Bueno, te das cuenta de que todo iba bastante bien ¿no? Así siguió por un tiempo más. En ese momento me di cuenta de que Francesco era muy agradable y de que me gustaba seguir conociéndolo, estar a su lado y formar una amistad con él.

Igualmente me costó contarle todo lo de mi vida, no lograba abrirme y contar algunas de las cosas más importantes, no le mencioné a mi hermano, tampoco a mis perros, mucho menos a Max. Tal vez fue por miedo, pero se notaba que era una buena persona, de todas formas no estaba lista en ese momento.

Esto de no soltar hace que me acuerde de tantas cosas que hasta puedo sentir las emociones que sentí ese momento cuando te las cuento. Es algo que me encanta de mí, es como un poder, es mi talento oculto, que solo vos y yo sabemos. O por lo menos así lo es el día de hoy ¿no es verdad?

Más allá de todo estoy con vos para entretenerte un poco y compartir con alguien mi vida, mis historias, poder aprender a liberarme un poquito de lo vivido y pueda entender que debo seguir con las personas que me aman y olvidarme de aquellas que ya no lo hacen o que nunca lo hicieron ya que me lastimaron.

No debo negar que me enseñaron muchas cosas, pero ya es hora de liberarme de todos esos malos recuerdos y llevarlos normalmente, sin pensarlos tanto.

Recuerdo que esos quince días fueron únicos, irrepetibles, esos quince días que me gustaría evitar, pero que tal vez si los hubiera evitado mi vida no sería la misma. Después de todo siempre las cosas pasan por algo...