05
Después del beso con Gaeun, sintió la desesperación de terminar su relación con Yuri. Es decir, la había engañado, una razón más para terminar con ella.
Esperaba sentado en una banca. Habían quedado en encontrarse. Y a lo lejos se acercaba ella, vestida con el uniforme escolar. Y cuando estuvieron finalmente cara a cara, Jungkook tartamudeo.
—Tenemos que hablar... —la chica bajó la cabeza tratando de no solar ni una lagrima y asintió— sobre nosotros.
—Exageré las cosas, Jungkook —se apuró a decir—. Lo siento...
—No es por lo de la otra noche, Yuri. —se le dificultaba hablar, él también tenía los ojos cristalizados.
—¿Necesitas espacio? Te lo daré —habló desesperada—. No te preocupes, Jungkook. —pero él negó.
—No necesito espacio... —suspiró y la miró a los ojos— Quiero terminar contigo.
—Jungkook... —titubeó llorando.
—No podemos seguir con esto. Ya no puedo darte lo que quieres porque no siento lo mismo que tú.
—Sé que hay alguien más —dijo como pudo— ¿Es por Gaeun?¿Es ella?
—Me he dado cuenta que no te amo, Yuri — dijo frustrado—. Debes entenderlo.
Ella negó y con brusquedad, se quitó el collar que el castaño le había regalado y lo tiró a sus pies. Se fue totalmente enfadada.
...
Jungkook caminaba hacía la entrada del hospital para visitar una vez más a Gaeun. Allí se encontró a Jimin, ambos se acercaron y saludaron.
En los meses que habían estado allí, crearon una muy linda relación. Se consideraban muy buenos amigos.
—¿Que tal, amigo? —dijo el ahora, peli naranja.
—Un poco nervioso... —dijo tímido.
—¿Por qué?
—No he visto a Gaeun desde que salimos... debe estar triste.
—Lo está, Jungkook —cuando Gaeun le contó lo ocurrido se molestó con él. Ella se sentía confundida e incluso pensaba que había hecho algo mal —. Si no le pides disculpas, iré a tu casa y te las verás conmigo. —lo amenazó.
El castaño solo asintió. Retomó su camino hacia la habitación de su mejor amiga.
Subía las escaleras y el recuerdo de ese beso invadieron su cabeza. Recordó lo suave y cálido que eran sus labios. Su corazón comenzó a latir rápido.
Era evidente que le gustaba, y ya no había ningún impedimento para decirle lo que que sentía.
—Tengo que decirle...
De pronto su teléfono comenzó a vibrar, era su entrenador quien lo llamaba. Aceptó y subió el volumen del celular.
—Hola, entrenador. —habló respetuosamente.
—¡Jeon Jungkook! Mí jugador estrella —ese cumplido lo hizo sonreír— Te tengo noticias.
—Digame, señor.
—Tenemos otro torneo e irán unos scouts de uno de los clubs más importantes de Inglaterra —Jungkook estaba sorprendido y feliz—. Tienes que aprovechar esta oportunidad para mostrar tu talento.
—¡Si, señor! Haré mí mayor esfuerzo.
—¡Prepárate porque en dos días iremos a Seúl!
No lo dejó responder y cortó la llamada.
El castaño no lo podía creer, finalmente, después de tanto, su sueño estaba muy cerca de cumplirse.
Tenía que contárselo a alguien, asi que subió las escaleras rápidamente, corrió por el pasillo hasta que encontró la habitación de Gaeun. Se detuvo ahí, arregló su cabello, acomodó su ropa y suspiró. Tocó la puerta con sus nudillos y escuchó un 'Pase' muy ligero. Tomó la perilla, abrió la puerta y entró.
A Gaeun se le iluminaron los ojos, pero también sintió ganas de llorar. Él cerró lentamente la puerta. Allí, hubo un silencio, que por primera vez para los dos, fue muy incómodo.
A Jungkook no le gustaba eso, así que, dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
—¿Que haces? —dentro suyo no paraba de decirse 'estúpido'. Realmente era un pregunta muy estúpida.
—Jugando al fútbol —le respondió de manera sarcástica— ¿Realmente crees que hago algo en esta cama?
La incomodidad se iba yendo.
—¿Dormir? —respondió un poco tímido.
Los dos soltaron una risa. El castaño se acercó y de sentó a un lado de ella. Tomó sus manos y las acarició.
—Lo siento... —dijo él. Gaeun tenía los ojos cristalizados.
—Pensé que hice algo mal.
—No, no —habló inmediatamente—. El que estuvo mal fui yo —tratada de encontrar las palabras correctas.
—¿Por qué no viniste ayer? Te estaba esperando...
—Lo sé... —bajó la cabeza— Estaba pensando en lo que pasó —y la miró—. No he podido dormir, pienso en el beso todo el tiempo.
Gaeun no sabía que decir. Trataba de analizar y entender lo que su amigo decía. Su corazón quería salirse.
—¿Tú también piensas en eso? —le preguntó.
Carajo. Ella no podía formular ni una sola palabra. Quería decirle que sí, pero no podía. Sentía que si decía algo iba a tartamudear.
—Yo...
La chica jamás lo había visto así. Sus pupilas estaban dilatadas. Él se veía más lindo de lo normar.
—Me gustas, Gaeun —dijo mientras rebosaba de alegría en su interior.
Las mariposas comenzaron a revolotear en su interior. Tenía ganas de vomitar. Su rostro estaba como un tomate.
—Lamento no haberme dado cuenta antes —se acercó más a ella—. Siempre estuviste a mí lado.
No pudo evitar llorar. El chico de quién siempre estuvo enamorada, se confesó. Pero sabía que no tenía mucho tiempo. Pensar en eso le destrozaba el corazón.
Tapó con las manos su rostro y lloró más fuerte. Él se acercó todavía más y la envolvió en un cálido abrazo.
Sus cuerpos se acercaron, y ella sintió el calor de su pecho y la seguridad de sus brazos. Él la estrechó con fuerza, como si quisiera protegerla de todo.
En ese abrazo, se sintieron conectados, como si sus corazones latieran al unísono. Ella se sintió segura, protegida y amada.
Él acercó su mejilla a su cabello, y sintió el aroma dulce de su perfume. La fémina cerró los ojos, y se dejó llevar por la sensación de estar en sus brazos.
El tiempo se detuvo en ese instante, y nada más importó. Solo ellos dos, abrazados, sintiendo el amor que los unía. Fue un abrazo que expresó todo el amor y la ternura que sentían.
—Tú también me gustas, Jungkook...
...
Ambos estaban en el jardín, mirando a la nada. Gaeun ese encontraba en su silla de ruedas como siempre y Jungkook estaba sentado en el piso. Luego de aquel abrazo, quisieron tomar aire fresco.
—Ojala estuviéramos así todo el tiempo... —dijo ella— juntos.
—¡Claro que sí! —se levantó y tomó sus manos emocionado— Te llevaré a todos los lugares más bellos del mundo. ¿Que te parece?
—Me encantaría. —sonrió feliz.
—Tendré que irme otra vez —inmediatamente se le borró la sonrisa—. Iré a Seúl para que unos scouts me vean —él estaba emocionado—. Tengo la oportunidad poder lograr lo que siempre quise, jugar en la mejor liga de fútbol.
Gaeun sonrió al ver con la pasión que hablaba sobre aquel deporte. Así como ella amaba las flores, él amaba el fútbol.
—Estoy segura de que lo lograrás...
...
Ya era de noche. El castaño se había ido hace un par de minutos. No quería irse pero ella le insistió en qué se fuera.
Gaeun sacó una libreta del pequeño mueble que tenía a un costado de su cama. Y comenzó a escribir. Allí plasmaba cada sentimiento, cada emoción. Absolutamente todo lo que siempre quiso decirle a su amado amigo. Y no pudo evitar llorar mientras lo hacía.
Al terminar, dobló la hoja y lo puso en un sobre que había hecho ella misma. En la parte delantera del papel había puesto:
"Para mí amigo más amado, Jungkook"
La puerta de su habitación se abrió y entró su madre.
—Sigues despierta... —se sentó a su lado, logrando ver la carta.
—No puedo dormir, mamá —suspiró—. Estoy muy cansada.
La mujer asintió. Acercó su mano a la mejilla de su hija y la acarició.
—Quiero pedirte un favor... —dijo titubeante.
—Por supuesto, mí amor.
La chica le acercó la carta y su madre, un poco dudosa, agarró la carta.
—Quiero que se la des a Jungkook... cuando yo ya no esté —fueron unas palabras muy difíciles de decir. Sus ojos estaban cristalizados, trataba de evitar llorar—. Por favor.
Su madre no dijo ni una sola palabra. Solo la abrazó lo más fuerte que pudo.
Los dos siguientes días fueron como antes. Jimin y Jungkook estaban siempre con ella, viendo películas, escuchando música, jugando a las cartas, al ajedrez e incluso hicieron una pijamada a petición de la chica.
Desde la vez que se confesaron, ninguno habló sobre ello. Ella esperaba a que le dijera algo, esperaba a que le pidiera ser su novia. Pero Jungkook no sabía cómo pedirle ser su novia, jamás lo había hecho. Resulta que Yuri fue quien le pidió ser su novio, así que no tuvo necesidad de proponerle nada.
Él tomó su mochila.
—Debo irme. Tengo que preparar mí maleta —dijo el castaño y se acercó a ella—. No me extrañes mucho...
Bromeó mientras se abrazaban. Gaeun solo asintió y vió como su amigo se iba por la puerta.
...
Jungkook portaba su uniforme deportivo. Él con sus compañeros estaban en un predio para entrenar antes del partido. El entrenador les gritaba dándoles instrucciones. No iba a mentir. Se sentía feliz y emocionado por mostrar su talento. En la tribuna estaba su padre observándolo con sentimiento, completamente orgulloso de su hijo.
El día del partido había llegado. Estaba junto a sus otros diez compañeros saludando al equipo contrario. Y en lo más alto de la tribuna, se encontraban dos tipos con libretos en sus manos, mirándolos con atención. Se sintió muy nervioso.
Luego de 90 minutos de juego, el partido finalizó. El castaño había hecho dos goles y una asistencia para su amigo Hoseok.
Tomaba abundante agua mientras se quitaba la camiseta. Su entrenador se acercó y le dio palmadas en la espalda.
—Lo hiciste genial, Jungkook —halagó—. Creo que los has sorprendido...
—¿De verdad?
El mayor asintió. Cuando vio que los scouts bajaban de las gradas se acercó a ellos y comenzaron a platicar. Su padre se acercó a él y lo abrazó a pesar de estar completamente sudado.
—Estoy orgulloso de ti, hijo.
De pronto el entrenador llamó a su padre.
—Esperame aquí. —le dijo mientras se acercaba a los tres hombres.
Sentía su sueño cada vez más cerca.
Ya estaban entrando a la ciudad de Seúl. Luego de casi 3 horas de viaje y de pasar 2 días allí, finalmente estaban de regreso y con muy buenas noticias.
Había sido seleccionado con otros 4 chicos más. Les ofrecían jugar para ellos en las inferiores. Incluía los estudios, la estadía y ayuda económica. Aún no se lo había dicho a nadie, quería que fuera una sorpresa.
—¿Puedes pasar por el hospital? —le pidió a su padre— Tengo que ver a Gaeun y contarle todo.
Su padre estuvo en silencio unos segundos, pero respondió.
—Seria mejor ir a casa. Primero tienes que descansar —explicó el mayor—. Mañana podrás ir a verla...
Asintió no muy convencido.
—Si, eso sería lo mejor.
Cuando desempaco todas sus pertenencias. Se abalanzó hacía la cama.
Todo estaba a su favor, tenia a su lado a la chica que le gustaba, había quedado en un club. Era realmente increíble. Ni siquiera podía dormir de la emoción.
...
Caminaba por los pasillos del hospital muy tranquilo. En sus manos llevaba una maseta con las flores favoritas de su amiga; claveles blancos. Llegó hasta la sección donde ella estaba. Pensó que vería a Jimin en el pasillo, pero no lo vió por ningún lado.
De pronto se detuvo al ver cómo una enfermera salía de la habitación de Gaeun, con unas sábanas y almohadas. Le pareció normal puesto que cambian las sábanas casi todos los días. Se asomó a la habitación, esperando ver a su amiga, pero vió que el lugar estaba completamente vacío. Se adentró a la habitación completamente confundido, su corazón latía rápido de angustia. Del baño salió una mujer con un carrito de productos de limpieza.
—¿La chica q-que estaba aquí? —logró decir. Sentía mucho miedo.
—Lamentablemente, en la morgue del hospital.
Sintió cómo el mundo se detenía.
—Solo era una niña —dijo la mujer abatida—. Encontré esto abajo de la camilla —en sus manos tenía un gorrito color café—. Supongo que era suyo.
Él asintió con los ojos cristalizados. Tomó el gorrito en sus manos y salieron las lágrimas.
Estaba en un completo shock. No podía creer lo que estaba pasando.
—Jungkook... —escuchó detrás suyo, la voz de la madre de Gaeun. Se giró y vió que estaba con los ojos hinchados y rojos.
—Sra Kang —se acercó a ella, desesperado—. Dígame qué es mentira —cerró los ojos mientras caían unas cuantas lágrimas—. Gaeun no puede estar-
Ni siquiera podía decirlo.
La mujer limpio sus lágrimas y de su bolso sacó un sobre y se lo tendió.
—Gaeun me pidió que te entregara esto —la mujer estaba completamente destrozada—. Gracias por estar con ella en todo momento, Jungkook.
Él agarró la carta. Estaba decorada con un corazón y su bonita letra.
Su enojo apareció. Frunció el ceño sin entener porqué le había ocultado su condición. Y con el corazón en las manos, salió casi corriendo del lugar.
Iba por los pasillos chocando con las personas, hasta que se encontró con Jimin.
Ambos quedaron estáticos, mirándose. Mientras Jimin sentía tristeza por su amigo, Jungkook se sentia traicionado por él.
El castaño se acercó y lo agarró bruscamente de la camiseta.
—¡Tú sabías todo! —su voz era desgarradora— ¡Y no me lo dijiste!
—Lo siento, amigo —se le escaparon unas lagrimas—. Ella me pidió que no te lo dijera.
No tenía la fuerza para responder, así que lo soltó y salió del hospital dejándolo atrás.
Es difícil describir como se sentía. Gaeun le había ocultado su estado durante meses. Se suponía que él, como su mejor amigo, debía saber, pero ella prefirió contarle a un tipo que conocía solo hace meses. Incluso lo consideró su amigo. Él se había confesado y ni aún así dijo algo. Estaba muy enojado.
Abrió la puerta y allí estaban sus padres mirándolo con lástima. Los ignoró y subió a su habitación para encerrarse allí. Lo que necesitaba en esos momentos era silencio para pensar y asimilar todo.
...
La madre del castaño se encontraba preparando el desayuno, hasta que escuchó el timbre. Limpió sus manos y abrió la puerta. Allí estaba el peli-naranja.
—¿A quien buscas? —preguntó amablemente.
—Soy un amigo de Jungkook, nos conocimos en el hospital con Gaeun —la mujer asintió—. Quería ver cómo se encuentra.
—No ha salido de su habitación desde ayer —le informó preocupada—. No comió nada. Puedes pasar.
La mujer se hizo a un lado y el chico entró.
—Su habitación está arriba. Puedes ir.
Él asintió y subió las escaleras. Observó las paredes y estaban decoradas con cuadros familiares, todo muy bonito. Pudo identificar la habitación de su amigo ya que, la puerta decía 'Jungkook' y tenía el dibujo de un conejo. Tocó un par de veces, pero no respondió. Preocupado abrió la puerta y todo estaba oscuro. Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad en un santiamén y vió que el chico estaba acostado boca abajo, hasta tenía puesto la misma ropa del día anterior.
—¿A qué vienes, Jimin? —dijo sin ánimos.
—Estoy preocupado por ti.
—Estoy bien, ahora puedes irte.
—Mañana es el entierro de Gaeun —dijo de repente. El corazón del chico se estrujó—. Debes estar ahí. Le dará gusto verte...
—No pude despedirme de ella —rompió en llanto. El chico se acercó y se sentó en una orilla—. Ni siquiera pude pedirle que sea mí novia. Me di cuenta que me gustaba demasiado tarde, Jimin.
—Estuviste todos estos meses junto a ella, la llevaste a su primera cita, le dijiste que te gustaba. Estoy seguro de que eso es la prueba de cuánto la amabas y ella lo sabia.
Hablar con Jimin fue un desahogo para él. El mayor escuchó cada palabra con atención y obviamente entendía su enojo.
Después se quedó solo una vez más. Daba vueltas y vueltas por toda la habitación. Su mirada estaba puesta en la carta que estaba sobre el escritorio, todavía no la había leído. Después de dar muchas vueltas, finalmente se armó de valor y agarró el papel. Y allí decía:
"Para mí amigo más amado, Jungkook".
Hasta ya sentía ganas de llorar.
Del sobre sacó una hoja escrita. Suspiró fuerte y comenzó a leer.
"Jungkook, cuando leas esto, yo ya no estaré y por esa razón quería escribir una carta para ti.
Carajo. Es difícil escribir esto."
Él esbozó una sonrisa.
"¿Cómo empezar a describir lo que siento por ti? ¿Que puedo decir? No sé en qué momento pasaste de ser como un hermano, a ser la persona que más amo. Creo que tu forma de ser es lo que me enamoró, como me tratabas.
Hubo muchas ocasiones en las que quise decirte, pero de alguna forma nunca lo lograba y preferí guardarme todo.
Cuando me enteré que padecía de leucemia terminal, fue un gran impacto, tanto como para mí familia, como para mí. Los dos meses en los que no tuvimos contacto fue porque, no me sentía bien, quería terminar de asimilarlo para poder contártelo, pero no pude hacerlo y bueno, nos encontramos de casualidad.
Verte otra vez me alegro completamente, y verte triste, me hizo pensar que tal vez estaba siendo muy egoísta. Contar con tu apoyo y cariño me hizo sobrellevar mejor las cosas.
Aquella vez, en la que me llevaste al Río Han, entendí porque te quería tanto. Querías que me olvidará de todo el dolor, siempre haciendo reír. Contigo me sentía amada.
Cuando me besaste, me sentí en otro mundo. Y comencé a llorar porque sabía que no iba a durar para siempre. Y bueno, también me sentí un poco confundida cuando no viniste, creí que solo me besaste por lástima, pero cuando me dijiste lo que sentías por mí, fui y soy la chica más feliz del mundo.
Unos meses antes, nos comunicaron a mis padres y a mí, que no iba a sobrevivir. Sinceramente, ya lo esperaba.
Decidí no decírtelo porque, no quería que pienses en el poco tiempo que nos quedaba, no quería verte triste —aunque sé que ahora lo estás, pero también sé que ahora estás sonriendo—. Solo quería pasar mí tiempo contigo sin pensar en la muerte.
Estoy segura de que lograrás ser aceptado. Tienes un increíble talento para el fútbol. Por favor, no desaproveches esa oportunidad. Serás el mejor.
Por favor, Jungkook. Perdoname, por no decirte nada. Solo quiero decirte que te amo. Te amo con todo mí corazón y no lo olvides. Eres mí mejor amigo, mí amado.
Recuérdame por los hermosos momentos que pasamos.
Quiero pedirte un favor —estoy segura que lo harás—. No me lleves flores. Sabes que amo las flores. Especialmente los claveles blancos. ¿Y sabes algo? Ellos simbolizan la pureza, el amor puro y la inocencia.
Así que, por favor, planta flores en mi nombre.
¡Te amo, Jungkook!
Con muchísimo amor.
Kang Gaeun."
Las lágrimas caían y caían. Jamás había llorado así en su vida.
Se acostó en la cama y suspiró. Él iba a cumplir las peticiones que le pidió su amiga.
...
El día era soleado, estaba todo muy tranquilo. Se encontraban en el cementerio a punto de enterrar el cuerpo. El cura estaba dando una prédica, pero él ni lo escuchaba. Por su mente pasaban los mil recuerdos que tenía con Gaeun. La vez que se conocieron, su primera travesura juntos, el primer día de clases en la secundaria, la vez en la que ella se había manchado con el periodo y él tuvo que comprarle toallitas, su primer beso, su confesión.
Todos pasaban a poner flores en el cajón, menos él. Jungkook optó por responder su carta. Estuvo toda la noche anterior escribiendo y plasmando sus sentimientos para ella.
El castaño se acercó al cajón y con una leve sonrisa, beso la carta y la puso encima junto con las demás flores.
—Nos vemos, querida amiga. —dijo sonriendo, mientras que sus lágrimas caían.
Fin.
Es la primera historia finalizada HABAHA
lamento tardar tanto, es que fue muy difícil y estoy conforme con lo escrito, capás no es lo mejor, pero lo hice con mucho amor y dedicación.
Espero les guste, voten y comenten!!!
Hay un "epílogo" por así decirlo. Asiq en unos días lo voy a estar subiendo
Gracias por leer! <33
DATO: es el cap con más palabras OMG, tiene 3300 palabras ahha
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