Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22

—Un brindis más, por Alcanto y su recuperación —pidió un hombre poniéndose de pie y alzando su copa, siendo imitado por todos los presentes.

—¡Salud!

Aún me costaba entender lo que estaba viviendo. Había pasado ya dos semanas desde que me colé en la reunión, desde que regresé a la mansión animándome con el hecho de que tarde o temprano debería llegar el último hechicero de verdad. Los días pasaban y todo seguía igual, recibía los mismos tratos, mis heridas sanaban, mis fuerzas se reponían y a la vivienda no llegaba nadie nuevo lo suficientemente importante como para ser anunciado a todos.

Poco a poco mis nervios iban aumentando, más cuando esa mañana me avisaron que se realizaría una pequeña fiesta para celebrar mi completa recuperación.

—Van a estar todos los que viven aquí —comentó Dan.

—¿Por qué le ponen tanto a algo tan nimio?

—Es importante, eres la...

—No lo digas, no lo soy —lo interrumpí. Aquel día tuve que explicar a Geox el motivo de mi intento de escape, por lo que era comprensible que mis razones estuvieran ya en boca de todos.

—Algún día tendrás que aceptarlo.

Regresé a la realidad cuando un fauno me ofreció en bandeja distintos dulces para degustar. Sonaba una melodía de fondo, cuyo ritmo aprovecharon varias parejas para bailar al aire libre. Parecía una auténtica pista de baile, sin más luz que la de las estrellas y pequeñas antorchas en lugares estratégicos para aprovechar mejor su luminosidad.

Tanto rostro desconocido comenzaba a marearme, no había visto a tantos seres mágicos desde que me mudé al mundo real. Lucían felices pese al contexto que nos mantenía unidos, como si sus preocupaciones desaparecieran por esa noche. Los envidié porque para mí no era igual, mi cuerpo estaba ahí, pero mi mente vagaba entre el presente y el pasado, entre el miedo que me daba el aceptar el título que me estaban dando y rechazarlo para pensar solo en mí y nadie más.

Miré a las parejas bailando y logré distinguir entre ellos a Dan junto a Yami y aquella espalda que vi durante la reunión. La había olvidado completamente hasta ese momento. Deseé que se diera vuelta para comprobar si la conocía o no, o al menos tener el valor para caminar y verlo desde lejos.

—La curiosidad ya te jugó una mala pasada —me dije a mí misma recordando mi paseo por la reunión, por lo que mordiendo mi labio y apretando los puños volví a sentarme a mirar al resto.

La fiesta era a mi nombre, sin embargo fui la que menos la disfrutó.

***

—Alcanto... despierta niña.

Una mano sacudía levemente mi hombro hasta que lentamente abrí mis ojos encontrándome con un par de ojos grises fijos en mí. Necesité un par de segundos para acostumbrarme a la luz y poder ver con claridad a Geox, quien me dio un par de segundos para quitarme la somnolencia.

—¿Qué pasa? —Pregunté con confusión, no había entrado a mi habitación desde aquella primera vez que vino a ver cómo estaba y me dejó con más dudas que certezas. Además, siempre esperaban a que yo me despertara, nadie iba a levantarme.

—Tenemos que salir.

—¿A dónde?

—A un lugar muy importante para nosotros. Anda, vístete que voy a estar abajo esperándote.

No alcancé a hacer mayores pregunte porque salió rápidamente de mi dormitorio. Con pequeñas quejas a bajo volumen obedecí y bajé a reunirme con él luego de diez minutos. Cuando intenté interrogarlo al respecto volvió a interrumpirme, tomándome de la muñeca para arrastrarme fuera de la casa. El cielo aún estaba oscuro, por lo que deduje que no habían pasado tantas horas desde que me acostara luego de la fiesta. Se había extendido hasta las tres de la mañana, razón por la que caí rendida a mi cama, dispuesta a dormir hasta la tarde del día siguiente.

—¿No podíamos salir más tarde?

—No, no podíamos. Menos quejas, será mejor y más acción.

—¿Iremos solos los dos?

—Exacto.

Desconfié un poco de él, teniendo que convencerme de que mis dudas eran infundadas. A la fecha no me habían dañado, sino que todo lo contrario. Lo vi sacar su varita y por un instante pensé que me retaría a un duelo y acabaría conmigo para que llegara el verdadero último hechicero, pero en vez de eso abrió un portal frente a nosotros.

Retrocedí un par de pasos cuando aquella luz cegadora llegó a mis ojos, los que tuve que cubrir con mis manos. Geox dijo algo que no alcancé a oír y los atravesó, dejándome a mí sola frente a ese portal a un lugar que desconocía. ¿Debía confiar? Me aproximé poco a poco con miedo, sin saber qué hacer realmente. Pasé un mano por el, no pasó nada malo, continué con el brazo hasta que finalmente algo del otro lado tiró de mí y lo atravesé por completo emitiendo un grito.

—Qué lenta —escuché exclamar a Geox a mi lado.

Estaba sentada en el suelo con mi corazón escapándoseme. Al levantarme estaba dispuesta a gritarle a aquel hombre por lo que acababa de hacer, sin embargo el ambiente me hizo acallar mis intenciones. Era un lugar desolador, el cielo estaba oscuro, no se veían estrellas. Nos encontrábamos en medio de una calle a mal traer, a ambos lados no había más que ruinas de lo que antes fueron casas. Algunos muros se mantenían en pie, pero nada era suficiente como para funcionar de refugio para una familia.

—¿Dónde estamos? —Pregunté con un nudo en la garganta, imaginando la respuesta.

—En el mundo mágico.

—¿Para qué estamos aquí?

—Para que lo veas todo con tus propios ojos.

Reprimí las lágrimas y volví a mirar a mi alrededor teniendo un extraño sentimiento de apego a ese lugar. Con temor de romper algo más con mi movimiento me giré para tener una visión panorámica, encontrándome con más escena desoladores allá donde mis ojos se posaran. Caminamos uno al lado del otro recorriendo el barrio, era como si yo ya hubiese estado ahí antes, pero no recordaba nunca haber visto un lugar así de azotado por la violencia.

—¿No lo reconoces?

—¿Debería?

—Sí, viviste aquí.

"Es imposible", me dije a mí misma. En mis recuerdos yo corría por las calles con mis amigos, jugábamos en un parque cercano, practicábamos magia ahí, regresaba a mi hogar donde mamá y papá me esperaban siempre con los brazos abiertos. Había una dulcería donde siempre íbamos a gastar nuestro dinero, un templo cercano donde mis padres iban a pedir consejo de vez en cuando y por los cielos se veía a magos y hechiceros volar sobre sus escobas. Ese lugar no podía ser el barrio en el que crecí y, sin embargo, esa sensación de apego, ese sentimiento de ternura al sentir que había estado ahí antes no desaparecía.

No importaba cuánto me esforzara, me era imposible reconocer algún lugar, pero a medida que pasaba el tiempo más me convencía de que Geox estaba en lo cierto. Apreté mis puños ante aquel odio creciente por los humanos. Hicieron mi vida imposible durante meses, me quitaron a mis seres queridos y destruyeron el mundo que albergaba los recuerdos de mi infancia. La sed de venganza era demasiada.

—¿Por qué me trajiste aquí?

—Porque era necesario que te dieras cuenta de todo el daño que nos han hecho, no solo a ti. No eres la única que lo está pasando mal.

—Nunca he dicho que sea la única.

—Pero sí que piensas que nadie te entiende y que te estamos presionando a hacer algo de lo que no te crees capaz —me interrumpió para continuar con tono duro, el cual no hizo más que aumentar el flujo de mis lágrimas. Quería gritarle a él también por mostrarse tan frío en un momento como aquel, pero su hablar volvió a cortar el mío—. ¿Piensas que la destrucción del mundo mágico te afecta solo a ti? Aquí vivieron más personas, no solo tú y a todas las afecta por igual y, créeme, todas quieren venganza.

—Sí, puedo entender eso, pero no puedo comprender que ustedes crean que yo vine para solucionar y complacer sus deseos.

—No creemos ni queremos eso.

—¿Entonces?

Mi llanto se había detenido y la congoja fue reemplazada por la rabia, la cual no hacía más que animarme más a discutirle a Geox todas sus palabras. Como en varias ocasiones, mi ser parecía estar dividido en dos bandos, uno que pedía a gritos que reconociera quiénes eran realmente mis enemigos y entendiera que Geox no estaba en la lista, mientras que la otra quería armar bardo en ese momento.

—¿El compartir desgracias no es motivo suficiente para entenderte? —Preguntó sin esperar que yo respondiera—. Sé que estás confundida y no crees en ti, hay varios que no lo hacen aun, pero no puedes negar que esa profecía encaja demasiado bien con nuestras circunstancias. Si no es como una "salvadora", al menos ayúdanos como un soldado más.

—¿Por qué?

—Porque esto te afecta igual que a nosotros y porque hay gente que tú quieres que corre el mismo peligro que tú.

—Solamente Dan...

—Hay más que solo Dan, solo que tú no los has visto.

Aquella persona que solo había visto de espalda se pasó por mi mente ¿era realmente alguien a quien yo apreciara lo suficiente como para que yo arriesgara mi vida?

—Por favor, ayúdanos, mientras más seamos, tanto mejor.

Coloqué todo en la balanza para solucionar el juicio en mi interior. Recordaba las palabras de la hechicera y cómo se había esforzado para darme apariencia de humana para pasar desapercibida y salvarme ¿habría sabido ella algo de la profecía o fue casualidad el que me ayudara? Quería seguir viviendo, quería reunirme con los Brito y compartir con ellos lo que no pude antes, pero para ello necesitábamos ser libres. Por otra parte, sentía demasiado miedo como para arriesgarme a morir por seres que desconocía. Mis temores eran grandes, sin embargo cuando Geox me tendió su mano para cerrar el trato no dudé tanto más en tomarla y comprometerme.

Me agradeció el gesto mientras abría un nuevo portal de regreso al mundo real, donde el cielo ya había aclarado y se veía movimiento en la casa. Por esas personas me arriesgaría a morir. Tragué saliva cuando Geox anunció que en una hora sería una nueva reunión para trazar los planes a seguir e intentar liberar a otros seres mágicos.

—Si queremos liberarnos, necesitaremos mucha ayuda.

Pese al miedo que sentía no pude evitar pensar que no pude haber tomado mejor decisión.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro