Capítulo 28
Capítulo 28: La cuenta, por favor.
27 de abril del 2022.
—Trato de dejar que pase lo que deba pasar, no quiero pensar en eso.
Llevo diciendo esa frase incansablemente en las últimas dos semanas, me tiene harto, pero más harto estoy de que todo aquél que me habla me pregunte por mi situación sentimental, siendo que no entiendo cómo me siento exactamente (sólo que esto último nunca lo digo en voz alta).
Me gusta Julia, estoy seguro de eso y no lo dudo de ninguna manera, pero desde que me preguntó si estamos saliendo y yo dije que sí, me siento como si tuviera miedo de ella, incluso parece que le huyo.
Eso podría ser una buena frase para escribir, debería anotarla ya mismo antes de que la olvide.
Anoté rápidamente una frase en las notas de mi teléfono para así recordar la idea de lo que quiero escribir luego, hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.
—¿Me estás prestando atención?—cuestiona una de mis compañeras de clase con notable enfado al saber la negativa a su pregunta.
—Claro, ¿por qué no lo haría?—pregunté descaradamente mientras reía avergonzado.
—¿Qué te estoy explicando entonces?—preguntó enarcando una ceja.
Mierda, ¿tanto estuve disociando?
—¿Física cuántica?—respondí con una risa nerviosa.
***
4 de mayo del 2022.
Hay dos cosas que me parecen irónicas, la primera es que, otra vez estoy en una cafetería comiendo galletas y tomando café, y la segunda es que, en un país diferente y una cafetería diferente, otra vez me dieron el maldito café con un suspiro de azúcar, ¿nadie sabe echarle azúcar al café o qué?
Estoy demasiado ocupado quejándome de cómo mi café sabe mal como para escuchar lo que Alessandra me dice sobre la universidad, sin embargo, las galletas arreglan mi problema con el café.
Recibo un mensaje de Julia preguntando si quiero ver una película con ella, invitación que acepto mientras sonrío... Lo que es un error sabiendo a que persona tengo al frente.
—Ya conozco esa sonrisa de tonto, ¿qué te dijo esta vez?—interroga.
—Me invitó a ver una película el sábado en la noche—respondo.
—¿En su piso?—continúa preguntando.
—Sí.
—¿Vas a ir?—cuestiona.
—Sólo es una película, no tiene que ser algo para darle vueltas, relájate—dije con indiferencia mientras seguía comiendo galletas.
—Ese discurso se lo puedes dar a alguien más, yo te conozco bastante, y aunque digas que todo va bien, hay algo te está comiendo la cabeza—alegó la rubia.
Definitivamente necesito mejorar mi indiferencia.
—Mira, si quieres tirar la toalla con ella porque no te sientes listo para nada, hazlo, aún estás a tiempo. Pero si dejas que siga avanzando y siga creyendo que tú estás igual de seguro de lo que sea con ella, sólo vas a cagarla más.
»Piensa bien lo que haces, Rodrigo, porque no eres del tipo que le gusta hacer daño, y aunque dudé bastante de ella al principio, por lo que ha demostrado en el último mes, se nota a leguas que va muy en serio contigo... Es momento de que seas sincero con ella, pero sobretodo contigo mismo, ¿a qué quieres llegar?
No soy capaz de responder, sólo observo el plato con galletas, hasta que levanto mi vista a la mirada desafiante de Alessandra, quien espera una respuesta de mi parte.
—La cuenta, por favor—es lo único que logro decir.
***
7 de mayo del 2022.
—Siempre me ha causado gracia como en estas películas siempre tienen un cubo de hielo a la mano a la hora de tener sexo—enfatizó
—Es lo que tiene ser una película mala y cliché, supongo—respondí.
Y no miento, la película es ridículamente mala, ni siquiera debería llamarla película, es pornografía censurada, me exaspera.
Para distraerme un rato, empiezo a ojear el salón de Julia, notando que hay un vaso con hielo cerca, lo que me hace reír, y ella sólo me observa esperando que le explique, pero me da vergüenza que piense que es una insinuación, por lo que decido quedarme callado.
La película continúa, pero Julia parece aburrirse también, así que no hace otra cosa más que mirarme fijamente, acción que imito, empezando a detallar sus facciones aprovechando que estoy más cerca de ella que de costumbre.
—No me había dado cuenta de que tenías tantos lunares en la cara—digo en voz baja.
—Hay que estar muy cerca para notarlos... Algo así—responde, acercándose aún más a mí.
Permanecemos así durante un rato, hasta que ella se coloca a horcajadas de mí y comienza a besarme, dejando su cuerpo sobre el mío... Y mentiría si dijera que no me gusta, estoy disfrutando del momento.
La tomo de la cintura y la acerco todo lo que puedo hacia mí, dejando que su pecho choque contra el mío, ella coloca su mano sobre mi camiseta y empieza a tomarme de esta para intentar acercarme aún más a ella, a pesar de que ya no es físicamente posible.
Nuestras respiraciones se vuelven erráticas y puedo sentir mis latidos tomando gran aceleración uno tras otro, ella me separa por un momento pero sólo para quitarme la camiseta muy rápidamente y continuar abalanzada hacia mí, tomando ambas de mis manos para que la toque.
Vuelve a dejar de besarme, pero sólo se queda frente a mí para decirme:
—Llévame a la habitación.
Me levanto y esta me guía por su piso, y aunque me detiene en el pasillo hacia su habitación para volver a besarme, llegamos a esta misma.
—¿Estás segura de hacer esto?—cuestiono, tratando de mantener aún la poca cordura que me permite el momento.
—No te hice venir para ver una mala película, corazón.
Listo, con esa frase mi razonamiento se fue de sabático.
Esta vez soy yo quien le quita la camiseta, mientras con bastante desespero desabrocho su pantalón, y posteriormente el mío, quedando así los dos a una prenda de nuestra desnudez.
Ambos estamos igual de desenfrenados, se nota que desea esto tanto como yo.
Y si no estaba seguro aún de eso, quizás tener su cuerpo sobre el mío clamando mi nombre sea prueba suficiente de que quería esto tanto como yo.
***
8 de mayo del 2022.
Voy a preguntar algo tratando de ser lo más sutil posible.
¿Cómo carajo soy capaz de mirarme la cara en un espejo sin abrumarme por el hecho de haberme acostado con una persona que claramente no amo?
Esto es malo, y ni siquiera era lo que tenía en mente cuando vine, no debía terminar así.
Aún no ha amanecido, debo tener al menos veinte minutos despierto, y estoy tentado a irme corriendo a mi casa pero Julia está abrazada a mí y me impide moverme, y temo que un movimiento brusco pueda despertarla.
Pienso minuciosamente cómo salir de esta situación, pero la verdad no se me ocurre nada, sólo pienso en qué se supone pasará cuando ella despierte... Y ahí va otra pregunta que no sé responder.
Supongo que lo mejor es arriesgarme ante la situación, no hay una manera segura de salir de ella, ¿qué otra cosa puedo hacer?
Cuidadosamente trato de separar a Julia de mí, lográndolo con algo de esfuerzo y bastante temor a despertarla. Intento moverme por su habitación en busca de mi ropa, tratando de no hacer demasiado ruido.
Doy con casi todo, a excepción de mi camiseta, la cual recuerdo haber dejado afuera cuando... Bueno, eso no importa ahora.
Antes de salir de su habitación me quedo mirándola un breve momento, acción que hace que me sienta peor por no haber pensado un poco en todo lo que Alessandra prácticamente me recriminó hace unos días, no hay forma de que alguna basura de la que diga le vaya a quitar a Julia la idea de que sólo la usé.
Y ciertamente, no quita el hecho para mí de que no avancé nada, sólo empecé a relacionarme con alguien que nada tenía que ver y me quise hacer creer que me gustaba realmente... Y ahora seguramente estoy a horas de hacer un daño que no quería.
Definitivamente esta situación es mi culpa, pude haberlo evitado y decidí seguir de largo sin pensar qué podría pasar después.
Me voy a ir antes de que la luz se encienda, pero no puedo sentirme peor persona. Esto es una mierda, a secas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro