Soy una bruja
Tantos años buscando a mis padres, llegué a pensar que murieron. Tal vez los lobos acabaron con ellos pues odiaban a las brujas después de todo. Ellas los maldecían y sufrían por su culpa, pero no todas éramos malas. La culpable de esta maldición era una bruja que se había ocultado en la manada Moonlight, pero, ¿por qué ahora? ¿por qué actuar ahora que pasaron tantos años? No lo entendía.
-¿Qué haremos con ella?- preguntó Tyler.
Nos dirigíamos a la manada. Allí los lobos estaban sufriendo también los efectos de la maldición, intentaban aguantar pero apenas podían.
-No lo sé- dije sincera, no sabía que hacer, no esperaba encontrarme con ella de esta forma, si es que era ella.
Un rato después de buscar a la culpable, no la encontramos. Era como si hubiese desaparecido.
-¡Oculto su presencia!- dije de repente recordando que podía usar su magia -Por eso los lobos no la encontraron todo estos años.
-¿Entonces cómo damos con ella?- preguntó mi amigo.
-Eres un cazador, así que caza- le dije aunque sonara muy mal.
-Esta bien, veré que puedo hacer.
-Yo intentaré contrarrestar su hechizo para ocultarse y así encontrarla- dije mirando a mi alrededor en busca de algo que me sirviera.
Tyler desapareció mientras yo intentaba, a mi forma, encontrar a la otra bruja. Cuando por fin conseguí mi propósito de contrarrestar su hechizo, una explosión sonó cerca de dónde estaba, en ese momento solo pensé en Tyler. Corrí en la dirección del estallido, aunque odiase correr siempre era necesitario en algunas situaciones, maldita acción el que la descubrió. Encontré a mi amigo escondido y a salvo, eso me hizo soltar un suspiro de alivio, pero no podía darme un respiro porque cuando me di cuenta, el siguiente ataque venía hacia mi. No me daba tiempo a esquivarlo y de lejos podía ver como Tyler me gritaba, todo iba a cámara lenta. Giré mi cabeza y entonces vi un lobo negro con parte de su cabeza y patas de color blanco, este corría hacia mi y se abalanzó haciendo que los dos esquivásemos el ataque. Cuando me recompuse vi a una mujer a los lejos sorprendida y luego miré al lobo que me salvo recostado sobre mi.
-¿Marc?- pregunté dudosa, este me miró y entonces supe que era él.
La mujer dió unos paso hacia delante aun en posición defensiva. Tyler salió corriendo hacia mi y me revisó para comprobar que no tenía ningún rasguño.
-Estoy bien, estoy bien- dije alejándolo un poco.
-¿Lana?- preguntó la mujer desde lejos -¿Eres tú?
-¿Tú eres mi madre?- le digo extrañada, pues había estado a punto de matarme.
-Lo siento- dijo tapándose la boca con las manos arrepentida -Por todo.
-Deshazte de la maldición y después hablamos- me apresuré a decir mientras acariciaba al lobo que descansaba en mi regazo.
Marc estaba débil y aun así me había salvado. Había venido a pesar de que estaba como Amy o incluso peor.
-Pero son lobos, ellos...- no la dejé terminar.
-Mi amiga esta sufriendo por tu culpa, la única que estuvo conmigo cuando me dejaste y es una loba- dije enfadada.
-Bien...- dijo no muy segura.
Después de que levantara la maldición aun no muy segura, la llevamos a nuestra casa dejando primero a Marc descansando. Le debía una conversación, pero no ahora y seguramente cuando despertase querría respuestas y yo no podía darselas, por lo menos no todas.
-Así que su madre- dijo Tyler intentando calmar la tensión que había.
-Lana, yo...- dijo la mujer.
-En casa hablamos- dije cortante, pues no lo podía creer, mi madre estaba aquí, pero me sentía traicionada.
Cuando llegamos, Tyler se fue a por Amy mientras que nosotras dos nos quedamos en la casa. Félix apareció y se acercó a mi actuando como un gato normal.
-¿Por qué me dejastes?- le pregunté.
-Los lobos nos estaban dando caza- dijo mirándome arrepentida -Así que te puse a salvo.
-Abandonándome.
-No quería que te mataran- se explicó.
-¿Y por qué no volvistes a por mi?- dije dolida -¿No me querías?
-No, yo te quería, pero no quería que estuvieras en peligro.
-¿Qué hacías allí, en la manada?- dije sin entender.
-Ocultarme, allí no sospecharían de mi- dijo -Lana, yo... quería acabar con los lobos para que no te mataran, pero no pensé que te harías amiga de una.
-Ella me perdonó la vida- dije mirando a Félix que descansaba en mis piernas.
-Y el otro lobo... te ha salvado- dice ella apartando la mirada.
-Bueno... ese es especial, creo- digo no muy segura.
-Lo siento, soy un estorbo, lo mejor será que desaparezca y te dejé vivir tu vida, pero... estaba preocupada cuando escuché tu nombre salir de la boca de esos lobos- dijo la mujer frente a mi.
-No tienes que irte, lo que necesito es que actúes como una madre para mi- suelto -Y sobre los lobos... lo arreglaré yo misma.
-Entonces, ¿somos madre e hija?- dijo con esperanza en los ojos.
-Siempre lo seremos- dije mirándola a los ojos.
Ella extendió los brazos y yo la abracé, se sentía raro, pero cálido. Me gustaba, tenía a mi madre de vuelta, la que había estado ausente todos esto años, por fin había vuelto.
-Pero no podemos permanecer aquí- dijo deshaciendo el abrazo -Ahora los lobos saben que todavía quedan brujas.
-Nos ocultaremos- le dije seria -Después de todos tenemos magia y somos brujas, ¿no?
Nada podía salir mal, excepto por el hecho de que nos buscarían. No podía abandonar a mis amigos, quienes habían sido una familia para mi.
-Por cierto, tengo que presentarte a mis amigos, son una loba y un cazador- le digo sonriendo -Son como unos hermanos para mi.
-¿Sois amigos?- dice extrañada -¿Un cazador, una loba y una bruja?- dice incrédula.
Saliendo de su boca lo hacía sonar raro, pero es que era raro. Nuestra amistad estaba por encima de todo, incluso de las rivalidades que había entre las criaturas mágicas. Éramos un extraño grupo.
-Ya estamos aquí- dijo Tyler trayendo a Amy.
-Chica, he estado a punto de morir- dice esta apoyada en el hombro de Tyler para mantener el equilibrio -¿Y esta señora morena?- dice señalándola con el dedo.
-Amy, los modales- le regaña Tyler -Es la madre de Lana.
Mi amiga abrió los ojos sorprendida recomponiéndose, aunque perdía, de vez en cuando, el equilibrio.
-Encantada, soy Amy, la amiga de su hija- dijo extendiendo la mano.
-Yo Tyler- dice mi amigo preocupado y ayudando un poco a Amy.
-Claire, encantada- dice mi madre -Y siento lo de la maldición.
-Esta perdonada, después de todo estoy viva y es la madre de Lana- dice sonriendo aunque parecía más una mueca.
-Creo que deberías descansar- le dije a Amy -Yo tengo algunos asuntos de los que ocuparme todavía.
-Estoy bien, yo te ayudo si quieres con esos asuntos- dice Amy -Por cierto ¡Tyler! ¡Tyler!- grito mi amiga buscándolo con los ojos.
-¿Qué?- dijo Tyler a su lado fastidiado.
-¡Te lo dije!- señalo a Félix -¡Es un gato! ¡Un gato!- gritó mi amiga agarrando a Tyler de los brazos mientras lo zarandeaba.
-Vale, vale- dice este intentando soltarse.
-¡Ahhh!- grito yo mirando horrorizada a la nada -¡Marc estaba presente! Quiero decir ¡Soy una bruja! !Lo sabe!- recuerdo agarrándome la cabeza mientras Amy se horroriza también conmigo.
-Ahora tendremos que ir por él- dice Amy preocupada y alarmada -Matarlo, enterrarlo, huir, escondernos, cambiar de identidad...
-Chicas por favor- dice Tyler frustrado.
-Jajajajaja- escucho a mi madre reírse por las palabras de mi amiga -Veo que has estado bien acompañada estos años- dice divertida.
-Si, sobretodo eso- dice Tyler en tono sarcástico.
-Bueno si solo es él, no creo que pase nada- dice Amy pensativa cambiando de postura -Pero buscará respuestas.
-Tendré que hablarle o evitarlo- dije fastidiada -Y por ahora prefiero evitarlo.
Luego los cuatro nos sentamos a comer algo y hablar. Estuve toda la tarde hablando con mi madre y contándole como conocí a mis amigos. Poniéndola al día y ella a mi mientras mis amigos escuchaban atentos sin interrumpirnos. Tener a mi madre de vuelta me alegraba, pero más problemas se venían encima ahora que los lobos sabían que quedaban brujas. Solo espero que mañana sea un día normal, aunque estaba lejos de serlo.
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