Capitulo 8: Katherine Van Helsing. Boda durante la Luna Negra
Me casaré hoy.
Hoy me casaré con un monstruo.
Lo recito varias veces mientras me arreglan las criadas bajo la luz de la mañana que se infiltra en las ventanas: sin poder creer en esas palabras. El peso que tienen esas frases en mi boca, el sabor extraño al pronunciarlas. Todavía no lo asimilo, tampoco sé cómo debería sentirme ante tal idea al considerar los sucesos y las causas que me condujeron a este momento. Se siente irreal. Extraño. Un huracán de emociones crece en mi pecho en tanto que transcurre los segundos: Vacío, tristeza, odio, esperanza, dudas y temor. En vano intento poner en orden mis sentimientos caóticos y los pensamientos agitados al son de mis acelerados latidos; tratando de impedir que la máscara inexpresiva que mantengo en mi rostro no se quiebre por el dolor de las espinas que yacen en mi corazón, culpa de las semillas que germinan en mi mente y descienden como enredaderas venenosas hasta mi pecho, oprimiendo con dureza cada recuerdo que inútilmente desecho.
Inmóvil como una estatua permito que me quiten la ropa para reemplazarla por el conjunto de novia y reina que luciré en este día, pues no solo seré la esposa del Rey del Continente Sin Nombre, Drácula; también gobernare a su lado, seré reina del Clan de los Monstruos, la raza maldita y aborrecida por los mortales y dioses. La mera ida me llena de odio, tristeza, dudas y un poco de orgullo. Es decir...me indigna como llegue a esta situación. Me entristece ser solo una moneda de intercambio para conservar la supervivencia de los mortales, sin esforzarse ellos en salvarme en lo más mínimo, ni siquiera mi familia, quienes se hallan ausentes después de que me engañaran para entrenarme contra mi voluntad por un propósito irreal y efímero.
No tenía idea del vacío y la decepción que me causaría, ni de las dudas que iban a revoletear tanto a mi alrededor como moscas ante el hedor del miedo y el temor que nacen tanto por las palabras dichas de parte de Abraham Van Helsing, tanto como las del Príncipe de la Oscuridad, Drácula. No puedo olvidar sus palabras. Sus propósitos que tienen como clave mis acciones. Sus planes. Sus órdenes. Sus regalos...o lo que parecen ser regalos de su parte, porque Abraham me regaló la capacidad de usar el Don de la Diosa que bendijo nuestro linaje, así como la promesa de Drácula: darme una nueva vida.Y mi venganza a cambio de su extinción. Aquello me causa un poco de orgullo, pues presiento que, por muy egoísta que sean mis acciones, estaré ejecutando mis propias elecciones. Solo yo tomaría mis decisiones sin necesidad de que alguien decida por mí, una sensación tanto placentera como atemorizante: pues no creí que el hecho de elegir, sea cual sea las razones, tendrían efectos permanentes en nuestras vidas: Queramos o no, cada decisión tiene sus consecuencias y, dicha elección, puede ayudarnos a elevarnos o a hundirnos.
Es por esa la razón que tengo tantas dudas, porque desconozco que decisión es correcta para ayudarme a sobrevivir ante este mundo cruel. No sé cuáles son las consecuencias que se desencadenaran cuando haya tomado una elección. Cada vez que tomo una decisión sucede algo inesperado que me obliga a cambiar de rumbo, tal cual como me sucedió al principio de toda esta encrucijada: al principio quise huir pero intervino Drácula y me convenció de ser su esposa para ofrecerme lo que yo quisiera si a cambio exterminaba a los mortales en su lugar...cosa que no tengo problemas al hacerlo, pues no tengo razones para querer a los humanos después de las cosas que me hicieron, el problema es que, habiendo tomado una decisión, un suceso inesperado ocurrió cuando me salva el fantasma de Abraham Van Helsing de una horda de espantos, antes de suplicarme y exhortarme que salve a la humanidad después de haber hecho un juramento que me impide hacerlo, incluso se lo dije y me siguió pidiendo que salve a los humanos y hasta al mismo Drácula. ¿De qué? No lo sé, y para empeorar las cosas también me suplicó que tratara de convencer a Drácula de salvar a la humanidad. Que soy la clave.
...No entiendo porque sigo pensando en este tema si ya debí haber tomado esa decisión desde hace tres días atrás, cuando me mandaron abandonar las tierras de los mortales para venir al Reino de los Monstruos, y así convivir con los Hijos de Lilith y con su pueblo.
...Cuando supe que mi familia no iría conmigo, abandonándome a mi suerte después de vivir con ellos un año.
...Cuando vi que no hacían nada para salvarme de ese destino siquiera, sabiendo ellos los riesgos que corro.
...Cuando vi los libros que me regalo mi difunta amiga...todo eso tuvo que haberme ayudado a tomar una decisión, pero no he podido, porque ella es la única razón por la que tengo el corazón lleno de espinas y tormentas: Es por ella que quiero matar a los humanos, pues por culpa de esa raza mi única y mejor amiga murió. Al mismo tiempo que no he satisfecho mi odio hacia los mortales por las dudas que se sembraron por esa misma causa, pues ella no quería que hiciera esto, nunca quiso que perdiera mi camino.
Y por eso me siento tan dividida...
Exterminar a los humanos para vengar su muerte y evitar que me arrebaten más cosas...
O salvar a los humanos para cumplir sus deseos pese lo que le hicieron.
Creo que no hoy no podré tomar una decisión.
Otra vez.
-Ya está lista, mi lady. Anuncia la criada, todas se apartan mientras busco mi reflejo en el espejo; quien me lo devuelve con expresión asombrada. Sin poder reconocer a la chica que me mira a través del espejo inmaculado que refleja la luz del sol que penetra desde la ventana, emitiendo un resplandor que recae sobre mí. Otorgándome un aire de ensueño con esta transformación impecable que realizaron estas criadas al embellecerme.
-Por la Diosa que nos engendró... Susurro.
Me quedo sin aliento al ver lo bella que me veo con este vestido de lujo, diseñado por la mismísima Lilith como un regalo de bodas, dándome cuenta que ha tomado retazos de algunos diseños míos para combinarlos con los suyos: todo el vestido está hecho de seda color marfil, con tela de encaje hecha a mano elaborada con patrones conocidos como "puntos de Venecia", acompañado por resplandecientes diamantes blancos incrustados en el encaje, contando con incontables adornos de pedrería tanto en el corsét como en los bordados que adornan la parte inferior de la falda del vestido; otorgándome un aire de reina la larga y glamorosa cola del vestido que sale de la parte superior del conjunto a partir de la espalda. El elegante velo transparente con cristales dispersos que está sujeto por la diadema de piedras carmesís engastada por una tiara de oro que yace sobre mis cabellos blancos para resaltar mis ojos escarlatas, en el cual lo acompaña una soberbia joya de rubís colgando sobre mi cuello. Mi cabello blanco cae suelto en largas y abundantes hebras como el color de la nieve. Mi rostro esta empolvado, los ojos maquillados con sombra humeante, los labios teñidos de labial carmesí.
El día amaneció con el sonido de las campanas produciendo eco a través del viento helado: Cualquier chica estaría emocionada al oír las campanas, pero yo no sé cómo debo sentirme. Dentro de poco seré la esposa del Rey de Sombras. Reina del Clan de los Monstruos, lo cual eso debería alegrarme, pero si no acepto mi condición de monstruo jamás seré la reina que esta raza pide de mí...o eso es lo que Carol me aconsejó.
Carol me dijo que es necesario para ganarme la confianza del pueblo y de Drácula. La Casa Van Helsing no está presente y me encuentro ahora deseando que ellos estén aquí, en este momento me siento muy vulnerable; sola, con muchas emociones que no hallo como sobrellevarlas.
Y aquí estoy ahora: 7 días en las Tierras Perdidas y fuera del Continente Sin Nombre donde mora el Clan de los Mortales. Estoy en el Castillo de la Noche, propiedad de los Hijos de Lilith y del rey Drácula, y prontamente va a ser mi nuevo hogar. Sigue sonando extraño.
Salgo con una compañía de hermosas hadas y metamorfosis hacia la estructura gótica pero elegante que conducen al altar: todos me observan y me hacen reverencia, pues más tarde seré reina tras casarme con el Rey de Sombras.
Las Tribus del Clan de los Monstruos son testigos de mis pasos hacia al altar. Tal como lo ensayé me deslizo en silencio hacia mi prometido, del cual no puedo negar que está muy atractivo: ojos verdes como la hierba fresca, felinos y misteriosos, de cabellos espesos y abundantes del color de la tinta peinados con elegancia. De contextura atlética y hombros musculosos, llevando puesto un elegante traje de caballero color negro. Guantes blancos cubren sus manos. Su padre, igual de elegante, lleva encima una túnica color vino y un cetro de oro adornado de piedras preciosas. Al llegar al altar, ambos nos arrodillamos frente a su padre, quien bendice nuestra unión tocando nuestros hombros con el cetro. Recita unas palabras en el antiguo idioma de los dioses, antes de atar nuestras muñecas con un lazo de oro que simboliza nuestra unión.
Entrelazamos nuestras manos y luego bebemos una copa que contiene un líquido extraño color azul que, según se dice, trae suerte a la pareja. Una práctica de este clan.
Desde que Carol me anunció el tiempo que tendría para casarme y mudarme con los Hijos de Lilith he estado empacando mis cosas, estudiando las tradiciones, ritos, costumbres y modos de vestir del Clan de los Monstruos cuando eso era algo que debieron enseñarme un año atrás, el problema es que nadie conoce como tal las verdaderas prácticas de los monstruos. Lo que conocemos no son más que meros cuentos de miedo y algunos son ridículos. En 3 días los sirvientes prepararon mis cosas. En tanto que tengo tantas preguntas por descubrir, además de averiguar cualquier información sobre mis padres, sobre el Héroe del Otro Mundo y los escritos que me dejó Nairilyn. Debería sentirme libre. La Casa Van Helsing no está aquí. Ningún mortal me está molestando, pero es eso lo que aumenta mi nerviosismo: soy la única humana entre esa raza de monstruos. Por lo general los mestizos tienden a liberar las habilidades que heredaron de sus padres, en mi caso, debería saber a estas alturas como usar los dones de mi familia, las habilidades y el poder que recorre en mis venas al ser hija de un monstruo.
...Eso me hace recordar el día en que recibí la Bendición para terminar siendo el objeto de las burlas de la Casa Van Helsing: igual que en el Reino Luab, unos soldados vinieron a buscarme para traerme de vuelta a la morada a recibir el don que se me ha sido otorgado por la diosa de nuestra familia, nuestra patrona, Malhira; con el propósito de usar esos dones y subir de nivel para el bien de la sociedad. Sin embargo, las cosas se torcieron y jamás aprendí a usar los poderes que me bendijo la diosa porque nadie conocía las habilidades que he desarrollado tanto como Van Helsing o como descendiente de los monstruos.
Para sobrevivir debo aceptar mi linaje. Debo abrazar mis raíces si quiero ser la reina que anhelo ser y usar los poderes ocultos que duermen en mi sangre si quiero vengar la muerte de mi amiga.
La cuestión es que, no puedo.
No quiero aceptarlo.
Si no quise aceptar el apellido Van Helsing...un apellido que conlleva el honor de ser el descendiente de una diosa, de un linaje de guerreros y así mismo gozar de las riquezas de un noble... ¿Por qué aceptar el linaje de esa raza maldita por los dioses antiguos? He pasado la mitad de mi vida tratando de ocultarlo, así como pase la mitad de mi vida por romper mis lazos con el apellido de mis parientes. ¿Por qué? Pues porque no me han dado nada esos dos linajes, excepto dolor, problemas y abandono; juntamente mi odio hacia ambos clanes por las cosas que me hicieron para hacerme la vida más desdichada de lo que ya era.
El problema es que, si no acepto mis linajes, el de ambos, jamás podre despertar los poderes que mora en mí. Nunca sabré que soy realmente.
Todavía recuerdo esa conversación que tuve con mi tía antes de venir a estas tierras...
<<- ¿Qué? No pienso hacer tal cosa. ¿No hay otro modo de ganarme la confianza de esos seres sin tener que seguir sus horrendas costumbres?
-Me apena decir que no, estuvimos buscando el modo pero no hay otra manera, debes practicar sus ritos y costumbres para que te reconozcan como reina suya, de todos modos, eres hija de un monstruo, el clan tiene sus prácticas y tienes que seguirlas para que tú también puedas conocer ese lado que hemos impedido que se manifieste.
-Si despierto esa línea de mi sangre...
-...Podrás sobrevivir en aquel lugar -me interrumpe Carol -estarás con el Clan de los Monstruos, no con los humanos, tienes que aprender a pelear y vivir como un monstruo si quieres sobrevivir, aprende sus tradiciones como lo hiciste en el Reino Lúab y sabrás que hacer. Y trata de construir una nueva vida si no hay nada que el Clan de los Mortales deba temer. Quien sabe, tal vez te agrade tu prometido...>>
Y aquí estoy, sentada con un conjunto que me puse antes de venir a la velada: un sencillo vestido de encaje blanco escotado en el pecho y descubierto en la espalda, desnudando mis hombros. La falda del vestido cae con gracia hasta rozar el suelo, con bordados de seda floreciendo desde abajo antes de subir, no sin llegar a mi cintura ceñida por un cinturón de pedrería. Mi cabello fue peinado con un estilo medio recogido por un broche de rubí, contrastando mis hebras largas y espesas semejantes a la lana que combinan mi vestido pálido y hermoso como la luna, con mis ojos escarlatas mirando mí alrededor con expresión neutral. Intento no mostrar mi asco y horror al ver la sangre que emana en todos lados mientras esta raza baila a través de orgías y extraños rituales en memoria de sus ancestros bajo el cielo rojizo desnudo salpicado de brillantes estrellas y una luna grande que se tiñe de negro como el carbón.
***
Según las leyendas, la Luna Sagrada es un espectáculo astronómico que ocurre cada 3 años durante un periodo de siete días, día y noche hasta el último día en que la Luna Negra recupere su apariencia normal. El Clan de los Monstruos la denomina la Luna Sagrada, pero los humanos la conocen como la Luna Negra: pues la luna, del color de la sal o blanquecina adquiere el color de la tinta o el carbón mientras irradia un brillo antinatural. Este pueblo venera a la Luna Sagrada porque gracias a ella libera el poder contenido de esta raza maldita por causa de los dioses: según el mito, los monstruos surgieron de las sombras y tinieblas, son una anomalía que los dioses no pudieron contener, ni siquiera aniquilarlos por su ilimitado poder. Una guerra entre monstruos y dioses estalló. Los dioses ganaron y les robaron una parte de sus poderes, del cual solo volverían adquirir durante la Luna Sagrada por culpa de una poderosa hada que invento un rito para recuperar sus poderes en un periodo de tiempo que solo transcurriría cuando hubiera Luna Negra. El problema es que, cuando cese la Luna Negra, sus poderes volverán a ser arrebatados y tendrían que esperar el otro ciclo para volver a gozar de esas habilidades. No obstante, tengo entendido que este clan son los descendientes de los Ancestros, aquellos monstruos que pelearon contra los dioses, y que dichos descendientes no heredaron la misma crueldad o maldad de sus antepasados, pero sí sus rasgos físicos, y sufren al igual que sus ancestros los efectos secundarios que causa la Luna Sagrada. ¿Cuáles son los efectos secundarios que sufren ellos cuando hay Luna Negra? Es lo que trato de entender...
No creí que fuera verdad, claro.
Y tampoco imaginé que tendría que practicar tales ritos para liberar ese poder que he heredado...
Sigo recordando sus nombres, pero no tuve valor de preguntarle a Carol sobre ellos, temía que preguntara como pude haberlo descubierto. ¿Me creería si le dijera que Abraham Van Helsing se me apareció hace tres noches? Lo dudo.
Las palabras de mi tatarabuelo susurran sus nombres cuando lo vi por primera vez: Katherine Van Helsing, hija de Víctor Van Helsing o Guerrero del Alba, hija de Silha, de la Tribu de las Sagradas. ¿Quiénes fueron?
Mi padre era un Van Helsing, y mi madre era de la Tribu de las Sagradas, una raza que no conozco, tal vez fueron exterminadas o las conocen con otro nombre. Viendo tantos rostros me pregunto cómo acordarme de ellos cuando cumpla mi papel de reina al lado de Drácula, intento recordar cómo se clasifican y como se dividen sus tribus...
El Clan de los Monstruos están divididos en varios grupos, entre ellos los Hijos de la Luna: conformado por licántropos, entre ellos los Hombre Lobo, de la Tribu de la Luna. Los Hombre Oso, de la Tribu de Garras. Y los Hombres Tigres de la Tribu Colmillo, son los líderes reales de esa tribu. Cada tribu conformada por hombre y mujeres, pero hay una tribu aparte de mujeres hermosas que se transforman en cisnes, águilas, felinos de muchos tipos, pertenecientes a la Tribu de Bellezas Feroces.
Los Hijos de la Naturaleza: seres que nacen con magia y pueden controlar los elementos de la naturaleza, entre ellos las hadas que pertenecen a la Tribu de los Elementos, elfos, de la Tribu del Viento. Y duendes, de la Tribu de los Sabios. Etc.
Los Hijos del Océano: seres del mar, del océano, lagos o ríos, criaturas hermosas y peligrosas como las olas, entre ellos las sirenas, divididas por varias tribus que definen una característica en particular de ellas, como la Tribu de las Temibles, la Tribu de Colas Cortantes, la Tribu de Voces Infernales, la Tribu de Conchas Afiladas y criaturas semejantes.
Los Hijos del Gran Dragón: dragones que descienden del Gran Dragón Dubhaal, un ser que según los cuentos era la montura de los gemelos Niah y Nobah. Eran tan alto como treinta montañas y tan ancho como si fuera el vasto mar, sus rugidos sacudían los cimientos de la tierra y el cielo, su aliento, aun de lejos derretía tierras y secaba mares. Sus ojos eran como brasas de fuego que se asemejaban a piedras preciosas fundidas. No hay arma ni objeto creado que sea capaz de hacerle daño o rasguño a sus escamas, que visten todo su monstruoso cuerpo hecho de lava, cenizas, hielo, roca y minerales desconocidos. Las armas son como paja para él, las armas atómicas que hizo Atlantis, capaces de destruir varias naciones, son como granitos de arena para el Gran Dragón. Su origen es un misterio, igual que su muerte. Hay muchas versiones de donde provienen sus hijos, pero la versión más común y conocida es que, del cadáver del dragón surgieron seres vivientes de muchos tipos, y que con el tiempo algunos de ellos copularon con humanos o mestizos y salieron descendientes suyos, algunos lo hicieron entre ellos y nació una realeza entre ellos; evolucionaron y hasta la mayoría pueden adquirir apariencia humana. Entre ellos está la Tribu de los Orígenes. La Tribu Hijos de los Elementos. La Tribu de los Ancestros. La Tribu de los Temibles. La Tribu de los Terribles. Etc. Y debo confirmar tal información. Todavía no sé si he memorizado bien como se clasifican esos grupos...
- ¿En qué estás pensando? Te encuentro muy pensativa. Miro al Rey de Sombras con aquel elegante traje oscuro que se ciñe perfectamente a su esculpida anatomía bajo la luz antinatural de la Luna Sagrada, cuya oscuridad amenaza devorar su luz color sal.
-Me temo que desconozco estas prácticas y ritos que celebran el Clan de los Monstruos.
- ¿Es tal como lo imaginaste? -una sonrisa burlona pero seductora curva sus labios - ¿Tan elegante, tan exótico?
-No sabría decirlo... -niego con la cabeza, sin saber que palabras sarcásticas emplear -Son más civilizados y refinados que los humanos: tanta sangre, tanto salvajismo y desorden.
Por supuesto, sonrío.
Y él me devuelve la sonrisa.
-Me alegra escucharlo, durante la Luna Sagrada nuestro pueblo celebra al practicar los mismos ritos que nuestros Ancestros, aquellos monstruos de la cual descendemos para subir de nivel: es similar a lo que la Casa Van Helsing hace con sus descendientes para el ritual de la Bendición... La diferencia es que los humanos reciben esas bendiciones de parte de la Matrona que adoran, los dioses de dichas Casas, entre tanto que nosotros lo obtenemos según nuestra raza y practicando rituales antiguos y olvidados.
Eso me hace recordar el Ritual de la Bendición que practica mis parientes, el ritual que yo participé con la vaga esperanza de demostrarles que, si recibía los mismos dones que mis parientes...les demostraría que era como ellos. Recibí muchísimos, muchísimos dones, algo que en mi familia suele ser motivo de alegría porque demuestra lo poderoso que eres, y así sucedió, con la excepción de que jamás se alegraron por mí: la cantidad de dones demostraba que era mucho más poderosa que mis propios primos que estaban en mejores condiciones que yo con respecto a los beneficios que alcanzaron para ser excelentes guerreros, pero a diferencia de ellos, que tenían mentores que les enseñaban a usar esas habilidades...no hubo quien me enseñara a controlar mis dones...
Eso causó que mis primos me vencieran en una prueba a pesar de que no eran tan poderosos como yo, solo porque no sabía usar ese poder otorgado.
...En ese momento supe que mi existencia estaba maldita: ¿Cómo es posible que una chica como yo, tan poderosa y con mucha experiencia en el combate sea incapaz de controlar sus propios poderes? Hasta los plebeyos saben controlar sus dones, todo el mundo menos yo.
He intentado controlarlo. Intenté averiguar cómo usarlos por mi propia cuenta, como he hecho siempre desde que tengo uso de razón, topándome con un resultado inútil: cada vez que intentaba usar estos extraños dones me lastimaba de alguna forma, lastimaba a otros o delataba mi presencia cuando buscaba la manera de pasar desapercibida. Es por eso que no seguí con esto, que busqué el modo de huir de este asunto que me sigue atormentando. De todos modos, si soy el objeto de las burlas entre los mortales...lo seré aquí.
Él toma un poco de vino que rebosa en su copa de cristal y yo me tenso al adivinar la pregunta que me quiere hacer...
- ¿Cuáles son los poderes que te otorgaron?
Me quedo en shock.
La pregunta que no quería que hiciera.
No, no, no, no, no...
Los nervios, el pánico y la vergüenza se asientan en el fondo de mi estómago mientras intento no mostrarme incomoda, rebusco en mi mente cualquier excusa, la mejor que se me ocurra, pero no hallo ninguna, mi mente se ha quedado en blanco.
- ¿Y bien? Pregunta, mirando su entorno con aburrimiento.
No abro la boca, no pienso decírselo. ¿No se va a reír de mí si se lo digo, así como se burlaron mi familia, los humanos? Tendría 12 años de edad cuando sucedió y nadie ha podido explicar el motivo por el que se me manifestaron unas habilidades tan extrañas, igual que los...que los monstruos. ¿Acaso habrá algún monstruo capaz de enseñarme lo que los humanos o mi familia no pudieron? Lo único que me enseñaron mis parientes fue...
No, acabo de acordarme que hace pocos años chantajeé a varios monstruos para que me enseñaran a usar los poderes que me dio la Matrona de mi Casa y a cambio yo no los mataba: fue un fracaso porque ninguno sabia y me temieron más de lo normal. Recuerdo que en ese entonces un monstruo que se me escapó se pasó de la lengua al decirle a un cazador las raras habilidades que no sabía usar. Claro, eso les dio más motivos a cada Cazarecompensas a matarme o incluso venderme...
- ¿Qué don te ha sido otorgado?
<<Respira, respira, relájate, cálmate.>> Mi corazón late apresurado. Evito el contacto visual, finjo que estoy distraída con el festejo del pueblo...
- ¿Y?
<<No lo sé, jamás supe controlar esos dones o usarlos porque no hubo nadie quien me enseñara a usarlos -las palabras amenazan en salir, cargadas de frustración y humillación -nadie ha podido explicarlo, todo el mundo se extrañó ante mi situación si consideras todo lo que he hecho hasta ahora, he intentado aprender por mi cuenta, pero...>>
-No es algo que quieras saber. Logro responder con indiferencia.
Nos quedamos callados por un rato.
No sé qué expresión puso, no quiero saberlo. No sé qué hacer estando aquí sentada y viendo como la gente se divierte mientras él me hace preguntas que no quiero responder...
Es entonces cuando Drácula se levanta y alza la mano para que la gente deje de bailar, todos se le acercan y empezamos a oír el discurso que probablemente ensayó nuestro rey para esta ocasión.
Por fin puedo respirar aliviada.
-Hace miles de años, en los días más oscuros de nuestra raza, el Clan de los Monstruos por fin se alzó sobre los dioses y otras razas para obtener lo que le ha sido robado, todo y gracias al sacrificio de una hada que, con valentía, demostró que nuestro pueblo no se rige ante nadie aun ante las adversidades... -hace una pausa antes de continuar su discurso -es por ello que tras la caída de nuestros ancestros veneramos a la Luna Negra, pues gracias a ella podemos hacer uso de nuestros poderes durante estas fechas, aunque sea por poco tiempo, sigue siendo suficiente para ayudarnos los unos a los otros. Para seguir evolucionando. Porque eso es lo que significa la Luna Sagrada para nosotros: evolución. No importa si esta luna arrebata y devuelve en un círculo repetitivo nuestras habilidades heredadas por los ancestros, seguimos evolucionando gracias a estas noches especiales, así como rendir homenaje por la muerte de aquella joven que lo perdió todo para que su pueblo gozara de lo que es suyo por derecho. Gracias a la fe y los esfuerzos de ella evolucionamos, dicho esto, sobrevivimos. Entonad conmigo estos versos...
Y cantan una melodía en un extraño idioma que desconozco, y tardo un rato en darme cuenta que la gente reparte entre ellos cuencos que contienen un líquido espeso y oscuro semejante a la sangre, provocándome asco.
- ¿Qué es eso? Le pregunto en susurro a Drácula, quien se hallaba a mi lado contemplando como algunos cantaban y otros parecían rezar...ahora que lo pienso, esto parece un rito religioso, uno muy repugnante.
-Es sangre de los ancestros -hace una mueca al decirlo -es para evitar que los efectos secundarios de la Luna Negra afecten o controlen al individuo, conforme parte del ritual para desbloquear por esta noche el poder que yace en nuestra sangre, pero es necesario también para que el individuo no padezca los síntomas de este suceso. Créame, te lo digo por...
¿Qué haces?
Intentando huir él me retiene de la mano.
-No puedo hacer esto, es...es...
-Lo entiendo, pero ahora eres uno de nosotros al casarte conmigo, y es necesario que para ganarte el favor de esta gente sigas sus costumbres.
-No puedo. Necesito una excusa, lo que sea para alejarme de todo esto.
-Katherine, por favor confía en mí, yo tampoco quiero hacer esto...nadie quiere, pero es necesario.
-Vaya manera de demostrarlo -comento, asqueada -y no pienso hacerlo porque puede enfermarme. ¿Sabes? No soy como ustedes.
-Si lo eres, es hora de que lo aceptes si quieres sobrevivir -se me acerca y me estremezco al sentir su aliento cerca del mío -eres ahora la Reina del Clan de los Monstruos, tenemos un trato, tienes un papel que cumplir al igual que yo, ambos tenemos que cumplir un papel para que se desarrolle los acontecimientos. Entiendo que estés asustada y quieres negar lo que por mucho tiempo te han obligado a ocultar, pero ahora estas aquí, conmigo, y como rey te ordeno que no te contengas...rompe tus límites.
-Pero...
-Alteza, le toca beber -dice una voz cerca de nosotros -apresúrese, que ya llega el momento.
Drácula mira el cielo y yo sigo su mirada: la luna está cerca de estar completamente negra. De un trago se bebe una buena cantidad de sangre, dejándome otra buena cantidad para mí.
-Por favor, te arrepentirás si no lo bebes, hazlo antes de que sea demasiado tarde.
- ¿A qué te refieres?
-Cuando se oscurezca completamente y alguien no ha bebido sufre los efectos de la luna y no es para nada agradable.
No entiendo... ¿Cuáles son los efectos secundarios de la Luna Negra? El rey me mira con preocupación, apremiándome que lo beba, mientras los murmullos de la gente empiezan a crecer junto con la tensión del momento. Bebe, bebe, tienes que beberlo...Con el poco valor que reúno, le arrebato a Drácula el cuenco y trago aquel liquido espeso y amargo con rapidez, quemándome la garganta como si fuera vino, por poco creo que es vino y no sangre...para mi sorpresa un sabor delicioso me embarga y termino por saborearlo antes de terminar de tragarlo. Una sensación extraña me envuelve, como si fuego me recorriera las venas. Mi cabeza da vueltas. Miro a Drácula quien observa a la Luna Negra más cerca de nosotros.
-No te lo tomaste lo suficiente rápido.
-No entiendo... ¿Qué efectos secundarios provoca la...?
Me interrumpo tras sentir un dolor agonizante en el pecho derecho, un dolor punzante que me hace doblegarme.
- ¿Estas bien? Me preguntó, preocupado, usando su cuerpo para apoyar el peso de mi cuerpo que está a punto de desplomarse mientras me doblo por el dolor.
-Me duele mucho...el pecho...no entiendo que...
-Nunca adquiriste tu forma de monstruo. ¿Verdad? Niego con la cabeza.
- ¿Por qué lo dices? Pregunto con dificultad.
-Creo que estas empezando con la transformación, ya es hora, pero es la primera vez que lo sufres.
- ¿Cómo sabes qué es eso y no otra cosa...? Me quedo inmóvil al sentir un extraño hormigueo en el cuerpo, un calambre recorriéndome los huesos y una sensación helada helando mis músculos. Mi cabello crece más y adquiere una belleza antinatural mientras mis miembros se alargan más. Voces y susurros me envuelven durante unos desgarradores minutos mientras Drácula me tranquiliza con palabras confortantes para no entrar en pánico. El dolor se vuelve insoportable a medida que los gritos de júbilo del pueblo crecen.
-Creo que te has ganado el agrado del pueblo, eso es raro, pero al menos es algo muy, muy bueno...tal vez si hubieras bailado desnuda para ellos habrías hecho que se arrodillaran ante ti. Le lanzo una mirada asesina en tanto que me ofrece una sonrisa de oreja a oreja, bromeando. La cuestión es que no estoy de humor para chistes de mal gusto, estoy tratando de soportar este dolor horrible y espantoso que atormenta cada fibra de mi cuerpo.
-Tranquila, eso es bueno -me sonríe -creí que iba a ser más difícil, pero eso no significa que no tengas mucho camino que recorrer. Ahora respira profundamente...
Sus palabras se pierden junto a la realidad que se escapa de mí...
Empiezo a caer en la oscuridad y el pánico me devora acompañado por los gritos que desgarran mi garganta del miedo al caer el vacío que se cierne abajo sin previo aviso.
Caigo y caigo en el vacío que está envuelto en sombras y silencio. No entiendo. No entiendo nada. ¿Por qué estoy cayendo...?
Hasta que lo comprendo. No estoy cayendo, estoy flotando en el vacío. Tras este pensamiento me encuentro en otro sitio, un escenario se cierne ante mí...
Vi en visión, y miré, y he aquí una tabla que llevaba escrito un idioma olvidado, dicha tabla de piedra yacía en un altar de rocas. El aspecto de la tabla era semejante a una piedra preciosa, como cristal de color esmeralda, su tamaño era un codo de altura y estaba bajo una misteriosa luz de intenso resplandor que espantaba las tinieblas. Doy unos pasos antes de que las palabras de la tabla se volvieran labios de tinta que derrochaba profecías nunca oídas...
Aconteció que el escenario cambio y lo que mis ojos vieron desapareció.
Una pila de cadáveres envueltos en sus armaduras de oro y plata relucen bajo la luz del crepúsculo, con un aura de bello resplandor extendiéndose hasta formar una cortina dorada sobre el joven que yace inmóvil con la cabeza gacha, ataviado con su armadura de Caballero Sagrado: esos héroes que aparecen en los cuentos antiguos. El muchacho mira a sus compañeros caídos, mirándolos con dolor y tristeza, antes de levantar su vista a la criatura que se alza sobre el mar hirviente para temor de los hombres que está a espaldas del muchacho. Una criatura que a simple vista hace desmayar a todo aquel que lo mire, su grandeza es temida por los fuertes, hasta los más osados temen despertarle y enfrentarse ante su soberbia. Ante él se esparce el desaliento. Las hileras de sus dientes espantan. Las partes más flojas de su cuerpo están endurecidas. Sus escamas son escudos fuertes que están cerrados entre sí estrechamente para que viento no entre. Su cuerpo es como varias montañas de carne de acero. Con estornudo enciende las lumbres, atemorizando aún más los hombres, del cual la mayoría ya ha desmayado. Mi alma tiembla ante tal visión. Sus ojos son como el alba, como fuego, igual que su boca, del cual salen hachones de fuego, mientras que sale humo de su nariz, como si fuera de un caldero o una olla que hierve. De su boca sale llama. Todos huyen tras intentar lanzarle a la criatura, a duran penas, espadas, lanzas, jabalinas, dardos o coseletes. Nada, no le hace nada. Todos huyen. Todos desmayan, todos rezan. Menos el muchacho, quien tenía la cabeza gacha ante la muerte de sus compañeros que yacían en su propia sangre, y ahora reta con la mirada al ser que se acerca hacia ellos.
La tierra tiembla. Los cielos gimen, cayendo de ella rayos y relámpagos sobre el varón desarmado y el temible ser que hace desfallecer a los valientes. Ambos, en una ardua batalla que levantan olas como montañas, sacuden los cimientos de la tierra y quiebran las olas del mar. La visión se vuelve borrosa, pero puedo notar la lucha, la batalla que está dando el joven contra la criatura.
Sin espada. Sin lanza. Sin alguna arma hecha de hierro, acero o bronce. Nada.
Solo su ira, su miedo, su desprecio ante su soberbia.
Una aurora de colores envuelve al joven y desaparece a la velocidad de la luz para pelear contra el ser.
Un resplandor intenso rasga a la criatura, quebrándolo.
Una explosión surge antes de que el monstruo se aleje herido, para su sorpresa y perplejidad, mirando con ira al joven que lleva consigo un libro hermoso hecho de piedras preciosas que parece contener algo...
Unos relámpagos de color carbón y oro surgen del libro con voces retorcidas y celestiales brotando del volumen, se dirigen a la grotesca criatura y quiebra el pecho del monstruo que se derrumba al mar, con sangre carmesí contaminando las aguas...
He aquí que una voz femenina que retumba como un eco me dice: mira el dedo de tu mano derecha y dime que ves. Miro mi mano derecha y hallo un anillo puesto en mi dedo anular, un anillo con una gema ónix grande con la imagen de una corona en su interior. Digo a la voz lo que veo y me responde: el anillo es la llave, consérvalo, pues es tuyo.
Una puerta con grabados, símbolos, y jeroglíficos con una rueda que gira y gira hasta abrirse la puerta en silencio...con tinieblas, sombras y seres endemoniados escapando de ella.
Un trueno alumbra y me lastima los ojos, cuando los abro de nuevo, veo con horror el cuerpo de una joven que yace muerta sobre aguas oscuras y putrefactas, completamente desnuda, flotando boca abajo, surgiendo de las mismas corrientes una serpiente enorme y temible. Sus escamas son de oro y ónix, sus ojos como pozos hondos y vastos. Su rostro es semejante a la imagen femenina, sonriéndome para mi terror. Con voz ronca y extraña me dice: mi papel era destruir, pero tú lo has interpretado por mí. Dichas palabras acompañan el sonido de unas llamas que queman algo. Doy una vuelta y miro el escenario que vuelve a cambiar...
Y miré, una ciudad ardía en llamas. El fuego se alzaba en una columna carmesí y escarlata que tocaba el cielo negro. Gritos y lamentos subían hacia los cimientos con truenos y relámpagos de color sangre brotando de las ruinas encendidas, con hordas que consumían las propias cenizas.
Así mismo, el grito y sollozo de una mujer quebraba el sonido de las llamas, del viento impetuoso, de la trágica caída. La mujer sigue gritando con un dolor en su voz que hiela los huesos...
He aquí, me encontré en un espacio desnudo, oscuro, helado y con un débil resplandor de color hueso cayendo sobre unos seres con semejanza de hombre. Eran varios, cada uno con túnicas esplendorosas y majestuosas que resaltaban sus atractivos cuerpos. Hombres y mujeres con máscaras carentes de expresión. Alas de ángel hechas de piedras preciosas sobre sus hombros y espalda, cada pluma tenia ojos y desprendían un fulgor semejante a oro, de sus manos salían rayos y relámpagos. Estaban congregados mientras susurraban en un idioma desconocido, hasta que apareció ante mí una mano de luz y sombras, me hizo señas para que abriera la boca y así lo hice, tocó mi lengua, luego mis oídos y por fin entendí las palabras de aquellos seres.
-...No podemos perder la esperanza...
-...Es cuestión de tiempo que ambos descubran sus mentiras...
-...Debemos esperar que nos salven después de que salven al Aleuzenev...
Silencio.
-... ¿En verdad creen que pueden? Dudo que vayan a creerlo tras vivir en la ilusión por mucho tiempo. Y lo que no tenemos es tiempo, ya se está agotando...
-...Paciencia, sé que lo lograran, solo tienen que confiar en el uno al otro...
-Solo su amor puede hacerlo, pero a estas alturas no se han enamorado si quiera...
-...Lo harán y pronto nos salvara...
-...O peor, puede aniquilarnos si es demasiado tarde...
Cuando cesa el dolor, cuando vuelvo a la realidad, respiro profundo.
Me levanto de la cama y encuentro que Drácula está a mi lado, sentado. ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- ¿Qué rayos fue eso? Me paralizo al ver la expresión congelada y turbada de Drácula, quien me observa fijamente, penetrándome con aquellos ojos tan misteriosos como hermosos que parecen ver mi alma. Me incomoda el modo en cómo me está mirando, aumentando mis nervios. ¿Qué apariencia tengo? Había olvidado que la Luna Sagrada no solo afecta los poderes del individuo sino también en su apariencia.
- ¿Qué sucede? ¿Tengo cuernos o algo así?
-No, es solo que, creo saber quién pudo haber sido tu madre.
No esperaba oír aquello.
- ¿Es un monstruo? Creo saber la respuesta.
-Es mucho más complicado que eso...: Eres una Valquiria.
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