PROLOGO
Cuando amas a alguien que sufre demasiado aprendes a valorar las cosas, como "la vida", te das cuenta de que todo lo que tienes es perfecto, tienes una familia, tienes amigos y sobre todo nunca estas solo. Pero cuando estas cerca de alguien que sufre...tu mundo se vuelven parte de ella y ella parte del tuyo.
Siempre me dijeron "valora lo que tienes" y la que más me lo repetía era ella, las personas a mi alrededor me decían disfruta tu vida, que haces con ella, vete de fiesta y lo que más me repetían era "vas a sufrir cuando no este".
Talvez debí hacerles caso, tal vez tenían razón pero no soportaría que se quedara sola. Y ellos no entendían lo que yo sentía.
Hay veces en las que estas bien, completamente feliz y de un momento a otro sientes que tu mudo se cae a pedazos, casi nunca encuentras una explicación, y si por algún motivo la encuentras desearías no haberla encontrado. Ese momento se repite constantemente "felicidad y tristeza".
Xana siempre decidía ignorar la felicidad, cada que intentaba ayudarla me rechazaba y cada que intentaba que fuera feliz se ponía más triste. Al principio nuestra relación no fue perfecta, siempre avían errores, mal entendido, rechazos, peleas y mucha, mucha tristeza...pero con el tiempo fue mejorando, avía comunicación, confianza, amor, menos peleas y un poco de felicidad...y pasa que cuando piensas que todo va bien, las cosas simplemente dejan de estarlo.
Cada que recaía y parecía que no iba a luchar más me decía:
-no me dejes sola.
Yo me sentaba en el piso con ella y le prestaba atención. Ella me miraba con los ojos cristalinos, sus mejillas llenas de lágrimas y esa mirada que te hacía sentir parte de su dolor. Aquella mirada que expresaba cansancio, tristeza y ganas de no existir más, me hacía querer detener el tiempo y poder disminuir su sufrimiento por unos segundos.
Casi siempre trataba de no hablar cuando estaba triste, lo único que hacía era abrazarla y hacerla sentir segura.
Gran parte del tiempo teníamos que cuidar nuestra relación, ella un día me decía que no me quería perder y al otro me decía que me alejara, cada vez que me lo decía trataba de evitar que yo saliera herido, pero cada que lo intentaba yo le decía que no la dejaría, tal vez era mi modo de protegerla
Me dejo conocerla, me dio la oportunidad de entrar a su vida, me dejo ayudarla a sanar sus heridas y me dejo quererla" eso fue suficiente para enamorarme de ella", y de un momento a otro su tristeza era la mía, su felicidad era la mía, sus problemas eran los míos, sus enojos eran los míos y nuestras metas se volvieron una sola.
Siempre que estaba a su lado intentaba hacerla feliz y aunque casi nunca lo estaba, el hecho de estar cerca de ella me causaba una gran sensación.
Una de las mejores cosas que pase con ella...fue la vez que fuimos a un parque de noche, estaba lloviendo, la calle estaba sola y nosotros nos pusimos a brincar, bailar, platicar, darnos uno que otro beso y recostarnos en el piso sintiendo la lluvia caer sobre nuestras caras.
-amo la lluvia—murmuro—la sensación que se siente al sentirla caer sobre el cuerpo, el olor de la tierra mojada y lo cálido que se siente un beso bajo la lluvia, son increíbles.
-el olor de la tierra mojada es increíble...pero un beso bajo la lluvia no se compara con ningún otro—me incline para darle un beso.
Estuvimos acostados un buen rato en el piso mirando como caía la lluvia, no decíamos nada, no queríamos arruinar el momento. Cada que la miraba podía ver esa felicidad en su cara, la felicidad que le causaba un día lluvioso y verla sonreír era una de mis cosas favoritas.
Ese siempre será uno de mis recuerdos favoritos. Aquel día tenía ganas de gritarle al mundo lo mucho que la amaba pero hice algo mucho mejor, le hice una promesa de la cual ella nunca se enteró:
"Te prometo que te voy a amar incluso cuando uno de los dos escriba la última carta".
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