Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30

Capítulo 30: ¡¿Qué carajo crees que haces?!

18 de diciembre del 2021.

POV of Isabella.

Hace dos semanas estoy planeando ir a Madrid por navidad como sorpresa para Rodrigo, pero también quiero comprarle un regalo de navidad. Quiero redimirme de no haber podido darle algo el día de su cumpleaños precisamente porque lo conocí ese día.

Admito que Rodrigo es prácticamente mi primer novio en condiciones normales, pero no creí que sería tan difícil decidir qué regalarle... Aunque también es mi culpa por quisquillosa.

Hoy ví dos cosas que no serían un mal regalo, pero quiero una opinión externa y además, masculina.

Le pregunté a Álvaro si mañana estaría libre pero me ha dicho que no, así que le pedí a Matthew que me acompañe a decidir qué regalarle a Rodrigo.

—¿Necesitas que lleve algo?—cuestiona el británico.

—No, no, tu presencia es suficiente.

Necesito decidirme mañana como sea, aún no tengo vuelo a Madrid y no quiero tener que hacer malabares para conseguir uno.

Le he escrito a Rodrigo, pero no le llegan mis mensajes, decido llamarlo pero está fuera de servicio.

Raro, aunque conociéndolo seguramente fue a un sitio remoto a tomar fotografías. No me preocuparé.

***

19 de diciembre 2021.

No me gusta tener que comunicarme en inglés, por eso quería que Álvaro me acompañara, me pone incómoda hablar un idioma que no es mío en público a pesar de que lo domino a la perfección.

—¿Esto está bien, no?—pregunta Matthew mientras me enseña una camiseta que probablemente Rodrigo usaría una vez para luego dejarla en su clóset para que se llene de polvo.

—Él usaría más bien algo como...—Hago una pausa mientras busco rápidamente con la mirada—Eso, exactamente así—respondo señalando todo el apartado de camisetas deportivas.

—¿Sólo usa de estas?—cuestiona.

—Preferiblemente, sólo tiene tres camisetas unicolor.

Matthew no dice nada más, pero su expresión denota burla hacia la forma de vestir de Rodrigo.

Sin embargo, no digo nada, poco me interesa lo que piense de él.

Le he comprado dos camisetas a Rodrigo y otra cosa que, necesito convencerme de que le va a gustar porque aún tengo mis dudas, sólo que ya lo pagué y los ingleses son jodidos con aceptar devoluciones.

Matthew se ofreció a acompañarme hasta mi departamento, y aunque le dije que no hacía falta, él insistió.

No habló demasiado, y lo agradezco porque estoy cansada de hablar en inglés, en el poco tiempo que llevo viviendo aquí no sé cuantas veces he dicho "of course", y siento que lo digo de una forma tan ridícula que directamente aborrezco la idea de seguir hablando inglés.

Extraño vivir en España.

Pero bueno, ya me quejaré en la comodidad de mi hogar y sobretodo, me quejaré en perfecto castellano con mi novio.

Llegamos a la entrada de mi edificio, me despedí de Matthew como siempre, pero él tomó mi brazo para retenerme un momento y empezó un discurso.

—Sofía, no vayas a Madrid por navidad, quiero que pases nochebuena conmigo—eludió bastante nervioso.

No respondí y él no me soltó, al contrario, me acercó a sí mismo y terminó besándome.

Exploté.

Forcejeé un corto instante para separarme de él y empecé a gritarle en perfecto español.

—¡¿Qué carajo crees que haces?! Lo último que quiero es seguir en Londres en la única fecha que puedo darme el lujo de irme a estar en paz—dije bastante exaltada.

No responde a nada, claramente no entendió nada de lo que dije y me parece perfecto.

—Vete ya—pido en inglés.

Parece que va a decir algo, pero lo cacheteo antes de que pueda siquiera empezar.

—Y eso fue por besarme sin mi consentimiento, ahora lárgate—fue lo último que dije antes de subir al departamento.

Estoy realmente molesta, pero sobretodo, estoy decepcionada. Matthew era la única persona desde que llegué a Londres que parecía estar preocupado de que me acoplara, me jode pensar ahora que todo eso fue por interés, a pesar de que nunca he dado indicios de absolutamente nada, hablo más de Rodrigo que de mi familia, ciertamente.

Decido rebuscar en la cocina algo qué comer antes de cenar y encuentro unas galletas que recuerdo le gustaron a Rodrigo cuando vino hace mes y medio.

—Debería tratar de llevarle, no recuerdo haberlas visto en Madrid—pensé en voz alta.

***

20 de diciembre del 2021.

Llevo toda la noche poniendo en orden el departamento para cuando lleguen mis padres y se me ha hecho ridículamente tarde, no he cenado y me siento muy cansada como para hacer algo muy elaborado ahora.

Podría pedir comida a domicilio, pero temo quedarme dormida antes de que llegue.

Antes de seguir pensando en mi situación respecto a mi cena, escucho mi móvil sonar desde la habitación, por lo que, con bastante pereza me dirijo a ver quién podría estarme llamando a esta hora.

Tomo el móvil y me desconcierto al ver de quién es la llamada.

—Hol...

—Te odio—Fue lo primero que me dijo apenas tomé la llamada. De haber sabido lo que pronunciaría a continuación, no hubiera contestado en primer lugar...—Yo estaba en un martirio constantemente, preguntándome qué mierda hice mal, por qué estabas tan distante—Fruncí el ceño al escuchar su voz ronca, sonaba verdaderamente molesto, diría que fúrico. Yo no lograba entender de qué estaba hablando y pronunciaba ciertas palabras con dificultad, lo que complicaba más la misión.

—Ansiando el momento para tenerte de frente y asegurarme con el calor de tus labios que todo eran ideas mías, y resultó ser cierto lo que me advirtieron todos sobre el hecho de que había alguien más.

La línea sonó interferida y escuché como maldecía a gritos a alguien, mientras mi cabeza intentaba armar un rompecabezas que pusiera en orden mis ideas y me dictara de dónde sacaba el madrileño aquella tormenta de adjetivos.

—Te odio, Isabella Sofía, te odio, porque mientras yo sentía que el mundo se me venía encima, o que, mejor dicho, se alejaba más de mí, tú estabas muy plácida entre los brazos de otro, sin el más mínimo remordimiento de cómo podía llegar a sentirme yo. Aún cuando yo movía cielo y tierra para poder estar junto a tí otra vez nuevamente.

No había hecho más en esos días que concentrarme en tener un detalle para él el cual reflejara realmente lo importante que era para mí. La confusión se abría paso en los pasillos de mi mente, y Rodrigo no paraba de referirse a mí despectivamente sin permitirme la oportunidad de defenderme de alguna manera.

—No logro percatarme del momento en que fuí tan estúpido como para creer que podrías llegar a dar lo mismo que yo aún estando en una relación a distancia, pero tus niveles de ingratez superaron cualquier tipo de fe que pudiese llegar a tener en tí, en nosotros...

No escuché nada por los siguientes tres segundos en los que pensaba comenzar a hablar, sin embargo, parecía no encontrar mis palabras dentro de mí. 

—Rodri…—Fue lo único que logré gesticular, aunque incluso para mí misma eso se escuchó tan vagamente que sería impresionante que Rodrigo me haya escuchado.

—Ni siquiera quiero escucharte decir algo, no hay una maldita explicación lógica de todo esto—Escuché cómo daba tragos largos, y suspiraba con desdén antes de volver nuevamente a la llamada.—No quiero seguir con esto, no voy a seguir con esto… En este maldito estado de ebriedad sólo porque tú decidiste ser una mierda. Te odio, eres una horrible persona que sólo se aprovecha de la vulnerabilidad de lo que sienten los demás por tí, así que este intento de relación se terminó. Y voy a odiarte con la misma intensidad que cada gota de sangre corre por mis venas hasta que dejes de respirar, y aún todo ese odio no me devolverá ni mi tiempo, ni mis ganas de volver a confiar plena y ciegamente en alguien más.

No pude responder nada, apenas terminó la última frase cortó la llamada, dejándome con las palabras en la lengua... O algo así.

Quería decir de todo, desde lo más insensato hasta lo más comprensivo, pero estaba ida, no entendía qué acababa de pasar y sólo sentía como las lágrimas desbordaban de mis ojos.

—No puede ser, no puede ser, no puede ser—repetí en desespero mientras continuaba llorando.

Intenté escribirle, al igual que llamarlo, pero mis intentos fueron inútiles; me había bloqueado, dejándome sin una forma de comunicarme nuevamente con él.

Trato de pensar en todo lo que dijo. Insinuó que me burlaba de él, que lo engañaba y que era una aprovechada... Desde que él vino a visitarme no he vuelto a salir más que para ir a la universidad y buscarle un regalo de navidad.

Excepto hoy que salí con... Oh.

Pero, eso significa que entonces él está en Londres y justamente vino a verme cuando Matthew hizo su escena.

Y si no está conmigo... Obligatoriamente tiene que estar con Álvaro, lo que explica que este estuviera ocupado precisamente ayer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro