-Narra Alex-

Me despierto lentamente, el sonido constante de mi pulso en la maquina que tengo conectada me despierta con una fuerte sensación de incomodidad, miro al techo con todo el cuerpo entumecido y el pelaje enmarañado, apenas soy capaz de mover las orejas y la cola mientras poso un brazo suavemente en mi pecho sintiendo mis latidos lentos y pesados, trato de incorporarme al ambiente pero no noto movimiento, segun un reloj que colgaba en unos de los muros son las 3 de la mañana, me invaden unas fuertes ganas de ir al baño, lo considero algo normal debido al tiempo en camilla, apenas era consiente del motivo por el que estaba ahí, mi mente aun permanecía algo nublada mientras me levanto apoyándome de donde caía lentamente un liquido conectado a mi mano, seguramente algo para mantenerme estable, aun no lo tengo claro, doy un rápido vistazo al rededor para ver si encontraba un baño en la habitación que para mi mala suerte no tenia en ninguna parte.

Salgo de mi habitación para deshacerme de las ganas de orinar que me carcomían por dentro, durante todo mi caminar no note la presencia de ningún personal medico, me pareció raro no toparme con ninguna enfermera mientras me adentraba mas en los pasillos, además de que todo estaba extrañamente oscuro, miraba las puertas cerradas mientras un frio bastante intenso pasaba acompañándome en el camino, se lo atribuí a el aire acondicionado y solo seguí caminando.

Después de un largo camino sin encontrar nada empiezo a mirar a mi alrededor viéndome perdido esperando encontrar a alguien, hasta que siento una mano tomar mi hombro, al voltear me quedo mirando una loba, no podía ver bien su cara ni su pelaje pero su tacto era extrañamente cálido, logro recorrerme todo el cuerpo y mi extraña urgencia desapareció sin mas.

???: que haces levantado? los lobitos buenos no deben pasearse por lugares desconocidos.

Alex: yo.. lo lamento.. tenia una extraña necesidad, pero ha desaparecido *intento reconocer a voz que me parece familiar*.

???: entiendo.. pero este sitio es peligroso, no lo deberías recorrer solo, mejor dicho, no deberías ni salir de tu habitación.

-Sin dejarme decir ni hacer nada mas me abraza suavemente y empieza a caminar conmigo hasta donde estaría mi habitación, me recuesta suavemente en la cama arropándome y tapándome con las cobijas sonriendo.

-Mientras la loba me arropa y siento el calor de las cobijas sobre mi cuerpo, una mezcla de confusión y alivio me invade. Sus movimientos son tan cuidadosos, casi maternales, y me recuerda vagamente a algo... a alguien, pero mi mente sigue envuelta en una densa neblina, incapaz de recordar con claridad. No puedo evitar sentir que hay algo extraño en todo esto, pero el cansancio vuelve a arrastrarme hacia la inconsciencia antes de que pueda procesar mis pensamientos.

-Mi sueño es inquieto, lleno de imágenes borrosas y susurros que no logro descifrar. Veo destellos de rostros que se desvanecen antes de que pueda reconocerlos, y escucho ecos de conversaciones lejanas. De repente, la imagen de la loba vuelve a aparecer, pero esta vez está de pie en medio de un pasillo largo y oscuro, mirándome con una expresión indescifrable.

Alex: ¿Quién eres? *pregunto mientras mi voz resonando en el vacío*

Ella no responde, solo me mira con esos ojos que parecen estar llenos de tristeza y advertencia. El silencio se alarga, cargado de una tensión que no puedo comprender, hasta que finalmente susurra algo que apenas puedo oír.

???: No dejes que te encuentren.

- Antes de que pueda preguntar qué significa eso, todo a mi alrededor se desvanece, y me encuentro cayendo en la oscuridad.

-Me despierto de golpe, jadeando, con el corazón latiendo a toda prisa. La habitación está en completa penumbra, y el reloj en la pared marca las 4:15 AM. Me siento de nuevo en la cama, esta vez sin sentir el peso del sueño, pero con una creciente sensación de inquietud. Trato de recordar el sueño con más claridad, pero los detalles se escapan como agua entre los dedos.

Miro alrededor, pero la habitación está tal como la dejé, y no hay señales de la loba. ¿Fue solo un sueño? Me froto los ojos, intentando despejar la neblina de mi mente, pero lo único que logro es aumentar mi confusión. Sin embargo, hay algo en su advertencia que no puedo ignorar. "No dejes que te encuentren." ¿Quiénes? ¿Y por qué me buscan?

-Decido que necesito respuestas. No puedo quedarme aquí esperando que algo más suceda. Con el cuerpo aún pesado, pero con una determinación renovada, me deslizo fuera de la cama nuevamente. El frío del suelo bajo mis pies me despierta por completo. Esta vez, sin embargo, no salgo en busca de un baño. Salgo en busca de la verdad, de lo que sea que esté ocurriendo en este lugar.

-Abro la puerta de la habitación con cuidado, tratando de no hacer ruido, y me asomo al pasillo. La oscuridad sigue siendo densa, pero ahora parece más... amenazante. El aire está cargado con una tensión que no había notado antes. Trago saliva, sintiendo el nudo en mi garganta, pero doy un paso adelante. No puedo permitir que el miedo me paralice.

-Mientras avanzo, escucho algo a la distancia. Pasos. Lentos, arrastrados, acercándose desde algún lugar delante de mí. Mis instintos me gritan que me esconda, pero antes de poder reaccionar, una figura aparece al doblar la esquina.

Es un enfermero. Alto, delgado, con una expresión calmada pero cansada. Lleva el uniforme blanco tradicional y su rostro refleja una mezcla de sorpresa y preocupación al verme fuera de la habitación.

Enfermero: ¿Qué haces aquí a esta hora? *pregunta en un tono suave, pero firme, acercándose con pasos seguros*

Me quedo congelado, sin saber cómo responder. El miedo y la tensión que sentía hace un momento parecen desvanecerse un poco al ver que solo es un enfermero y no algo más... siniestro.

Alex: Yo... no podía dormir *intentando sonar tranquilo, aunque mi voz tiembla un poco*

-El enfermero asiente comprensivo y coloca una mano en mi hombro, guiándome de regreso a la habitación.

Enfermero: Es normal sentirse desorientado después de lo que a pasado *me dice, con un tono que busca tranquilizarme* Pero necesitas descansar. Ven, vamos a llevarte de vuelta a la cama.

-Sin resistencia, lo sigo de regreso a mi habitación. Todo mi cuerpo se siente pesado, y el cansancio empieza a invadir cada uno de mis músculos. Al llegar, el enfermero me ayuda a acostarme nuevamente, asegurándose de que esté cómodo bajo las cobijas.

Enfermero: Intenta dormir un poco más. Si necesitas algo, estaré aquí cerca.

-Asiento débilmente, sintiendo cómo el sueño comienza a arrastrarme de nuevo hacia la inconsciencia. El enfermero apaga la luz de la habitación, dejándola en penumbra, y cierra la puerta con suavidad al salir.

-Esta vez, al cerrar los ojos, ya no siento esa inquietud que me había despertado antes. El suave pitido de la máquina junto a mí y la calidez de las cobijas me envuelven en una sensación de seguridad, y poco a poco, me dejo llevar por el sueño profundo.

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Gracias a todos por su paciencia, y también amables palabras,  sinceramente esta novela es un desahogo personal y me ayuda a liberar la mente, he estado bastante ocupado en ciertos asuntos de la vida pero tratare de ser mas constante para esas personitas que a pesar de que la historia no sea tan buena o tenga muchos errores puedan seguir acompañándola hasta el final.