresa la propuesta de su enemigo el rey Kim.

Cuando llego la misiva, él estaba a punto de enviar un emisario con la rendición, pues su pueblo estaba diezmado y hambriento ya que en lugar de cultivar la tierra se dedicaban a preparar armas y se avecinaba el crudo invierno. Su gente no sobreviviría si no cosechaban sus campos. Recordaba los abundantes de árboles frutales y animales para la caza de sus tierras, que ahora lucían secos, provocando sequía. Su único hijo el Príncipe Ho Seok apenas había cumplido dieciséis años ya no lo acompañaría a una batalla, ahora serian convocados al bosque para una posible alianza. 

Sonaron las campanas de Gwangju, avisando a la gente la tregua.

Los reyes se reunirían en el Bosque donde se juntaban las fronteras de sus reinos para firmar el cese de la guerra.

Su consorte el noble Ji Min, corrió a abrazarlo feliz.

-¿Es cierto? ¿Por fin cesa esta tonta guerra?

-Sí, El rey Nam y yo firmaremos la paz.

-Estoy muy contento, por fin podremos dedicarnos a cuidar nuestros campos. Ho Seok podrá ser feliz, casarse con Jung Kook el príncipe de Busan.

-Esposo, no será posible para esta tregua el rey Nam pide a cambio que nuestros hijos se casen, por eso la reunión será en el bosque de las ninfas.

-¡Que has hecho! ¿No puedes pactar con otra cosa?

-No. Di mi palabra...

La hermosa Ninfa* del Bosque llamada Epimélides sostenía un lazo de flores de siempre viva, listo para anudar las manos de los futuros consortes, sonriendo porque la unión no solo traería la paz, sabía que restablecería la armonía que los humanos habían perdido pues uno era la luna y el otro el sol.

Por su parte el poderoso Centauro** llamado Queiron, llevaba a cabo la ceremonia.

-¿Aceptas al príncipe Kim Tae Hyung de Daegu como tu esposo para honrarlo, amarlo?

-...

El hermoso centauro de pelo claro como la luna corcoveo molesto con la tensión del bosque, Repitiendo esta vez más fuerte la pregunta.

-Príncipe Min Ho Seok del reino de Gwangju ¿Aceptas al príncipe Kim Tae Hyung de Daegu como tu esposo para honrarlo, amarlo?

Ho Seok no quería contestar, tenía miedo de gritar,  jalaba la orilla de su Hanbok de un hermoso color Lila de la siempre viva. 

 «Yo amo a Jung Kook»  pensaba, pero no se atrevió a gritarlo. Cuando por fin contesto se escuchó una vocecita suave y temblorosa. -Acepto

La tensión en el bosque era palpable, el príncipe Tae se veía enojado, la paz dependía de esa boda, amaba a otro, pero tenía que acatar la voluntad de su padre y honrar su palabra de casamiento para cerrar la tregua. 

El Centauro se dirigió a él con una mirada de advertencia, no toleraría otro príncipe indeciso que lo hiciera perder el tiempo.

-Y tu príncipe Kim Tae Hyung de Daegu ¿Aceptas al príncipe Min Ho Seok como tu esposo para honrarlo, amarlo?

El joven príncipe acomodó su espada y se paro aún más recto, luciendo el tradicional Hanbok del rojo del escudo de su pueblo.  respiro el suve aroma de lavanda que emanaba su futuro esposo. 

La Ninfa comenzó a cantar  "La siempre viva unirá nuestros pueblos" mientras ataba la cinta de flores a las dos manos cerrando el compromiso con un lazo invisible esencia del espíritu de la hermosa flor que los simples humanos no podían ver.

El bosque y los reyes celebraron con los seres mágicos la unión de sus hijos.

Los príncipes en cambió caminaban con las manos atadas,  hacía la tienda que ambos pueblos habían montado en lo profundo del bosque.

Al entrar la tienda se toparon con nada más y nada menos que el amor de su vida. El príncipe Jeon Jung KooK

Ho Seok al verlo trato de correr a él pero no pudo por el lazo que lo unía a Tae.

Jeon Jung Kook  los miro a ambos con deseo- Mis amores, por fin estamos juntos.

Tae miro sin comprender- ¿Mis amores? Se supone que yo soy tu único amor.

Ho Seok palideció- Jung Kook, tú me juraste amor, yo...

Jung Kook, sonrió lujurioso - los amo a los dos, pero si debo ser sincero, ya me estaba cansando que no cayeras en mis brazos Hobi, esa tontería de llegar puro al matrimonio, me hacía hervir la sangre. Pero ahora que están casados seremos felices los tres.

Tae Hyung saco su espada – ¿Tu trataste de seducir a mi novio?

-Hay por dios, escúchate príncipe. Que no es obvio, esa es mi naturaleza soy un Sátiro*** además nunca te quejaste...

Ahora fue el turno de Ho Seok de enojarse. -Ustedes par de libidinosos, yo guardándome puro y ustedes no lo valen.

Esta vez el príncipe de Gwangju pudo alejarse de su esposo, salió corriendo de la tienda para correr al bosque, dejando al sátiro y a su esposo hablando.

El príncipe corrió hasta llegar a un claro,  donde lloró por el amor perdido.

-Ho Seok perdóname.

-Vete Jung Kook, eres un traidor mentiroso.

-Sí, ese es mi segundo nombre, incluso las ninfas me llaman Zaino, pero no soy malo. En verdad te amé, volteo a ver a Tae, los amé a ambos.

Ho Seok volteo a reclamarle pero se enojó más al ver junto al sátiro a Tae. –Ustedes me engañaron.

Tae Hyung suspiro.- Yo también creí estar enamorado de él, se sinceró príncipe, también viniste a este matrimonio obligado. Al final los dos nos mentimos, ambos creímos amar a Jung Kook.

-¿Ya no lo amas?

-No puedo amarlo, hablamos en la tienda y me propuso que nos uniéramos los tres.

Ho Seok lo miro asustado

-No, no tengas miedo esposo. Yo puedo ser caprichoso, voluntarioso, incluso enamoradizo, pero al casarme contigo vine pensando honrar mi palabra de amarte y respetarte. Espero que puedas darme una oportunidad.

-Yo no sé, yo tengo miedo, es mi primera vez.

Tae Hyung le extendió la mano -También es mi primera vez contigo.

Ho Seok lo miro sonriendo- Yo dude en el altar porque pensaba en Jung Kook.

Tae en lugar de enojarse le dijo al oído –Yo no dude, porque me gustaste cuando te vi, me gusto tu olor a lavanda. En el altar solo pensaba en ti.

Los príncipes se dieron su primer beso, esa noche seria su primera vez juntos, su primera vez enamorándose realmente, tendrían muchas primeras veces para reforzar el amor que nacía en ese bosque. 

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A lo lejos desde una pequeña loma Jung Kook, Epimélides y Queiron miraban complacidos la hermosa escena.

-Casi lo echas a perder esta vez Jung Kook- Dijo la ninfa

-Me disculpo, pero es que míralos, son hermosos, me enamore de ambos.

-Tu nunca te enamoras tu naturaleza es ser traidor y falso –Contesto el centauro.

-Aunque no lo crean esta vez sí me enamore de ambos. Por eso le dije a Tae que viviéramos los tres nuestro amor, pero él me dijo que le gustaba más el aroma de lavanda de Hobi. La verdad es que ellos fueron los que realmente no me amaron, por eso Hobi pudo resistir mis avances.

La ninfa y el centauro miraron con tristeza al sátiro.

Jung Kook se rió a carcajadas - Mírense que cara tienen, me creyeron. Jajajajajajaja

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Ajenos a la plática de los seres mágicos el príncipe Tae Hyung  cargaba a su esposo para llevarlo a su tienda y consumar su amor, comenzando así una verdadera historia de amor. 

Nota:

Ninfas*: En la mitología griega, las ninfas son deidades de la naturaleza (del agua, las montañas, los bosques...). En otras culturas, las ninfas son parecidas a las hadas, pequeños seres extraordinarios que cuidan de la naturaleza.

Centauro**: En la mitología griega, el centauro es una criatura con la cabeza, los brazos y el torso de un humano y el cuerpo y las patas de un caballo. Las hembras son llamadas centáurides de ello quizá el más famoso sea Queiron o Quirón. Conocido por su gran sabiduría y por ser el tutor del dios de la medicina, Asclepio y de los héroes Hércules, Aquiles y Jasón (y su hijo Medeo).

Sátiro***. Ser de la mitología clásica que habitaba en los bosques, y que se representa con pequeños cuernos, el cuerpo cubierto de vello, rabo y las patas de macho cabrío, con una libido exacerbado.