Capítulo 21
—Buenas, buenas… veo que vinieron a mi fiesta, que inoportunos porque yo no los invité.
—Lo están lastimando, suéltalo desgraciado —aunque intentó soltarse lo único que logro fue que lo golpearan.
—No lo golpés más, por favor.
—Ay, que ternura… ¿Quieres salvarlo?
—Déjalo el no tiene nada que ver aquí, tu problema es con mi familia, no con él.
—Te equivocas. No me has respondido mi pregunta, ¿quieres salvarlo?
—¿Qué quiere de mí?
—Que me respondas la maldita pregunta que estoy haciendo.
—Sí, deja que se vaya con el niño.
—Eso quería escuchar. Si escuchaste mi querido Harlán, ella quiere salvarte, es su última voluntad. Que gesto tan hermoso de su parte, yo espero que tú le demuestres tu inmenso amor hacia ella y le cumplas su petición.
—De qué mierda hablas, maldito psicópata —su rostro estaba rojo de la ira que recorría su cuerpo por la impotencia de no poder hacer nada.
—Eres traidor pero no lento, así que ya escuchaste lo que dije y estoy seguro que te quedó claro el mensaje.
—Él o ella… ya una vez me traicionaste por elegirla, espero que esta vez sepas escoger. Con un solo movimiento en contra le vuelo la cabeza a tu querido hermanito. Varce, entrégale tu arma.
—Pero señor…
—Es una orden.
Ya que tienes el arma solo falta que apuntes a la cabeza de tu amada hales del gatillo y dispares… El reloj suena tik tok, tik tok y se acaba el tiempo y mi paciencia.
—Hermano… —el niño lloraba y tendía su mano para que su hermano la tomara.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y su mirada era segura… Pasó sus manos por su rostro para limpiar las gotas que bajaban por sus mejillas, su mirada la fijó en los ojos de él y solo eso bastó para darle una respuesta a todo lo que le daba vuelta en sus cabeza en ese instante. Por primera vez ella se sintió tranquila, por primera vez sintió que ya podía descansar.
—Tú eres la razón por la que aún sigo aquí de pie, todo lo que hago es por ti y para ti… —su mirada estaba fija en su hemano—. Y tú, tú eres… —sus ojos se llenaron de agua mientras su mirada estaba pérdida en sus enormes ojos negros—, tú eras el cielo de un nuevo comienzo —lo próximo que se escuchó fue un disparo.
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