—El muerto ha resucitado —fueron las palabras de 3 hombres que iban en un carro fúnebre—. ¿Me han extrañado mucho, preciosos? —aquel hombre tenía una sonrisa maliciosa en su rostro—. El Fantasma ha vuelto.

Noté que a mi madre le caían lagrimas de sus ojos mientras hablaba con alguien por teléfono. Al parecer mi tío Gersón, se había suicidado en la cárcel. Recuerdo muy poco de él, ya que no se acercaba mucho a la familia, el hecho de ser un prófugo de la justicia no le permitía acercarse a la familia y siempre debía estar escondido.

Cuando Aldrús, Aligia y Armando, fueron por el cadáver al parecer un hombre se hizo pasar por familiar de él y se había llevado el cuerpo.
A pesar del carácter fuerte que tenía mi tío Aldrús, se veía bastante afectado, y en parte se sentía culpable.

Los encargados de las cámaras había mostrado los videos en el momento exacto en el que el hombre llegó con la identidad falsa, pudieron identificar que ese hombre hacía parte del grupo criminal que él dirigía.

El menor de los hijos del hombre muerto, no dejaba de reclamar y llorar a su padre. A pesar del cariño que le había dado Santiago, durante todo el tiempo que su padre se encontraba tras las rejas, el niño no dejaba de extrañar a quién era su papá. Por otra parte Zeus, quien era el mayor, no mostraba ningún sentimiento de pena con lo que le había sucedido a su padre.

Gersón se encontraba viviendo en una casa campestre bastante alejada, nadie tenía conocimiento de que esa propiedad le pertenecía a él. En menos de una semana ya había conseguido a una gran cantidad de hombres que tenía distribuidos en diferentes negocios.

—¿Y dónde está mi hijo de otra madre?

Claudio, Nicolás y Varce eran los tres hombres de confianza de Gersón; mientras que él consideraba como a uno de sus hijos a un muchacho que se había ganado su admiración, era su mano derecha que él llamaba “mi hijo”.

—Está por llegar, patrón —responde Varse, un hombre alto, delgado y con  una cabellera larga.

Ya habían pasado dos años desde que lo habían capturado, y todo porque uno de los dueños de un negocio le había tendido una trampa. No había sabido nada de él durante todo ese tiempo; hasta que un día me llamó Claudio, en unos días regresará el patrón.

Ya iban a ser las 7:00 a. m. y llevé a mi hermano a la escuela para después ir hasta donde él vivía ahora.

—Tiempo sin verte, hijo mío.

Me parecía tan repugnante escuchar aquellas palabras en la boca de aquel hombre.

—Pero por fin nos volvemos a ver las caras —dijo aquello sin ninguna expresión en su rostro.

Después de comer y de haber escuchado todas las porquerías que hablaban se me ocurrió la grandiosa idea de pararme y decir que ya me tenía que ir.

—Y quién te dijo que te podías ir, o acaso se te olvida quién soy yo. Pero yo te lo puedo recordar si así lo quieres, Bernal —dijo Gersón, con una expresión de pocos amigos—. Yo necesito hablar de algo muy importante contigo—. Soy todo oídos, lo escucho—. Déjenme a solas con él. Y tráiganme lo que hace rato no he podido comer.

Y aunque ya lo había escuchado tantas veces de su parte, todavía no me acostumbraba a esas asquerosas palabras.

—Has cambiado mucho, no veo la misma frialdad en tu mirada —decía aquel hombre mientras caminaba de un lado a otro sosteniendo en su mano un vaso con una bebidal—. ¿Hay algo que me quieras contar?—. No, todo sigue igual, tal y como era hace dos años atrás—. Me gusta escuchar eso, porque tengo un trabajo muy importante que quiero que hagas.

Acontinuación dejaré una pequeña
biografía de los personajes para aclarar ciertas cosas que tal vez sean confusas a medida que se vaya desarrollando la historia.