Capítulo 3:Katherine Van Helsing: El botín de guerra.
1 año y medio después...
Hoy va a venir.
Lord Stefan Van Helsing, líder de la Casa Van Helsing, vendrá pronto a la Propiedad St. Van Helsing; en el cual se le recibirá con una velada preparada en honor a su llegada, tras ausentarse por un largo tiempo para servir a nuestra patria, trabajando como espía en las líneas enemigas. Reuniendo información sobre el Clan de los Monstruos, especialmente de los Hijos de Lilith.
En el trascurso de mi aprendizaje en la Instrucción Especial, descubrí que fue él quien me ubicó y les avisó a los demás sobre mi paradero en el Reino Lúab. Lo cual explica cómo me hallaron y de qué manera me reconocieron. En ese reino tenía una apariencia diferente, pero, eso no es algo que pasa desapercibido para él. También descubrí para mi sorpresa que la Casa Van Helsing estaba pasando por momentos críticos cuando terminó la guerra. Iban a ser aniquilados por el Escuadrón de la Luna, una élite formada por los mejores guerreros de Drácula y su estirpe, pero antes de que los asesinaran después de emboscarlos en un viaje ilegal que ellos estaban realizando en ese entonces, Lord Stefan se ofreció como rehén y solicitó hablar con el nuevo rey para hacer un trato con él. Se lo llevaron, no sin antes llevarse también a la familia a una de las sedes militares del Rey de Sombras. Me quede boquiabierta tras contármelo Carol.
Después que ser humillados, Lord Stefan fue recibido por Drácula en persona; hablaron por un buen rato y llegaron a un acuerdo: como señal de respeto por la raza humana por su valentía y esfuerzo en las batallas pasadas, Drácula pidió una esposa, una guerrera virgen que simbolizara la lealtad de los mortales hacia los monstruos, y él a cambio no nos esclavizará. Manteniendo la paz entre ambas especies.
Y por eso estoy aquí, para ello fui escogida: Lo que no sabe el rey es que también seré su verdugo.
Meca y Carmen hicieron un excelente trabajo en hacerme verme presentable con prendas bellas y elegantes: un vestido blanco sin mangas y de corpiño hecho de encaje dorado. Con bellos bordados de flores cosidas con hilo de oro cubriendo la falda de mi vestido, en la parte inferior. La cola del vestido, de seda, se despliega majestuosamente sobre el suelo con diminutas piedras de oro incrustadas en ella; subiendo elegantemente sobre mi espalda. Zarcillos de diamantes cuelgan de mis orejas, pero sin llamar la intención. La diadema de oro con forma de corona pesa ligeramente sobre mi cabeza. Abundantes y largas hebras de cabello blanco caen sobre mis hombros hasta por debajo de mi cintura, bajo la luz de los candelabros mi cabello tiene un brillo saludable, al menos, no esos rizos enredados que solía tener. Tengo los hombros desnudos pero el cuello adornado por una joya de oro con 3 cadenas unidas, colgando de las cadenas mismas un rubí con forma de corazón para resaltar el color de mis ojos; de color rubí. No rojo. Ni rosado. Rubí. Un poco de polvo compacto en el rostro y sombras ahumadas en los parpados, dándome un aire de misterio y sensualidad. La gente me mira fascinada por mi apariencia. Y los comentarios no son tan hirientes, al menos.
- ¿Has visto su vestido? ¡Es hermoso! -susurra a lo lejos una mujer con sus amigas, sin saber que yo las oigo gracias a mis oídos agudos -y su cabello... ¡No sabía que fuera blanco como la nieve! Y esos ojos, rojos como la sangre, entiendo porque todos se sienten atemorizados por ella. ¡Es que resplandecen en la oscuridad! Nunca vi a alguien así.
-Sí, y lo impresionante es que es tan pequeña de estatura, pero con una figura sensual, típico en las mujeres de esa familia.
-Y los hombres. Dice una.
Unas risitas.
-Vaya que sí, pero ella llama mucho la atención con el cabello blanco y los ojos rubís...
-Es extraño que no tenga una apariencia similar a la de sus parientes... ¿será por su ascendencia demoníaca?
-Posiblemente -dice otra -aunque se rumorea que ese porte guerrero, esas habilidades, esa belleza antinatural...es muy característicos en los Hijos de Lilith, también.
-Es verdad, sea como sea, Drácula tendrá mucho con que entretenerse, porque ella tiene mucha belleza y carácter, tal vez sea una belleza peculiar, pero, debe entrar en sus gustos.
-Es mucho más hermosa que Lilith, y tan fuerte y peligrosa como Drácula... ¿Harán una buena pareja?
-No lo sé, tampoco nos precipitemos -dice alguien más -yo creo que deberíamos buscar maneras de hablar con sus parientes para ver si hay posibilidades de que tras cumplir ella su misión, pueda nuestros hijos pedir su mano.
Oh, oh, oh.
- ¿Lo permitirá sus parientes?
-La pregunta es si ella lo permitirá, puede ser dócil, pero también tiene un lado rebelde, y no es como las otras muchachas. ¿Serán nuestros hijos de su agrado? Es lo que debemos preguntarnos.
-Bueno, si es así, tenemos que...
Poco a poco, los murmullos van apagándose hasta quedar un extremo silencio. Todos se fijan en un punto y yo miro hacia donde ellos miran.
Lord Stefan Van Helsing ha vuelto, y es exactamente igual al hombre que posa en el retrato que cuelga en uno de los pasillos: un hombre alto, muy alto, tal vez con 1,90 de estatura, fornido y musculoso, de rostro ovalado con ligeros rasgos hoscos, pero recompensados por unos labios y ojos sensuales, característicos de nuestro linaje; de pestañas largas y la piel tan blanca como la porcelana... ¿Cómo es que sigue tan pálido tras llevar mucho sol todo este tiempo? Ojos rosados manchados de varias degradaciones de rosa, con un círculo dorado en la pupila. De rizos ondulados y dorados que, incluso bajo el resplandor débil de las velas, luce como el oro. Lleva puesto un elegante uniforme militar de color blanco, con insignias y medallas que resplandecen, adornando los poderosos músculos de su pecho. Una capa escarlata cubre sus hombros. Es la personificación de nuestro ancestro, Abraham, ambos son muy similares por la forma del rostro y la anatomía. La multitud empieza a congregarse, como polillas atraídas hacia la luz. Ese es el efecto que él trae en las personas. En silencio, me deslizo entre la multitud para reunirme con mis parientes. Cada uno tomando su sitio. Sonriendo, Stefan comienza a soltar su discurso con voz potente e hipnótica. Es un excelente orador, tengo que admitirlo, y me pregunto si las pocas veces que he logrado exponer y la gente me ha reconocido en eso al menos...lo haya heredado del propio Stefan.
Tras finalizar el discurso, el brinda por la esperanza de un mejor futuro para nuestra raza, y vengar la muerte de nuestros caídos. Después del brindis, vuelven a brindar. Por mí. La gente se fija en mi persona y desearía ser invisible por un momento, porque no sé cómo reaccionar al convertirme en el centro de atención. No estoy acostumbrada.
-Brindemos por nuestra futura heroína, descendiente de la Casa Van Helsing, Katherine Van Helsing -todos alzamos nuestras copas -es por ella que nos reunimos aquí, pues no solo ha demostrado ser un miembro digno de nuestro linaje, sino que además porta el don de nuestro antepasado; del cual nadie más lo ha heredado desde hace 100 años. Nuestro futuro, nuestras vidas, nuestra victoria, depende de ella. Lleva consigo la batuta que forjara nuestros caminos hacia una nueva vida, una vida sin monstruos, sin seres que perturben nuestra paz y, una generación que nunca probara el amargo sabor de la guerra, la crueldad, o la miseria. Todo esto y mucho, dependerá de ella. Así que brindemos por la bella heroína de nuestra familia. ¡¡Salud, por Katherine!!
- ¡¡Salud!! Exclaman todos, conmovidos por el discurso, y me pregunto si todo aquello que dijo es cierto. Si aquello significa las paces entre nosotros. La gente empieza a beber, bailar y charlar al son de la música alegre que envuelve el ambiente. Dura pocos minutos. Me sobresalto al oír la respiración agitada de un criado que viene corriendo hacia nosotros. <<Algo malo está sucediendo. Alerta. >> El criado, un joven de ropas ceñidas de negro, se acerca a Stefan y a Carol, pues ella es su esposa. (No sabía al principio que estaban casados y que Charlotte y Joseph fueran sus hijos.) Les susurra algo y ambos se ponen tensos. ¿Qué sucede? El criado se aleja y Stefan se pone de pie, con un gesto cesa la música y todos ponen su atención en él.
-Drácula Crishword, de la Casa Crishword, Hijo de Lilith, del Clan de los Monstruos -nombra con sus títulos -Rey del Continente Sin Nombre, Protector de los Nueve Reinos, se encuentra presente tras un largo viaje de su reino natal hacia el Capitolio para visitarnos. Sus palabras nos toman desprevenidos. Todos se ponen pálidos al oírlo, susurros de preocupación y miedo recorre la sala.
-...Tranquilos, no ha venido a causar daño alguno, es difícil acostumbrarse a estos...cambios. Sin embargo, les aseguro que no es por un problema. Simplemente quiere hacerle una visita a nuestra heroína, Katherine Van Helsing, quien muy pronto será su esposa. A causa de ello, nuestras familias se unirán y con ello, la causa dará inicio para terminar esta pesadilla de una vez por todas.
Todos asienten, recordando la sentencia que pesa sobre mí. Empiezo a recordar el veredicto que cae sobre mis hombros. Para limpiar mi nombre, mi reputación, hallar mi lugar en la sociedad, tengo que hacer esto. Solo así sobreviviré...
...Aun así, tengo miedo. ¿Es miedo lo que siento? Sí, no me siento lista. Me preocupa no acertarle su punto débil... ¿Tiene un punto débil? No me acordé de preguntarle a Carol sobre ello. Estaba tan preocupada por superar las pruebas que me ponían. Aprender lo que me enseñaban, que olvidé ese detalle. Todos se preparan para la entrada del rey. Carol se levanta y yo aprovecho para levantarme y preguntarle el asunto.
-Carol... ¿Cómo voy a matarlo si no conozco su punto débil?
Ella se sobresalta.
-No hables en voz alta. Me dice en susurro.
-...No se cómo asesinarlo, quiero aprovechar la ocasión, pero desconozco su punto débil. ¿Dónde tengo que clavarle mi arma?
-No seas ridícula, este no es el momento, lo harás después de que te cases.
Algo está mal. Cuando dice la última frase, hay incertidumbre en su tono de voz. ¿Habrán cambiado los planes?
- ¿Es necesario? -Le pregunto disgustada -precisamente quiero evitar casarme con él matándolo cuanto antes. ¡Sabes que puedo hacerlo! Nadie me ha vencido en una pelea y dudo mucho que él lo haga. Por favor, Carol, tengo que hacerlo ahora, mientras busco el momento apropiado, pero necesito saber cuál es su punto débil.
Ella me mira y su expresión me dice suficiente.
-No es posible...-murmuro, conteniendo mi rabia - ¿Estás diciéndome que, en estos últimos años, espiando y trabajando para ellos, no han encontrado el modo de descubrir su debilidad? Solo... ¿me están lanzando a una misión inútil, imposible de matarlo, porque cabe la posibilidad que yo muera en el intento? ¿O todo ese discursito, ese escenario que han montado en el Juicio, no es más que una farsa que quieren que interprete para ir al matadero como si nada? ¿Me han mentido al decir que mi objetivo era matarlo tras casarme?
Ella suspira, exasperada.
- ¿A estas alturas es que vienes a darte cuenta?
Me quedo paralizada al oír eso.
- ¿Y cómo piensan deshacerse de los monstruos sin mi ayuda? ¿No se supone que los humanos, en cierta manera, tienen esperanza en mí? ¿Acaso no creen que yo pueda salvarlos?
-Por lo visto Meca no te lo dijo, típico de ella dejarme este tipo de asunto.
Me siento derrumbarme, no creí que llegaría a sentirme de este modo. ¿Qué cosa tenía que contarme Meca? ¿Qué cosa no me han contado?
-Si no te entregamos a Drácula, sentaremos las bases para una Guerra y no estamos en condiciones de luchar, nos lo han dejado muy en claro los monstruos -me dice con amargura-tampoco es posible matarlo. Desde hace miles de años, miles de hombre y monstruos han intentado vencer a Drácula y nadie ha podido. Incluso nuestro ancestro no pudo retenerlo por mucho tiempo. Sabemos que siente dolor, pero nada lo puede destruir. Cuando Stefan hizo el trato con el Rey de Sombras el año pasado, creyó que habría un modo de aniquilarlo. No obstante, descubrió que era imposible, pues al ver al joven entrenar, vio que nada le hacía daño, no importara donde le atravesara, se autoregeneraba con mucha rapidez. De modo que tuvimos que mentir para que voluntariamente nos permitieras entrenarte y educarte como es debido para que el rey no te encontrara hecha un desastre, como de costumbre. La Casa Van Helsing tuvo que mentir para que los humanos no perdieran la esperanza y ardor de la lucha, y para cumplir con el propósito, te llevamos al Juicio para que tu destino quedara sellado a nuestro convenio. Eras la brecha que encendería las llamas de una guerra civil entre los clanes, pero se ha confirmado que no hay nada que dañe al rey, y ahora que los planes han cambiado ya no es necesario preocuparnos por ello. Y para pesar nuestro, porque aun conservábamos la esperanza de que de algún modo pudiera ser destruido.
¿Eh?
No debería sentirme sorprendida.
Sin embargo, si estoy sorprendida.
- ¿Por qué me lo contaste? Estoy segura que no querías que lo supiera.
-No sé qué otra idea ridícula te subiría a la cabeza y cometieras una imprudencia. Menos mal que preguntaste, porque no solo nos habrías matado a todos, sino que apresurarías tu muerte. ¿Y para qué? Para nada, niña estúpida.
- ¿Y a que te refieres con que cambiaron los planes? Pregunto con dificultad.
-Ah, sobre ello... -hace una pausa -resulta ser que tuvimos que modificar los planes: te casaras con Drácula, pero ya no hay necesidad de que lo mates, es imposible. Ahora que el joven y su familia se instalarán en las Tierras Perdidas con el Clan de los Monstruos acompañándolos, ya no debemos preocuparnos por ellos. El Trato que hicimos recientemente consiste en entregarte, ofrecerle al rey una guerrera virgen, bella, inteligente, talentosa, temeraria, y más de lo que el pidió; y a cambio nos dejaran en paz, y no solo eso: no seguirán gobernándonos ahora que se trasladaran a otro reino. Se irán a construir su propio imperio sin que nosotros intervengamos, parece que existen otras criaturas en esos sitios.
<<Y por fin, podremos vivir sin la existencia de los monstruos. Nos dejaran en paz y nosotros a ellos. No nos volveremos a ver a no ser para casos extremos de ayuda y alianza, si es verdad aquello. Y tú te iras con ellos. Eres el precio que la humanidad tuvo que pagar...>>
No, no puede ser.
Como se atreven...
-Ya todo está arreglado, y tú, mi querida niña, aparecerás en las leyendas y mitos de nuestra familia. La sociedad seguirá viéndote como la heroína que salvo a la humanidad de los monstruos casándose con el rey de ellos. Entregándose para salvar a su pueblo. Pronto cantaran canciones de ti...
-Lo que quería era un lugar en la sociedad -le interrumpo, me cuesta respirar -ser libre igual que ustedes, ser aceptada como una humana, no perder mi vida y mi libertad siendo entregada al matadero.
- ¿Por qué piensas de ese modo? Charlotte te tiene envidia, aunque no lo admita, porque lo que vas a hacer, marcara el destino de la humanidad. ¿No era eso lo que querías? ¿No se supone que eres Van Helsing? Lo que harás es digno de tu linaje. Gracias ti, no tendremos cerca a los monstruos, pese a que no podremos matarlos, se irán de aquí y tú te convertirás en la reina de su pueblo.
No era esto lo que imaginaba. Si voy con los Hijos de Lilith acompañada con los monstruos, jamás saldré de las Tierras Perdidas. Seré prisionera de ellos. Un botín de guerra. Una esclava que tarde o temprano perecerá si intento hacerle daño. Ahora que mis parientes me vendieron a cambio de la libertad del Clan de los Mortales, nunca seré libre. Quería, no, quiero al igual que todos los humanos ser libre. Vivir mi propia vida. Construir mi futuro.
La frustración, la rabia, la tristeza y el sentimiento de traición oprime mi pecho, incitando a las lágrimas salir, pero no puedo llorar aquí. No ahora. No quiero llorar. No quiero llorar...y una lágrima se desliza rebeldemente en mi mejilla.
-Katherine... ¿Estas bien? -Se alarma Carol al ver mi reacción -No te pongas así, cariño. Sé que esto no es lo que planeaste, ni lo que planeamos, para ser exactos; pero eso no significa que tengas que seguir ese hilo del destino: en todo caso, si descubres que él nos engañó, o crees que algo van a hacer para perjudicarnos, puedes averiguar ya que estarás en la boca del lobo, la debilidad de los monstruos y del mismo Drácula. En esto no te estoy mintiendo, porque hay algo en este asunto que no tiene sentido. Siento que estamos tomando el camino más fácil. ¿No lo ves de ese modo también?
Ahora que lo dice, sí, pero estoy enfocada en contener las lágrimas que arden tras mis parpados; tratando de usar una expresión neutral.
-Aun puedes cambiar tu destino, pero actúa con prudencia -toma delicadamente mi barbilla y me alza el rostro para que le vea los ojos -en todo caso, si no has hallado una debilidad o es imposible vencer a los monstruos, entonces trata de construir tu vida allí, como lo hiciste en el Reino Lúab. -la mención del reino evoca recuerdos -originalmente era Charlotte la indicada para casarse con Drácula, ella se había preparado para ello también...
La miro incrédula cuando dice eso, es entonces cuando recuerdo algunas cosas y, sé que no miente.
-Sí, ella era perfecta para el papel, pero a diferencia de ti, tú poseías tratos con los monstruos en ese entonces. Te hiciste amiga de una semihumana. De un individuo de su clan. Tienes la mente más abierta y te adaptaste a ello con más facilidad que los humanos. Por eso Stefan cambio de idea cuando te vio en ese ambiente. Si las cosas no salen como deberían, al menos serás miembro del Clan de los Monstruos. Mirare el lado bueno: no tendrás que huir. Los monstruos te aceptaran con más facilidad que los humanos porque no eres del todo humana. Estas al nivel de Drácula, y si te comportas como un igual de su raza, encontraras tu papel en la vida. Lo quieras creer o no, tienes mucha ventaja. Si te apeteciera, convencerías a Drácula de enviar legiones para que aniquilen a nuestra familia por las cosas que te hemos hecho...
Nos miramos en silencio. Escudriño su expresión. No está mintiendo. Y tiene razón en lo que dice.
Aunque no sé si debería sentirme mejor ante sus palabras. ¿Debería?
-Madre, ya están aquí. Nos avisa Charlotte.
-Bien, ahora ponte recta, y sonríe: las mujeres valemos más cuando sonreímos. Y tu sonrisa es hermosa. No lo olvides.
Sigo sus indicaciones y todos, colocados en sus sitios para recibir a los invitados, nos observan fijamente antes de que una voz masculina anunciara:
- ¡¡Atención!! Ante nosotros el Rey del Continente Sin Nombre, el Guerrero Oscuro, El Príncipe de la Oscuridad, su Alteza Real, Drácula Crishword, de la Casa Crishword, Hijo de Lilith, Rey de los Nueve Reinos. ¡Saluden a su rey!
***
En un principio, el que lideraba a los monstruos no fue Drácula sino su padre, el antiguo Rey de la Sangre Drácula III, conocido como el Indestructible. Su hijo, el rey actual ha heredado su poder e inteligencia, pero a diferencia de su padre, no es tan sanguinario o cruel como el otro. Cuando abren las puertas, me quedo sorprendida: los Hijos de Lilith, que conforman a la poderosa y sanguinaria Lilith, Madre de los Monstruos, Reina Antigua del Clan de los Monstruos, es la madre de Drácula y esposa del sagaz y temido guerrero Drácula III, ambos, reyes que gobernaron el clan antes de la coronación de su hijo, el mayor de los 4 hermanos. Entre ellos están Jonathan, el segundo. Evelyn y Evangelina, la menor. Todos son tan hermosos y bellos como rumorean las leyendas. Lilith, es tan hermosa y sensual que cuesta creer que es un monstruo: sedosos, abundantes y largos cabellos carmesís. Ojos de color violeta. Piel pálida y bella como la porcelana. Tiene una figura muy femenina y provocativa, rasgos finos pero armoniosos. Sus ropas son de color verde, imagino que para resaltar el color de sus ojos. El diseño del vestido es complicado pero hermoso. Lo adoro. De su cuello cuelga una bella cadena de plata, y de su cabeza una sencilla diadema. E igual luce bella. Así mismo su esposo. ¡Se ve tan joven como su esposa! Piel blanca como la nieve, bellos ojos verdes, con rasgos finos y de mentón pronunciado. Sus labios son carnosos y tiene el rostro ovalado. Lleva puesto un elegante traje ceremonial de color negro. Su cabello largo y sedoso le llegan por la altura del hombro, y es tan oscuro como la noche. Jonathan es igual de apuesto, es más delgado y alto, tal vez más alto que Drácula: ojos azules y pestañas largas, la piel blanca como la leche y el cabello coronado por unos bellos y abundantes rizos oscuros. Sus ropas son igual de negra como la de su padre. En cuanto a Evelyn y Evangelina, ambas son tan hermosas e idénticas: altas, esbeltas, de piel pálida y ojos violetas, como los de su madre, pero el cabello oscuro como el del padre. Evelyn viste un bonito vestido de color lila, mientras que la otra viste un vestido rosado intenso. Todos poseen el aire familiar excepto Drácula, que si bien es el más apuesto, sensual y misterioso individuo que he visto en mi vida, no tiene el parecido de ellos.
No, ni un aire familiar en sus rasgos, ni en sus movimientos: Nada. El resto se mueven con elegancia y perfección, inhumanamente perfectos, hasta el más leve e insignificante movimiento, pero él camina y actúa con reflejos mucho más humanos. De hecho, luce más como un humano que como un monstruo. ¿Acaso es un Hijo de Lilith? No tiene ni los ojos ni el parecido de sus padres.
Es bello, y me es difícil describirlo: debe tener más o menos mi estatura, aunque es más alto que yo. Su piel es blanca, casi pálida. Sus cabellos están teñidos de un castaño oscuro. Sus ojos son verdes como la hierba fresca. Con tonos del mismo color en diferentes matices pintando sus ojos grandes y misteriosos. Tiene un porte masculino pese su estatura. Posee más musculo y lleva una fisionomía más atlética y esculpida que el de sus hermanos, como si llevara tiempo entrenando su cuerpo, desprendiendo su esencia de guerrero. Conserva un aire sensual y juvenil en sus rasgos, resulta hasta simpático, pero con un toque melancólico y nostálgico en su mirada. Mientras un aura de misterio lo envuelve como el aire que uno respira. ¿Por qué tendrá esa aura? Sus ropas se ciñen adecuadamente a su figura entrenada para luchar. Dándole un porte sexi a su persona gracias al elegante traje de color negro, con una franela de color carmesí que combina con la corona negra que yace sobre su cabeza, con rubís incrustados en ella...
-Bienvenidos al hogar de la Casa Van Helsing, espero que no hayáis tenido inconvenientes en el viaje -dice Stefan con una cálida sonrisa -por favor, siéntense, estábamos celebrando.
La cena transcurre aparentemente tranquila: Todos charlan, bailan, beben y conversan alegremente, como si los Hijos de Lilith no estuvieran presentes. Tal vez sea lo mejor. Sirven los mejores platos y postres sobre la mesa. Pabellón criollo. Cachapas con queso y mantequilla, con marrano frito. Espagueti. Dulce de lechosa. Dulce de mango. Arroz con leche. Tortas frías, de diversos sabores y bombones. Hay mucho que escoger. Para mi sorpresa, la familia real come con voracidad la comida. ¿No se supone que ellos se alimentan de sangre humana? ¿No son vampiros, o no son los vampiros que cuentan las leyendas tradicionales? Oí que ellos eran algo parecido...ahora que lo pienso, no tengo una definición específica de lo que son, nadie lo sabe. Al menos les gusta la comida, porque ellos comentan lo delicioso que esta, y terminan hablando con mis parientes de ello. La única que no habla soy yo, y no estoy de humor.
<<-Compórtate como te corresponde, y veremos si eres tan valiosa como creemos que eres. Ahórrenos problemas y tú no padecerás las consecuencias...>>
Soy un peón.
<<-Eres una traidora...>>
<<-Deberíamos quemarte con tu amiga por haber traicionado a tu propia raza, mezclándote con esos engendros como si tu fueras uno de ellos. ¡Avergüénzate, muchacha descarriada! Considérate afortunada de estar viva, en estas circunstancias en las que te encuentras no deberías haber sobrevivido...>>
<<...si pones resistencia, querida niña, créame que las cosas se pondrán más complicadas para ti...>>
<<-...tomando en cuenta que eres una sucia mancha en nuestra familia...>>
<<-te lo puedo prometer, a no ser que...>>
Una pieza más de su juego. ¿Hasta cuándo moverán sus hilos para que haga lo que ellos quieren sin poder evitarlo? Al principio querían que mataran a Drácula. Ahora no es necesario porque soy el precio para liberar por siempre al Clan de los Mortales. Perdiendo para siempre mi libertad, o tal vez siga siendo libre, pero viviré como... ¿La esposa del Rey de los Demonios? ¿Cómo piensa Carol que seré feliz con esa vida? Ni siquiera sé si voy a sobrevivir. Desconozco si moriré a manos del Rey del Sombras o a manos de algún otro monstruo más poderoso que yo. Aquí estoy mucho más segura, aquí tengo mucha ventaja, pero en otro reino...lo dudo mucho.
<< ¿Acaso tu felicidad le importa a la Casa Van Helsing? >>
No sé qué hacer. No sé qué debo hacer. No sé qué quiero hacer.
<<Admítalo... -me dice mi conciencia -no sabes lo que quieres realmente. Te has estado engañando diciendo que tienes esperanza si salvas a la humanidad, que eres capaz de cumplir lo que te encomendaron porque no quieres ver la realidad que se te presenta. Era obvio que te estaban utilizando. Están desesperados, igual que tú. Te mintieron, y te mentiste. Si un genio te pidiera un deseo, no sabrías que pedir porque no sabes lo que quieres. Habrías huido si no fuera por la poca convicción que tienes para enfrentarse de nuevo a la sociedad, sola. Careces de objetivo. Y eres tan egoísta... >>Luchando conmigo misma, sigo preguntándome que voy a hacer. Tengo pocas opciones y carezco de ideas para sobrevivir. El miedo me oprime el pecho. Contra mi voluntad, tiemblo tanto de temor como de rabia y frustración.
¿Qué voy hacer? ¿Qué voy hacer? ¿Qué voy hacer?
<<...si pones resistencia, querida niña, créame que las cosas se pondrán más complicadas para ti...te lo puedo prometer...>> Había dicho Carol. Recordando su promesa de destruirme si no obedezco. Una promesa que abarca muchas cosas: arruinar mi reputación, lastimar o matar a las pocas personas que me importan... (Ya lo han hecho y hasta ahora no tengo a nadie a quien querer.) Ensuciar mi nombre. Mi imagen. Mi ser. ¿Qué diferencia habrá en obedecer o no obedecer? Las consecuencias serán igual de devastadoras para mí, porque ellos nunca permitirán que halle un respiro. Tampoco la sociedad. La gente me perseguirá y me lastimara si no lo hace mis parientes.
Estoy acorralada. Si tuve que enfrentarme a algo, lo hice siendo honesta. ¿Y de que me ha servido? No me sorprende que suceda esto. Esto es lo que temía cuando me llevaron a rastras al Capitolio para el Juicio, pero creí que la verdad y la valentía me ayudarían a afrontas estos problemas. De todos modos... ¿De qué me serviría matar a mi familia? Si mato a mis parientes, la gente me matara a mí. No es un problema porque no podrán conmigo, pero entonces los monstruos se sentirán amenazados por mí al ver el peligro que represento para los humanos. Allí el problema empezará. Matare a unos cuantos, pero no sé si pueda con todos. No sé si pueda con Drácula, contaba que mis parientes me revelaran su punto débil, sin imaginar que estaban engañando al Clan de los Mortales...
Y que todo este tiempo me engañaron...
No hay manera de matarlo; es tan formidable e invencible como cuentan las leyendas. Y mis parientes no piensan salvarme ni para su propio beneficio. Ya les di lo que querían. ¿Por qué fui tan tonta al creer que las cosas mejorarían? El llanto se avecina, y temiendo no poder contenerlo, me excuso y finjo que voy a vomitar. Corro apresuradamente sin que los demás noten mi ausencia. Alejándome del ruido asfixiante, voy a mis aposentos, deseando que nadie vaya en mi busca. Estoy cansada y quiero llorar. No quiero llorar. Lloro.
Sollozo por unos minutos antes de que se me ocurriera una idea: ¿Y si escapo, tomos mis cosas y huyo de aquí...?
¿A dónde iré?
<<A cualquier sitio, huye, siempre has estado huyendo, creíste que obedecer a tu familia no tendrías necesidad de huir, pero ya viste lo equivocada que estabas y el riesgo que estas corriendo al hacer esto. >> Cuando me recupero del llanto, tomo una decisión.
<<A partir de ahora, nadie decidirá por mí. Yo tomare las riendas de mi vida, libremente. Tal vez equivocadamente... -pienso-pero seré libre, al fin. >>
O eso es lo que quiero creer.
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