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Capítulo 26

Antes de comenzar, quería dedicar el capítulo a tecxal  (

Él es un seguidor de esta historia desde que comenzó. Espero haber llegado a tiempo a que puedas leerla. Y desearte lo mejor en tu viaje. 



Los documentos sobre el escritorio del hokage parecían multiplicarse por sí solos. Por más esfuerzo que dedicara a despacharlos con celeridad, no sólo nunca acababa de procesarlos, sino que llegaban más.

Kakashi respiró hondo con frustración al estampar el sello en el extremadamente detallado informe de puestos fronterizos, notando que debajo de este había dos más.

—Hokage sama— Shikamaru abrió la puerta llamándolo — Ya es hora.

—¿Cómo?

—La reunión que pidió Shizune temprano, ya están todos en la sala.

¡La reunión!

Estuvo toda la mañana repasando en su cabeza los trozos de información que tenía sobre el caso, preocupándose por el tono en que la mujer solicitara ese encuentro, y justamente en ese momento se lo había olvidado. Y todo gracias a los informes fronterizos.

—Toma. Estos tres están sellados para archivo — le dijo poniéndose de pie y juntando todos los documentos. Shikamaru se acercó a paso rápido. —Y este otro son indicaciones. Procésalas luego de la reunión.

—Entendido.

—Y luego, esa carpeta de ahí, ya está revisada. Despacha las cartas.

—Listo. Vamos.

Kakashi asintió y lo siguió a paso apurado. Sabía que por lo menos Sasuke estaría convocado también, más proviniendo el pedido desde Shizune, pero solo lo suponía. La única certeza que tenía hasta el momento era que serían varios, lo que volvió a apretar de nerviosismo su estómago. La intuición le decía que mínimamente las cosas estarían complicadas. Y de ahí en más, prefería ignorar cualquier pálpito.

—Shikamaru, quiero que te quedes en la reunión.

—Como digas Kakashi, pero tengo una serie de temas que-

—Delégalos en los ninjas en entrenamiento administrativo. Tienes dos buenos a tu cargo. No los uses solo para mandados.

Shikamaru suspiró rodando los ojos.

—Ok. Dame cinco minutos y lo organizo. — Le dijo antes de tomar el picaporte de la sala de reuniones abriendo la puerta para su hokage, y haciéndose a un lado luego para darle paso.

El peliplata ingresó rápidamente, sin brindar especial atención a las personas ya ubicadas en sus asientos, hasta que él llegara al propio a la cabeza de la mesa.

—Buenas tardes — prestó a saludarlos. Y fue en ese momento en que cruzó miradas con su amigo y socio. Entrecerró los ojos interrogantes de esa presencia, pero decantó en saludarlo, con el ceño apenas contraído sin terminar de entender el aporte que haría a esa reunión. —¿Seiyi?

—Buenas tardes, hokage sama. — el saludo del nombrado fue cordial con la seriedad y respeto que ameritaba. En esas circunstancias, Kakashi era su superior.

—Hokage, — se apuró a acotar Shizune llamando su atención — la presencia del señor Hyuga se debe a mi pedido.

—Entiendo. — observó a Seiyi una vez más, y luego a Sasuke quien ni se inmutó, pero inclinó la cabeza en saludo.

— Bien. — tomó asiento en su lugar — Shikamaru nos acompañará también. ¿Apetecen algo de beber?

Todos negaron.

—Bueno, — Kakashi acomodó su cuerpo en el sillón, acercándolo más hacia el escritorio, y los repasó a todos con la mirada — entonces no demoremos más el asunto que nos convoca. Estamos todos, así que comienza Shizune.

—Falta Sakura, Kakahsi. — indicó la mujer.

El peliplata entrecerró el ceño sin ocultar la sorpresa y la miró. —¿Sakura? Pero ella no está en el caso.

Una carraspera a su derecha le hizo girar el rostro llamando su atención.

—La doctora Haruno hizo grandes descubrimientos al salvarme la vida— explicó Seiyi al hacer contacto, ganándose una mirada helada y no menos interrogante de parte de su amigo y superior. Ese hombre, nombrándola, justificó la intuición que le picaba con malas vibras mientras se dirigía hacia esa habitación. Esto sería complicado. — Ella atendió la herida de batalla que tenía en el hombro, de la que le hablé al regresar de misión, ¿recuerda hokage?

Y esa mirada perlada se fijó en los iris de su amigo, al pronunciar las últimas y provocativas palabras que no decían menos que la pura verdad, una que sabía no le gustarían en absoluto al ninja.

Para Kakashi ya no había preguntas que hacer, o tal vez miles que no podía pronunciar en ese instante, pero sí se encontraba tácita la declaración de límites cruzados descaradamente, porque recordaba la precisa noche en que Seiyi le confesara que estaba atendiendo su dolencia, y fue luego de que los espiara.

—Recuerdo perfectamente, señor Hyuga.

—La doctora es una mujer formidable. Superó todas mis expectativas.

—Me lo imagino — la voz mordía la furia que le carcomía la garganta en ese instante. Seiyi no sólo había desafiado su pedido de distancia para con la pelirrosa, sino que había ido con ella exactamente después de observarla descaradamente a través de su ventana.

Ese hombre era por demás irreverente o estaba loco si pretendía meterse con él, más conociéndolo como lo hacía. Pero ¡qué decía! Ese hombre era Seiyi, por lo que se quedaba corto con esos calificativos.

—El método que ideó Sakura para extraer las partículas del hombro de Seiyi, no sólo lo salvó sino que abrió una puerta para la desactivación de esta arma. Mis investigaciones darán un giro de ciento ochenta grados con ese descubrimiento. — Shizune hablaba a toda velocidad, su estado era una mezcla de cansancio, ansiedad y gratificación ante los descubrimientos.

—Entiendo— Kakashi no separaba los ojos del Hyuga mientras la escuchaba, y este no se movía de su posición desafiando la mirada de su amigo y superior.

Y nadie más en la sala podía considerar esas miradas como un duelo, excepto Sasuke quien con sus sospechas tan a flor de piel, no hizo más que reparar en la dureza en la expresión de su ex sensei ante el Hyuga. Ya había visto esa mirada antes, y había sido para con él. Por lo que no le era difícil deducir que el hombre sentado en frente era una amenaza para lo que sea que tuviera el peliplata con Sakura.

—Pero me gustaría que ella misma explicara los detalles del procedimiento médico.

—¿Por eso la citaste hoy? — fue decirlo con voz pausada para disimular la furia, el incentivo suficiente para que Seiyi curvara apenas los labios en una sonrisa de suficiencia provocadora. Una que sólo Kakashi podría leer, la sonrisa del ganador que siempre consigue lo que quiere.

—Así es hokage. Pero Sakura tenía un compromiso impostergable a esta hora con el doctor Unagi. Me informó que podía demorarse unos instantes.

Seiyi cortó el duelo con el peliplata al escuchar ese apellido. Era el médico personal de su madre en Suna. ¿Qué hacía aquí y con Sakura? Concentró su atención en la mujer, e iba a preguntarle detalles cuando la puerta de la sala se abrió lentamente, acompañada con un leve chirrido de bisagras.

—Perdón por la demora — una acalorada Sakura, entro rápidamente a la sala cerrando tras de sí. — Me liberé lo antes posible.

—¡Sakura! — sonrió Shizune en saludo, aliviada al fin — Justamente estaba comentando tu situación.

Y de inmediato los jades ojos se abrieron grandes observando rápidamente a su ex sensei, quien en ese instante ablandó su semblante el tiempo suficiente como para que ella no notara la furia que era por dentro.

—Hokage sama— se inclinó en saludo — Sauske, señor Hyuga— y al último le sonrió devolviéndole el gesto que este le hiciera primero.

Esa sonrisa dirigida a su amigo, Kakashi la vivió como una puñalada. Y en ese instante reparó nuevamente en el Hyuga, que simplemente lo ignoraba mientras se ponía de pie para acomodar uno de los sillones, ofreciéndoselo a la pelirrosa que se sentaría a su lado.

—¡Oh, gracias! Muy amable — le dijo antes de quitarse el abrigo y acomodarse en ese lugar, que la dejaba a la derecha del apuesto ninja, pero no al lado de Kakashi, quien no pudo ocultar por unos segundos el disgusto que le causó la situación, convirtiéndose en otro trofeo para las intenciones de su amigo.

Seiyi lo miró una vez más en ese instante. Este lo asesinaba con la mirada, aunque la mantenía lo suficientemente estoica como para que el resto no lo notara. Y entendía que lo había hecho bien, ya que la actitud despreocupada de Shikamaru le decía que no había caído en el duelo que mantenía con el ANBU. Pero no reparó en el Uchiha, quien se removió molesto en el asiento desviando su atención a Sakura luego de advertir el juego de miradas entre los dos varones.

¿Qué demonios se traía Sakura con esos dos? A su ex sensei le entendía. Al fin y al cabo era un pervertido y Sakura estaba demasiado hermosa, vulnerable y a su alcance como para dejarla pasar. Podía contra Kakashi, o al menos eso creía, nunca fue un rival sencillo pero los años pasaron y ahora él era un ninja de élite realmente de temer. Pero el Hyuga, ese era otra cosa. El hombre le infundía respeto, uno que no provenía desde la admiración sino desde el miedo, y no llegaba a entender que buscaba en Sakura, pero detestaba que estuviera cerca de la que debería ser su mujer.

—Bueno, ahora sí estamos todos— aclaró Shizune, cuando Sakura terminó de acomodarse, y sonrió nerviosamente para luego volver a su sepulcral seriedad. — Comencemos.

Y arrancó a exponer sus avances en la investigación sobre el bastón y sus utilidades, haciendo hincapié en los usos como arma de ataque y la forma en que se activaba, datos que pudieron obtener gracias a las observaciones y aportes del Uchiha. Detalló cada punto detectado cediendo la palabra al ninja a su lado, para que explicara el funcionamiento y modos de ataque, sobre todo en el método de reducción de los mismos, los cuales se podían lograr sólo si el arma no entraba en contacto con la piel. Si eso sucedía, la situación cambiaba volviéndose mortal para el infortunado que no lograra esquivar o reducir los ataques. Excepto Seiyi, el único sobreviviente hasta el momento.

Seiyi dio su punto de vista con lo que observara durante los ataques a los soldados de Suna, coincidiendo con lo expuesto por la mujer. La felicitó por la precisión de sus investigaciones, destacando la velocidad en la que había realizado esos descubrimientos y con tan poca información.

La mujer sonrió agradeciendo y luego dirigió su atención a Sakura, aclarando nuevamente que su investigación había dado un giro afortunado, desde el momento en que llegaron las muestras que la médico extrajera de la herida de Seiyi, salvándole la vida en el proceso.

Sakura sonrió y miró de reojo a Kakashi cuando Shizune le cedió la palabra, buscando el apoyo que obtenía en cada reunión en la que participaran. Pero no la encontró. Había seriedad en la mirada del Hatake, una de hielo que le recordaba a las épocas en que la cuarta guerra shinobi amenazaba en las puertas de Konoha y este organizaba a los equipos de defensa. Y si bien era coherente su deducción, no podía evitar notar que había algo más. Lo sentía aunque en ese momento prefirió decantar por lo conocido y asumir que estaba preocupado por los renegados.

Respiró hondo antes de comenzar a hablar.

—Mi paciente, el señor Hyuga— Kakashi centró su mirada en Seiyi en ese instante, escuchar el nombre de su amigo desde los labios de su niña rosa lo enfurecía más que la sorna disimulada en el semblante del nombrado. — Se presentó con una herida en el hombro izquierdo que no revestía carácter de urgencia ni peligrosidad. Pero manifestó dolor agudo e imposibilidad de libre movimiento, por lo que luego de una revisión externa e interna, procedí a aplicar el ryo en nivel uno recubriendo ligamentos y tejidos debilitados. Hubo alivio en el instante, pero requería de tiempo de recuperación por lo que le sugerí reposo. — miró a Seiyi en ese instante, con reprimenda en los ojos — Uno que no hizo.

Este le sonrió apenas provocando la misma reacción de complicidad en la pelirrosa.

— Cuando se presentó a control nuevamente, noté que la herida no mostraba cambios pero sí el flujo de energía en los canales de chakra del hombro y circundantes. Al aplicar el jutsu de inspección, detecté cuerpos extraños en medio de los tejidos, los que en mi examen inicial no había notado. Por mi experiencia durante el tratamiento, entiendo que las habilidades innatas del clan Hyuga mantuvieron contenido el material extraño hasta que la energía vital comenzó a agotarse. Y en este punto agradezco que el señor Hyuga no me hiciera caso, sino el resultado hubiera sido el peor.

Kakashi asintió, concentrado ahora sólo en la exposición de la pelirrosa. Su seriedad era épica, y Sakura la observaba cada vez que cruzaba rápidas miradas con su ex sensei, aunque ahora no notaba esa molestia que vio al principio. Sólo preocupación.

—Las partículas en el hombro de mi paciente eran tres, pequeñas. De un material extraño que reaccionaban al chakra violentamente. Por la manera en que estaba distorsionando el flujo, aun sin haber llegado a los canales, asumí que de lograr su cometido no sólo rompería el normal fluir, sino que generaría una reacción en cadena que licuaría toda la energía vital en el cuerpo de la víctima. En ese momento no logré estimar los tiempos en que podrían alcanzar su objetivo.

—Minutos. — aportó Shizune de inmediato — Una vez que las partículas entran en contacto con el chakra, en minutos el sujeto herido muere.

Sakura asintió en apoyo y continuó con su exposición.

—Eran agresivas y debían ser retiradas. Hubiera optado por la cirugía convencional, ya que con chakra no podía, pero dado el carácter de feriado del día y el horario, no estábamos preparados. Y no contaba con tiempo de convocar a un equipo, lo que también fue fortuito por lo que descubriera Shizune más tarde.

Kakashi entrecerró el ceño. Así que el tratamiento se dio el día en que ella se fue de su lado, de su cama, para atender pacientes. El paciente era Seiyi. Lo miró, con furia.

El Hyuga lo estaba esperando. Y había una sonrisa de victoria en los ojos que lo recibieron.

—No quiero hacer más larga mi exposición, pero terminé utilizando un choque alto de chakra negativo para desest-

—¿¡Qué hiciste qué!? — reaccionó Kakashi interrumpiendo.

Sasuke se removió impaciente en el asiento, entendiendo de inmediato lo que eso significaba. Lo había observado a Kabuto utilizar ese jutsu para torturas, y quien lo recibía lo pasaba muy mal, quedando aún peor al terminar. Ni hablar del médico de su mentor. El precio por la ejecución del jutsu prohibido era alto. No sabía que Sakura lo dominaba.

—Que utilicé el negatibu chakura..

Seiyi la miraba con el ceño contraído. Por la reacción de Kakashi y Sasuke cuando ella mencionara el método utilizado, entendía que debía ser algo peligroso, pero no sabía cuánto.

—Sakura, entiendo que eres consciente de que ese jutsu podría haberte matado. ¿No?

—Sí, hokage pero-

—¿Te pusiste en peligro durante mi tratamiento? — le interrumpió Seiyi girando el cuerpo hacia ella, reclamando con seriedad.

—No precisa-

—Sabes que es uno de los jutsus prohibidos. — la voz de Kakashi se alzó duramente, pero menos que la mirada con la cual parecía querer atravesarla, coincidiendo en actitud con su amigo y rival — Tsunade te lo explicó. Y ella misma lo prohibió.

—Lo sé, hokage sama. Conozco los riesgos. Tsunade como mi mentora no sólo me los explicó al detalle, sino que me enseñó todo lo que sabía para utilizarlo. No lo hubiera elegido como tratamiento si mi conocimiento fuera menor. — Kakashi no bajaba la mirada, y ahora ella lo increpaba. Temblaba por dentro, esa mirada le provocaba cientos de sensaciones. La conocía por cuando fuera su sensei, por todas las veces en que lucharan mano a mano como soldados al mismo nivel, y la conocía en la intimidad. Pero allí,en esa sala y en ese instante, su competencia profesional demandaba imponerse y no dejaría que la relación que tenían opacara su propia autoridad como médico. — El hokage me conoce como su alumna, como su amiga y como la profesional que soy. Y sabe que no asumo riesgos innecesarios ni irresponsables. Cada paso que di atendiendo a mi paciente, fue medido, calculado y estudiado.

Seiyi abrió los ojos en sorpresa, aunque pudiera disimular bastante bien lo que la chica y su carácter le provocaron. Era una luchadora, fuerte e imponente. Y a la vez una sumisa en la cama que ansiaba poder probar. Si ya la estimaba por lo que llevara conociéndola, en ese instante no podía más que admirarla. Era una mujer fascinante. Y más que nunca entendía que debía ser suya.

Kakashi y Sakura se midieron con las miradas unos segundos, en donde parecía que sus ojos hablaban. Y quizás se hubieran expuesto más si Shizune no hubiera intervenido en ese instante.

—Kakashi, yo también conozco ese jutsu, y lo que hizo Sakura fue formidable.

—Pero puso en riesgo su vida— le reprochó entre dientes, sin apartar la mirada de la pelirrosa. Había enojo en sus palabras, uno que no dejaba que se viera, pero que allí estaba y sabía que la chica lo notaría, porque no solo lo dijo por el conocimiento teórico de esa práctica, sino porque ahora entendía la razón del estado de la mujer cuando regresara a él ese lunes. Y si bien estuvo predispuesta en todo el tiempo a sus juegos, notó el cansancio y el leve entumecimiento en los músculos, algo raro en la kunoichi y más portando el byakugo. Ahora todo le cerraba.

Todos lo miraron en ese instante. Y él sólo reparaba en ella. Y quizás hubiera permanecido más tiempo así, sus pensamientos no lo dejaban obrar de otra forma, pero la carraspera de Shikamaru lo sacó de ese estado.

—Entiendo su inquietud por la seguridad de sus ninjas, Kakashi sama, más siendo su antigua pupila. Pero lo hecho, hecho está, y ahora sería más útil si escucháramos el resto del procedimiento.

Kakashi asintió mirándola y Sakura respiró hondo cortando el contacto para seguir.

—La intención era desorientar las partículas para que únicamente siguieran el chakra de mi otra mano hacia la salida del cuerpo de mi paciente. Y se logró, pero no sólo eso.

Y la miró a Shizune para que continuara.

—Así es — esta le tomó la palabra — las desactivó. Luego del chakra negativo estas partículas se fueron apagando paulatinamente y ya no hacían más daño, eran simplemente trozos de metal, una aleación de plomo, magnesio y plata.

—Y mi paciente restableció su normal flujo de energía de inmediato, aceptando el ryo que aceleró su recuperación.

—Y me salvó la vida — acotó Seiyi mirándola con una leve sonrisa a la que esta respondió.

Kakashi ni se inmutó ante el gesto que observó con ojos de enojo, pero no pudo evitar la punzada de dolor que lo atravesara al notarlos. Esas sonrisas eran suyas. Las miradas jades cómplices, la dedicación, el tiempo. Todo de ella era suyo, y Seiyi lo estaba tomando, robándolo. Y ella no hacía nada por impedirlo.

—Envié las muestras a analizar al laboratorio, con las advertencias de su peligrosidad. — Sakura carraspeó — Quería saber más y si el tejido del cual tomé muestras también estaba afectado y de qué forma. Por fortuna Shizune se encontraba en los laboratorios y cayeron en sus manos.

Shizune asintió nuevamente y tomó ella el mando de la exposición detallando sus hallazgos. La atención de todos los presentes cayó sobre ella de inmediato, menos Kakashi que por unos segundos más sólo observara a Sakura, removiéndose molesto preso de las suposiciones que su imaginación comenzó a armar sobre la interacción de su niña rosa con Seiyi. El muy imbécil lo hizo, se acercó a ella más sabiendo que no debía hacerlo.

Pero estaba allí como el hokage, no como un hombre ni menos como un dominante posesivo. La sensatez volvió a su ser y a las funciones de responsabilidad. Así que pronto toda su atención estaba sobre Shizune y más cuando ésta mencionó a Nagato.

Desde ese punto las miradas se contrajeron en preocupación y toda la atención estuvo centrada en cada una de las palabras de la mujer. Las preguntas vinieron después.

—Como verá hokage, el descubrimiento de Sakura fue vital para avanzar. Ambas estamos estudiando el jutsu de chakra negativo a profundidad. Descubrí que tiene un efecto altamente devastador aplicado sobre el arma. Pero tengo que seguir investigando, aún es muy prematuro decir que tenemos un contraataque.

—Entiendo. Continúa así, pero prevalece la seguridad. El negatibu chakura es muy peligroso.

La mujer asintió hacia su superior. —No se preocupe, hokage. Así es y será.

Y luego de ello, Kakashi giró su atención hacia Sakura.

—Doctora Haruno, para mañana a primer hora de la tarde quiero sobre mi escritorio un reporte detallado del caso del señor Hyuga, y su seguimiento hasta la fecha.

Ella lo miró algo extrañada, pero asintió. No sería la primera vez que un hokage le pedía algo así, lo que consideraba innecesario dada su explicación, pero no contradeciría una orden tan directa.

—Hokage sama, entiendo su pedido pero antes de que continúe, quiero... quiero comentar una idea que se me ocurrió, y creo que sería beneficiosa para esta situación. — Kakashi solo la miró — Descubrí que el negatibu tiene distintos niveles de complejidad, y se podría adaptar su ejecución para desarrollar una variante que la mayoría de los ninjas médicos, con menos experiencia, puedan ejecutar para asistir a víctimas de estas armas. Podríamos evitar muchas muertes. Con el agente Hyuga tuvimos suerte, debido a las habilidades de su clan. Pero si otros ninjas se ven afectados, no contarán con una defensa natural que les dé el suficiente tiempo de esperar hasta llegar a un centro médico, o aquí a Konoha. Los ninjas médicos de los equipos tienen que saber tratarlo.

En ese momento Shizune, quien pensaba igual que Sakura y había acompañado con un asentimiento cada oración de la mujer, se apuró a hablar antes de que alguien más lo hiciera.

—Aún no tenemos los resultados de las autopsias de Suna. Y serían de gran ayuda para la investigación de Sakura y poder-

—Espera...— la interrumpió la pelirrosa — tenía entendido que en el ataque a Suna solo Seiyi fue herido.

—No, hay muertos que-

—¿Muertos? ¿Por las varas?

—Así es. El único sobreviviente del primer ataque conocido, fue Seiyi.

Y ahora Sakura miraba a Seiyi.

Este no hizo nada más que sólo asentir con la mirada. No daría explicaciones sobre una misión clasificada. Eso le correspondía al hokage.

Pero que Sakura reclamara algo al Hyuga, no pasó desapercibido para Kakashi. Si había reclamo había la suficiente confianza para sentirse traicionado, y eso sólo significaba que el hombre se había acercado más que como un simple paciente.

Kakashi apretó el puño que yacía sobre sus muslos, e interrumpió cualquier cavilación.

—Sakura, estoy de acuerdo con tu sugerencia . Pero no todo el mundo tiene la habilidad y maestría para ejecutar un jutsu tan peligroso.

—Entiendo. Por eso estoy trabajando en desarrollar una variante más simple, como dije. Tengo mucha documentación que me dejara Tsunade y es posible. Sólo que necesitaré dedicarme más exclusivamente a esta investigación.

Kakashi lo meditó unos segundos, concentrándose sólo en ello y no en la molestia de ese sentir que no quería identificar, y que se acrecentaba con cada mirada que el Hyuga le echaba alardeando de la cercanía que tenía con la mujer, su mujer.

—Procede. Pero me mantienes informado. Cada día de avance.

Ella asintió con una sonrisa.

—Organiza tus actividades para que medio día lo tengas afectado a esta investigación.— Sakura volvió a asentir — Shizune, quedas a su disposición por cualquier cosa que la doctora necesite. Igual tu Sasuke. Estimo que necesitarán realizar pruebas y eres quien mejor conoce esa arma.

—De acuerdo, hokage.

Sasuke solo asintió en respuesta.

—Shikamaru, abre una investigación clasificada del negatibu chakura.

—Entendido.

—Quiero informes todos los días, comenzando desde el jueves. Eso no te exceptúa del reporte que te pedí para mañana, Sakura.— las miró unos segundos alternando en cada una, hasta que las mujeres confirmaron — Bien, esto será todo por el momento. El miércoles debe llegar información sobre los grupos de espionaje que el agente Hyuga tiene dispersos. Allí revisaremos la estrategia, Seiyi.

Todos asintieron y comenzaron a removerse, entendiendo que la reunión estaba llegando a su fin, excepto Sakura quien se había quedado pensativa.

—Hokage sama. — llamó su atención al fin — Sobre los cadáveres de Suna y la autopsia... entiendo que ya ha pasado tiempo de ello, si coinciden con el momento de las heridas de mi paciente, Seiyi. — Kakashi apretó los dientes ante la simple mención del Hyuga como suyo, aún sabiendo que la posesividad al señalarlo no revestía más que el carácter de una relación profesional, pero odiaba ese hombre en la vida de su niña rosa. — Ya ha pasado demasiado tiempo y nos urge tener más información.

—¿Qué quieres decir Sakura?

—Como soy la única que trabajó en un cuerpo con dichas partículas, quiero ir a Suna a supervisar esas autopsias y a hacer mis propias investigaciones para que-

—No.

Todos miraron a Kakashi en ese momento. El pedido era sensato.

—Pero tengo unas ideas que serían muy útiles si llego a confirmarlas. Sería un viaje de no más de una semana, mis funciones en el-

—He dicho que no. — y su mirada se endureció.

—Pero...

—Hokage — Shizune acotó — La sugerencia de Sakura es sensata. Yo la acompaño si-

—Tú tienes tu trabajo y no es poco. Concéntrate en ellos. — la frialdad de sus palabras cerró la boca de la mujer. Entendía que no era momento de contradecirlo, por más que no compartiera.

—Hokage — Seiyi llamo su atención — Créame cuando le digo que entiendo su negativa ante el viaje, y coincido. Es peligroso que una kunoichi tan importante para la aldea se mueva de la seguridad de Konoha, más en estos tiempos. Aún así, la sugerencia de la señorita no es descabellada. Ofrezco mis servicios como agente de seguridad para acompañarla y ser su guardia personal durante todo el viaje y estancia en Suna.

El duelo de miradas entre los dos mayores se hizo brutal tras las palabras del Hyuga. Si hasta hubo una mueca de malicia de parte de este, buscando provocarlo. Nadie lo notaría menos un Uchiha que no hizo más que seguir las acciones de esos dos durante toda la reunión. Y logró leer que había una disputa de machos territoriales sobre Sakura. ¿Qué mierda estaba haciendo esa mujer? ¿Acaso se los estaba follando a los dos?

—No podemos darnos esos lujos ahora. Toda tu energía la necesito concentrada en estrategias y coordinando tus equipos. No que te distraigas en guaridas personales.

—Puedo con ambas tareas.

—No lo dudo, pero el viaje no se hará.

—No está siendo objetivo.

—Tú tampoco.

Shikamaru seguía cada palabra con precisa atención y algo de temor. Si bien entendía la reserva de Kakashi para con Sakura, considerándose el único que conocía lo que realmente sucedía entre esos dos, no la compartía, si era que acaso esas fueran las únicas razones de dicha negativa, porque sabía que por diplomacia la sugerencia de Sakura abriría una antigua herida que cualquier hokage querría evitar durante su mando. Y esperaba en ese instante, que Kakashi recordara el detalle de la política exterior también.

Pero, aun así, percibía una cierta pica entre los mayores, una que no llegaba a entender si descartaba su primera impresión, y dicha impresión le decía que el Hyuga estaba tan interesado en Sakura como lo hacía Kakashi.

Maldijo.

Si lo había pensado por una fracción de segundo, esa era su respuesta. Rara vez se equivocaba. Y tenía que parar eso.

—Mis intenciones son sólo proteger a la kunoichi, hokage.

—No lo dudo. Pero la decisión está tomada.

—¿No lo dudas?— la voz monótona de Sasuke se alzó por sobre la conversación. Todos los presentes giraron su rostro para verlo con sorpresa, excepto los dos mayores que entrecerraron al ceño ante la interrupción mirándose de reojo para prepararse a un contra ataque, como lo hacían antaño cuando ambos eran ANBUs — Te recuerdo que Sakura es una kunoichi de élite entrenada por un sanin legendario, no necesita escolta. — le echó una mirada desafiante a Seiyi en ese instante, haciendo contacto por primera vez. — No te negaste nunca a incursiones en las que Sakura pudiera estar en peligro, ¿qué cambió ahora para que lo hagas?

Sakura palideció. Sus ojos se abrieron en asombro y miedo, temiendo mirarlo. Conocía a Sasuke por lo que sabía que esas palabras significaba que ya había descubierto lo suyo con Kakashi, y temía de hasta dónde quería llegar esa tarde, frente a todos.

El semblante de Kakashi se volvió de hielo en ese instante, volcando toda su atención en su ex alumno. Seiyi hacía lo mismo, pero sin ocultar la molestia casi asqueante que le provocaba el Uchiha menor. Le caía muy mal el sujeto.

—Sasuke, — la voz calma y profunda de Kakashi aumentó la tensión en el aire —¿Que insinúas?

Shikamaru observó a ambos hombres y la forma en que se centraban en Sasuke, con esas intenciones casi asesinas en la mirada. La tensión era evidente, las mujeres lo notaban sin entender realmente qué sucedía, menos Sakura que parecía querer hacerse pequeña en su sillón. Pero él sí entendía todo. Y aquí había más gente que sabía lo de Kakashi y Sakura. O al menos lo sospechaba.

—Qué estás protegiendo demasiado a Sakura o-

—Sasuke...— quiso interceder Shikamaru, pero este fue más rápido al interrumpirle alzando la voz.

—No quieres que se aleje de tu lado. Y menos con el agente Hyuga.

El silencio reinó luego de esas palabras tornando el ambiente en uno por demás tenso. Y Shikamaru sabía que todo desembocaría en un escándalo si seguían subiendo su tono. No podía permitirlo.

—Creo que te fuiste de tema, Sasuke. — suspiró pesadamente el Nara, sin poder lograr que lo miraran, pero por lo menos frenando cualquier nuevo embate. —Les recuerdo que la aldea de Suna es especialmente sensible con su gente y sus procedimientos, sobre todo los médicos. Lo sabes bien, Sakura

Esta asintió varias veces, aún pálida y nerviosa.

—Tienen métodos avanzados de investigación, y todos los conocemos, aunque sus tiempos no coincidan con los nuestros. Confío en los científicos de Suna y creo que nadie aquí estará en desacuerdo con mi opinión.

Hizo una pausa mirándolos a todos, esperando una confirmación que llegó a medias por la tensión instalada. Sólo las mujeres lo miraron, el resto se mantenía en su duelo silencioso.

—Por lo que tampoco me contradecirán cuando les diga que la decisión del hokage es la correcta. Enviar un equipo de investigación con escolta ahora, solo herirá sensibilidades abriendo viejas disputas de derechos. No conviene tener un alejamiento con la aldea de la arena y menos en estos tiempos. — suspiró pesadamente — Son aliados fuertes y leales.

—¿Y cuál es tu sugerencia? — increpó Seiyi.

—Esperar los resultados de la arena. Si no son concluyentes, sugerimos un viaje de investigación argumentando nuestros avances por el arma fortuitamente interceptada en misión, y por lo que se descubriera durante la atención de su salud. Entiendo que los médicos de Suna no fueron capaces de curarlo, ¿no?

Seiyi sonrió. El Nara era implacable y había desarmado en menos de un minuto una disputa que no debía entender, y lo había logrado sólo con simples palabras.

Asintió.

—Y en esas circunstancias la diplomacia se mantendrá inalterable y obtendremos lo que necesitamos.

El silencio se hizo presente nuevamente luego de esas palabras. Kakashi lo miró con agradecimiento en los ojos, aunque este último no reparara en él en ese instante. Ya lo conversarían luego. En ese momento debía calmarse, casi cometía un error solo por reaccionar movido por una emoción nefasta que amenazó con exponerlo. Había notado la mirada indagatoria del Uchiha sobre él y Sakura, y sabía que sospechaba de su relación, si era que ya no lo había averiguado. Y él, cometiendo errores de adolescente, era imperdonable. Seiyi lo escucharía.

—Bueno — dijo al fin, regresando a su tono serio y algo cansado —Entiendo que no hay nada más que agregar. Todos tienen sus funciones asignadas.

Sakura se removió algo incómoda, no le gustó que no la dejaran hacer, aunque entendiera que era lo mejor para la aldea. Miró por unos segundos a Kakashi, quien le devolvió un gesto que no logró descifrar ni dejarla tranquila. Lo veía... ¿molesto?

—Les recuerdo que para el jueves quiero los reportes de lo expuesto en esta reunión a primer hora.

Todos asintieron en confirmación, poniéndose de pie luego de que lo hiciera el hokage. Hubo algunos saludos rápidos cruzados antes de encaminarse hacia la puerta. Nadie quería quedarse en esa habitación más tiempo, la reunión había sido tensa y no por los motivos que la convocara.

Kakashi se mantuvo en su lugar dándole instrucciones rápidas a Shikamaru, hasta que Seiyi pasara a su lado siguiendo a Sakura.

—Tú te quedas.

—¿Como dice, hokage?

—Me escuchaste — y desvió su mirada al Nara indicándole que podría retirarse.

Uno a uno todos se fueron. El último fue Shikamaru, quien los observó algo inquieto antes de cerrar las puertas de la sala. Se aseguraría que nadie quedara cerca porque intuía que la conversación que se daría entre esos dos no sería precisamente amistosa ni impersonal.

Kakashi respiró hondo al quedar a solas y miró al Hyuga quien tenía una sonrisa en los labios, sabiendo lo que iba a suceder.

—¿¡Qué mierda te crees que estás haciendo!?

—¿Yo? Qué estoy haciendo según tú.

—Te dije que no te acercaras a ella.

—Ah... eso. ¿La verdad? Sí. Me lo dijiste. Lo recuerdo. — el Hyuga caminó unos tranquilos pasos alejándose del peliplata,mientras le daba la espalda, sólo para demostrar que no le preocupaba ni molestaba lo que le fuera a decir.

—Te importó un carajo.

—Vas entendiendo.

Kakashi lo siguió con la mirada.

—¿Qué pretendes?

—Que me conozca.

—¿Para qué?

—Para que cuando la cagues, ella sólo venga a mí. — y le sonrió provocador girando hacia él.

Kakashi no pudo replicar a esas palabras. El Hyuga lo conocía y demasiado bien como para contradecirlo. Pero no lo quería cerca de ella.

—Déjala.

—¿Y por qué lo haría?

Kakashi se enderezó aún más en ese instante, acercándose para mirarlo a los ojos.

—Porque me lo debes.

Seiyi sonrió provocador.

—No te debo nada.

—La dejas igual.

El Hyuga chasqueó la lengua. Y su sonrisa se ensanchó aún más.

—No puedo. Estoy en tratamiento. — Kakashi entrecerró en ceño. — Ya lo tendrás todo detallado en el reporte que ella te dará. Y verás que no miento.

—Estás vivo. Ya no la necesitas.

—No, no la necesito, es cierto. Pero igual no voy a alejarme, Kakashi. — y la sonrisa de provocación se esfumó dejando un semblante seriamente helado. El hombre le estaba hablando con seriedad, irrefutable en su verdad.

El peliplata apretó los dientes, respirando ya más acelerado en enojo.

—No quieres esto, Seiyi. Lo sabes.

—No quiero qué.

El Hyuga no lo vio venir. Era rápido en combate, pero su amigo siempre lo superaba.

El puño que se alzó rápidamente, impactó en su mejilla haciéndole retroceder un par de pasos.

Kakashi se colocó en posición de defensa de inmediato, mientras un tambaleante Hyuga se tocaba la zona herida mirándolo con confusión, una que no duraría demasiado antes que la sonrisa de furia lo adornara al devolverle el golpe.

No llegó a tocarlo. Kakashi fue ágil en utilizar el moviendo a su favor, girando para desestabilizarlo y lograr tomarle el cuello en una llave. Apretó cuando el otro aferró sus manos alrededor del brazo que lo envolvía con fuerza.

—Te.... dije... que te...quiero...lejos

—¡No!

Y apretó aún más con furia, buscando realmente lastimarlo. Más no logró hacer demasiado daño, cuando el Hyuga desarmó la llave utilizando el peso del cuerpo de su contrincante para impulsarlo pasándolo por sobre su cabeza, al tirarlo de espaldas en el suelo frente a él. Y rápidamente se abalanzó sobre él cuerpo del ninja, inmovilizándolo entre sus piernas, para comenzar a asestarle un par de puñetazos en el rostro.

—¡No seas cagón, Hatake!

Un nuevo puño le giró el rostro, y luego de eso el antebrazo se apoyó violento en el cuello y la quijada del peliplata, terminando de inmovilizarlo cuando todo el peso del cuerpo del Hyuga se dirigió dolorosamente a ese punto.

—¡Vas a escucharme pendeviejo hormonado! — Kakashi se removió gruñendo— ¡Ella está loca por ti!

—Ale...jate.

—Si lo haces bien con ella... yo no significo nada, ¿entiendes pedazo de pelotudo?

—Nunca nada... es tan ...simple... contigo.

Seiyi carcajeó. El peliplata también lo conocía bien. Ambos se conocían, se admiraban y respetaba. Aunque en ese momento, la emoción precisa fuera aborrecimiento.

—¡Eres inteligente, mierda! — le dijo con ironía en el tono y se acercó más apretando el codo que lo mantenía inmovilizado, provocándole una mueca de dolor — Y ahora haz uso de esa puta inteligencia tuya y entiende de una vez que no me voy a alejar de ella. Y que pretendo convertirme en más que un paciente estimado. Porque cuando la cagues, porque lo vas a hacer, lo veo en tu puta mirada de idiota asustado cada vez que la observas... cuando la cagues...no voy a permitir que ningún tipo, nadie más la toque o la haga sufrir ¿entendiste?

Kakashi gruñó respirando rápido de solo imaginarla en los brazos de su amigo, aún sabiendo que si el Hyuga realmente quería algo bueno con ella, sería mucho mejor hombre de lo que él era.

Ni siquiera intentó responderle. Solo relajó apenas la fuerza de su lucha y eso para Seiyi fue todo lo que necesitaba para saber que había entendido su punto, aunque no lo aceptara. Tampoco pretendía eso.

Sonrió.

Y lo apretó con bronca una vez más, antes de levantarse rápidamente soltándolo.

Kakashi se sentó ni bien dejara de sentir ese peso sobre su cuerpo. No lo admitiría, pero tuvo que rendirse si no quería que la pequeña riña se desmadrara y todo el edificio se enterara de la pelea. Y pasó la mano en su cuello tosiendo varias veces.

—Ponte de pie de una vez. No te hice tanto, no seas llorón.

Kakashi gruñó echándole una mirada de bronca y le obedeció, no porque lo quisiera sino porque había sentido que alguien se acercaba.

—Esto no termina aquí, Seiyi.

—Sí, sí termina.

Y se acomodó el saco alisando las solapas y abotonándolo al frente. Miró a Kakashi con enojo una vez más, antes de cambiar a un semblante más afable segundos previo a que Shikamaru tocara a la puerta anunciándose.

—Pasa— dijo Kakashi acomodándose el chaleco.

—Hokage, dos miembros del consejo lo están esperando en su despacho. Es por el tema de las finanzas que le mencionaron esta mañana.

Kakashi miró al Hyuga una vez más con un dejo de molestia en los ojos, decantando por extenderle la mano en saludo cordial, guardando las formas.

—Lo espero el jueves para repasar las estrategias de los comandos. ¿Estima que tendrá los informes que le solicité?

Seiyi le sonrió.

—Despreocúpese — y le tomó la mano — Buena charla. Espero que haya evacuado todas sus dudas.

—Fue muy claro agente, como siempre — y le apretó dolorosamente la mano. — Seguiremos profundizando en otra oportunidad. — y lo soltó con una sonrisa irónica.

—Medite mis palabras, y verá que no hará falta retomarlo. — giró hacia Shikamaru dando por terminada la conversación con su amigo — Señor Nara. — y se inclinó en saludo.

Shikamaru copió el gesto antes de que el hombre se enderezara saliendo de la sala.

Kakashi lo siguió con la mirada. Aún estaba molesto. Muy molesto

—Kakashi, vamos, no demoremos demasiado. Están con ánimos...agrios.

—Como siempre, ¿no? — Shikamaru carcajeó por lo bajo y comenzó a caminar de prisa, con Kakashi siguiéndolo detrás, dejándose guiar mientras sus pensamientos volvían una y otra vez a su amigo y a las sonrisas que Sakura le devolviera.



Sakura esperaba apoyada en la pared lateral a la entrada de la oficina del hokage. Habían decidido regresar al hospital juntas con Shizune, pero ella quería dejar unos primeros reportes de la investigación en la oficina de Kakashi, y le pidió que la acompañara. Cuando llegaron, el lugar estaba ocupado por dos miembros del consejo por lo que la pelirrosa decidió esperarla afuera. Shizune era más hábil para lidiar con los caprichos y suficiencia de esos ancianos. Y bien decía esos, porque no eran igual a todos los ancianos. Estos les caían mal, y no solo a ella.

Suspiró.

Nunca había visto a Kakashi así de frío o enojado. En realidad si le había observado ese semblante antes, pero no dirigido a ella. Ni si quiera había sido así de duro la vez que saboteó una misión para ir a darle caza a Sasuke. Siempre esa mirada pesada cambiaba cuando se encontraba con sus ojos, pasaba de distante e ilegible a una cálida y de apoyo.

Excepto hoy. Esa frialdad no cambió cuando la miraba a ella. Por el contrario, sentía que se intensificaba, como si hubiera un reclamo. Pero no entendía por qué ni a qué. Y no le gustó.

Las voces de Shikamaru y Kakashi a la vuelta del pasillo, se comenzaron a oír aún antes de que pudiera ver sus siluetas avanzando.

Sakura se incorporó de la pared, enderezando la espalda y acomodándose el cabello instintivamente.

Cuando Kakashi asomó, siendo el primero en aparecer, y levantó la vista no pudo más que callarse. Allí estaba su niña rosa, y si bien le encantaba tenerla cerca, verla en ese momento en que no tenía humor ni tiempo para lidiar con ella, le abrumaba. Porque era verla y que en sus pensamientos se dibujaran todos los hipotéticos momentos que compartió con Seiyi a sus espaldas, y eran tan nítidos que hasta podía observar la mirada depredadora y elegante de ese hombre acechando a la mujer que le pertenecía.

—Sakura.

—Hokage sama, sólo estoy... e-esperando a Shizune. N-no hay nada.

—Kakashi, los miembros- — el Nara detuvo su hablar entrecerrando el ceño cuando la vio —¿Sakura? ¿Necesitas algo?

Ella negó sin dejar de mirar a su ex sensei, aunque supiera que no era correcto lo que hacía si quería guardar las formas. Lo mismo hacía el peliplata, quien suspiró luego de unos segundos. No tenía sentido estar enojado con ella. Y no lo estaba solo que...

—¿Qué te pasó en la mejilla? — Sakura le interrumpió. La zona de piel que se asomaba de la máscara, en donde habían impactado la mayor cantidad de golpes de Seiyi, comenzaba a hincharse y enrojecerse levemente. Nada de otro mundo para una persona acostumbrada a recibir golpes, pero ya hacía tiempo que no estaba en una pelea y se estaba ablandando.

El Nara lo miró detenidamente con el ceño contraído mientras Kakashi se tocaba la zona señalada.

—Ah... esto. El archivo, se me vino... una carpeta encima.

Sakura se acercó y extendió tímidamente la mano para tocarlo, pero él se alejó deteniéndola. Y no estaba guardando las formas, esa era una reacción de rechazo por enojo.

—Déjame tratarlo.

Él la miró unos segundos —Shikamaru, adelántate. En cinco minutos voy.

El Nara suspiró pesadamente y asintió antes de adentrarse a la oficina a lidiar con los ancianos.

Sakura lo miró con algo de duda, acercándose nuevamente para extender con cautela la mano hacia el rostro de su ex sensei.

—¿Me dejas?

Él asintió y no pudo más que perderse en esos ojos jades que lo observaban con duda, buscando entre sus facciones aquella mirada que siempre le daba, esa mirada cálida, exclusiva de ellos.

Respiró hondo cuando la pequeña mano se posó en la mejilla con el ryo suavemente activado.

—¿Se siente mejor?

—Sí.— fue todo lo que dijo en un susurro, con los párpados entornados, huyendo de esa temblorosa mirada que lo buscaba. Ella cerca, tocándolo, bajaba todas sus defensas y no quería bajarlas. Estaba enojado.

—¿Qué...qué sucede?— Negó suavemente. Y ella quitó la mano habiendo terminado con el procedimiento, aunque moría por seguir tocándolo. —Ya está listo.

—Gracias.

Y allí se miraron, unos largos segundos. Había preguntas y reclamos en la mutua contemplación, había sentimientos irresolutos y molestia. Se veían y se desconocían. Y dolía, a ambos, porque ninguno llegaba a entender que le sucedía al otro.

Sakura tomó aire acercándose un paso.

—Tengo una reunión. Nos vemos esta noche.— Le dijo fríamente, marcando una distancia que se sintió como un golpe para Sakura. No lograba comprender qué sucedía, y quería creer que ese estado en él era por todo el asunto de los insurgentes. Pero no lo sentía así. Había algo más.

—Ok— le respondió girando para verlo perderse tras la puerta de su oficina. Y luego sólo suspiró.

No entendía nada. Y no le quedaba otra opción que esperar hasta la noche.

Shizune salió instantes después, saludando con respeto mientras cerraba la puerta. Le devolvió una mirada de hastío cuando quedaron a solas.

—Menos mal que llegó Kakashi. Ya me quería ir. Estuvo tensa la tarde, ¿no?— y le sonrió—¿Vamos?

Sakura no respondió, sólo se alistó a su lado comenzando a caminar a su paso mientras la escuchaba hablar de los experimentos que quería hacer y se le acababan de ocurrir.

La escuchaba, más no entendía nada. Su atención estaba en la última mirada del peliplata, esa mirada fría que le dolió y no pudo más que voltear apenas el rostro, para observar por sobre su hombro la puerta cerrada de la oficina principal perderse a medida que avanzaban por el pasillo.

Ya llegaría la noche y podría hablar con él. Tal vez no era nada y se estaba preocupando en vano. Quizás era eso, y esa sensación de un próximo final que se había instalado en ella desde hacía días. Tal vez eran sus propios miedos los que le estaban distorsionando los pensamientos.

—¿Estás libre ahora?—Sakura no respondió —¡Sakura!

—¿Cómo dices?

—¿Escuchaste algo de lo que te dije?

—Emmm... perdona, no. Me quedé pensando en...

—Si lo dices por Sasuke, olvídate.— ella asintió agarrándose de eso para excusarse— Ya sabemos todos como es, tranquila con eso.

—Ok— y le sonrió disimulando su estado.

—Bueno, como te decía.— y arrancó a explicarle nuevamente sus ideas, aunque se saltara algunos detalles. No era mujer que le gustara decir dos veces seguidas lo mismo.

Y siguieron caminando hacia el hospital. Ahora sí se concentraría en lo que Shizune le comentaba, la investigación era prioridad y además no podría hacer nada hasta que llegara la noche.


¡Hola! Verán que vine antes esta vez. Bueno, tenía que cubrir mi faltón de la semana pasada, ¿no?

Capítulo tranquilo en lo que al delicioso se refiere, pero creo que necesario para que al fin todas las cartas estén sobre la mesa, ¿no?

Así que Seiyi logró poner celoso a Kakashi... muy, muy celoso. ¿Qué hará el Hatake ahora? Por que Seiyi le dijo que no la va a soltar y tampoco como que Sakura podrá dejar de atenderlo sólo por capricho del hokage.

La cosa se va a poner... interesante je je je

Bueno, espero que lo hayan disfrutado. ¡Los leo!

Besos.

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