Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

X


Las imágenes difusas de una mujer risueña llegaban lejanas, tan desconcertantes como inquietantes.

La mujer la tomaba de la mano.

La mujer le ayudaba a ponerse de pie.

La mujer la abrazaba con una mezcla de dulzura e indiferencia señalándole un río de sangre naciente entre sus piernas.

Pronto pudo notar sus manos, vestido y zapatos empapados. Se vio a si misma arriba de una pasarela, lejos muy lejos, un bebé lloraba con intensidad. Lo buscó con desesperación pero le era imposible moverse, la gente aplaudía sin darse cuenta de la sangre, del bebé o de sus desesperados gritos.

Un hombre caminaba hacia ella el sombrero le cubría parte del rostro pero su andar lento le enchinaba la piel.

Y en un instante el bebé calló, el público dejo de aplaudir, el hombre se detuvo y el mundo pareció guardar silencio.

El hombre siguió caminando hasta llegar a estar a centímetros de su rostro y entonces la luz le iluminó las facciones.

El despertar fue abrupto, la respiración seguía irregular, el sudor se le pegaba a la piel al igual que las sabanas y la imagen de Gael a centímetros de ella seguía vigente. Naomi se llevó ambas manos a la cara, una rara sensación de abandono y ansiedad se apoderaba de su espíritu haciéndola sentir un miedo poco racional en la boca del estómago. Necesitaba deshacerse de esa pesadilla y sin pensarlo ni un segundo más se levantó de la cama y fue directo a la ducha.


—Que madrugadora —señaló Rodrigo que despertó con el olor de hot-cakes y encontró a Naomi completamente vestida, arreglada y con el desayuno ya preparado.

—Desperté a las cinco y ya no pude dormir —respondió en tono relajado pero con la sensación de la pesadilla aún soplándole el oído.

— ¿Otra pesadilla? —Indagó tomando un plato —, ¿puedo?

Naomi asintió viendo como al momento se preparaba un gran plato de hot-cakes y llenaba de miel.

— ¿Quieres platicarme? —indagó sentándose frente a ella sobre un banco de la barra de desayunos.

Rodrigo esperó la respuesta casi un minuto, mientras la vio revolver una y otra vez el café ya frío e intacto.

— ¿Conocía a Gael Montero?

La pregunta le cayó como bomba, el pan se le atoró en la garganta llevándolo a toser sin parar e inevitablemente a tomar un sorbo del horrible café frio para recomponerse.

—Esto esta asqueroso —exclamó dejando la taza con una mueca de asco—, ¿tenemos leche?

—En el refri —respondió probando por curiosidad el líquido de la taza, que en efecto, estaba intomable—, ¿entonces?

Rodrigo aprovechó que le daba la espalda para responder.

—No lo sé, ¿estaba en tu sueño?

El silencio se prolongó y el fotógrafo volvió a ocupar su lugar en la barra.

— ¿Recuerdas la pasarela donde se cayó tu amiga? —Indagó logrando con ello un asentimiento—. Pues bien, yo si estaba ahí esa noche y creo que algo pasó ese día. Algo relacionado con Gael.

Rodrigo sintió frio en el estómago. Él no estuvo presente el día de la famosa pasarela que tanto parecía afectarla, es más, él la conoció tres meses después por una feliz casualidad donde su tía Rosse la invitó a una comida familiar.

—No sé qué pasó ese día. Pero quizá mi tía Rosse pueda ayudarte a...

—No, tal vez sólo estoy confundida —completó con el miedo clavado en la voz. Le aterraba la verdad más que permanecer en el olvido—. Es que Gael me ha impresionado mucho y siento como si lo conociera de hace años.

Al decirlo una leve sonrisa se le dibujó sobre los labios.

— ¿Y cómo vas con tu chica misteriosa?, ¿ya sabes quién es? —indagó la rubia pasando junto con un trozo de pan el mal sabor de boca de la pesadilla. Le urgía dejar el sueño atrás y para eso necesitaba cambiar el rumbo del tema.

Rodrigo levantó un dedo en una señal de espera, tenía la boca llena de comida y mientras Naomi lo observó masticar también pudo notar como buscaba algo en el móvil con agilidad.

—Aquí está, es ella —señaló luego de tragar la gran rebanada—. Y no, no tengo idea quién pueda ser.

Naomi recibió el móvil justo al tiempo que el timbre sonó y mientras observaba a una mujer de pelo oscuro y piel demasiado blanca, Rodrigo recibió a la recién llegada.

—Buenos días —saludó Rosse con una voz cantarina estampándole un beso en la mejilla de la rubia—, ¿y esas fotos de Ana Montes?

Rodrigo clavó la mirada en su tía y Naomi levantó ambas cejas viendo a detalle la reacción de su amigo.

— ¿Ana Montes?

Rosse tomó el móvil pasando con calma una a una las fotos, todas excelentes y de distintos ángulos.

—Sí, es ella. Trabajo en Vallarta con mi competencia. Es una excelente modelo.

Rodrigo tragó saliva, no tenía voz ni movimientos a excepción de una exagerada sonrisa de alegría. De inmediato le arrebató el celular a Rosse, les estampó un beso en la mejilla a las mujeres y salió de apartamento sin decir una sola palabra.

— ¿Y este loco? —indagó la mujer viendo como Naomi se encogía de hombros con una mueca que decía ¨no lo s騗. Bueno, ¿estas lista?

Naomi asintió, tomó su bolso y juntas salieron camino al set.


Con sólo poner un pie dentro del set Naomi se percató de las miradas entre Rosse y Carlos que juntos se perdieron en su oficina, mientras la rubia sin darle importancia se fue directo a donde Gael platica con Sebastián.

—Buenos días —saludó plantándoles un beso en la mejilla uno a uno.

Un silencio incomodo surgió entre el trío, Sebastián respondió el saludo con una sonrisa de evidente nerviosismo, pero Gael tenía una mueca completamente indescifrable. Naomi levantó la vista y cuando sus ojos se cruzaron un escalofrió le atravesó el alma, su mirada tan llena de enfado la hizo sentir pequeña e indefensa, devolviéndole de inmediato los recuerdos de la pesadilla.

— ¡Montero, Cantú! —Gritó el encargado de escenas—, a maquillaje. Salen en la siguiente escena.

Naomi asintió, dibujó una forzada sonrisa de despedida y caminó directo hasta Roxana. La maquillista la recibió con su usual buen humor, llevaba el pelo rosa y mientras la maquillaba bailaba al ritmo de una cumbia imaginaria, de inmediato contagió a la rubia que se perdió en la plática y terminó relajándose.

— ¿Qué escena va? —indagó Roxi metiéndose entre ella y la Tablet donde releía el libreto.

Naomi no pudo esconder la sonrisa traviesa, señaló la escena y un par de minutos después escuchó la estridente risa muy cerca del oído.

—Maldita —soltó viéndola ponerse de pie—. Suerte, y ojala sea la mitad de buen besador que su manager.

Naomi abrió la boca en una gran ¨O¨ pero al momento el encargado la mandó a llamar y teniendo que quedar a medias del chisme caminó hasta el recién montado set, donde una Gael con traje gris, corbata y porte de galán ya la esperaba.

— ¿Nervioso? —preguntó poniéndose de puntillas para alcanzar el oído del cantante.

La mirada que recibió de vuelta le volvió a enchinar la piel, tan profunda e inquietante que no sabía si la asustaba o le atraía.

—No, ¿y tú? —respondió ocultando el estremecimiento de su traicionera piel al sentir su aliento tan cerca del oído.

—Ni un poco.

Naomi se encogió de hombros con una fresca mueca que terminó por revolver el estómago de Gae. Estaba claro que estaba frente a su debilidad.

— ¡Listos chicos, tomen sus posiciones!

En seguida las luces se bajaron, una música de fondo donde la voz del cantante sonaba con armonía los envolvió, sus cuerpos uno frente al otros quedaron con un par de imanes tratando de ejercer distancia.

—Gael, muévete un poco a la izquierda... ¡Listo, así! Naomi, levanta un poco la cara...

Naomi suspiró y levantó el rostro clavándole la mirada a Gael, su piel se estremeció y en la lejanía escuchó el ¨acción¨.

El cantante la atrajo a su cuerpo volviendo el reducido espacio a nada, sus miradas seguían fijas y con una mano le apartó un mechón tras el oído. Naomi se estremeció cuando le recorrió el rostro con una suave caricia, el silencio reinaba en el set y pronto se olvidaron de los espectadores. La rubia le rozó los labios en forma tentadora y Gael respondió estrechándole el cuerpo en medio de un profundo beso lleno de deseo reprimido, de años de añoranza y algo parecido al miedo, miedo de que terminara el momento y volver a quedar a solas con sus pensamientos. Naomi le rodeo el cuello con ambas manos sintiendo como su cuerpo era levando en el aire y los besos le bajaban por el cuello, jadeó llevando la cabeza hacía atrás...

— ¡Corte y queda!, ¡Genial muchachos!

Gael cerró los ojos con fuerza y las luces se volvieron a encender. Naomi notó el gesto y la exagerada respiración pero antes de que pudiera decir algún ingenioso comentario, el hombre se alejó.

—Y decía que no era actor —susurró Roxana que ya había llegado a su lado y juntas lo vieron perderse en el pasillo—, ¡Uff, que calor!  












Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro