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Capítulo 1. Encuentros


Los gritos de la gente fuera del callejón  aun gritaban palabras  en japonés  o Coreano, los disparos al aire me asustaban, el aire frío  y áspero  traía  consigo el olor  a la claoca, no era un buen lugar para morir y menos esperaba tener una muerte digna en este momento.

Mi captor era un hombre mucho más alto que yo, su mano era bastante dura y aspera;  sentía mi corazon latir fuertemente y me di cuenta que él era mucho mas ancho que yo y casi no podia alzar la mirada. En parte su mano me cubría   gran de la nariz y de la boca y podia sentir su aroma  eso era extraña la combinación  ya que olía a una mezcla de tinta, a sudor y tabaco japones. 

Sentía su respiración exaltada y el corazón acelerado debido a la carrera para escapar.. ¿ eran sus latidos o los mios los que escuchaba? En ese momento era lo que menos importaba, escuchaba los silbatos de los militares más fuertes, se acercaban cada vez más  donde nos escondiamos. Estaba incómoda entre sentir el pecho  de ese hombre, su sudor además  de estar en un callejón que  olía a orín y aguas negras. Estos olores me hacian querer vomitar, pero resistí las arqueadas  con miedo, estaba nerviosa  y recordé  mi promesa de seguir con vida.

Como pude me giré y quedamos  frente a frente, al menos si iba a morir en este momento quería ver la cara de mi captor para poderlo odiar mientras moría o al menos aparecer en sus sueños y maldecirlo hasta enloquecerlo.

- no diré nada— dije en un japonés muy lento  habia un espacio entre su mano que me permitió hablar susurrandole  con dificultad.
— ¡me ayudaras! —Ordenó determinado y yo levanté la ceja  sorprendida por esa orden.

"Me estaba  pidiéndo ayuda... ¿ordenándome?, ¡Qué descarado!" pensé  molesta y aunque no debía ponerme en su contra, se notaba que era un hombre fuerte y si  él quería mi cuello lo podía partir como una galleta, tal cual cómo la doncella torcia el cuello a las gallinas. Observé  curiosa  sus rastos y se notaba que era unos años Mayor que yo aparentemente, tenía el cabello algo largo despeinado y sucio que caía sobre su frente. Se veía un poco grasoso por el sudor y con la cara  llena de suciedad, usando una ropa bastante gastada me di cuenta que iba casi descalzo. Imaginó que con la persecución había perdido los zapatos y ni cuenta se habia dado.
- yo, ...— traté  de formular lo que diría,  me quedé pensándolo un rato.

¿Vivir o no vivír?

—Sí no me haces daño te ayudo—, dije susurrandole y  él asintió satisfecho por mi respuesta  y parecía  sincero al menos.

Tenía  una idea y tenia que funcionar, con la mirada le señale las bolsas y él  se apartó  un poco, buscando los trajes que tenía en éste,  todo pertenecía  a mi padre, sé que me iba a matar pero, 

-"lo siento... daddy.. " me dije en mi mente. 

- creó que mi padre tiene tu altura.¡Úsalo!, quítate, Eso, rápido. — pronuncié  en coreano  pausando cada palabra, ya que mi mente en este momento era como  una laguna y el  hombre se quedó  sorprendido con una expresión desconcertada en su rostro. 

Yo suspiré  y lo aborde para desabrocharle la camisa de corte  ingles, apartandome  yo traté  de buscar  en mi mente como  pronunciar esa frase rápidamente antes que se llevara una idea que no era. 

—terminar de desvestir.. ¡RAPIDO ! — le ordené — yo no haré todo por tí.— lo amenace  tratando de sonar  firme pero en realidad estaba nerviosa que mis palabras se enredaban antes de decirlas. 

Saqué una camisa blanca que habla recién buscado de la lavandería junto al traje, tenía dos más para elegir, pero éste era el look  más casual y no levantaría sospechas.  No podía  dejar que mi curiosidad  me ganara  y abri un poco mi ojo, percatándose  se volteó  y yo me giré  para darle la espalda  avergonzada, aparentemente su cuerpo estaba bastante tonificado. Girando mi cabeza me di cuenta que aquel prófugo  tenía una espalda amplia musculosa, inclusive el traje de mi padre lucia muy bien en él. 

"que diferencia ante el cuerpo   amorfo  de mi padre... a este" 

-Luces distinto, pero... Tus pies— le señalé  y dije mire mis botas— no quedarán, soy como 5 numeros menos.. o 10, pero... —Dije mientras trataba de pensar, él  se arreglaba el cuello de la camisa.

"vamos piensa" me repetía  mientras Buscaba alguna idea en mi mente.

¡Y tenía  una! Quitandome  los zapatos, le di las medias de lana negra. Él las miró extrañado por esta  idea y traté  de explicarle lo mas que podía.  

En momentos  de presión  mi cerebro solamente  podía  hablar español  y éste  momento  era realmente tenso.
-ten.. — le dije en japonés enseñandole con señas que las usara, el joven  me miró extrañado  pero me  logró  entender  y colocandoselas rapidamente mientras  yo me volví a poner mis botas ; terminó  de arreglarse.

— mejor yo.. —dijo suspirando al ver que era demasiado torpe al tratar de atar la corbata.  


Trate de detallarlo  al ver su cambio, éste  hombre era bastante joven y su apariencia  era realmente  distinta en traje. Con  facciones bastante bonitas y perfiladas a pesar de ser oriental.  Pero con su  cara  toda sucia y manchada por una especie de Tinta, pólvora y hollín. 

Sí salia vestido así y con el rostro sucio  por ese aspecto; ambos moriríamos. 

Rapidamente   pense en una solución y observé  mi bufanda.  Humedeciendola un poco con la lengua, la acerque a su rostro y él se apartó con asco. 
-lo siento, pero... sabes que debes hacer—  dije sonriendo mientras lo limpiaba con  el pedazo de tela  mojada  por todas las marcas en su rostro y luego lo peinaba con las manos para aplacar su cabello despeinado.

Mirando horrorizado  mis acciones me hizo detenerme  y desafiarlo con la mirada.

—Querías ayuda,¿ no? Te estoy ayudando así qué ... soportalo— le reproche  de mala gana, él  me apartó y se terminó de alistar el mismo. 

-ven, no hable,  ni te veas sospechoso. Sí no... yo muero. Y  aún no quiero morir— le confesé  mientras recogía mi gorro que se había caído al suelo y sacudiendolo  un poco lo observada, era una boina gris y  aunque no combinaba con mi vestido ya que le daba un toque masculino,pero era lo primero que había tomado al salir. La boina era de mi padre por lo que solamente me di cuenta en el mercado de esto.

"nunca dejes las cosas a ultima hora"- pensé ya que no había alistado mi ropa un día antes como siempre hacía.. lo miré detenidamente  y no podía  negar que vestido asi se veía guapo con esa ropa, pero su rostro podía  ser delator,   asi que ese delicado sombrero se lo puse en la cabeza y él  lo ajustó. 

" la situación afuera se calmo un poco al parecer" me decía a mi misma  por la calma que se escuchaba, los gritos ya se escuchaban mas lejanos  y venía  la calma después  de la tormenta en el mercado. 

- vamos.— dije tomandolo del brazo y  le deje las bolsas a él.

" de algo tenía que servir  tanto músculo en un hombre"

Al salie de vuelta al mercado, yo iba jugueteando con mi bolso mientras él llevaba todo. Ya  cuando cruzabamos unas calles más abajo, un  guardia japonés  paso a nuestro lado, sabia que nos miraba pero mas sus ojos se posaban en mi.

- ¡Rapido sirviente! Qué las tiendas van a cerrar—  le grite al joven que me acompañaba  de forma despectiva, ya que muchos veían  a los Coreanos como unos simples criados y mi mirada se poso en el guardia del mercado— buenos días,  Oficial—, dije de forma coqueta al hombre y  él me sonrió sonrjado. 

Ya sabía que los chicos de cualquier nacionalidad les gustaban las chicas que parecieran faciles y  este era un soldado que  apenas se veía algo menor que yo como de unos  quince, apenas recien enlistado y sonrojado siguió de largo , y nosotros seguíamos  el nuestro  pero no podia evitar  reirme por esto. 

—vamos.— le dije apurando el paso.

Mientras caminabamos por las calles entre los guardias, éstos No se percataron qué  "él" era el joven que buscaban, ni siquiera se fijaron que estaba descalzo o que la ropa no era de su talla, rapidamente salimos de ese lugar hasta llegar a una zona calmada  a unas cuantas cuadras mas abajo hacia la zona donde vivían los extranjeros que era un lugar que al menos yo conocía.. cerca de mi hogar.

Mi captor  me seguía aun incomodo y nervioso sin darse cuenta que lo habia llevado hasta mi casa.

"Mala idea, Daphne" me dije al llegar a la entrada de mi casa y vi a mi compañero. 
-vamos, entra — lo llamaba mientras lo jalaba del brazo rápidamente y cerraba la reja de la casa,  al menos el muro era de casi  dos metros por lo que   no nos verian de afuera.

-¡demonios!- eso fue demasiado estupido. — Me regañe y cerré  con llave apoyandome  en la reja suspirando nerviosa, me fijé  en él  y me dio algo de gracia que aún tenía las bolsas de mercado y las bolsas de la tintorería.
- papá no esta, pasa y llevalos a la cocina‐—dije mientras me rascaba la cabeza—¡rapido, vamos! — le ordené  de mal humor  mientras caminaba hacia la casa y sin preguntarme  me siguió.  

Era una casa grande  de Blancas paredes al estilo occidental,  entramos por la parte trasera donde se ubicaba la entrada de servicio hacia la cocina de la casa. 

De aspecto modernizado, la cocina la habían  redecorado con los últimos  avances tecnológicos,  él dejo las cosas en la mesa sin decir nada  y sin mirar el lugar y suspiré  al no verlo decir nada.

—vamos a subir, al menos lleva las cosas al cuarto— le ordené  dirigiendome a por las escaleras. Esto  era la cosa mas idiota que estaba haciendo en mi vida "llevar a un desconocido a mi casa" y para "peor" a mi habitación.  Subiendo  por las escaleras y cruzando al pasillo de tapizado color crema, al llegar por fin derrumbe la imagen de chica fría  que tenía  frente  a él. 

- no puedo creer que lo logramos—.dije  aliviada  cerrando la puerta y dejándome caer al piso.

Vi al chico derrumbarse en una silla aliviado, quitándose la boina  y sacudio su cabeza nervioso.   Observándolo  sorprendida porqué  por su pose no parecia"alguien que no hubiera recibido alguna educación". Se notaba en cómo  se sentaba y cómo  doblaba sus puños con delicadeza. 

O era un adinerado o era el mejor imitador que  había  conocido.

Y observé   cómo miraba mi habitación y luego me miraba con una sonrisa, era sorprendente como mi  tapizado rosado parecia de alguna niña, y luego miró la pequeña casa de muñecas a un lado y sonrió.

- no es mío.—  le explique  avergonzada, él miraba todo a su alrededor confundido pensando posiblemente el motivo por el cual lo arrastre a mi casa, y sentí  mi estómago  crugir, "al menos debia darle algo de comer a la visita" pense hambrienta.  Aunque ese hombre era una visita. 

Dejandolo solo decidi bajar a la cocina a buscar algo de comer, al regresar  con una bandeja al otro lado de la puerta pensaba  si hacía  lo correcto, con agua, jugo, vino, restos de pan y kimchi que nós habían regalado junto a otras guarniciones sacudí esas ideas de mi mente y  Abrí la puerta. 

Aquél  desconocido se puso alerta y al verme sola suspiró  aliviado.

- soy yo..— Dije mientras cerraba la puerta empujandolo con el trasero, coloqué todo de una vez en La mesa y me senté frente a él. 
-come— ordené  en  japones  y  lleno de sorpresa observaba  la bandeja.— no está envenenado.— le dije mientras agarraba algo de pan. 

Nunca me gusto estas guarniciones picantes, me da asco el sabor concentrado y fermentado  de la comida asiática —come.. se dañara si alguien no lo hace. — le insistí  mientras seguía pellizcando cada una y la probaba para que él me mirara y se diera cuenta que no estaba envenenado.  Él  me observaba aún procesando todo lo que hacia.  Decidió  dar el brazo a torcer y se sentó en la mesa de té y empezó  pellizcar  la comida. 

El primer bocado  hizo que se impactara  y comenzará  a comer desesperado, por lo  visto esraba  hambriento, bebiendo el agua a su lado para pasar a los grandes tragos de comida mientras yo caminaba hacía mi cama y me acosté  en ella. 

Aún no lo entendía,  me giré y  observaba  cómo probaba las guardiciones hambriento. 
- ¿Eres chino?— Pregunté curioso y no obtuve respuesta—¿Filipino?  ¿Coreano?— y él levantó  la mirada — Coreano mmm. Reaccionaste por eso, mirate  levantaste la ceja.. debes ser coreano—  le dije y con fastidio  me miró  y yo sonreí  esperando alguna respuesta.—Eres muy callado— me queje de nuevo y seguía en silenció. 

Al parecer se había confiado y comía tranquilo,  me levanté  y caminé  hacía un rincón mientras lo observaba, no se había percatado de mi y de lo que hacía,  solamente sumergido en su plato y levantando el arma, coloque la escopeta apuntando su nuca y mi invitado se sorprendió de Inmediato dejando caer el pan en la mesa.

- sé utilizarla. Así que me dirás todo, no creas que soy tonta— le dije orgullosa—  habla o te disparo. ¿eres Coreano?.

Él asintió.

 Era de pocas palabras y con el arma me senté frente a él, mirandome con orgullo y con aquella expresión  que no lograba descifrar  por su seño fruncido 

—Si intentas hacerme algo esta bala ira entre tus cejas.— le amenace haciendo que iba a quitarle el seguro.

-no te haré nada, "ginger"—  Dijo en inglés... un Inglés erfectamente pronunciado que me hizo sorprender.
-¿ hablas inglés? ¡que sorpresa! ¿luzco como una inglesa?  ¿Es por que soy pelirroja? — le pregunté  y él  simplemente  me dio una sonrisa de lado— Yo no soy inglesa, soy de España.— agregué mientras jugaba con el gatillo.

 él sonrió orgulloso.
-Español, Francés, Inglés, Coreano, también tuve que aprender latín. Lo básico claro está. Ademas de Chino, y estaba estudiando alemán.. es muy fácil la verdad,  pero como explotó la guerra, se me volvió más complicado y obviamente tengo que hablar japonés, todos lo tenemos que hablar en este lugar.

Yo me sentía  envidiosa, a duras penas lograba decir dos palabras en chino y menos leerlo,  a pesar que mi padre lo hablaba   y lo básico  de Coreano, para mi;  me era difícil. Podía hablar pocas cosas y claro de acento céntrico e igual que el japonés.

—¿ cómo alguien que es supuestamente " tan educado"  Por que huye de la policía?— Pregunté irónica mientras lo Apuntaba.

—si no te habías dado cuenta "nariz larga"—. Dijo riéndose en coreano—. Estamos en una guerra— respondió señalando todo.

-pero no por eso te persiguen...—  sonriendome mientras comía  el panecillo,  ya  por lo visto  me había perdido el miedo.
—gracias por la comida, pero me tengo que ir,...

—¿mataste a uno de los soldados? — Pregunté apuntándole, aún  no estaba satisfecha con todo lo que sabía. 

- lo hubiera querido,proximamente espero que si...— respondió  sin interés  y Yo sonreí aliviada.

-la policía te debe estar buscando, este lugar no es muy pequeño, no tienes a donde huir, por más ropa bonita que uses, siempre quedaras con tu cara de coreano. Si te detienen verán que no tienes dinero  para tener esa ropa, levantaras sospecha.. Serás culpado de ladrón y... me colgaran a mí — me señale .

— buscare mi otra ropa, está te la devuelvo.— respondió  cómo  si lo sabía  todo.

-¿ saldras desnudo entonces? Dejaste encima de una caja— respondi riéndome— dime que hiciste y te dejo quedar aquí, con ciertas condiciones —le amenace  pero por mas que sea, trataba de no sonar tan ruda. 

- ¿tus esclavos no se molestara?— Preguntó sarcástico. 
- no tenemos esclavos, en mi país lo abolieron hace algunos años. Ni sirvientes ni nada, hay una señora China que a veces viene a trabajar dos o tres veces a la semana, mi papá conduce el automóvil cuando está aquí... O yo.. — le dije hundiendome  entre hombros— Todo es entre nosotros, mi papá odia la gente ajena a nosotros. No confía en nadie,  solo  en una  señora que vino de China cuando vivía allí.
—¿y tu confias en mi? En un desconocido.

 Yo lo mire de arriba a abajo, no debía  decir  si o no pero...

—en el callejón me hubieras partido el cuello, sin esfuerzos.

-¿ y él?¿ Que hay de tu padre?— Preguntó curioso.
- no es ningún peligro, él peligro son los japoneses, en cualquier momento pueden entrar por sorpresa. Y todos terminaremos —dije mientras me colocaba la escopeta debajo del mentón —- debes tener idea.. y como ya  sabías,  en la sala tenemos el retrato del emperador asi que ya tienes una idea. Pero, esta casa estamos contra de la guerra.

—¿ Y eso? Pensamientos muy liberales para tener al emperador en la sala—. Dijo sarcástico.

—no estoy a favor de ellos. Ni de esta guerra, me parece absurda—  confese—. Muerte, pobreza, años de atraso,  estás  de su lado o simplemente mueres- dije mirando través de la cortina. —Siempre ellos vienen, por eso si te quedas tienes que ocultarte bien.. — le señale  uno de los grandes  armarios y se dio cuenta de lo que hablaba.  
—Yo no entro allí, ¿que son... De un metro?¿ No?
—si puedes, detrás.. hay una pequeña trampa aquí— dije sonriendo  y  lo abri— veamos.. —dije mientras abría una especie de compuerta detrás del mueble. —¿Recuerdas antes de la primera guerra? cuando perseguían a los familiares de la corona rusa... Todo eso influyo aqui, está casa, perteneció a unos  amigos de la Zarina. Ellos eran unos refugiados, cuando realizaron remodelaciones de la casa crearon diferentes pasadizos para ocultar sus joyas, o algún— le relate  buscado el enlace de la contrapuerta—- .está llena de puertas ocultas pasadizos conexiones, sobretodo este es el más grande, ya que era la habitación principal de los dueños y en el estudio donde hay una especie de compuerta hacia una pasillo oculto. Pero en este.. Como ves.. Allí entraras fácilmente. — dije abriendo el espacio en el y el hombre se quedo sorprendido— ¿es magico, no?. Así que dime... Darling.. ¿Qué hiciste para ser uno de los buscado?.

—¿te enterastes, me imagino qué se incendio una taberna donde estaban unos guardias cerca de la estación?.
— ¿fuiste tú? Tendrás muchos años de cárcel si no es que te matan de una. ¿Y así quieres irte?— le pregunté  y deje un lado la escopeta.

- de verdad, ese tipo de crimen es al paredón de una— me burle—- Quédate aquí, tendrás comida y un lugar para dormir, si tienes a alguien afuera yo puedo ayudarte a pasarle el mensaje, confían en mi.. Tan mala no soy.. Soy además útil— le insistí emocionada por este raro día.
— eres una chica extranjera, no comprendes todo, mirate y mírame..—me señalo  con frialdad — Esta es mi guerra, no la tuya.
- vivo en este lugar, por mi padre, ambos también estamos escapando de un conflicto en nuestro pais. Perdí a mi hermana menor por esta guerra al llegar aquí  y a mi madre.. Ellas no entendieron la orden que les habian dado por lo que murieron.. Shangai fue una locura,— confesé  avergonzada —Por eso vivimos en este lugar y mi padre encontró la forma de.... "no ser intimidado..."  Por los momentos.

. - lo siento. Disculpa.. ni.. yo no Quería hacerte sentir incómoda.— se disculpo  y simplemente  fingi un sonrisa.

- estoy bien.

Luego  de un silencio  él decidió   romperlo, sabía  que sus palabras  me habian dolido  pero no lo iba a demostrar. 

- ¿tú.. Cómo te llamas?

-  soy Daphne Beatriz Walker Salazar ¿ el tuyo?— Pregunte sonriendo para ocultar la tristeza de recordar ese momento..
- Patrick choi Kim mi nombre americano. Junjo matsumoto mi nombre japonés..— Dijo él con tono monótono  como si repetir  su nombre japonés  le incomodaba. 

- ¿cual es tu nombre verdadero?— Pregunté  curiosa.
- mis padres usaron Patrick como mi nombre coreano. O simplemente dime Kim si no te importa  y ya.. —Dijo hundiéndose en sus hombros— pero en la calle si debes decirme" junjo"

. - un placer conocerte— le  dije sonriendo y me correspondió  con  una sonrisa  tímida en sj rostro y recordé  algo muy  importante.

- para estar en mi casa tendrás que bañarte.. Yo, buscare cosas para que te sientas cómodo en tu nuevo hogar— le  dije sonriendo..

— recuerda es "provisional."— Agregó al final. 

"Al menos no era un ignorante" pensé por la forma que  se comportaba  y que según  él tenia tanto dominio en los idiomas,  sali a buscar  algunas cosas, fue una de las pocas ideas que tal vez en un momento  que pensaría  que era lo mas estupido que haría  pero serían una de las cosas que jamás llegaría a ser una culpa.

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