La última vez.. Yo te amo Hyung.
Hola^^
Bueno es mi primer KaiSoo denle amor :3
--------------------------------------------
«Te conseguí la luz del sol a media noche... Y el número después del infinito...Instale la osa mayor en tú diadema... y tu seguías ahí como si nada...»
KyungSoo se revolvió entre las sábanas de aquella enorme cama y hundió más su cabeza en la almohada, aún no quería despertar, aún no quería irse. Amaba como aquel aroma masculino, que estaba en toda esa habitación, se metía en sus fosas nasales y lo hacían delirar, amaba como aquel hombre estaba acostado a su lado con la respiración a un ritmo suave y pacífico. Ojalá pudiera permanecer para siempre así junto a él, pero KyungSoo más que nadie sabe que eso no es posible, porque ya es hora de que termine, no puede quedarse junto a él y lo sabe, pero no quiere moverse. ¡Solo un poco más! Antes de terminar con esto, antes de irse y no volver, quizá así se convenza a sí mismo, que no es por el hombre que tiene al lado, que su corazón late a mil por hora.
« [...] como buen perdedor busque en la cama. Las cosas que el amor no resolvía
[...] y como duele, que estés tan lejos durmiendo aquí en la misma cama, como duele tanta distancia, aunque te escucho respirar estas a cientos de kilómetros.»
KyungSoo suspiró hondo intentando tragar aquel enorme nudo que estaba en su garganta desde anoche, desde que JongIn lo hizo suyo una vez más, en aquella enorme cama testigo de las tantas veces que lo hicieron. Era tan importante para KyungSoo, pero tan normal para JongIn.
Se acomodó y muy lentamente intentando no despertarlo se recostó en su pecho por última vez, ignorando a su mente que le decía, que no lo haga, que Kai terminaría apartándolo como siempre, se recostó aún con aquel nudo en su garganta que deseaba liberar una vez más. Porque ayer en la noche mientras sentía a Kai por última vez hundido en su interior lo hizo; lloró, pero JongIn nunca lo vio, o sólo lo ignoró.
Quería ser fuerte y salir de aquella casa con la cabeza en alto, así que se deslizó del torso de JongIn y se sentó al borde de la cama, aún estaba completamente desnudo y ya no le avergonzaba. Aunque quiso con todas sus fuerzas atrasar el llanto no lo logró y sus ojos ya picaban por las crecientes gotitas transparentes al borde de sus ojos. Y sin darse cuenta las lágrimas cayeron deslizándose por la lechosa piel que lentamente se volvía rosa por el llanto. Entre sollozos y gimoteos silenciosos se deslizó de puntillas por toda la habitación recogiendo toda su ropa, y una vez que la tuvo puesta le lanzó una última mirada a JongIn antes de dirigirse a la puerta.
Para sorpresa de KyungSoo, ni siquiera llegó a girar el picaporte de la puerta cuando escuchó una voz suave y ronca retumbar en la habitación.
— ¿KyungSoo? ¿A dónde vas? —Preguntó el más alto. KyungSoo no quería girar no quería verlo, porque sabía que si lo hacía lloraría, mucho más de lo que ya lloró, aún tenia las lágrimas en su rostro, tomó un largo y hondo suspiro y logro pronunciar a penas en un susurro pero que sabía que JongIn podría escuchar.
— Yo debo irme. — Susurró firme, mucho más de lo que KyungSoo se hubiera imaginado capaz de pronunciar y cuando se disponía a salir de nuevo esa voz lo detuvo abruptamente.
— ¿Porque vas a irte Hyung? Quédate conmigo hoy, ya sabes podemos seguir jugando — dijo en tono picaron, que hizo que las entrañas de KyungSoo se revolvieran por el dolor y que su corazón se estrujara con cada palabra. Un juego, eso era para JongIn todo esto y ya no quería estar ahí, quería salir corriendo con los trozos de su corazón roto.
— ¿Qué no tienes a TaeMin para follarlo hoy? Deja que me vaya JongIn, sólo adiós — dijo firme y se armó de todo el valor para desafiar a aquel hombre. Así que salió tranquilo de la habitación pero una vez que la puerta se cerró, corrió con desesperación por las escaleras con los ojos nublados por las lágrimas que se habían convertido en gruesas gotas que corrían por sus mejillas rosas. Bajó a la sala lo más rápido que pudo y buscó sus zapatos pero no los encontró ¡Maldición! Era mal momento para que sus estúpidos zapatos quieran jugar a las escondidas.
— ¡KyungSoo!
Escuchó aquel grito gutural que se dispersó por toda la casa y a KyungSoo se le pusieron los vellos de punta porque no quería que lo viera llorar, pero tampoco saldría sin sus zapatos y los busco con más tranquilidad rogando porque JongIn no llegara hasta él, pero sus súplicas no sirvieron de nada.
— ¿Estás buscando estos, Hyung? — escuchó la voz burlona de JongIn y sabía que sus zapatos estaban en su posesión. Respiró hondo y seco las lágrimas de su cara y colocó la cara de póker que mejor pudo para disimular las pequeñas manchas rosas que estaban en su cara de tanto llorar.
— ¡Dámelas Kai! — dijo firme y tratando de parecer enojado aunque por dentro estaba hecho añicos. Su menor lo observo detenidamente sin pronunciar ninguna palabra, y eso ponía de nervios a KyungSoo. — ¡Te he dicho que me las des!
— ¿Porque estabas llorando KyungSoo? — Preguntó bajando lentamente del último escalón de la escalera en donde estaba parado y se acercaba peligrosamente. A KyungSoo se le paro el corazón y no pudo pronunciar ni una sola palabra. Porque simplemente quería que todo esto acabara, ya no quería demostrar sus sentimientos a alguien que solo le lanzaba palabras vacías por obligación. Porque sí, era un tonto si pensó que podría enamorarlo. Tres años no bastaron, todo este tiempo lo desperdició y dio todo su amor a cambio de palabras vacías.
«He llegado a confundir con la ternura, la lástima con que a veces me miras...»
KyungSoo podía recordar exactamente toda su historia junto a JongIn y quizá no sea una de esas típicas historias románticas de amor, pero para KyungSoo el simple hecho de haber tenido a Kai en su vida era algo indescriptible, a pesar de los daños, a pesar del dolor, nunca se olvidará, de todas y cada una de las cosas que hicieron. Aunque sí, debía admitirlo el noventa por ciento era sexo, pero no importaba, incluso eso KyungSoo lo sabía. Sabía exactamente que Kai solo lo buscaría para follarlo, pero sin embargo se convenció de que podría enamorarlo. Tan ingenua fue aquella mente, por pensar que Kai pasaría el tiempo necesario como para enamorarlo, pues no, KyungSoo veía a JongIn en la semana solo dos veces y los fines de semana solo lo tomaba los sábados. Al principio le era raro, por qué solo ese día, hasta que un día despertaron tarde y en su puerta yacía esperando un hermoso joven de piel lechosa un poco más alto que KyungSoo e incluso más guapo. O eso era lo que él pensaba, lo más ridículo que KyungSoo pudo haber preguntado esa vez lo recuerda tan bien. "Quién es él JongIn?" Y el menor simplemente respondió que era un amigo como él y que hoy era su turno de disfrutar. KyungSoo aún recuerda el dolor que sintió en su pecho con aquello, lo recordaba todo, aun así nunca se rindió a ese hermoso hombre, y dirán que fue estúpido al seguir con tal farsa, pero en verdad lo amaba. Siguió por tanto tiempo intentando, se llevaba decepción tras decepción, KyungSoo lo invitaba a pasear pero Kai siempre se negaba diciendo que tenía algo importante que hacer, le mentía tan descaradamente que ya se acostumbró a tal cosa. Intentó tantas veces que respondiera a sus te quiero a sus "te amo, Kai", pero el menor simplemente parecía no oír tal declaración. Lo iba destruyendo poco a poco.
Una persona tiene sus límites, y los de KyungSoo ya fueron alcanzados.
«[...] el corazón no piensa...No mi vida, para que te esfuerzas? No me tienes que explicar, siempre amare tu libertad porque mucho que eso duela...»
KyungSoo escuchó aquella voz familiar llamarlo desde muy lejos, parecía acercarse cada vez y quería alejarse de una vez por todas. Todas las veces lo dejo ir ¿Por qué justo el día en que no volvería nunca más lo retenía? ¿Por qué era tan difícil tratar con Kim JongIn?
— KyungSoo.
Escuchó su voz en un susurro preocupado.
— ¡KyungSoo despierta! — dijo y sintió que lo movían, abrió sus ojos lentamente y lo vio ahí sentado al borde de su cama junto a él.
— ¿Qué pasó? — preguntó e intento sentarse en la cama con un increíble dolor de cabeza.
— No lo sé. Sólo colapsaste en la puerta, KyungSoo. ¿No dormiste? ¿Por qué estabas llorando? — preguntó casi enojado.
— Yo...— suspiró —No podía dormir Kai y a veces yo tengo un poco insomnio y esta madrugada me atacó, simplemente eso y no estaba llorando.
— Sí, estabas llorando, deja de mentir ¿Por qué? — insistió.
— No es nada, Kai, ya debo irme — dijo e intento bajar de la cama pero JongIn lo sostuvo fuertemente.
— No irás a ningún lado, Hyung. Y mucho menos así. — dijo el menor, enojado. ¿Por qué mierda le importaba su estado de salud? Solo quería que lo deje en paz.
— ¡Sí! Me iré a casa. ¡Déjame en paz! ¿A ti que mierda te importa mi estúpida salud? Tampoco debería importarte si muero. — dijo estallando en ira. El menor lo miro a los ojos de manera penetrante. KyungSoo sabía que estaba buscando una respuesta pero no se lo permitiría.
— KyungSoo claro que me importa tu salud, eres mi amigo — dijo y KyungSoo sintió una gran puntada en su estómago, en verdad odiaba ese término con toda su alma. Lo había oído salir de los labios de JongIn tantas veces para dirigirse a los tantos 'amigos' que tenía a su disposición para follárselos descaradamente cuando a él se le diera la gana. Simplemente esta vez no pudo reprimir una risa burlona ante tal término y JongIn lo miro levantado una ceja.
— Solo déjame ir, amigo — dijo subrayando esa última palabra y cargándole todo el desprecio que tenía en su interior. Luego de esto ya no lo vería mas era momento de sacar todo lo que tenía guardado.
— ¡Yah! ¿KyungSoo que te sucede? — preguntó el menor con exasperación.
— ¡Pasa que, quiero que me sueltes y dejes que salga de esta habitación! Ya no soporto estar aquí. ¡Suéltame! — dijo desesperado y con las lágrimas a punto de brotar de nuevo.
— No te soltaré, hasta que me digas por qué estabas llorando. — dijo con tranquilidad. Los ojos de KyungSoo se cerraron con fuerza.
— Ya b-basta Kai — dijo mientras la voz se le quebrada.
— ¿Por qué? ¿Qué sucede? Dime que es lo que te pasa. ¿Por qué quieres irte? Te estoy dando la oportunidad de quedarte un día más como siempre lo has querido ¿Y lo rechazas?
— Ya es tarde Kai, ya fue suficiente, ya no puedo más —dijo dejando escapar dos gruesas gotas que rodaron libremente en sus mejillas. —Ya no soporto esto. Te amo, pero no puedo seguir engañándome con que tú un día también lo harás también, ya no aguanto, éste es mi límite. Haz lo que quieras, ya no me importa —sollozó con los ojos cerrados.
« [...] si me gustaste por ser libre ¿quién soy yo para cambiarte? El problema no es quererte, es que tu no sientas lo mismo...»
-KyungSoo, yo...
— ¡Basta! No...no digas nada, Kai. Por favor. ¡Lo sé! Sólo deja que me vaya, por favor. —KyungSoo seguía sollozando. Sintió como Kai lo soltaba lentamente, apenas se vio liberado de esos brazos corrió y esta vez no le importó salir a la calle sin zapatos, simplemente quería que todo pare en ese instante, el dolor, el llanto. Pero sabía que eso era imposible.
Corrió sin rumbo y en algún punto, lloró hasta secarse, hasta que sus ojos dolían. Cuando se calmó un poco, verificó donde fue a parar; estaba en un parque en la noche; podía reconocerlo, no estaba muy lejos de su hogar, así que camino hasta allí ignorando el hecho de que iba sin sus zapatos, y que tampoco había comido nada en todo el día. Regresó a su casa y parecía un poco más calmado.
##
JongIn simplemente lo dejo ir, ni siquiera fue a buscarlo. En verdad nunca le importó, aún mantenía es pequeña esperanza de que quizá si le importaba a Kai, pero esa esperanza se borró cuando en las últimas semanas ya no lo vio, ni siquiera lo buscaba o lo llamaba. Se sentía un poco mejor, ya no lloraba en las noches y tampoco se lamentaba por haberlo perdido.
KyungSoo se obligó a olvidarlo, sólo distraía y engañaba a sus pensamientos con otras actividades, pero en el fondo, KyungSoo sabía que JongIn aún estaba metido en su cabeza y en su corazón.
A las tres semanas de no saber nada acerca de Kai, el timbre sonó insistentemente, lo que KyungSoo no esperaba era ver a esa persona frente a su puerta. Se quedó mudo y parpadeo varias veces para comprobar que no era una alucinación.
—Hola KyungSoo. —dijo seco y frío como siempre ha sido.
— ¿TaeMin? —preguntó todavía sorprendido.
—Yo...Vine a devolverte esto —dijo el muchacho y vio como le entregaba en la bolsa y para su gran sorpresa, la bolsa contenía aquellos zapatos que dejo en la casa de Kai. ¿Y ahora a que venía todo esto?
—Gracias, supongo. —dijo sin nada más que acotar. —¿Eso es todo?
—¡No! Quiero preguntarte ¿Que mierdas le hiciste a Kai? —dijo furioso. KyungSoo abrió los ojos como platos.
— ¿Yo? Creo que te estas equivocando, ya no tengo nada que ver con él —afirmó.
—¡Claro que sí! Desde que te largaste como estúpido de su casa ya no quiere follarme ¡carajo! Y si lo hace, dice tu jodido nombre y no estoy dispuesto a soportar esta mierda. —KyungSoo no podía creer lo que aquel muchacho le estaba reclamando.
—Mira TaeMin ¡Estás loco! Ve y resuelve tus estupideces con Kai y a mi déjame en paz. —le escupió con enojo e intento cerrar la puerta pero TaeMin lo detuvo.
— ¡Ah, no! Ahora te haces cargo de él. Esta hecho una asquerosidad, KyungSoo. —dijo peinando sus cabellos hacia atrás con frustración —Si no tuviera corazón lo dejaría ahí y que se pudriera, pero no quiero tener la conciencia pesada y dejarlo ahí como el idiota que es. Él también te ama ¡Joder! Si será un estúpido orgulloso porque no quería reconocerlo. —gritó a todo pulmón y KyungSoo aún seguía sorprendido e impactado.
Esto tendría que ser una broma de muy mal gusto.
—TaeMin, déjate de estupideces, Kai nunca...
— ¡JongIn! Ahora quiere que solo le diga JongIn, porque tú lo hacías.
— ¿Y si le importo tanto por qué dejo que me vaya? — preguntó ya exasperado.
— Porque es un maldito orgulloso niñato qué no sabe admitir que esta jodidamente enamorado. ¡Y tú igual de idiota! ¡Que te dejaste enredar! — gritó — Ahora, mueve tu lindo trasero por las buenas, y vamos junto al idiota, antes de que lo haga por las malas — gruñó. KyungSoo tragó grueso, no sabía si TaeMin cumpliría su palabra así que a regaña dientes se dirigió con TaeMin al departamento de JongIn. A pesar de que se había convencido que tarde o temprano lo superaría su corazón aún no estaba preparado para volver a verlo y sentirlo. Y mucho menos en el estado en que TaeMin le platicó, no soportaría y sería capaz de caer de nuevo. Pero ahí estaba en el coche de TaeMin en un silencio incómodo de camino a la casa de JongIn.
Si serás idiota KyungSoo, se repetía mentalmente por lo que estaba haciendo.
— KyungSoo, ni se te ocurra volver a huir sin que arreglen sus malditos problemas — le dijo rompiendo el silencio en aquel auto. KyungSoo tragó duro. Y TaeMin continuó — No, espera los encerrare y no saldrán hasta que arreglen toda su mierda. — dijo serio
— ¿Qué? ¡No!, ni se te ocurra, TaeMin, no escaparé — le dijo KyungSoo con miedo, pero TaeMin no dijo nada más.
KyungSoo en estos tres años que visitaba aquella casa nunca la vio tan desarreglada con vidrios rotos aquí y allá. A pesar de que JongIn era una persona de fiesta, un típico mujeriego, le gustaba el orden, esa fue una de las malditas cosas que hicieron que KyungSoo se enamore de él. Fueron directamente a la habitación y KyungSoo esperó verla igual que el resto de la casa pero no era así, a excepción de las múltiples botellas de alcohol que reposaban en la mesita de noche al lado de aquella cama.
KyungSoo pudo divisar un bulto entre las sábanas blancas de aquella enorme cama que conocía a la perfección, escuchó pequeños susurros y sollozos.
— Es un idiota — dijo TaeMin antes de darse vuelta y salir. Con lo que no contaba es que este cumpliera su promesa y lo encerrara con JongIn en esa habitación ¿Que acaso estaba loco?
— Estúpido TaeMin, tú eres el idiota — dijo JongIn aún bajo las sábanas. Al parecer aun no notó la presencia de KyungSoo en la habitación. Y empezó a hablar en susurros que KyungSoo era capaz de escuchar debido al silencio en la habitación.
— KyungSoo...— sollozo.
— ¿Porque te fuiste idiota? — hipo.
— También Te amo...— hipo.
— Creo que me estoy volviendo loco, puedo sentir tu hermoso aroma— JongIn aún seguía hablándole al aire, pero KyungSoo estaba estupefacto en su lugar, no daba crédito a lo que sus oídos oyeron.
— Hyung... Por favor vuelve — dijo con un último sollozo antes de escuchar como empezaba a llorar. Todo lo que KyungSoo pudo hacer fue acercarse lentamente a su menor y subirse suavemente a la cama y lo tomo en sus brazos abrazándolo contra su pecho. Le dolía a pesar de todo el daño, no quería que llorará. Los dos fueron unos idiotas, al no saber sobrellevar lo que sentían. Sintió como JongIn se tensaba ante su toque.
— TaeMin, te dije que me dejaras en paz. Ahor....
—Shhh...—le interrumpió KyungSoo. —Lo siento JongIn. —dijo el mayor sintiendo unas ganas horribles de llorar. JongIn se revolvió en sus brazos.
— ¿Hyung? —chilló con desesperación.
—Sí JongIn, soy yo. Tranquilo estoy aquí —pronuncio bajito y el más alto lo tomo entre sus brazos y lo abrazo con fuerza.
— ¿Esto no es sueño? —lo escuchó sollozar. Y KyungSoo soltó dos lágrimas rebeldes que rápidamente limpio. Era tan diferente, JongIn parecía tan pequeño con ese tono de voz.
—No, no es un sueño, JongIn. —le dijo en su susurro mientras lo arrullaba.
—Si no es sueño. Lo siento, Hyung —dijo aun sollozando e hipando por las lágrimas —Yo... Te amo, lo siento. Por favor no te vayas, no me dejes otra vez, estaba tan empeñado en demostrar que no estaba enamorado, que no me percaté del daño que te hacía. ¡Lo siento, Hyung! Ya no quiero negarlo, sé que puede ser tarde, como lo dijiste esa tarde y es por eso que no te busqué, tú no mereces a alguien tan estúpido como yo...
— Tienes razón —dijo KyungSoo —Puede que no merezca a un idiota. Pero, soy yo el más grande todos los idiotas por complicar esto más y hacer tanto escándalo. Lo siento por eso JongIn.
—Tú solo hiciste eso porque estabas herido a causa mía. Lo siento y nunca me cansaré de decírtelo. Puedo entender que no quieras estar aquí. Aunque...duela —dijo suspirando, el llanto se le había pasado un poco— puedo dejarte ir, Hyung, otra vez. —pronunció muy bajito como si no quisiera decirlo. Y KyungSoo pensó en que le estaba dando la oportunidad de marcharse. Pero su cuerpo no respondía, su mente decía muévete, pero su corazón gritaba que se quedara y así lo hizo.
—No iré a ninguna parte JongIn, me quedare aquí contigo. —dijo y JongIn lo sostuvo con sus brazos aún si verlo a la cara y comenzó de nuevo a llorar. KyungSoo jamás en su vida pensó que sería capuaz de ver a un JongIn tan vulnerable y llorón. Sonrió para sus adentros. Estúpido niño a pesar de todo, lo amaba
—Gracias...—sollozó.
—JongIn mírame —le pidió KyungSoo tratando de separarlo, pero el menor afianzó su agarre a la cintura del mas bajito y negó con la cabeza mientras enterraba su rostro en el hueco que había entre el cuello y el hombro de KyungSoo.
—Vamos a dormir, Hyung —dijo mientras respiraba suavemente en el cuello de KyungSoo, acción que le provocó escalofríos.
—No puedo dormir si estas respirando en mi cuello, JongIn.-dijo KyungSoo nervioso.
—He extrañado tu aroma, pero nunca lo olvidaré, lo reconocería en cualquier lado. Por favor duerme conmigo, quiero despertar contigo y saber que esto no es un sueño. —pronunció bajito y se rindió poco a poco ante el sueño.
Era media noche, KyungSoo aún seguía con JongIn aferrado a él y respirando suavemente en su cuello. Lo amaba y mierda lo volvió a perdonar. Volvió a perdonar al chico que lo hizo delirar, que lo hizo llorar, reír y tantas emociones, definitivamente lo amaba y sus oídos nunca olvidaran las mejores palabras que Kim JongIn ha pronunciado en esos tres años.
"Yo.. Te amo, Hyung"
------
Muchas gracias por leer ^3^
e
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro