Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Capítulo 11: No le hagas daño.

4 de septiembre del 2021.

Han pasado siete días desde el cumpleaños de Álvaro, y los padres de Isabella llegaron hace tres días de Londres, por lo tanto, los conoceré hoy.

Y no voy a mentir, tengo miedo a eso.

Pero, es el momento perfecto de demostrar que mis intenciones con Isabella no son malas, y que realmente la quiero.

Porque lo hago.

Pero antes de eso, quedé con Álvaro porque quiere hablar sobre algo importante conmigo, aunque normalmente las cosas importantes de las que me habla son cualquier cosa menos importantes. Usa esa frase solamente para tener una excusa y salir a tomar aire.

Estoy llegando a la cafetería donde quedamos de vernos y lo veo desde la lejanía mientras escribe algo en su teléfono bastante concentrado.

No despega la mirada del teléfono, por lo que, estoy seguro de que puedo asustarlo.

—¿Qué tanto escribes, bastardo?—pregunto repentinamente, viéndolo estremecerse al escucharme.

—Puedes al menos no asustarme para que te diga, desgraciado—exclama, dando a entender que logré mi objetivo.

—Ve al grano, ¿qué es aquello importante que hizo que me hicieras venir hasta acá antes de conocer a mis suegros?—digo en un semblante despreocupado mientras tomo asiento.

—Pasó algo con Eva cuando fuí a llevarla a su casa hace cuatro días—anuncia.

—¿Por fin aceptaste que estás perdidamente enamorado de ella?—contesto entre risas.

—Cállate, Rodrigo, es en serio.

»Eva estaba desesperada buscándote a tí y Sofía, y justo cuando fuí al baño, me empezó a perseguir y ustedes venían saliendo de una habitación. No voy a preguntarte qué hicieron y qué no, el punto es que Eva me jaló hacia una habitación y empezó a despotricar hacia sí misma, sobre cómo lleva tanto tiempo enamorada de tí, sobre cómo no ha sido suficiente para que te fijes en ella y cosas así. El punto es que me pidió que la llevara a su casa, lo cual dudé en un inicio, pero viendo como estaba; decidí hacerlo...

Hace una semana.

POV of Álvaro.

29 de agosto del 2021.

Eva no dice nada mientras conduzco hasta su casa, sólo la escucho ahogar sus sollozos y sorber su nariz.

—¿A qué te referías con ser perfecta para tí?—inquiere en voz baja.

Ignoro su pregunta mirando hacia el frente, debatiéndome internamente si responder o no.

No lo hago, y Eva no insiste en obtener respuesta.

No tardamos en llegar a su casa, la acompaño a entrar y me ofrece un vaso de agua que acepto.

—Me gustas, Eva—digo en seco.

No dice nada, sé que no esperaba mi declaración.

—Y lo odio, lo odio con toda mi alma, porque sé que no vas a verme de la misma forma a mí, pero me gustas, me gustas tanto que duele, porque quisiera que de la misma forma en que amas a Rodrigo; me amaras a mí.

»Me he negado todos estos años a aceptar qué siento por tí, he estado con cada chica que he querido para ver si así podía olvidarme de tí, he pensado cada noche en los mil y un escenarios hipotéticos donde tú no pensaras en Rodrigo y decidieras estar conmigo. Joder, quise tantas veces decirle a Rodrigo antes de que conociera a Sofía lo estúpido que era por no prestarte atención, añoraba que un día por arte de magia él se enamorara de tí para ver si así podía alejarte de mí... Pero no pasó.

No digo nada más, sólo nos estamos mirando en silencio.

—No soy la chica que te mereces, Álvaro—responde cabizbaja.

—Pero eres a la única que quiero—sentencio.

No decimos nada más, por lo cual, decido irme.

Y tal como esperaba, Eva no me detuvo, sólo me vió salir por la puerta de su casa, que supongo también será la de su vida.

Supongo que es así como debía ser, tampoco esperaba que mágicamente me respondiera que ella estaba enamorada de mí luego de haber llorado tanto por Rodrigo en poco más de hora y media.

Sólo necesitaba decirlo, no podía seguir guardándolo.

Fin del flashback.

—Entonces eso fue lo que pasó... Lo siento—es la única frase que logro formular mientras bebo del café que me pidió Álvaro.

—¿Por qué te disculpas?—cuestiona.

—Si yo no estuviera aquí, Eva no estaría enamorada de mí, por ende tú estarías con ella—asumo.

—Siempre tan optimista—rió por lo bajo.

No decimos nada por un rato, sólo nos quedamos en silencio mirando el móvil. Yo decido comerme las galletas que yacían en la mesa desde que llegué.

—Hoy conoces a tus suegros entonces... ¿Qué tal?—pregunta.

—Pues, estoy comiendo galletas contigo antes de eso, no sé si es buena preparación—río.

—Estarás bien, sólo no menciones que planeas volver a su hija del Madrid y te amarán—bromea.

***

Le pedí a Isabella que viniera a mi casa, no sé como relajarme y antes de empezar a fumar desmedidamente; prefiero tenerla aquí.

—¿De verdad no tienes camisas que no sean de equipos de fútbol?—cuestiona mientras se ríe de mi forma de vestir.

—Sólo tres—respondo extendiéndole las camisetas.

La camiseta negra que usé cuando nos conocimos, una blanca y otra vinotinto.

—Esta me gusta—señala la vinotinto.

—Lo que tú mandes.

Nos dirigimos hacia la casa de los Álvarez, quienes justamente esta noche decidieron salir en familia y dejarnos a solas a mí y a mis suegros.

No quiero creer que es un intento de los padres de Eva de animarla, pero conociéndolos, estoy seguro de que sí.

—Respira, vas a conocer a mis padres, no a restaurar el imperio español. Todo va a estar bien—dice besando mi mejilla.

Nos adentramos en la casa, y rápidamente nos encontramos con sus padres.

—Mamá, papá, él es Rodrigo; mi novio—anuncia Isabella.

—Un gusto conocerlos—extiendo mi mano hacia el señor Nuñez.

—El gusto es nuestro—toma mi mano la señora Nuñez.

Isabella es muy parecida a su madre, quien es mucho más baja que yo, es igual de morena que su hija y tiene el cabello idéntico al de ella. En su lugar, su padre, es un hombre alto, con escaso cabello, ojos avellana al igual que su hija y un tono de piel bastante pálido. Supongo que el clima de Londres hizo lo suyo.

No hay demasiado que hablar apenas llegamos, e Isabella rápidamente me abandona porque su madre quiere que la ayude en algo, por lo cual, mi suerte es tan buena que apenas llegar tendré que tener una conversación a solas con su padre. Lo que me hace pensar que, o bien me preguntará si quiero follarme a su hija, o algo por el estilo.

—Entonces... Isabella nos contó que estudias fotografía—empieza.

—Sí, desde que era pequeño me gustaba tomarle fotos a cualquier cosa—respondo.

O yo estoy exagerando o el ambiente está muy tenso. Seguramente ambas.

—¿Qué buscas de ella?—cuestiona.

—No entiendo a qué se refiere—balbuceo.

—Vives aquí en Madrid y ella volverá a Bilbao, estudias en la universidad y no pareces alguien al que las mujeres le huyan. A tu edad me veía mejor que tú, pero estás bien. Entonces, ¿por qué elegir un escenario tan difícil?—continúa preguntando.

—No lo sé... Quiero decir, ni yo mismo lo entiendo. Estoy seguro que tiene razón con respecto a que el escenario es complicado, pero creo que usted mismo sabe que no es imposible, ¿no?

Mierda, soné muy confianzudo.

—Quiero a Isabella, creo que es lo único que realmente sé.

—Me gusta la seguridad que tienes sobre tí mismo. Debo admitir que nunca ví a Sofía tan radiante desde que era niña, y supongo que eso es gracias a tí.

»Sólo te voy a pedir una cosa, y es que no le hagas daño, ella no lo merece—culmina.

—No quisiera hacerlo, señor—contesto.

—Aún no me gusta que me digan señor, apenas tengo cuarenta y cinco, casi prefiero que me digas suegro—ríe.

—¿De qué hablan?—pregunta Isabella mientras sale de la cocina con su madre.

—Un hombre no revela nunca una conversación con otro hombre—le respondo con una sonrisa.

—Tu novio sabe de códigos—me sigue la broma su padre.

No puedo evitar sonreír, realmente salió bien, todo está maravillosamente bien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro