Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

La piel de Sakura se erizaba a medida que cada poro se contraía tras el avance de los dedos húmedos de Kakashi, rozándola en su lento recorrido de arriba a abajo, una y otra vez. Y no sólo eran sus poros los afectados por dicha caricia.

La tensión superficial del agua era rota por esos redondeado y pequeños pezones que, ahora erectos, generaban ondas perturbando su calma cada vez que el pecho de la joven subía en la respiración.

Kakashi sonrió ante la vista y no pudo resistirse a morderle suavemente el lóbulo de la oreja que quedaba a su alcance haciendo más intensa la provocación.

La pelirosa, recostada sobre el pecho del varón, se removió gimiendo gustosa.

— ¿Qué haces picarón? Dijimos que este era un baño de relajación.

—Y a mí me relaja divertirme contigo.

—A costa mía dirás.

—Da igual — y le rodeó el lóbulo con la lengua, incrementando la contracción de esos miles de poros.

—Kakashi... — suspiró — Mmmm...malo...Te diviertes con-

Su réplica se vio interrumpida cuando uno de sus pezones fue maltratado en un suave pellizco. Ella gimió en gusto y sorpresa.

—¡Kakashi!

—¿Mhm?

—Eso...eso... calienta...

—¿Si? Interesante.

Y le giró el rostro para besarla, reanudado las suaves caricias sobre sus brazos al soltarle la boca. No era que no le atraía la idea de excitarla, pero luego de la doble sesión de sexo en el desayuno y la siesta en el sillón al lado del hogar, en la que no durmieron por lo menos durante la primer hora, realmente quería dejarla descansar.

Se conocía y sabía que podía llegar a ser intenso, y si bien tomaba sus precauciones con ella, la verdad era que tras cada follada se le hacía más difícil mantener su ímpetu a raya. Y menos ahora que ya no existían barreras entre ellos.

El pedido de Sakura de hacerlo al natural lo estaba volviendo loco, y no era por la sensibilidad de la piel contra piel. Si bien admitía que el condón modificaba en un punto las sensaciones, realmente a él no le interfería en nada. Pero el sólo hecho de saber que ella, su niña rosa, quedaba impregnada de él hasta en lo profundo tornaba la experiencia en una insuperable. Ella realmente era deliciosa y su posesividad la reclamaba de tal forma, que ser consciente de que estaría llena de él tras cada orgasmo, tranquilizaba hasta el más recóndito demonio.

Y así era que había accedido a complacerla en el capricho de un baño relajante, que ablandara los músculos sobre exigidos por los fuertes agarres que le aplicaba, o el tiempo que la sometía en determinadas poses. El agua de la bañera estaba a la temperatura justa para ello, manteniéndolos cálidos para la fría noche, y las velas esparcidas alrededor de la tina hacían el resto al conferirle al ambiente ese clima íntimo, tan romántico, tal fuera el deseo de la joven.

—Mmmm... me encanta esto.

— ¿Te gusta que te bañe?

—Que me bañes, me alimentes, me beses, me toques...—se giró para quedar frente a él y tomarle la boca en un beso caliente — Que me folles... especialmente que me folles.

Él se carcajeó sobre esos labios, mordiéndoselos.

—Mmmm...te gusta todo.

—Todo. Todo. Todo. — otro beso en el que su lengua entró luchando contra la demandante del peliplata, la silenció por unos segundos — Todo... lo... que hago... contigo... me encanta.

—Qué bueno, porque a mí también— y la abrazó besándola una vez más, para luego acomodarla sobre su pecho nuevamente y continuar con la sesión de caricias. Sino, sabía que terminaría sobre ella y esa no era la idea cuando accedió a bañarse juntos.

—Kakashi...

—¿Mhm?

—Esto que hacemos, ¿cambia en algo la relación que ya teníamos?

— ¿Te refieres al DS?

—Sí...— suspiró pesado, con algo de consternación — En los libros, bueno, no leí tantos pero... lo que leí, sólo tienen... eso. Como que sólo hacen eso... y lo demás, pues no.

—Sí, en lo que leíste hasta ahora. Pero no necesariamente es así.

—¿No?

—Nope. Lo que pasa es que usted, señorita, se largó a leer lo que encontró sin seguir mis sugerencias.

—¿Lo dices por el libro que te regalé?

—Exacto.

—Bueno... pero es que siempre hablabas de ese título y... me dio curiosidad. Y, en mi defensa, estaba bueno.

Él se carcajeó y le tomó el rostro girándolo para verla a los ojos.

—No te contradigo en eso, pero el que elegiste era justamente uno de los más intensos. Y ese, justamente ese, trata de una relación pura y exclusivamente DS y... — la besó — Podía llegar a ser algo... digamos como que podía herir sensibilidades.

—Pero... me gustó...

—Sí, pero te formó una idea que no es del todo correcta.

Ella lo miró a los ojos y luego a los labios deleitándose con esa media sonrisa que lo adornaba.

—Entonces... ¿no cambia nada?

— ¿Y qué temes que cambie?

—Digo... lo que tenemos. Nuestras conversaciones... me gusta pasar tiempo contigo. Cuando tomamos té y hablamos por horas, o me acompañas en los entrenamientos.

Él le sonrió dulcemente y le acunó la mejilla, acerándola su rostro.

— ¿Y porque tendría que cambiar eso?

—No sé...por... no sé...

— ¿Y no se te ocurrió pensar que ahora tendríamos más cosas para compartir?

El rostro de la pelirosa se iluminó con verdadera ilusión.

— ¿Si?

—Sí.

— ¿Y qué va a pasar cuando te... ummm... te aburras de mí?

Él contrajo el ceño.

— ¿Aburrirme?

—Es que... yo soy... muy... y tú eres tan...

Le acarició el rostro con el pulgar tranquilizándola. No le gustaba ver duda en esos hermosos ojos y, la verdad, no le estaba entendiendo nada.

—Soy qué.

Ella respiró hondo y se tomó unos segundos antes de alzar la mirada y hablar.

—Es que a los hombres les gustan más... experimentadas.

Y allí estaba. Otra vez Sasuke se colaba entre sus miedos. ¿Qué mierda había hecho ese pendejo con ella?

—Puede ser que a algunos. A mí me gustas tal y cual eres.

Ella sonrió con timidez, como si dudara de sus palabras. Kakashi sabía que aún el corazón de la joven no estaba del todo curado, y que el temor a que la lastimaran como en el pasado podía presentarse. Pero él no le haría eso y odiaba a cada hombre que le hiciera pensar que ella no era la joya que veían sus ojos.

—Sakura, no te das una idea de lo preciosa que eres. En la mujer única y especial en que te has convertido. Y yo tuve el lujo de poder estar a tu lado en cada paso que diste para ser lo que eres hoy.

Ella asintió perdiéndose en esos ojos, en esa mirada.

—Y ¿te gustó lo que fuiste viendo?

—¿Acaso no me estás escuchando?

—Sí, pero... ¿quieres seguir a mi lado ahora... después de todo...esto?

Kakashi le sonrió ampliamente tomándole el rostro con ambas manos y obligándola a girarse para quedar frente a él nuevamente.

— ¿Y tú qué crees?

Y la besó, un beso dulce y suave que se diluyó en esos labios. Un beso que solo buscaba transmitir su apoyo pero que lentamente fue ganando la intensidad que los caracterizaba, porque ya no podía sólo degustarla, ahora necesitaba devorarla cada vez que su boca la tomaba.

Ella se mordió el labio inferior sonriendo con picardía cuando al fin la soltó, y lo miró con ese sonrojo que tanto le enloqueciera.

—Kakashi... yo creo que quieres pervertirme.

Él rio. Una risa grave como las que le gustaban a Sakura.

—¡Oh, qué mal! ¡Descubriste mi plan!

—Tu malvado plan — y fue ella quien lo besó nuevamente, arrojándose a sus brazos, tomándose el tiempo necesario para sentirlo.

Y cuando él aire reclamó, se separó apenas y le acarició el rostro bajo la atenta mirada de él, antes de acomodarse en su pecho rodeada de esos fuertes brazos que la envolvieron.

—Me gusta que me perviertas.

—¿Si? Qué bueno... porque no tienes una idea de todas las cosas que planeo hacerte.

—¿Ah, sí? ¿Muy pervertidas?

—Muy es decir poco.

Sakura se mordió el labio inferior de solo imaginar lo que podía llegar a ser.

—¿Y cuándo va a ser? ¿Cuándo arranques a enseñarme a ser tu sumisa?

Él sonrió. Le encantaba que le dijera eso.

—Ya arrancamos, Sakura.

—¿Si?— levantó el rostro de su cómoda posición para mirarlo — ¿fue esta mañana? ¿En el desayuno?

—Ajá.

—Ay...Morí de vergüenza cuando me pusiste... — con sus manos imitó el ángulo de apertura de sus piernas —...A-así... y me miraste... justo ahí...¡ay, dios!

Él se carcajeó.

—Eso es lo primero que debes perder conmigo. Por eso lo hice.

—¿Sí? ¿Fue a propósito?

Kakashi reía asintiendo.

—Pero... es que me da cosita estar... siempre desnuda.

—Pues, trabajaremos más en eso. Yo te quiero ver desnuda siempre.

— Ummm... — infló los mofletes con algo de pena, pero el leve sonrojo que floreció era evidencia de que no le desagradaba tanto la idea — Entonces... ¿puedo pedirte lo mismo? — y le sonrió con picardía.

—Nope.

—¡Hey, malo!

—¿Malo?— él reía — No puedes darme órdenes, Sakura. Pero, si te portas bien, puedo recompensarte.

Ella abrió grandes los ojos.

—¿Recompensarme? ¿Con lo que... quiera?

Él asintió. —No soy tan malo, ¿ves?

—Portarme bien... o sea, tendría que obedecerte en todo.

Kakashi asintió fascinado con la mirada de su niña rosa, en esa mezcla de ingenuidad, rebeldía y timidez que se asomaba. En esos gestitos que le indicaban que la curiosidad ya estaba tomando el mando de esas intenciones, que sabía que se debatían entre la sumisión absoluta y la porfía propia de una mujer tan fuerte e independiente como ella.

—Siempre.

—Ummm... y siempre, ¿sería siempre, siempre? ¿Todo el tiempo?

—Algunas parejas son veinticuatro-siete, pero nosotros dejémoslo para cuando queramos jugar.

Ella movió la cabeza en señal de acatamiento, pero el jugueteo de sus dedos sobre el pecho de Kakashi y esa mirada chispeante coronada con un ceño levemente contraído, le decían al peliplata que había muchas preguntas en esa cabecita. Y como la disfrutaba cuando estaba en ese estado, le recordaba las épocas en que era su pupila en el arte ninja y la forma en que lo miraba en cada clase, esa forma tan curiosa y pícara que lo dejaban sumido en insomnio por varias noches buscando que carajos era lo que esa niña le hacía sentir.

Y allí estaban, trece años después, esa niña ya mujer, desnuda sobre su pecho, curiosa y hambrienta de lo que él podía brindarle, descubriendo al fin qué era eso lo que lo mantenía despierto antaño.

Deseo.

¿Era enfermo sentirlo? Quizás en aquel momento. Pero ella era perfecta, única, una joya diseñada pura y exclusivamente para él, era imposible no sentirlo aun cuando ignorara lo que le sucedía.

Y ahora lo sabía. Y, lo mejor, ahora la tenía. En el momento correcto de sus vidas.

—Es como cuando se tiene ganas de... sexo. Pero nosotros sería... algo más que sólo eso. — y buscó su mirada en confirmación.

—Exacto.

Ella suspiró, respirando hondo varias veces.

—Y... en el libro... Jean sólo... Jean no follaba a Kimikura.

Él se carcajeó.

—Bueno... algunas relaciones DS son así. Y no está mal. Todo depende de-

—¡Pero yo sí quiero que me folles!

Kakashi se rio con ganas ante esa salida. Mordiéndose el labio inferior cuando ella no aflojaba la expresión enojada de reclamo, pero se sonrojaba hasta las orejas por lo que significaban sus palabras. Y no pudo más que besarla en ese momento. Adoraba besarla, adoraba ese sabor y esa suavidad sobre su boca. Ese error le costaría pero ¡a la mierda! Le encantaba todo lo que estaba viviendo con ella.

—A ti voy a follarte, siempre, siempre, siempre.

—Más te conviene y... que seas mío... y-

—¿Tuyo? — su mirada se oscureció ante ese pedido.

¿Acaso estaba reclamándolo?

—Sí, mío y-

—Mía.

Ella suspiró. Y asintió mirándolo a los ojos, estremeciéndose por lo que encontró allí.

—Toda mía.

El tiempo pareció detenerse ante esa profunda aseveración. El ambiente de repente se volvió denso, posesivo, reclamante. Sakura podía jurar que se sentía pequeña debajo de esa fuerte mirada, resonando en su cabeza las últimas palabras que se repetían oscuras una y otra vez. Y la respiración se le aceleró en consecuencia, como si el reclamo le lamiera la piel.

Se acercó a besarlo con timidez, como si el movimiento elegido en ese preciso instante no le correspondiera y aun así osaba a hacerlo. Porque era lo único que le salía.

Kakashi la dejó obrar, limitándose a abrir los labios para recibirla, analizando esos movimientos que ahora temblorosos lo acariciaban. Y cuando ella se separó apenas de él, el varón le envolvió la nuca con una mano fijándola en esa posición.

—Tú no tienes una idea de lo que significas para mí — y ahora fue él quien la besó, girándola para quedar sobre ella, acomodándose entre sus piernas al abrirla con el empuje de las caderas, ya sin poder controlar el infernal deseo de poseerla una vez más.

Ella jadeó al sentir la dureza de él rosándole el abdomen.

—Lo que esto — le mordió los labios en un beso cargado de fiereza — ...significa... — y demandante se deslizó hacia su cuello propinándole fuertes chupones que la marcarían mientras una mano se colaba entre sus piernas, buscando esos labios para abrirla, preparándola por qué la tomaría y no sería suave ahora. — No te das una idea de lo que te deseo.

—Ka...kashi— gimió cuando lo sintió estimularla.

Debajo del agua no podía ser consciente de la humedad de la chica, pero cuando sus dedos entraron supo que estaba lista y no demoró en reemplazarlos por su miembro.

En un único empuje la llenó por completo.

Ella gritó de placer aunque poco tiempo podría hacerlo. Él llegó unos segundos después devorándole la boca con hambre mientras sus duros empellones lo enterraban en ella una y otra vez, sin medir fuerza, sin templanza.

Los jadeos se acompasaron. El vaivén de los cuerpos chapoteba en la bañera desbordándola.

Y el sólo la miraba embistiéndola cuando no la besaba. Y la besaba cuando su lengua demandaba follarle la boca.

Ella abrazada a sus espaldas solo gemía y respiraba cuando él se lo permitía. Y se perdía en esos ojos grises que la detallaban pesado con una bestialidad que nunca antes había visto.

—No te das... una idea... de lo loco... que me tienes.

Sus estocadas se hicieron más feroces. No había una búsqueda concreta de placer propio ni siquiera de llevarla al éxtasis.

Solo quería hundirse en ella, marcarla, hacerle conocer con la pasión de su piel que era todo para él, porque sabía que no debía volver a decírselo con palabras. Ya demasiado lejos había llegado.

—¡Oh dios! ¡Kakashi! — Gritó clavándole las uñas en la espalda cuando un repentino orgasmo la golpeó.

Y él no esperó mucho más. Oír sus gritos de placer, sentir como su interior lo apretaba absorbiéndolo, era lo más abrumador que su autocontrol alguna vez pudo experimentar. Su niña rosa estaba debajo de su cuerpo, penetrada por él, siendo suya. Y eso era todo lo que necesitaba para que la cordura fuera arrojada al carajo dedicándose únicamente a sentirla. Y se sentía fantástico.

Sólo unos embistes lo separaron de ese arrollador orgasmo en el que se dejó ir dentro de ella, volcándose al hundirse dolorosamente en lo más profundo.

Y quedo así. Apretado a ese cuerpo. Disfrutando de los espasmos que ponían su cuerpo a temblar mientras se vaciaba impregnándola con su esencia una vez más.

Fueron unos largos segundos en los que sus respiraciones irregulares buscaron la calma. Unos largos segundos en los que sólo sus jadeos retumbaron entre las paredes del baño.

—Que...—tragó duro — que fue... eso, Kakashi.

—Sexo... vainilla. Bastante vainilla.

Ella rio.

—¿No fue una lección?

—No todo es estudio, Sakura.

—Yo creí que-

—No te presiones. Sé lo que hago hermosa... sólo déjate llevar y permíteme disfrutarte. — un beso en la clavícula estremeció su piel sensible — Tenemos tiempo, mucho tiempo...

Y bajó sus besos hacia el pecho de la chica.

—¿Mucho tiempo?

—Mhm... Mucho...— se hundió en el valle de sus senos — Quiero conocer cada uno de tus límites, cada rincón tuyo. Donde besar para excitarte... — deslizó lentamente la punta de la lengua hasta el pezón derecho.

—Mmm...sensei.

Él gruñó al envolverlo con los labios.

—Donde... morder para estremecerte — y le mordió apenas el pezón que lamía.

Ella arqueó la espalda y sus dedos se enredaron en los plateados cabellos.

—Donde presionar...para enloquecerte...— y empujó sus caderas para profundizar la penetración que nunca había deshecho, al tiempo que azotaba su lengua en la rosada y erecta protuberancia.

—D-dios... Kakashi... eso...

—Quiero explorarte...tomarme mi tiempo mientras te observo. Quiero hacerte mía una y otra — empujó nuevamente — y otra... vez.

Y ahora sus labios buscaron la boca de Sakura una vez más.

Jamás había sido tan vainilla en su vida y le sorprendía como lo estaba disfrutado, aunque supiera que sus ansias no iban a estar calmas tanto tiempo más.

Debía prepararla pero no quería hacerlo como lo hizo con cualquiera de las otras sumisas antes, a las que instruía disfrutando pero no para que fueran suyas. Sólo las preparaba para soltarlas un tiempo después y que otros amos ocuparan su lugar. Más que un par meses no duraban con él, y no era porque no se esmeraran, Kakashi simplemente se aburría de ellas, perdía el interés que le brindaba la novedad. O tal vez descubría que ese detalle similar a su niña rosa que observó al tomarlas, en realidad no existía porque no eran ella.

Y ahora la tenía. Toda suya. Para moldearla a su gusto, para verla gozar una y otra vez bajo su mando.

Suya, toda suya. Y por más que supiera que no era el mejor hombre para ella, lo que hacían se sentía endemoniadamente correcto.

Ella gimió cuando lo sintió endurecerse por completo otra vez, sin haber salido nunca de su interior. El aguante de ese hombre era increíble. El goce al que la sometía, ese goce que se tornaba insoportable por momentos, dulce y candente por otros, y hasta doloroso al sobre exigirla; la volvía loca. La llevaba de un extremo a otro pero jamás la decepcionaba. Si este nuevo mundo con él sería así, moría por explorarlo.

—Que te...deje... — gimió cuando un nuevo embiste la estimuló — guiarme...¡por dios Kakahi-sensei!

El gruñó en ese momento.

Le encantaba que lo llamara así.

Y pretendía que eso siguiera sucediendo. No sabía por cuánto tiempo más, sólo que haría lo posible porque fuera mucho ya que, por primera vez desde que la conociera, sentía que quizás él podría funcionar como un hombre completo para ella.

Sí, lo haría por ella. Porque ella era su mundo. Y ahora su mundo le pertenecía, por primera vez en la vida.


Primero, perdón. 

Súper cortito otra vez... ayyyy! Sí! Que mal, no? Pero prometo que de ahora en más ya no quedan así jajajajaja

Como bien les dije, demoramos en dar el primer paso pero de ahora en más la cosa quema. ¡Los voy a tener follando todo el tiempo! (o cogiendo como se dice en Argentina ajajajajaj)

Espero que les haya gustado a pesar de ser cortito. Aguantenme solo un poquito más, y comenzaremos con los capítulos más largos.

Besos! Gracias a todas por su apoyo y sus comentarios.

Nos vemos el próximo miércoles.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro